Epílogo.
Seis largos, un tanto frustrantes, años habían pasado en la vida de Minatozaki Sana, alguien que a pesar de todo lo que le ha pasado en la vida nunca dejó de sonreír, algo que muchos notaron, entre más la conocían más se daban cuenta de lo bien que se encontraba, ahora mismo, en la cama de su habitación o más bien, de la habitación que comparte con su novia, futura esposa, alguien que llegó a su vida, de la nada, con un ramo de flores y cientos de historias que contarle.
De hecho la cautivó con un ¡Oh, debes ser Minatozaki Sana, mi nombre es Chou Tzuyu!.
¿La recuerdan?.
Supongo que sí, porque Sana nunca la olvidó en ninguno de esos largos cinco años, porque aunque estaban lejos sabían que algo más fuerte que la distancia y el no saber de la otra, las conectaba y eso era el amor que se tienen, que sigue creciendo cada vez más y se ha hecho tan grande como el anillo en el dedo anular de Minatozaki, que le costó bastante a Tzuyu pero le dio igual, era lo que merecía el amor de su vida, además de que le quedaba muy bien, no lo podía negar.
Tienen un año de novias, oficialmente hablando, uno en el que se ha dado cuenta que lo mejor que pudo hacer fue decidir entrar a esa escuela, sin importarle que era más una cárcel que otra cosa, tan agobiante, aunque la verdad es que cuando salió no le quedaron muchas ganas de volverlo a hacer, quitando de lado ese tema que ya está más que curado, han pasado muchas cosas en la vida de ambas, tanto por separado como juntas.
El primer años que estuvieron lejos, no fue para nada sencillo, la verdad es que Chou no podía dejar de pensar en Sana y sintió que tenía una obsesión así que fue al psicólogo, éste la ayudó a sobrellevar el tiempo, la castaña por su parte tampoco la pasó bien, ha decir verdad sentía que se iba a volver loca si no sabía algo de la menor pero aún así se mantuvo fuerte, yendo los días que le tocaba a la psicóloga, trabajando en una pequeña cafetería en la que se hizo muy amiga de una chica llamada Momo que se la pasa todo el tiempo hablando de lo linda que es su novia.
Estudiando, algo impresionante que todavía no se lo puede creer, terminó siendo bastante buena para las matemáticas, más de lo que recordaba, aún con todo eso seguía tendiendo un vacío, porque la verdad es que dejar lo único bueno que había construido en Seul no fue para nada sencillo, aún así logró seguir adelante con todas sus fuerzas porque por más que no sabía que era lo que era lo que había sucedido en la vida de Tzuyu, estaba bastante segura que la esperaba.
Un día, estaba esperando que Hirai saliera de una tienda cuando sintió que alguien tocó varias veces su hombro, rodó los ojos y con todo el enojo del mundo se dio media vuelta y cuando sus labios se abrieron para soltar un grave y fuerte insulto se encontró a Mina, ésta saltaba de emoción pero no hablaba, luego de un largo rato logro hablar, se pusieron al día y después le hablo la rubia, estaba tan nerviosa cuando le tocó el tema porque por como lo hizo.
Tenía ese tono de que ya había conseguido a alguien y que eran malas noticias, casi llora, hasta que de pronto la menor apareció, porque ambas estaban juntas en el centro comercial, un detalle bastante importante que se le olvidó.
Todavía no recuerda exactamente lo que pasó, solo que saltó a los brazos de la taiwanesa, que por alguna extraña razón te la un ramo de flores, y la besó, le daba exactamente las personas que las veían hacerlo o la reacción que tendría Tzuyu a todo lo que estaba pasando, porque era lo que su corazón le estaba diciendo, lo que necesitaba y quería.
Así que eso hizo.
Se dejó llevar por su corazón que ahora está muy feliz mientras mira el anillo, no podía creer que se iba a casar con Tzuyu, por fin sería completamente feliz y podría decir que aunque su vida fue difícil logró superar todas las trabas que ésta le puso para avanzar.
"Bebé...". Entró a la habitación. "No me la vas a creer pero creo que el strap-on lo agarró Butter para jugar". Sana se quedó unos minutos en silencio, le había costado bastante pero no era importante.
"Era mi favorito". Hizo un mohín. "Pero no es importante, no es que necesitemos un juguete sexual...". La miró a los ojos. "Yo lo soy".
"Tú eres el amor de mi vida, no un juguete sexual". Se sentó y miró a Minatozaki, ésta se sentó en su regazo y se acercó a sus labios.
"Más dedos en mi interior, menos charla". Entre cerró los ojos. "Más gemidos menos cursilería". Frunció los labios. "Más ¡Oh sí Tzuyu sigue así!". La menor abrió los ojos. "Menos, oh amor eres tan hermosa". Suspiró. "Pero...¿Sabes que más?". Negó con la cabeza. "Más amor, siempre, todos los días".
"Te lo prometo". Sonrió y le acarició las mejillas. "Porque te amo y te amare cada vez más hasta que nos hagamos viejitas y le contemos a nuestros nietos nuestra historia de amor".
"Omitiendo el sexo". Asintieron. "Estaríamos omitiendo todo el principio". Rió y le pegó en la frente a Tzuyu quien también iba a reír. "¿Recuerdas el deseo que tenía?". No tenía ni la menor idea de que hablaba. "De la ducha caliente".
"Enseguida mi amor". La sentó en la cama y salió corriendo al baño, Sana sonrió y rodó los ojos, ni sé cansaría de decir que esta estúpidamente enamorada de Tzuyu.
El amor de su vida que llegó a ésta de una forma poco convencional pero que a pesar de eso se quedará en ella, por el resto de su vida.
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