I
- me gustaría que la semana que viene todos traigan cartulina para hacer el trabajo que les dije. - Decía Christopher Vélez nuestro profesor de filosofía caminando de un lado a otro. Me ponía nerviosa. Todas morían por estar una sola noche con él.
- en que piensas? - pregunto Emma, mi mejor amiga.
- en nadie, vamos? - dije tomando mis cosas para luego saliese ahí con ella.
- se que estuviste pensando de nuevo en Christopher.- insinuó Emma. Aunque no lo reconozca tenía razón, ella siempre sabe que es lo que me pasa, o en que pienso. Me conoce muy bien.
- no es que estuve pensando en él, sino en todas las chicas que estaban babeando por él en ese instante, se que todas quieren que "Christopher Vélez " - hice comillas con mis dedos.- las lleve a la cama.
- y una de esas chicas eres tu, no?
- que? Emma, por favor! - rei irónicamente. - claro que no. Ya dejemos de hablar del profesor.
Yo me encontraba cambiando mis libros de filosofía por los de literatura en mi casillero.
- Ross. -dije el idiota de Gabriel, mi ex novio.
- Miller.- susurre su apellido.
- pensaste sobre mi propuesta? - me susurró al oído.
- Si. sonreír falsamente. - y la respuesta a tu pregunta es no! No me acostare contigo Gabriel. -cerre el casillero y empecé a caminar.
Gabriel, el idiota de mi ex- novio me había pedido una noche con él y me dejaba de molestar. Pero lo que él no sabía ni nadie, era que aún soy virgen, no quiero que nadie lo sepa, la única que lo sabe es Emma.
Entre al salón y para mi suerte no había nadie. Me senté en mi asiento. Desde mi lugar veía un papelito tirado al lado del escritorio de profesores, me levanto y lo agarro. " la primer clase es gratis " decía el papel, acompañado con un número de teléfono. Guarde el papel adentro de uno de mis libros ya que empezaban a venir todos.
- Mía, donde estabas? -me pregunto Emma preocupada sentándose a mi lado. - estuve buscándote por todas partes.
- ah, estuve aquí... adivina que?
- que? Ay no me digas... otra vez Gabriel cierto? - asenti. - es que ese pibe no se cansa.
-buenos días. -dije la profesora de literatura.Las dos horas con esa profesora pasaron super lentas, ya no veía la hora de ir a casa.
(...)
Hasta el lunes, que tengan un buen fin de semana. - dijo antes de que todos salgan corriendo hacia sus casas.
-ya que tenes planeado para este fin de semana? - decía Emma tomando sus cosas para salir de salón, si, eramos las únicas que quedábamos.
- Dormir, comer y dormir. decía mientras caminábamos por el pasillo de la escuela.
-es en serio Mía, salgamos esta noche., dijo tratando de convencerme.
-No Emma, no estoy de humor para salir hoy, capaz la semana que viene.
-esta bien, nos vemos mañana, te parece.? -senti, para luego ir a casa.
En el camino no dejaba de pensar en Christopher, tenía algo raro que no podía ver, era totalmente raro. Pero aún así me parece súper guapo, aunque no creo que sea mi tipo. Es muy grande para mí.
Llegue a casa, llame a mamá, y no estaba... mi mamá trabaja todo el día, casi nunca la veo, es enfermera en una clínica, estamos solo ella y yo en la vida, mi papá desapareció un día cuando yo era pequeña, y nunca volvió.
Me preparé algo de comer, al terminar lave lo que ensucie y me puse a ver televisión en el living.
Me acordé de ese papelito que había encontrado en el aula del colegio.
Decidí sacarlo y llamar a ese número que estaba ahí, para ver de que trata "la primera clase" encima gratis.
Agarre el teléfono y sin pensarlo dos veces marque el número.
Me atendió una voz masculina, ya había escuchado esa voz en algún lugar, me parecía muy conocida.
- hola? - volvió a repetir el hombre del otro lado del teléfono.
Hola. - me decidí por contestar. -encontre este número tirado en el salón de mi escuela, quería saber, a que se debe esta clase? -tome aire. - a que se debe esta clase.? - volví a preguntar.
- de sexo. - al oír decir eso la piel se me puso de gallina y me puse aún más nerviosa.
- perdón? Usted enseña sexo? Pero como? -la voz se me notaba entrecortada por los nervios.
- fácil... - hizo una pausa. - enseño todo lo que tenga que ver con el sexo... le enseño a las mujeres todo lo que nos gustan a los hombres, todo.
- o sea, teoría? -pregunte.
- no. - rió - es todo práctico.
Como podía enseñar a las mujeres a tener sexo! Que loco. -pense.
-perdon, esto no es para mí. Pensé que era otra cosa.
- descuida, no creo que llegaste hasta acá por una simple equivocación. Si ese papelito llega a ti, es porque de verdad lo necesitas.
- oh, créeme que no, no lo necesito.
- ven, prueba, y si no te gusta te puedes ir. - trague saliva.
- esta bien. - dije rápido. - cuando puedo ir? - pregunte.
- Emmm. - escuche un ruido de hojas. -esta tarde, te parece? - asenti y luego corte.
No puedo creer que haya aceptado que un total desconocido me enseñe a tener sexo.
Me dije a mi misma.
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