VII
Cada vez que estaba con Chris sentía algo nuevo.
No importaba cuántas veces me acostara con él, siempre estaba nerviosa.
- estás bien? - dijo depositando un beso en la comisura de mis labios.
- Si... Qué hora es? - pregunté preocupada.
- las 5 de la mañana. - dijo mirando su celular.
- Diablos! Christopher, hoy es lunes! - me alarme.
- Si. - dijo de lo más tranquilo.
- tengo que ir al colegio y tu tienes que ir a trabajar.
- ya lo sé, tranquila.
- Como quieres que me tranquilice? Tardó horas en arreglarme. - dije poniéndome el jean que sacaba de mi bolso. Si, tenía ropa de repuesto.
- quieres que te lleve a casa? - se levantó al fin.
- Si, por favor. - le suplique. Me puse mi abrigo.
Lo miré y ya se había cambiado, wow! Este hombre si que era rápido. Y no solo en la cama.
(…)
- Mía! Tu cara! Parece que no haz dormido en toda la noche. - decía mi amiga mientras caminabamos por los pasillos de la escuela.
- es que no pude dormir pensando en el examen del profesor Christopher.
- a mi no me engañas, hay algo más que no me estés contando? - entramos al salón y no había nadie, habíamos llegado temprano.
- es solo tu imaginación. No hay nada nuevo que contarte.
En eso llega Christopher.
- buen día. - nos miró y luego su mirada volvía a su celular.
- buen día. - Emma y yo hablamos al mismo tiempo.
Todos nuestros compañeros empezaban a llegar de a poco. Yo no dejaba de observar a Christopher con un poco de discreción.
- te gusta? - preguntó Emma sonriendo.
- no. - negué con la cabeza. - por qué preguntas. - ahora mis ojos estaban en ella.
- es que no dejas de observar al profesor.
- Rei nerviosa. - No... Es que estoy nerviosa por el examen.
- me imagino que estudiaron. - Christopher empezó a caminar de un lado a otro poniéndome aún más nerviosa. No por el examen, sino porque se veía tan sexy con ese traje y con esa voz tan varonil. - tienen 5 minutos para repasar, y luego les entrego el examen.
Me había olvidado del examen, no había estudiado nada. Pero a pesar de no estudiar todo me salía bien.
- disculpe profesor. - interrumpió la directora. - llegaron dos alumnos nuevos. - dijo presentando a dos chicos super guapos.
- bien, estábamos en exámen, pero pueden pasar y sentarse.
- viste eso Mía? - preguntó mi mejor amiga viendo a los chicos nuevos.
- chicas, pueden hacer silencio? - nos retó el profesor.
Christopher repartió los exámenes, cuando me entregó el mío, me guiñó un ojo.
- tienen una hora para hacer el examen. Ya pueden empezar. - camino hasta su escritorio.
El exámen fue super fácil, nada de otro mundo.
En toda la hora sentí la mirada de Christopher en mi, solo en mi, y eso hacia que me ponga aún más nerviosa de lo normal.
Sonó el timbre.
- bien, nos vemos mañana. - tomó sus cosas y se fue. - no pude evitar mirarlo y recordar lo que había pasado la noche anterior. Yo gimiendo su nombre, el excitado penetrandome. Sonreí.
- hola! - me dijo uno de los chicos nuevos, sacándome de mis pensamientos.
- oh, hola. - dije amable.
- me llamo Richard Camacho. - extendió su mano. Yo la tome.
- yo soy Mía Ross. - sonreí amablemente. - bienvenido.
- gracias.
Richard era un chico moreno super apuesto, demasiado diría yo.
- Richard! Acá estás! Te estuve buscando por todos lados. - se acercó su amigo, no sabía su nombre.
- Si Zab, acá estoy. - se llamaba Zab? Un nombre raro, pero lindo, no lo había escucho en ningún lado.
En eso se acerca mi mejor amiga.
- hola! - dijo saludando a cada uno con un beso en la mejilla, los chicos la saludaron igual.
Las horas en el colegio parecían eternas.
Ya era la hora de salir.
- es tan hermoso. - decía mi mejor amiga en el camino hasta mi casa.
- Mira nomás, Emma se enamoró. - Rei.
- no es que me enamoré, solo me pareció apuesto.- sonreía enamorada. - me paso su número!. - dijo aún más emocionada.
- Si, ya vi. - yo iba riendo por su expresión.
- y tu? - dijo más calmada.
- yo que? - cuestioné dudosa. No sabía a lo que se refería.
- Vi como ese morocho hermoso te veía.
- ah no, nada, solo me cayó bien, creo que seremos muy buenos amigos.
- él no quiere ser tu amigo Mía.
Sacudí la cabeza riendo por las bobadas que decía mi amiga.
- Tenemos que hacer doble cita.
- Emma, ni siquiera lo conozco, lo conocí hoy apenas en la escuela, no me interesa salir con nadie ahora, estoy bien así.
- y que hay de Christopher? - por qué tenía que nombrarlo? Obvio que no pasa nada con él, y por qué me pregunta eso? Me puse nerviosa, pensé que no se iba a dar cuenta lo que ya me pasaba con él.
- de que hablas? - estaba dudando de los nervios.
- vi que lo observabas mucho, y cuando él te dejo el examen en tu mesa te guiñó un ojo, Mia, no pienses que no me di cuenta.
- te voy a contar algo okey? Pero no tienes que decir ni una palabra a nadie.
- ya cuéntame! . - dijo saltando emocionada.
- espera a que lleguemos a mi casa y te cuento. - asintió.
Las 2 cuadras que quedaban para llegar a mi casa fueron tranquilas. Emma no paraba de decirme que ya quería saber "lo que le estaba ocultando"
No debía de decirle, pero es mi mejor amiga, y necesito que me aconseje con lo que me estaba pasando.
Capaz, que si Chris no se enterara de que le conté a Emma, no se enojaría conmigo.
- bien, ahora cuéntame. - tiro sus cosas al sofá.
- apenas llegamos Emma! - exclamé.
- dijiste que cuando llegáramos a tu casa me contarás.
- bien. - dije sentándome en un sofá pequeño. - tuve sexo con Christopher Vélez. - solté rápido. Lo dije tan rápido que Emma no entendió.
- que? - hizo un gesto de no entender.
- me acosté con el profesor Christopher! - grité.
- QUE? NO TE CREO. - Grito aún más fuerte.
- pues no me creas, yo solo se lo que pasó.
- cuéntame todo con lujos de detalles.
Le conté todo lo que había pasado desde la llamada hasta lo que pasó la noche anterior.
- MIA! Eres una puta amiga! - exclamó. - por eso eres mi mejor amiga. - me abrazó.
- no tienes que decirle a nadie. - le pedí. - Es un secreto.
- soy una tumba. - con sus dedos hizo un gesto hacia su boca, como si tendría una llave para cerrar su bocota. - pero ahora cuéntame, como lo hace? La tiene grande?
- Emma! - me sonroje.
- tienes la suerte de acostarte cuando quieras con ese profesor que es un bombonazo, al menos cuéntame! No seas mala. - ambas reímos.
Y así pasamos el tiempo con Emma, es muy divertido pasar tiempo con ella, le conté todo lo que quería saber, a parte de ser graciosa, es súper chusma.
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