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CAPITULO 14

—¿Estás seguro de qué quieres ir ahí? —Murmuró Yeon Jun agarrando la mano de su novio, quien tenía una pequeña mueca.

—Estoy seguro Yeon Junnie, quiero verla y entenderla... Eso creo. —Soo Bin suspiró mientras acariciaba su, ya algo abultado, vientre.

Tres meses habían pasado desde que ellos se habían enterado de la noticia que estaban en la dulce espera de una pequeña niña o un pequeño niño y al parecer Soo Bin ya estaba cumpliendo casi el cuarto mes de embarazo, su vientre empezaba a hacerse notar y cosas importantes habían pasado.

Por ejemplo que hace dos meses cuando estaban acostados solamente viendo películas, Yeon Jun puso su mano en el pecho de Soo Bin y logró sentir como su corazón palpitaba, se sorprendió mucho en un inicio aunque era algo obvio, pues si tenía una vida en su interior, él también tendría vida.

Y ahora estaba por suceder otra cosa bastante importante, Soo Bin le había pedido a Yeon Jun el ir a visitar a su madre en el hospital psiquiátrico, claramente no se registraría con su verdadero nombre para poder ir a verla pues, ¿no sería sospechoso que un adolescente que murió hace ocho años fuera a visitar a su madre? Bastante, es por eso que Yeon Jun sería el que se registrará y Soo Bin iría con el nombre de "Yeo Sang", sí, le había copiado el nombre a ese demonio insoportable de la avaricia.

—¿Y qué excusa le daremos para que nos dejen visitarla? —Murmuró Yeon Jun levantándose de la cama para poder caminar hacia el armario y empezar a vestirse.

—Ninguna, le diré la verdad, soy su hijo y tengo mí completo derecho a poder verla. —Soo Bin se encogió de hombros y al igual que su novio se levantó para empezar a vestirse, haciendo un puchero cuando el pantalón no podía prenderse.— ¿Sabes? Podemos ir otro día.

Soo Bin hizo un puchero y se tiró en la cama, picando su vientre con un su dedo índice.

—Binnie, anda, levántate y vístete, puedes usar uno de mis pantalones.

—¿Hasta cuándo seguirás creciendo? —Preguntó Soo Bin ignorando a Yeon Jun.— ¿Me harás ser una bola que pueda rodar verdad? Mira bebé, tenemos un trato, yo te mimo dándote con los antojos pero tú no me hacías sufrir, ¡Y ya lo estás haciendo! Estás rompiendo tu parte del trato.

Yeon Jun casi muere de ternura al ver al demonio hablar con su vientre donde su futuro bebé se encontraba, una sonrisa se instaló en su rostro y acercándose a su novio acarició su vientre.

—Anda cielito, ponte el pantalón más grande que tengas y cuando volvemos te compraremos más ropa de talla más grande. —Agachandose dejó un beso en el vientre de su pareja.

Sin responder Soo Bin se levantó y buscando el pantalón más grande que tenía se lo puso a duras penas, luego una de las camisas de su novio, una nueva costumbre que tenía, y finalmente sus zapatillas negras favoritas, todo eso mientras aún tenía un puchero en sus labios, no le gustaba el estar gordo, ¡¿Y si su Junnie dejaba de amarlo por estar gordo?! ¡No quería!

—¿Bebé? ¿Qué pasa cariño? ¿Por qué lloras? —Yeon Jun se acercó preocupado a Soo Bin mientras este lloraba como si alguien cercano a él hubiera muerto.

—¿Me amarás aún gordito? —Preguntó el menor mientras acariciaba su vientre con una mano.

—Te amaría aún si pesaras 500 kilos y no pudieras caminar, Binnie. –Respondió Yeon Jun mientras acariciaba la mejilla del palido, sonriendo tontamente.– Ahora vámonos, bonito.

—¿Disculpa, quién quiere verla? —Preguntó la chica mientras fruncía levemente su ceño.

—Soy Lee Yeo Sang, uno de sus hijos, el único que le queda en realidad. —Respondió Soo Bin mientras agarraba con fuerza la mano de su pareja, quien parecía que iba a desmayarse.

—Oh ya veo, necesitaré tomarles una foto y que firmen a la entrada y a la salida, eso además de revisar que no traigan absolutamente nada para lastimar al paciente.

Ambos chicos asintieron y, luego de hacer todo lo que se les pedía estaban siendo finalmente llevados a una habitación donde podrían convivir con el paciente claramente por un tiempo limitado, se les había dado 30 minutos, tiempo suficiente para que Soo Bin viera a su madre. Al llegar a dichosa habitación Yeon Jun se quedó fuera, pues el demonio quería un momento a solas con su madre.

Soo Bin miró la puerta en frente suyo y luego de suspirar entró, viendo a la señora que parecía ser su madre, estaba pálida y delgada, las ojeras se veían claramente y el que llevara una camisa de fuerza la hacía ver extraña.

—Hola madre. —Murmuró mientras miraba a la mujer en frente suyo, quien cerró sus ojos de inmediato.

—Son imaginaciones mías. —Susurró para sí misma mientras negaba con la cabeza.— Soo Bin está muerto, yo lo maté, lo estoy imaginando, lo estoy imaginando.

—No lo imaginas. —Respondió Soo Bin, sintiendo una punzada en su corazon al ver a su madre de esa manera.— Soy real y estoy aquí mamá, será una visita rápida. —Suspiró llevando una mano a su vientre.— Tú no eres la culpable de mi muerte, si yo morí sucedió por algo y estoy aquí otra vez, solamente quiero que dejes de culparte mamá.

Y sin atreverse a decir nada más, el pálido salió de aquella habitación antes de empezar a llorar, no estaba dispuesto a mostrarse débil. Yeon Jun al ver a su pareja así solamente le abrazó, empezando a caminar ambos hacia la salida del hospital, claramente no sin antes firmar el papel que correspodía.

—Señor Lee, es un gusto verlo aquí. —Murmuró la recepcionista con una sonrisa.— Su hijo ha venido a ver a la señora Lee.

—¿Mi hijo? —Preguntó confundido el hombre mientras fruncía el ceño, la chica asintió.— ¿Podrías darme la foto que les ha sacado?

—Sí, Lee Yeo Sang.—–La chica buscó en la computadora la foto y se la mostró al hombre.— Vino junto a un alto pelinegro.

—El señor Lee casi cae al suelo al ver la foto que la chica le había mostrado.— Él es Soo Bin, mi hijo que murió hace ocho años...

Susurró, dejando a la chica confundida mientras ambos miraban la foto.

—Tal vez y solo es alguien parecido, alguien jugándole una broma. —La chica murmuró nerviosa, aquello la metería en problemas.

—¿Cómo dijiste que se llama?

—Lee Yeo Sang, así se presentó.

—Tal vez sí sea alguien jugando una broma, por favor si lo ves de nuevo llámame.

La chica asiente con nerviosismo, aliviada de que el hombre no hiciera un escándalo.

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¡Lindo día... día actualización! 🌻

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