Capítulo O2O: One week without you
Sus ojos se llenaron de lágrimas al ver a Tzuyu empacar sabía que estaba siendo demasiado dramática pero aún así ella no quería se fuera, la menor tampoco pero era su deber, no podía negarse a la petición de su madre de estar algunos días con ella además de que se supone que debían solucionar un asunto familiar, no le adelanto nada así que estaba esperando que fuera la cosa más estúpida del mundo, como siempre pasa, cientos de veces la han asustado y son cosas como cambiar el tapiz o adoptar un nuevo perrito, aunque me parecía absurdo, le gustaba pasar tiempo con su familia así que debía ir.
Solo que antes cuando lo hacía no tenía que despedirse de nadie y no le importaba en lo absoluto, pero ahora tenía a alguien que parecía estar bastante triste por su partida y para ser sinceros ella también lo estaba, y mucho, porque quería estar con Minatozaki, sobre todo después de lo que sucedió con aquel chico, claro ella no sabía que apareció de la nada y la amenazó, ella lo decía por como se le quedó viendo en la heladería.
Tenía un mal presentimiento como si Sana estuviera ocultando algo y que tuviera demasiado miedo de dejarla ir por eso mismo, quería quedarse, una parte de ella deseaba poder estar en ambos lugares o llevarse a la castaña pero sabía que era imposible así que estaría hablando con ella todos los días por mensaje de texto hasta que pasará la semana, no estaría tanto tiempo lejos, sintió un nudo en la garganta al ver a la mayor con un mohín mientras trataba de ocultar las lágrimas que se formaban en sus ojos impidiéndole ver con claridad.
Era una pequeña bebé que no quería dejar atrás porque no estaba segura de que iba a suceder.
"¿Vas a llorar?". Preguntó, la japonesa negó con la cabeza y tragó saliva con dificultad, lo que estaba sintiendo por ella ya se estaba convirtiendo en algo más que un simple gusto era una conexión de la que por más que trató de zafarse por miedo se ha vuelto tan fuerte que apenas y puede salir, así que decidió quedarse, porque aunque le aterra la idea de que pase algo malo sabe que las dos lograrán salir de ello. "Te traeré algo". La castaña la miró, aquellos ojos que estaban llenos de lágrimas ahora brillaban.
"¿Que será?". Se acercó y la abrazó, hundiendo el rostro en el cuello ajeno, inhalando el aroma que desprendía, eso era exactamente lo que iba a extrañar sentir que estaba cerca y que podía confiar, eso era más que suficiente pero eso ya no lo tendría, por lo menos en estos días y eso le daba miedo porque no sabía que iba a suceder, conocía a la persona que la ha estado atormentando, es alguien capaz de acecharla, sobre todo ahora que estará sola y de dañarla o irse con Chou, no quería perder a otra persona importante en su vida, no podría soportarlo.
"Debes esperar a que vuelvas si no debería de ser una sorpresa". Rodó los ojos y le mordió el cuello con fuerza, haciendo jadear a la menor. "¿Que haces?". Se quejó mientras subía la mano a la parte afectada y apretaba.
"Marcando lo que es mío". Se mordió el labio inferior y le depositó un pequeño beso en la comisura de los labios ajenos. "No quiero que ninguna chica se acerque a ti y trate de robarte". Se cruzó de brazos y se sentó en la cama.
A Chou le causaba mucha ternura cuando Sana actuaba de esa manera, como sus ojos se movían y mantenía un mohín, sus mejillas se abultaban y sonrojaban un poco, además de que tenía esa aura de chica super inocente que hacía a su corazón palpitar y revolotear.
"Técnicamente no me están robando si yo quiero". La mirada de Minatozaki fueron como agujas para su cuello, estaba segura que la mató en sus pensamientos y quiso reír pero a la vez no porque sabía que si lo hacía se metería en serios problemas. "Estoy jugando".
"¡Ya!". Se levantó y dio un pisotón. "¿Quieres irte con alguien más?". Aunque Tzuyu se lo tomara como un juego estaba realmente ofendida ella no quería que la cambiará por alguien más y mucho menos por las personas del entorno en el que la familia Chou estaba, porque eran mil veces mejores y eso la hacía sentir mal, tanto que si no es porque la rubia la abraza estaría llorando y más que preocupada.
"No quiero estar con nadie más que no seas tú". Aseguró, al darse cuenta de lo que dijo sintió que sus mejillas ardían, era obvio, el sonrojo que tenía era tanto que hasta su cuello estaba rojo, nunca hablaba de esa forma pero ésta vez fue espontáneo.
Dijo exactamente lo que ha estado sintiendo desde hace bastante tiempo y no tuvo miedo, solo vergüenza por sonar tan cursi, menos mal que ninguna de sus amigas la escuchó porque de seguro la estarían molestando, la que se quedó inmóvil por lo que acababa de decir fue Sana, ésta no podría creer lo que escuchó, hizo que su corazón se acelerara y sintiera eso que no llegó a entender pero le encantó.
Un sentimientos tan cálido que sonrió, puede que sí estaba en el momento y lugar correcto, por primera vez en su vida.
"Será una semana muy difícil pero...te prometo que cuando vuelva seré toda tuya". Eso había sido más que suficiente, la soltó y dio dos pasos hacia atrás, se le estaba haciendo tarde, la verdad es que también quería que pasará tiempo con su familia porque sabe lo difícil que es estar lejos, por lo menos ella si puede verlos.
"Sin duda será una semana difícil". Inconscientemente miró las manos de Chou.
Ésta se acercó a su cuello. "Se a lo que te refieres pero bebé tienes todo el permiso para tocarte y usar lo que hay en mi cajón". Le dio un casto beso en los labios se apartó, ya debía irse. "Espérame, volveré".
Y la puerta se cerró. "Te quiero". Murmuró mientras veía hacia todas partes, si que estaría sola.
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