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CAPITULO 16

–Portate bien con la abuela ¿si Yeon Seo? Tus papis vendremos a buscarte mañana en la mañana para ir al pediatra. –Soo Bin dejó a su pequeña hija en los brazos de Hyun Soo, quien sonreía emocionada de cuidar a su nieta.

–Ella se portará de maravilla Binnie, veremos una película y luego cenaremos fideos, finalmente molestaremos al abuelo. –Hyun Soo jugó con las mejillas de la bebé, que mostró su pequeña sonrisita sin dientes.

Vamos a ponernos al día otra vez. Pasaron cinco meses desde el nacimiento de su pequeña Yeon Seo, ellos ya tenían un año de pareja y no lo celebrarían hasta ahora pues su hija les quitaba bastante tiempo. Ahora mismo la estaban dejando con Hyun Soo e Young Dae, los padres de Yeon Jun.

–Suerte con su salida y Yeon Jun no hagas nada estúpido. –Murmuró el señor Choi mientras veía a su hijo, quien hizo un puchero.

–Gracias por apoyarme tanto papá. –Agarrando la mano de Soo Bin se despidió de su padre y de su madre, caminando hacia el auto otra vez.– Primero iremos a cenar y luego te tengo otra sorpresa en nuestro apartamento.

Soo Bin asintió emocionado y dejó un beso en los labios de su novio. Yeon Jun se encontraba nervioso, esa noche le pediría definitivamente que se casara con él. Primero irían a cenar y luego lo llevaría al departamento para finalmente pedirle matrimonio en la hermosa azotea del edificio, todo sería perfecto.


Pues absolutamente nada había salido perfecto. Ninguno de los dos se hablaba mientras volvían al apartamento pues ambos estaban enojados, uno con razón y el otro por una boberia. Al llegar al edificio ambos bajaron del automóvil y caminaron hacia el interior del departamento, al entrar se desató la furia.

–¡¿Por qué hiciste eso?! –Soo Bin fue el primero en gritar mientras se quitaba el saco que tenía puesto.

¿Qué había pasado? Era algo extraño. Uno de los chicos que se encontraban en el restaurante se le había insinuado a Soo Bin e incluso le había pagado un plato de comida, Soo Bin no había dicho nada e incluso había devuelto el plato pero lo que desataron los celos de Yeon Jun fueron las caricias del chico cuando se acercó a su mesa, le había acariciando sin disimulo alguno las piernas y la mejilla. Soo Bin no había hecho nada pues se había quedado paralizado y apenas reaccionó se alejó algo asustado, a ese punto Yeon Jun ya estaba que explotaba de furia. Pero lo que había causado el enojo del pálido fue cuando fueron a pagar, la chica del restaurante se le había insinuado sexualmente a Yeon Jun dejando totalmente en el olvido y Yeon Jun, aún en su ataque de celos, le había respondido de manera coqueta.

–¡Tú también te dejaste tocar por ese chico sin decir nada! –Gritó de vuelta Yeon Jun, viendo a su novio.

–Oh claro, yo supuestamente me dejo tocar por un chico entonces tu vas y coqueteas con una chica en frente mío. –Soo Bin bufó, enfadado.– Me paralicé y me alejé del chico en cuanto pude, en cambio tú lo hiciste con todas tus intenciones.

–¡Quería que sintieras como yo me sentí a ver si te gustaba! –Gritó nuevamente Yeon Jun.

–Pues es una tontería, si sabes que yo te amo, jamás siquiera pensaría en coquetear con otra persona. –Soo Bin intentaba mantener un tono de voz bajo pues sabía que si empezaba a gritar su voz lo traicionaría, dejando ver a la luz que estaba a nada de llorar.

–¿Y cómo estoy seguro que me amas? Después de todo tu eres un demonio y no sientes. –Soo Bin dejó caer unas cuantas lágrimas, eso sí le había lastimado.

–¡Estoy seguro de que te amo porque tú me hiciste sentir otra vez así como me estás lastimando ahora! –Gritó con su voz rota, Yeon Jun sin pensarlo mucho habló, sin importarle las consecuencias.

–¡ESTOY SATISFECHO! –Gritó girándose al demonio quien abrió sus ojos con sorpresa. Pasaron unos cuantos segundos de respiraciones agitadas y pequeños sollozos provenientes del menos antes de que Yeon Jun se diera cuenta de lo que había dicho.– Yo... Binnie, no quise decir eso. –Susurró acercándose al pálido, quien negó con la cabeza.

Todos pensarán, ¿No se supone que debía sentirlo para que eso funcionara? Pues a pesar del enojo Yeon Jun realmente estaba satisfecho con Soo Bin, estaba enamorado del demonio. Soo Bin había cumplido el labor que tenía como un íncubo en el mundo y ahora debía volver, las palabras habían sido dichas.

–Bueno, solo tengo aproximadamente un minuto antes de irme. –Susurró Soo Bin viendo sus manos desaparecer con lentitud.– Gracias por hacerme sentir otra vez Yeon Junnie, por dejarme entrar a tu vida y regalarme el mejor año, hiciste que yo sintiera otra vez, que mi corazón latiera, que yo sintiera dolor, que la sangre inmóvil en mis venas empezara a recorrer por mis cuerpo. También fuimos padres de una hermosa niña, nuestra pequeña Yeon Seo, cuidala bien ¿si? Ella te necesitará mucho. Me alegro de haber vuelto a tu vida y de haber cumplido mi meta de decirte te amo una vez más, te amo Choi Yeon Jun, lo haré por siempre.

Y sin darle tiempo a Yeon Jun de responder el demonio finalmente desapareció, quedando Yeon Jun totalmente solo en el departamento, las lágrimas bajaban de sus mejillas al pensar en lo que acababa de hacer, Soo Bin se había ido por su culpa.

Caminó hasta su habitación y buscando en uno de los cajones sacó la cajita de terciopelo de color azul, la abrió dejando ver un hermoso anillo que su madre le había ayudado a elegir, ¿En qué momento había arruinado todo? Si no fuera por sus celos ahora mismo Soo Bin estaría aceptando su propuesta para poder casarse, se estarían besando con amor. Su llanto aumentó.

–¿Yeon Jun? ¿Qué haces aquí? Pensé que vendrían hasta mañana. –Murmuró Hyun Soo cargando a una casi dormida Yeon Seo, quien abrió sus cansados ojitos a ver a su papá ahí, rápidamente su mirada se dirigió a otro lado, buscando a su otro papá.

–¿Podemos hablar, mamá? –Susurró con su voz algo raposa, Hyun Soo algo confundida asintió.

–Iré a acostar a Yeon Seo con tu padre y volveré así hablamos, ¿Si? –Sin decir nada más, la madre de Yeon Jun desapareció escaleras arriba y el pelinegro desvió su mirada a una caja que había en la mesa, parecía estar llena de fotos.

Algo confundido se acercó y agarró uno de los pequeños cuadros que tenía una foto, miró la mencionada y su ceño se frunció viendo como en esa foto estaba él y ¿Soo Bin? Empezó a sacar las demás que había en la caja, enmarcadas, sin enmarcar, cada una eran fotos de su adolescencia donde salía con Lee Soo Bin. La preguntas no tardaron en llegar a su mente, ¿Qué hago con Soo Bin en estas fotos? ¿Por qué no recuerdo nada? ¿Nos conocíamos? ¿Él sabía de esto?

–¿Yeon Jun? ¿Qué haces? –Hyun Soo se acercó a su hijo y abrió su boca al ver que se encontraba viendo todas las fotos que tenía con Soo Bin. Yeon Jun agarró la última y sintió un dolor en su corazón, ahí se podía ver cuando era el adolescente de dieciséis años, se estaba besando con Soo Bin, el morado cabello del chico brillaba por el sol, la morocha piel combinaba con la de Yeon Jun.

–¿Qué es esto, mamá? –Susurró mientras sentía sus lágrimas caer nuevamente, el dolor en su pecho era fuerte al ver tales fotos, su cabeza estaba empezando a doler.

–Es mejor que te sientes, cariño. –Agarrando la mano de su hijo, Hyun Soo lo guió al sofá, le ayudó a sentarse y luego ella se sentó a su lado, suspiró sin saber por donde empezar y miró a los ojos del menor.– Tal vez esto sea algo duro para ti pero supongo debo contártelo. Cuando tenías catorce años empezaste una relación con un chiquillo, con tu padre pensamos que no durarían mucho pero contra todo pronóstico ustedes estuvieron juntos por dos largos años, tú realmente amabas a Lee Soo Bin. Recuerdo que el día de su cumpleaños ustedes cumplían los dos años de pareja, él debía venir a casa y luego finalmente se irían a su tan esperada cita, sin embargo Soo Bin nunca llegó. Tú te desanimaste mucho y te encerraste en tu habitación, aproximadamente a las ocho de la noche la señora Lee nos llamó preguntando si Soo Bin estaba con nosotros, ella se encontraba muy alterada y se alteró aún más cuando le dijimos que no te habías aparecido en toda la tarde. Nosotros nos preocupamos mucho pero no quisimos decirte que no sabíamos donde estaba Soo Bin, quince minutos después de eso la madre de Soo Bin llamó nuevamente, esta vez llorando mientras pedía que fuéramos al hospital contigo. Fuimos a tu habitación y te despertamos, confundidos los tres fuimos al hospital y al llegar ahí estaba la mujer, destrozada junto al señor Lee, cuando nos acercamos ella se dirigió directo a ti mientras pedía perdón, no entendimos hasta que el padre de Binnie habló, "Encontraron a Soo Bin muerto, todo indica que fue homicidio." Tú te rompiste en ese momento y lloraste abrazado a mí. La autopsia que le realizaron al día siguiente reveló dos cosas que empeoraron tu estado de ánimo. La primera, Soo Bin había sido violado, la segunda y más dolorosa, Soo Bin estaba esperando un bebé tuyo. Te encerraste por una semana, no querías salir de tu habitación y apenas comías. Un día simplemente saliste y dijiste que te encontrabas bien, cuando te preguntamos cómo te sentías con respecto a la muerte de Soo Bin preguntaste quien era él. Con el tiempo nos dimos cuenta que te habías propuesto olvidar todo de él, como si esos dos años no existieran nunca y así pasó, te olvidaste por completo de Soo Bin. Unos años después de eso tu abuela llamó a un demonio para que la ayudara a poder mantenerse por sí misma antes de morir, cuando fui a visitarla y ví a Soo Bin me asusté pero luego me explicaron todo.

Yeon Jun miró al suelo, de pronto todos los recuerdos se ese suceso habían llegado a su mente, nuevamente las lágrimas se deslizaron por su mejilla hasta caer de su mentón y perderse en su ropa.

–Yo lo arruiné de nuevo mamá. –Murmuró Yeon Jun mientras se abrazaba a su madre.– Discutimos con Binnie y yo dije esas palabras, lo mandé de vuelta a ese lugar donde vive siendo un demonio, lo perdí mamá, lo perdí.

Hyun Soo sonrió con tristeza, sabía que eso pasaría algún día, que Soo Bin volvería al famoso lugar donde recidían los demonios de su tipo. Yeon Jun había cometido un error, un error que le había arrebatado su felicidad porque después de todo eso somos los humanos, cometemos errores que nos cuestan muchas cosas, errores que no se pueden enmendar. La madre de Soo Bin los había cometido al echar a su hijo de su casa y ahora Yeon Jun los había cometido al decir aquellas palabras que sabía tenía prohibidas.

Fin.

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Ya estamos por terminar esta historia...

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