Una memoria revivida, la ensoñación en sus noches de desvelo, el recuerdo trayendo esperanza a la fría soledad, Chanyeol tenía en bandeja de plata aquello por lo cual luchaba para hacer suyo, Baekhyun mirándolo necesitado anhelando sentirlo nuevamente, sin embargo, el simple pensamiento de que ahora le pertenecía a alguien más, frenaba todos sus deseos.

Desde la primera vez cuando se unió al joven fue cuidadoso, su relación era secreta a ojos de su familia y del templo, era una condena mortal desvirgar a un aprendiz de la luz, si su amor hubiera sido un simple acogido sería justificado hacerlo, solo que Baekhyun no era cualquiera, ni más ni menos que el hijo de la madre sacerdotisa, irían a la hoguera de ser descubiertos.

Las marcas que alguna vez dejó en su cuerpo eran en puntos estratégicos, lugares ocultos a la vista, porque aún debía rendir cuentas a su madre permitiendo revisará siguiera siendo santo, de eso hacía varios años en su ausencia, ahora, aunque su apariencia no fuera la denominada atractiva, ¿Sehun se habría atrevido a tocarlo? ¿por capricho lo marcó? La duda lo carcomía vivo.

-Chanyeol, ¿qué pasa?.-

Baekhyun acarició su mejilla, dejando de lado su coquetería inicial, consternado al verlo congelado y con la mirada perdida sobre él.

-No puedo….-

-¿De qué hablas? Quiero estar contigo, que nos amemos como solíamos hacerlo.-

-Y yo también lo deseo, pero cariño, te presentas aquí como un oasis en mi desierto pero las cadenas no me dejan moverme.-

-Sehun no lo sabrá, nadie se enterará.-

-¿Quién lo asegura? Dioses, Baekhyun, no quiero desconfiar de tu palabra, pero al mismo tiempo me es imposible creer que no has sido de él, me quema por dentro encontrar algo de mi hermano en ti.-

Salió de arriba liberando su cuerpo, echándose para atrás asustado de no poder contener sus sentimientos, esto era lo que el joven provocaba, jamás se había cuestionado tanto a sí mismo como en presencia del otro, un control total sin saberlo.

-Te lo demostraré.-habló firme-déjame enseñarte que fuiste, eres y serás el único hombre en mi vida.-

Poniéndose en pie, abandonó la cama haciéndolo frente al guerrero, una inocencia y vulnerabilidad que conservaba sólo para Chanyeol, pudor cuando comenzó a deshacer el nudo en la túnica exponiéndose.

Había visto eso antes, un Baekhyun más joven en edad decidido mostrándole su amor desinteresado ignorando la posición o el rango, el escenario el templo bajo la figura de su diosa bendecido en plegarias jadeantes.

No bajo la mirada mientras quedaba desnudo ante sus ojos, piel inmaculada bañada en lunares, zonas rojizas naturales, proporciones perfectas en curvas, muslos torneados, un pecho firme y su pene semi erecto bellamente rosa, una futura erección completa, Chanyeol pasados los años seguía excitándolo.

Al filo de la orilla suspiro embelesado, lo que diría probablemente sería otra condena, pero su amante era más hermoso que las diosas juntas en el Olimpo.

-Ven aquí, precioso.-las palmas le picaban por tocarlo-mi querubín.-

-Basta, ya estoy avergonzado.-se cubrió la cara

-Mereces ser alabado, tu fiel súbdito soy yo.-recargo su frente en su abdomen-¿puedo tocarte?.-

-No necesitas preguntar.-

-Baekhyun, no será como las otras veces.-debía ser sincero-pase años visualizando este momento, si comienzo, voy a hacerte recordarlo por semanas.-

Un suave suspiro dejó sus labios, fue Baekhyun quien lo guió con los dedos peinando su melena hacia su entrepierna, Chanyeol supo lo que quería y le complacía satisfacer a su pareja.

Su cuerpo reconoció la sensación del preseminal en su boca, un sabor familiar extendiendo calor a todo su sistema tomando toda la extensión de Baekhyun cálida recorriendo el falo con su lengua áspera, lo abrazó por la cadera restringiendo todo movimiento, dominándolo con la mirada.

Amaba cada una de las expresiones que cruzaban sus facciones durante la felación, como mordía sus labios acallando apenas sus gemidos, los párpados entrecerrados conteniendo lágrimas a su buen trabajo, saliva bajando en hilos de sus labios rojos.

La dura erección en sus pantalones a punto de estallar, porque el guerrero solo necesitaba de su gozo para venirse.

-C-Chanyeol…C-Chanyeol…para, por favor.-

Un tirón en su cabello le hizo alejarse, saliva conectando la cabeza roja con su boca.

-No quiero…t-terminar así.-le costaba respirar

-Mi bella flor.-acarició sus piernas desde los talones hasta los glúteos.-¿estás listo?.-

Su lado posesivo le recriminaba estarle dando esa oportunidad de libertad, la incertidumbre diciéndole que aún podía escoger a Sehun, ¿los ojos de Baekhyun? Le decían una realidad conocida en su corazón.

-He estado listo desde que te vi llegar al palacio.-

Era difícil distinguir entre el cuerpo de Baekhyun y las sábanas a su alrededor, una bella arcilla moldeable entre las manos del capitán, apretó con gula cada rincón maravillándose de las marcas, dejó besos de mariposa alabando su figura recitando poemas a su flor del desierto.

Pero no era el único disfrutando de su amante, el joven esposo también recorría la fuerte y ancha espalda rememorando otras noches donde al cerrar los ojos se tocaba pensando en Chanyeol, refugiado en el templo creyendo lo había perdido, sus súplicas a la diosa fueron escuchadas.

Sabían entre los apasionados besos que arriesgaban sus vidas, sin embargo, a Chanyeol no le importo eso cuando vertió aceite en sus dedos medio y corazón, metiéndose entre las piernas abiertas de Baekhyun, penetrándolo despacio para prepararlo, acostados de lado no dudó en morder su hombro y el menor succionar su manzana de Adán.

Tres dedos moviéndose en su interior rozando su próstata tenían a Baekhyun gimiendo quedó, aunque la casa del guerrero estuviera en las orillas aún pasaban sirvientes, después de todo, él hizo un trato con el virgen para intercambiar lugares, los sonidos que produjeran podrían alertar a los oyentes.

-Amor, ¿puedo entrar? Necesito liberarme.-su agarre en las almohadas era mortal

-Hazlo…por favor, te quiero en mí.-rogó su amante

-Te acostaré.-

-¡No!.-Baekhyun se aferró a su cuerpo-quiero permanecer así, juntos.-

Había más detrás de su pedido, una súplica por amor, cariño y afecto, ¿qué le hicieron en palacio? Este niño asustado no era su príncipe.

-Sube tu pierna a mi cadera.-le pidió-irémos despacio.-

Quería comérselo, devorarlo, pero, la fragilidad le hizo recordar sus iniciales palabras, iba a hacerle el amor.

Acoplados frente a frente, Chanyeol lubrico su pene buscando la entrada de Baekhyun yendo suave tanteando los anillos del músculo rígido, la pierna blanca tembló y la acarició expandiendo su nalga derecha buscando aminorar el dolor, un jadeo aliviado salió al momento de unir sus pelvis.

-Sí….-Baekhyun dijo-C-Chanyeol…más.-

-Joder, mi amor.-chupar su clavícula le fue inevitable-tan estrecho.-

El ego masculino de la parte salvaje se sintió nuevamente el único, su flor del desierto solo era de su jardín.

Chanyeol se meció lento acunando al joven, compartiendo tanto calor que pronto una capa de sudor los bañaba, jadeos necesitados, gemidos, la cama rechinando al compás, una bendición en su infierno personal.

-Te amo.-sollozó Baekhyun escondido entre su cuello-no v-vuelvas a dejarme, p-por f-favor.-

El ritmo rápido que había construido, lo desacelero, atento a sus palabras.

-Haré lo que sea para tenerte a mi lado.-acarició sus cabellos húmedos-¿lo entiendes?.-

Un fuerte orgasmo amenazaba con arrastrarlos, todas las emociones y sentimientos acumulados los llevaban al abismo.

-D-Dime que eres mío.-pidió Chanyeol, su respiración acelerada

-Tuyo.-la voz de Baekhyun, se quebró-s-soy tuyo, m-mi amor….-

Gritos saciados son silenciados por sus labios hambrientos, éxtasis en amor.

Es Chanyeol quien acomoda sus cuerpos bajo las mantas, sosteniendo cerca a Baekhyun esperando entre el olor almizclado poder pronto liberarlo de sus cadenas, mientras tanto, se conformará besando sus hombros delgados por esta noche reteniéndolo hasta que llegue el amanecer.

🏛🔥⚔️❤

El vino en su copa se había acabado, chasqueando los dedos el sirviente tras él acercó la jarra, proporcionando licor nuevamente.

-Detente, me estás llenando de saliva.-empujó al joven que se encontraba entre sus piernas lejos

-M-Mi señor….-

-Tu jefe dijo que sabías hacerlo, ¿tengo que enseñarte?.-el príncipe resoplo

Guardando su pene, ahora flácido, se levantó, aventando al pobre muchacho.

-Lárgate de aquí.-dijo ácido e indiferente

-¿Disculpe?.-el chico pasó del asombro a la furia-usted pidió mis servicios para toda la noche.-

-Cuando uno contrata una prostituta esperas sepa hacer su trabajo, ¿tú? Me he cogido mejores.-

-Ahora entiendo porque nadie quiere venir al palacio.-

Murmuró recogiendo sus ropas, claramente no midiendo sus palabras.

-Usted solo nos usa porque su esposo no lo complace.-

Tardó más en decirlo que en estar bajo las sandalias del hombre, la firme planta asfixiando su garganta.

-¿Qué dijiste?.-la mirada en sus ojos era de cólera pura-maldito puto.-

Otro hombre irrumpiendo en la habitación salvó al joven de recibir una brutal paliza, aunque no salió del todo ileso, la marca roja sobre su mejilla y las lágrimas, le dejaban así como a otros antes de él, que no debían desafiar a su majestad.

-¿Interrumpo?.-el rey habló entre broma-necesitamos hablar, hijo.-

-Descuida, padre, ya se iba.-miró a su lacayo.-acompáñalo.-

Con la ida de ambos, el hombre mayor se puso cómodo, pero la mueca de molestia en su cara era evidente, involucrando lo dicho anteriormente por el prostituto, la falta de su esposo en sus aposentos.

-Así que aún no resuelves tu problema.-

-Estoy trabajando en eso.-

-¿Más años de los que te has tomado? El bastardo de Chanyeol regresó, no importa cuanto traté que lo mataran.-

-Creí lo detendrían al sur.-

-No, mis aliados se acobardaron al último minuto cuando vieron lo que hizo al norte.-

-Joder, te dije que era un buen combatiente, pero insististe en hacerlo general.-

-¿Y qué hacía? Si dejaba otro al cargo el consejo diría que fue sabotaje.-el asunto aún le frustraba-además, la perra de su madre iba a lloriquear.-

El mayor se paseo por la habitación, sus pasos eran yunques, solo ponía ansioso al príncipe teniendo que tragarse sus palabras no solo por ser su padre, sino también aliado, un plan que elaboraron ambos.

-Debíamos deshacernos primero de su madre.-opinó, el otro refuto

-Ni yo que soy tan poderoso puedo tocar a la sacerdotisa.-

-Sandeces, ella es quien se interpone con sus absurdas leyes de pureza, el consejo también, de no ser por ellos Baekhyun ya hubiera sido mío.-

-Tan débil que no pudiste tomarlo por la fuerza.-

-Lo intente, me adentre una noche al templo, pero la escoria me hizo esto.-

Le señaló una cicatriz en su brazo, iba desde el hombro a la muñeca.

-Follarlo no iba a ser tan fácil, tiene garras.-detestaba la mofa

-¿Cuál es tu siguiente paso?.-entendía no podía dar sugerencias

-Esperar que cometan un error.-

-¿Cómo?.-

Vivía de la saña entre sus hijos, un padre cruel si debía eliminar a la competencia, que fueran su sangre no los hacía menos molestia.

-La luz en su habitación permanece oscura, mis hombres lo confirmaron.-

Hirvió la sangre en las venas del príncipe ante la insinuación.

-No…sabe que podría morir.-

-Y lo haría, pero en brazos de Chanyeol.-acercándose a la puerta, mantuvo el suspenso

-Imposible….-

Los celos a ser el segundo, ganaban a la humillación, podría en los años de su matrimonio no haber tenido sexo con Byun, pero era suyo, su propiedad, no dejaría que también Park le quitara ese privilegio.

-Pregunta a Baekhyun donde pasó la noche, Sehun, apuesto a que la respuesta te sorprenderá.-.