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06.

Es de noche y una tormenta se avecinaba, según la radio y noticias de última hora de los meteorólogos que siempre avisan todo demasiado tarde, tengo bastante miedo porque no quiero que la bebé se despierte o que Chaeyoung, quién le tiene miedo a los ruidos fuertes, comience a estresarse por eso, así que la abrazo y la acerco a mi cuerpo para que se sienta segura sin miedo a nada porque tiendo a alejarla para escuchar el ruido de los truenos, me gusta ya que me relaja, es una sensación extraña lo que me producen.

— Te-tengo un poco de miedo —Chaeryeong no se inmuta con los ruidos, ella solo se remueve y sigue durmiendo como si nada, agradezco que haya salido así porque no quiero una hija que se asuste por todo, está bien que se parezca a su mamá pero no en ese aspecto, beso la comisura de sus labios y acaricio su mentón lentamente.

— Voy a estar para ti en todo momento, no te voy a dejar sola —Prometo, obvio que no lo haré es más si debo hacer algo para que se distraiga mucho mejor, nunca me ha dicho el por qué se siente así con el sonido de los rayos y la lluvia como tal, es algo que ha estado ocultando desde que la conozco— Cuidaré a mi bebé mayor —Sonríe, sus ojos se achican y mi corazón se acelera, no sé en qué momento exactamente comenzó a ser tan adorable.

— Te amo —Sube la pierna y choca contra mi centro, mis ojos se abren como platos y ella se esconde en mi cuello, no se da cuenta lo que está haciendo o es que lo hace así para que sea menos evidente que me está provocando, cualquiera de las dos hace que me sienta mal, estoy mal, mi respiración se corta cada que se mueve, lo hace tan lento que no logro sentir esa sensación que hace que me retuerza.

Quiero retorcerme para que sepa que lo que está haciendo me está volviendo loca, lentamente bajo un poco mis caderas y siento el empuje directo en mi clítoris, el cual se despierta y me manda una descarga eléctrica que me hace jadear, quisiera poder gemir pero se que estaría fuera de lugar, está asustada y es un movimiento involuntario.

No le he contestado el te amo y se que eso le molesta demasiado pero es que las palabras no me salen— Yo también te amo —Digo en un suspiro, las cosas han cambiado ahora es ella la que me está provocando, puedo sentir su risita en mi clavícula la cual succiona a los pocos segundos, me va a volver loca si no llega a moverse y cogerme hasta que no pueda más, es lo que he deseado desde hace bastante tiempo y tocarme no ayuda para nada.

Ya no es lo mismo unos dedos que su largo miembro haciéndome venir una y otra vez, gruño instintivamente y abro los ojos asustada— Veo que si te está gustando —Simula estocadas con la piernas, rozandome lo más suave que puede hacerlo, me enoja tanto cuando hace ese tipo de cosas, aprieto los labios enojada hasta que sube un poco la pierna.

Tiene una mano en mi cintura y me aprieta hacia ella, puedo sentir lo dura que está, no entiendo por qué le gusta tanto hacer las cosas tan lentas al punto de que quiero gritarle en la cara que me coja, que me haga suya hasta que no pueda más, gritar su nombre y marcarla, hace tanto tiempo que no lo hago que se me estremece el cuerpo de tan solo recordarlo.

— Chaeyoung-ah por favor —Se lo estoy pidiendo pero no hace nada, sigue con esos movimientos tan lentos que me agobian, siento que mis ojos pican por el llanto debido a la desesperación que me está consumiendo lentamente, vuelvo otra vez a moverme para que su pierna me roce con más fuerza, estoy tan mojada que se va a deslizar tan rápido en mí— Por favor —Ruego con un hilo de voz, me da la vuelta, pegándome contra su pecho, siento su dureza en mis glúteos.

— Abre las piernas —Eso hago, las mantengo abiertas incluso cuando tengo la necesidad de cerrarlas, escabulle su mano en el short que llevo puesto, escucho como se asombra y cierro los ojos, espere tanto ésto, aunque sea sus dedos dentro de mi, algo que fuera de ella, necesitaba que me hiciera sentir como cuando apenas éramos tutora y alumna.

— ¿Me enseñarás algo nuevo? —Rio entre dientes, sus dedos entran en mi tan rápido que me roba el aliento, no ma detengo aún cuando mi cerebro me dice que debo estar al pendiente de la bebé, no me hago caso a nada porque me estoy perdiendo en sus movimientos, en lo rápido que se está moviendo y sus jadeos en mi oreja, como dice mi nombre entrecortadamente.

— Todo lo que quieras —Mi centro se cierra en torno a sus dedos, definitivamente mi resistencia ya no es la misma o es la adrenalina del momento que me hace estar al borde del orgasmo, aprieto el vientre para tratar de sostenerlo hasta que sea necesario liberar ese nudo pero se me hace imposible— Todavía no —Saca los dedos de la nada dejándome jadeando de dolor y desesperación, me coloca boca arriba y sonríe— Apenas estamos comenzando —Aprieto los dientes cuando me quita la última prenda que cubría mi intimidad.

Ella también se quita el pantalón y eleva una ceja cuando me ve tragar al verla desnuda, no recuerdo la última vez que estuvimos en una situación así, las cosas cambiaron de la nada pero ahora me doy cuenta que están volviendo a ser cómo antes.

— Por favor Chaeyoung —Me mira en silencio.

— No hay condones —No me lo puedo creer, escondo mi rostro con mis manos y pienso en una solución, hay demasiado riesgos que correr si llega a hacerlo sin protección, puedo volver a quedar embarazada y no quiero eso, soy feliz con una sola hija hasta ahora más adelante tal vez quiera a otra mini Chaeyoung pero por ahora no, quiero darle el tiempo que se merece a la bebé y a mi esposa.

— Sé que puedes controlarte —Gruñe asintiendo, la conozco bastante bien, sin embargo no tanto como quiero así que la siento pegando su espalda en el espaldar de la cama— Pero...prefiero llevar el control —Asiente, se ve que le duele— ¿Tanto me necesitas? —Rio, ella me mira mal, sé lo mucho que quiere saltar y puedo entenderlo, yo también la quiero sentir, hace tanto que no lo hacemos que duele el simple hecho de estar una frente a la otra viéndonos desnudas sin hacer nada.

— Ven bebé —Me toma de la cintura y comienza un beso que me hace suspirar, es la primera vez en meses que ha logrado besarme sin que la bebé nos interrumpa, sus manos bajan a mis glúteos y los aprieta, quiere bajarme y eso logra, la punta chica contra mi centro, abriéndose paso lentamente.

Entre abro los labios dejando escapar un gemido lastimero cuando entró por completo, duele, demasiado, ella me abraza y besa mi hombro derecho, luego el izquierdo, extrañaba esto pero duele como el infierno.

No se mueve y tampoco quiero hacerlo, quedarme en ésta posición hace que lo sienta más grande y no tengo la necesidad de moverme ya que mi centro lo está succionando, tanto lo necesitaba que gimo de imprevisto, muerdo mi labio inferior y con las rodillas me impulso un poco hacia arriba, veo como abre los labios y frunce las cejas.

— Extrañaba tanto ésto —Yo también lo hacía, cada momento de mi vida pensaba en lo bien que se sentía cuando saltaba en su miembro, sentirla dentro de mi me vuelve loca, lo está haciendo, creo que en cualquier momento perderé la cabeza, vuelvo a moverme, suelto una maldición por cómo parece agrandarse en mi interior.

— Quiero estar contigo toda la vida —Murmuro cerca de sus labios, no lo puedo negar es la mejor mujer de este mundo pero necesita ayuda, bueno, todos en esta vida necesitamos ayuda y trataré de hacerlo, de brindarle la posiblidad de que se recupere de esos traumas que hacen que se sienta tan incómoda en un entorno familiar.

— Te amo Myoui Mina —Ahora no soy solo yo la que se mueve, ella también está ayudándome, sosteniendo mi cintura y penetrando mi vagina como si fuera lo único que la mantiene viva, puedo ver como una pequeña cala de sudor recubre su cuello y parte de su frente, sus brazos se marcan al igual que la vena de su frente, ni hay una imagen más atractiva que sus labios rojizos de tanto morderlos, su cabello despeinado, todo de ella me está llevando a perder la cordura.

— Yo también te amo Son Chaeyoung —Mi espalda se arquea por si sola, nada en este mundo es capaz de hacer las maravillas que ella hace en la cama, es una experta en todo pero ésto se lleva la medalla de oro.

No puedo evitar gemir tan fuerte que retumba en mis oídos el sonido áspero de mi garganta soltando sandeces— Aguanta un poco más —Conoce aquel punto dulce que me hace clavar las uñas en su espalda, sigo moviendo mis caderas ésta vez en círculos, pero ella lo permite hasta cierto punto, cuando sabe en donde darme, comienza a hacerlo cada vez más fuerte al punto en que los golpes de nuestros pieles inundan la habitación, además de nuestros gemidos y la madera chocando contra la pared.

Quiero aguantar más, sentirla hasta que mis párpados se cierren y me quedé dormida, llegar al máximo de mi aguante y dejarme desfallecer en sus fuertes brazos, pero no puedo, mis paredes se cierran aferrándose a su dureza y en dos estocadas más el tan esperado orgasmo me azota tan fuerte que grito su nombre.

Ella sigue moviéndose dentro de mi hasta que sale de imprevisto, estoy un poco mareada pero me doy cuenta del por qué me empuja así que abro los ojos y le quitó la mano— Correte en mi boca —Ella asiente y veo el esfuerzo que hace para tocarse con más rapidez, vuelvo a quitarle la mano y abro un poco los labios— Extrañaba tanto ésto —Canturreo antes de succionar la punta, eso basto para sentir como llenaba mi boca, tan dulce como siempre.

Me aparto un poco y lo trago mientras veo directamente a sus ojos que se oscurecen— ¿Otra vez? —Asiento, tal vez debería agradecerle a las nubes por brindarme ésta fabulosa noche.

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