— Nos inscribí en una clase donde nos enseñaran a ser madres y como podemos lidiar con los problemas que conlleva cuidar a una bebé —Digo lo más rápido que puedo, ella me mira asustada ya que estaba jugando con Chaeryeong, más bien haciéndole caras locas esperando que se ría, pero en el momento que terminó de decir lo que me he estado guardando se queda completamente callada y sus ojos clavados a los míos, me está tratando de persuadir para que no vayamos o realmente está enojada porque no fui sincera con ella desde un principio.

— ¿Que? —Todavía no lo ha comprendido, cierro los ojos y suspiro, antes de morder mi labio inferior— Sabes que eso me mata —Sonrío y lo suelto, cuando abro los ojos ella está en el sofá tirada simulando que está muerta— Y que sonrías así me mata —Rio, a veces hace cosas que me hacen reír tanto, sonrío nuevamente al ver a la bebé y me lanzo a sus brazos, últimamente a estado más cariñosa de lo normal cosa que no me disgusta pero sí extraña.

Compartimos un pequeño beso antes de voltear a ver a la bebé y notar que nos está mirando con las cejas fruncidas, está enojada por alguna razón, se parece tanto a Chaeyoung que me resulta un tanto escalofriante, vuelvo a darle un beso pero ésta vez también a la bebé para que ambas estén felices y no se enojes conmigo.

— Te amo —Murmura en mi oído, todo lo que me hace sentir con dos palabras, mi corazón se acelera y me siento tan relajada, gracias a sus caricias en mi espalda baja— Las amo a ambas —Sé porque lo está diciendo, frunzo los labios y ruedo los ojos, a veces le gusta estropear momentos perfectos.

No porque quiera hacerse la cariñosa cambiará lo de las clases, necesito a una esposa que me ayude no a alguien que solo trae dinero y comida a la casa, sigo en sus brazos porque tal parece que no me quiere alejar, tal vez porque sabe que me hizo enojar y cuando me alejo eso significa una posible discusión y bien merecida que la tiene.

— A las cuatro espero estés lista y preparada para la primera sesión, no quiero que te enojes por nada de lo que voy a decir así como yo no me enojare por nada que tú digas... —Me doy la vuelta hacia la bebé— Y si hablas de esa tal Seulgi mejor —Se que le enoja que la nombre pero no se me va a quitar de la cabeza ese nombre, no puedo evitar sentirme tan enojada y celosa por esa chica, deseo volver al trabajo tan solo tengo que esperar dos semanas más para poder llevar a la bebé a una guardería, estoy segura que me costará un montón pero necesito volver al trabajo, hay cosas que debo manejar.

— Ya te dije que no siento nada por ella —Hago un mohín y asiento— Cuando vuelvas al trabajo te darás cuenta que no —Se ve tan segura de sí misma que siento que debo creerle, la última vez que lo hice, ese día que entre a esa habitación y vi como claramente me engañó, nunca se me va a olvidar lo decepcionada que me sentí, ella me prometió que éramos exclusivas, detesto recordar más cosas malas de nuestra relación.

Sí hay una cosa que le agradezco en esta vida, además de darme a la hija más hermosa del mundo, es que se haya alejado de ese lugar porque me enojaba cada que la veía pasar por ahí, todas las chicas la reconocían, todavía sucede, la abrazan y siempre le preguntan si está disponible en mi cara, estamos con las manos entrelazadas y tienen el valor de preguntar ese tipo de cosas.

Cientos de veces discutimos por eso, gracias a la bebé comenzaron a notar que ya no está disponible, es algo gratificante en medio de toda la mierda que vivíamos por esos años, todo fue difícil desde la convivencia hasta las horas que pasábamos trabajando, no teníamos oportunidad de vernos y cuando estábamos juntas solo era sexo, nada más que eso.

No había comunicación hasta que note que nuestra relación solo se basaba en eso, entonces decidí amarla, demostrarle con pequeñas cosas que por más que lo oculto soy una romántica empedernida— Son Chaeyoung —La llamo, ella me mira, nos miramos, sonreímos al mismo tiempo, como si realmente estuviéramos conectadas— Te amo —Me abraza, hacerla feliz con pequeñas cosas se volvió una necesidad, sobre todo desde que nos casamos, siempre he tratado de hacerla sonreír por cualquier estupidez, en el poco tiempo que pasamos juntas.

— Te prometo que daré todo de mí —Una pequeña parte está dudando de ella, no porque quiera o que no confíe, es que ya escuché eso, ella me lo dijo una vez y no cumplió así que iré tranquila, lucharé relajada y sin alterarme porque no quiero que todo ésto se acabe o que tenga la necesidad de alejarme para poder estar mejor conmigo misma.

Amo a Chaeyoung pero la conozco y sé lo rápido que puede cambiar de opinión o las ganas que tendrás de huir cuando sea obligada a hacer cosas que a ella le parecen estúpidas, pero a mí no, quisiera que se diera cuenta que las dejé de hacer para que no se molestará o se fuera, mi corazón se comprime y las ganas que tengo de decirle todo se comienzan desvanecer cuando la bebé llora,

Tiene hambre así que me subo un poco el suéter que llevaba puesto por el frío del aire acondicionado y con cuidado la acercó a mí pecho, me mira y se sonroja, apartando la mirada y cerrando los ojos, todavía sigue siendo una chica rara hormonal, me acomodo mejor para que no me duela la espalda y Chaeryeong este cómoda, para luego acariciarle el muslo a Chaeyoung, me gusta ponerla nerviosa.

— ¿Q-que haces? —Me encojo de hombros, quiero que esté cerca de mi para abrazarla y decirle lo mucho que la amo, también para enojarla y que se de cuenta que lo único que quiero es que luego que la bebé se duerma ir a la habitación y seguir con lo que no terminamos de hacer.

— Tocando a mi esposa —Aprieto un poco y luego vuelvo a acariciarla, es tan adorable que no puedo dejar de pensar en lo linda que son sus piernas, tan tonificadas y suaves, me gustaría recostar mi cabeza en ellas pero le resulta imposible con la bebé en mis brazos, hago una mueca de dolor y luego suspiro, no hay cosa más estresante que cuando a Chaeryeong se le olvida que yo también soy humana.

— Deberías dejar de hacerlo —Su voz cambia por completo, estoy dándole justo donde quería, así que le sonrío y subo un poco la mano, hasta rozar su entrepierna, muerdo un poco mi labio inferior pero hago como que no estoy haciendo nada malo— Mina la bebé está aquí —Asiento y sigo tocando esa zona, también se lo sensible que pueden llegar a ser éstos lugares ya no es ella la única que toma el control de toda la situación, la conozco y sé como ponerla nerviosa.

— La bebé está comiendo y yo también quiero comer —La miro, no es capaz de contestar solo sonríe, esa maldita sonrisa tan atractiva que me deja sin aliento cada que la veo, suspiro y me acerco a su oído— También quiero tomar leche —Sus ojos se abren como platos y yo me hago la desentendida, dándole un besito en la frente a la bebé cuando deja de chupar y me doy cuenta que está súper dormida.

Me acomodo el suéter y le doy suaves palmaditas en su espalda— Vo-voy a llevar unas cosas a l-la habitación —Ruedo los ojos divertida, ahora parece que no puede controlar los impulsos de tocarse, cuando yo estoy con dolor por no poder hacer nada.