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Capítulo O14: Do you feel that?

La mayor abrió lentamente los ojos, se había quedado dormida en la tarde porque no pudo dormir en toda la madrugada por estar preocupada, Chou ni había vuelto de la salida que tuvo con unas amigas de fuera así que no tuvo de otra más que dormir sola, esperando que regresara pero no lo hizo así que no durmió.

Al parecer todavía no llegaba, porque no había ningún rastro de la presencia de la menor, hasta que la puerta se abrió y cerró los ojos para que no se diera cuenta que la seguía esperando, era domingo por la tarde, casi noche, tenía clases al día siguiente y sabía muy bien que no estaría prestando atención por pensar en lo que hizo la menor en esa salida.

"Sana". Tzuyu cerró la puerta y la miró. "Bebé, ya llegué". La removió un poco, frunció los labios al darse cuenta que estaba dormida, había caído en la trampa.

Se acostó a su lado e hizo un puchero, la sorpresa que le tenía no podría llevarse a cabo, estaba tan mojada y caliente que necesitaba un poco de consuelo.

"Acercarte Sana". La tomó de la cintura pegándola a su pelvis. "¿Sientes eso?". Le besó el cuello, haciendo que la mayor se retorciera. "Claro que lo sientes". Sonrió y clavó un poco los dientes. "¿Te gustaría que esté dentro de ti?". Sana abrió los ojos al instante que escuchó eso, miró lentamente hacia abajo notando aquel bulto que la dejó pensativa, así que era por eso que se había tardado tanto en llegar.

Metió la mano dentro del pantalón y abrió los ojos sorprendida. "Tz-Tzuyu". Tartamudeo al notar el tamaño.

"Un gran regalo". Bajó las manos a su trasero y le clavó las uñas, acercándola. "Creo que deberíamos estrenarlo". Le dio una nalgada provocando cientos de sensaciones en Minatozaki que se quedó viendola a los ojos.

No sabía ni siquiera que decir, estaba confundida y todo le daba vueltas, inconsciente abrió las piernas dejando que Tzuyu le quitara el short que llevaba, junto con sus bragas. "Quiero que te quites la ropa". Dijo, antes de morderse el labio para ocultar el gemido que iba a salir cuando la menor la embistió.

"Lo que órdenes". Se arrodilló frente a ella y lentamente se quitó la camiseta dejando expuesto su torso, Sana tragó lentamente antes de suspirar, le encantaba el cuerpo de la menor, era perfecto tanto que daba un poco de miedo. "¿Te gusto?. Sonrió levemente mostrando un poco sus dientes.

"Me encantas". Ambas se miraron a los ojos antes de unirse en un beso lleno de mordidas, jadeos y lenguas danzando en un deseo que las consumía poco a poco, llevándose el pudor que tenían, el primer gemido retumbó en las cuatro paredes, uno de los expertos dedos de la menor fue introducido en el interior de la apretada y caliente intimidad de Sana, ésta se mordió el labio con fuerza tratando de ocultar, en vano, aquellos sonidos impuros que salían cada que Chou la penetraba.

La estaba preparando para lo que venía pero todo pasó estaba pasando muy rapido, su cuerpo estaba ardiendo y le pedía más de lo que obtenía. "Más". Pidió en un largo y entre cortado suspiro.

"Creo que estas lo suficientemente mojada para mi". Dijo antes de bajarse el pantalón, a Sana se le cortó la respiración, probablemente iba a poder caminar bien en un par de días, se enderezó en la cama y abrió las piernas, lo suficiente para que Tzuyu logrará acomodarse de tal manera que pudiera estar cómoda. "Iré poco a poco". Dijo mientras apretaba los dientes e introducía la punta.

"Creo que es la mejor compra que has hecho". Murmuró mientras fruncía las cejas debido al ardor que sentía, le estaba doliendo incluso más de lo que creyó pero se mantuvo tranquila, inhalando por la nariz y exhalando por la boca.

Se sentía más grande de lo que ella creía que se sentiría, tanto que a penas y podía pensar con claridad. "Estás muy apretada". Jadeó y clavó las uñas en las sábanas.

"Tal vez tú estás muy grande". Chou rió entre dientes y gimió, era una de las primeras veces que lo hacía sin poder controlarlo, eso calentó tanto a Sana que movió las caderas haciendo que el juguete se introdujera por completo. "Me dices cuándo quieres que me mueva". Estaba siendo demasiado considerada y linda con ella.

Le comenzaba a gustar y a acostumbrarse a ello, porque aunque dijera que no siempre había querido que alguien la tratara de esa manera, ya que nadie lo hizo en el pasado.

La rubia se acercó a su cuello y comenzó a dejar pequeños besos, mordidas y chupetones por todo éste, quería que se relajara y la mejor manera de hacerlo era besándola, demostrándole que de una manera y otra la está protegiendo.

"Muévete". Avisó, ella no era tímida pero estaba actuando así cosa que hizo algo en Tzuyu, su corazón latió con fuerza al escuchar como lo decía, tan dulce y a la vez caliente que no pudo aguantarlo más.

Asintió y lo sacó lentamente hasta la mitad para luego introducirlo despacio, para poder sentir como Sana se contraria y así escuchar los dulces gemidos de la mayor.

Las primeras veces fue lento y con cuidado pero luego que de los labios de Sana saliera una petición bastante anhelada, la cumplió sin rechistar, la tomó de los muslos y comenzó a penetrarla con tanta fuerza y rapidez que tenía que la cama se rompiera.

Minatozaki no podía concentrarse en nada más que no fuera sentir como el juguete entraba y salía de ella, arqueó la espalda y rodó los ojos mientras, sin cuidado alguno, le clavaba las uñas en la espalda, lo hacía con tanta fuerza que Tzuyu se quejaba entre jadeos y gruñidos.

Ambas estaban en una burbuja que no querían que se reventara.

Casi al final, cuando sus ojos se conectaron, las dos se dieron cuenta al mismo tiempo que por alguna extraña razón querían quedarse la una con la otra para toda la vida.

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