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LII. Un casi final feliz

El tiempo junto a Harry Potter se ha vuelto muy recurrente. Con temas de conversación o sin ellos, los jóvenes se mantienen cercanos. Él por sus sentimientos; ella para sustituir la compañía de la persona que en verdad ama. Aunque está convencida de que ni Harry Potter ni otro chico pueden llenar el vacío que dejó el profesor Snape.

Es una tarde nublada y tranquila. Ambos se pierden mirando el cielo, sentados en la abertura de una torre.

Él ha insistido mucho en acompañarla, incluso si no hacen o dicen nada. Parece cómodo con el simple hecho de estar a su lado.

Y los momentos de paz son escasos, porque apenas llevaban una hora admirando el panorama cuando ven cruzar el gran pájaro abismal... sobrepasó volando la torre y tomó un rumbo bastante peculiar.

Harry Potter se queda en shock al verlo. Rápido se levanta y apunta su dedo a la trayectoria de su vuelo.

Harry Potter - ¡Es... esa bestia de nuevo!

Se dirige a la Casa de los Gritos.

Estoy seguro de que es el mismo mortífago.

Harry baja la mirada hacia T/N, quien todavía estaba sentada, y se da cuenta de que también está perpleja.

Harry Potter - Debo ir.

Tengo que ir justo ahora.

T/N Corvus se pone en pie y comienza a caminar detrás de Harry Potter.

T/N - Pero... pero Harry... pensé que dejaríamos eso atrás.

Él no detiene su paso. Va bajando las escaleras a gran velocidad.

Harry Potter - T/N... lo siento.

Me hiciste prometer que no le contaría a nadie lo ocurrido, pero si sucede algo que afecte a Hogwarts... me sentiré culpable.

La voz de su amigo es muy seria. Ella sabe que no podrá convencerlo de olvidarse del asunto, aunque también sabe que no puede dejarle ir solo...

Harry Potter - Es por eso que debo ir T/N y tú no vendrás esta vez.

T/N - Por supuesto que iré.

Nos metimos juntos en esto y saldremos juntos de esto.

Harry Potter no puede ocultar su sorpresa al escuchar las palabras de T/N Corvus. ¿Cómo podría saber él que ella actúa en beneficio propio? ¿Cómo podría saber él... que ella es la verdadera causa de aquellos sucesos?

Harry Potter - Pero... T/N...

T/N - Puedo pelear, lo prometo.

Tenemos más oportunidad de ganar si vamos los dos.

Y convencido por la determinación de su amiga, le da la razón.

Harry Potter - Entonces... apresurémonos.

Ambos corren por el castillo hasta llegar a la puerta que conduce al campo de entrenamiento. Varios metros adelante se encuentra el inmemorial Sauce Boxeador.

Harry Potter - Por aquí llegaremos más rápido.

¿Estás lista?

Ella asiente.

T/N Corvus ya conocía el pasadizo a la Casa de los Gritos a través del inmenso árbol... aunque jamás consideró que lo utilizaría algún día.

De inmediato él toma su mano y corren con todas sus energías hacia el agujero. El Sauce Boxeador casi logra golpearlos a muerte con sus fuertes ramas pero ellos consiguieron entrar antes.

Se deslizan por estrecho túnel hasta llegar a un pequeño salón. El atuendo de T/N Corvus queda ligeramente rasgado.

Los dos mantienen la cercanía. El uno cubriendo la espalda del otro, con sus varitas listas en mano.

El lugar es simplemente tenebroso. Cuadros rotos, paredes desgastadas con marcas de lo que parecen ser arañazos de garras gigantes. El amueblado tampoco ayuda, está cubierto de polvo y cada paso que dan significa más polvo cayendo del techo.

Un sonido inquietante proviene de otra habitación y ambos miran alrededor. Están alertas a cualquier evento inusual.

El sonido se convierte en pisadas enmudecidas. Como el de unos pies descalzos sobre tablones viejos de madera.

Joven encapuchada - Bueno, bueno... es que el supuesto "elegido" no puede dejar de ser una molestia.

La joven mujer se recuesta en el marco de la puerta. Luce inquieta, jugando con su varita.

Harry Potter le apunta mientras T/N escanea que no haya otra persona en el lugar.

Harry Potter - ¡Sabía que se trataba de ti!

¿Qué es lo que quieres? ¿Qué quiere Voldemort? ¿Quiere darme algún mensaje, verdad? ¿Por qué no viene él directamente? ¿Acaso tiene miedo?

Todas aquellas preguntas aturden bastante a la mujer, al punto de hacerla estallar en rabia.

Joven encapuchada - ¡SI-LEN-CIO!

¡Maldito insolente! ¿Alguna vez cierras la boca?

T/N Corvus está pendiente. También apunta a la joven encapuchada, pero en su mente espera que Harry no descubra algo de más... o se vería obligada a actuar en su contra.

Harry Potter - ¡HABLA!

Después de unos segundos de silencio la joven alza su cabeza, haciendo su máscara visible. De hecho no es una máscara, solo tiene el rostro cubierto en vendas.

Joven encapuchada - Estúpido...

Debí matarte yo misma cuando tuve la oportunidad.

¡Y ese fue mi único error!

T/N - ¡HARRY!

La joven mujer realiza un movimiento con su mano. Antes de que Harry Potter contraataque T/N Corvus lo aparta, recibiendo ella todo el daño.

Joven encapuchada - ¡NIÑA IDIOTA!

T/N cae sobre el suelo al instante. La tensión del momento ciega a su amigo, haciéndole imposible ver su cuerpo repleto de cortes profundos.

Harry Potter - Pagarás... ¡POR ESTO!

Él lanza una serie de hechizos a la joven encapuchada, aunque logra evadirlos.

Finalmente uno le alcanza y la joven cae al suelo. Harry Potter se detiene sobre ella con una mirada hostil y su varita lista para dar el golpe final.

La joven ríe y con una voz que apenas puede salir, le dice unas palabras...

Joven encapuchada - ¿Quiere pelear conmigo, señor Potter?

No sería muy inteligente.

Tu amada... morirá desangrada.

Harry voltea su cabeza rápidamente hacia T/N cuyas heridas eran más visibles, la sangre se derrama sobre el suelo de madera.

La joven encapuchada, aprovechándose de esa distracción, desaparece.

Harry Potter - Maldita... ¡MALDITA!

Él corre rápido al lado de su amiga. Luce desesperado mientras ve las incesantes hemorragias. Con su varita trata de vendarla al igual que la última vez.

Harry Potter - Férula...

Las heridas son demasiadas y muy profundas. La sangre sobrepasa las vendas mágicas.

La toma en brazos y en medio de su desesperación la lleva fuera del lugar, en dirección al castillo.

Es medianoche, la luna viaja sobre su atormentada cabeza. Entra por la misma puerta en la que ambos salieron ilesos.

Harry Potter - ¡Alguien!

Por favor...

Él continúa llevándola en brazos, pero sus fuerzas le fallan. Teme no poder llegar a la enfermería a tiempo.

De pronto, una persona con una gran capa aparece y se queda estática frente al joven que carga en brazos un cuerpo inmóvil.

Harry Potter - Ayúdela...

¡Ayúdela!

Se lo suplico.

El profesor Snape se aproxima con impulso. Sus ojos están bien abiertos por el impactante escenario.

Severus Snape - ¿¡Qué demonios han hecho!?

Harry Potter - ¡FUE MI CULPA!

Harry Potter se arrodilla, dejando el cuerpo de su amiga tendido sobre el suelo.

El profesor se detiene justo enfrente de ambos y analiza con asombro las vendas ensangrentadas por todo el cuerpo de T/N Corvus.

Severus Snape - Lárgate, Potter.

Harry Potter - Ella no hizo nada...

Fue... fue el mortífago... fue mi culpa.

Severus Snape - ¡LARGO!

Hablaré contigo después.

Harry se levanta del suelo bastante nervioso. No puede apartar la mirada de su amiga.

Harry Potter - ¿Va a estar bien? ¡Diga que va a estar bien!

Severus Snape - ¡SILENCIO!

Vete de inmediato...

Entonces Harry, con su corazón latiendo a mil por hora, camina sin darles la espalda, queriendo obedecer la orden y a la vez, queriendo permanecer al lado de T/N. Al final, la deja a solas con el profesor.

Severus Snape descubre una de las vendas y sabe lo que significa.

Respira hondo. Con su varita en mano recita un hechizo, el cuál suena como un sutil canto.

Severus Snape - Vulnera... sanentur...

La sangre de la joven para de fluir y las heridas se van cerrando lentamente.

Severus Snape - Vulnera... sanentur...

(...)

"¿Un mortífago?"

"Estaba vestida de negro, no se le veía su rostro"

"T/N... ella se interpuso para que no me lastimara"

"¿Fue ayer la única vez que la vieron?"

Son algunos segundos de silencio antes de sus siguientes palabras.

"... Si, señor..."

Recostada sobre la pared, afuera de la oficina del profesor Snape... T/N Corvus consigue escuchar la conversación que ambos tuvieron.

Y camina sola, a través de los pasillos. No quiere ver a nadie, ni hablar con nadie, excepto...

Necesita algo; tal vez olvidarse de todo, o abandonar todo, o volver a los brazos de esa persona, o... tal vez... un poco de -suerte-.

(...)

Severus Snape - ¿Qué haces aquí, T/N Corvus?

La joven descansa sobre un sillón en la solitaria sala común de Slytherin, a mitad de la noche. Sus recientes heridas siguen en proceso de cicatrización.

No emite ningún sonido, ni se inmuta por la presencia de Severus Snape.

Severus Snape - Sígueme.

Ella alza la mirada hacia él y pasando unos segundos se pone en pie.

El profesor Snape la va guiando por el salón. Entran por una gran puerta y doblan por un largo pasillo. Muy al fondo se encuentra una puerta diferente, T/N Corvus tiene la sospecha de a dónde conduce.

El dormitorio de Severus Snape es aún más oscuro. Hay un gran librero incrustado en la pared y libros por todas partes. Encima del escritorio reposa un candelabro encendido, con velas que no se desgastan. La cama es más espaciosa que la de los estudiantes y además de eso, no hay mucho en los detalles.

Severus Snape - El señor Potter, me contó todo.

T/N Corvus está notablemente distraída contemplando su alrededor. Permanece a un lado del escritorio, a la luz del candelabro.

Él sostiene en sus manos una refinada botella y vierte su contenido en dos copas de cristal.

Severus Snape - ¿Tomas?

Ella no duda en tomar una de las copas. Por el color y la textura de la bebida, se da cuenta de que es vino.

Severus Snape - Parece que has sufrido las consecuencias de relacionarte con alguien como él.

Después de probar el intenso sabor del licor, emite un suspiro y le responde.

T/N - No tengo a más nadie.

Usted lo sabe mejor que cualquiera.

Él la escanea de arriba hacia abajo, con ojos juiciosos pero condescendientes.

Severus Snape - ¿Por qué estabas ahí afuera?

T/N - Tal vez... quería morir de frío.

¿Por qué me trajo aquí, profesor Snape?

Severus Snape - Tal vez... quería evitar que murieras de frío.

Y sus miradas se encuentran, y se sienten igual que aquellas ocasiones.

Él deja la copa sobre el escritorio. Se le acerca colocando ambas manos sobre su frío y tenso rostro. La besa con una pasión indescriptible, como si lo hubiera esperado toda la vida.

Las manos de T/N Corvus tiemblan ante ese beso, provocando que su copa caiga sobre la alfombra.

Sus brazos vuelven a rodear su cuello, sus sentidos vuelven a llenarse de la presencia de Severus Snape; y su corazón... late rápido... late en una sintonía entre felicidad y tristeza. No puede olvidar el dolor que sufrió a su lado, pero tampoco puede soltar la felicidad que él mismo provoca.

Ninguno de los dos se atreve a decir palabra y arruinar el momento.

En lo que dura el beso, él la va conduciendo hacia su cama. Por instantes se miran para verificar que es real lo que está sucediendo.

Y así, mientras todos en Hogwarts duermen, ellos dos se deleitan a lo largo de la noche.

(...)

Severus Snape - Fui egoísta... contigo.

Y no espero que me perdones, pero hay algunas cosas que deberías saber.

Faltan un par de horas antes del amanecer. T/N Corvus aún despierta, descansa a un lado de Severus Snape. Su oscuro cabello cubre la cama, y las blancas mantas los cubren a ambos.

Severus Snape - Yo no era muy diferente a ti cuando estudiaba...

También fui un solitario... con una inmensa ambición de aprender todo lo referente a las artes oscuras.

Cuando me uní a los mortífagos esperaba encontrar un lugar al cuál pertenecer y así fue.

Hice cosas despiadadas y lo disfruté.

Me relacioné con personas horribles y yo mismo era una persona horrible.

Ella escucha atentamente sus palabras. Es la primera vez que el profesor Snape habla de él y su pasado. Algo por lo que T/N Corvus tenía una curiosidad bien disimulada.

Severus Snape - Pero toqué fondo.

Me di cuenta que esas personas solo estarían conmigo según que tan horrible pudiera llegar a ser.

Fuera de eso, no era nadie para ellos.

Hice algo... de lo cual me arrepentí.

Cuando me di cuenta de mi error, era demasiado tarde.

Y ahora gracias a la culpa que me persigue día y noche... estoy sometido a una condena la cual me obliga a jugar para dos bandos.

Las pupilas de la joven se contraen. Sus ojos se abren y su corazón late con intensidad. De no ser que su rostro llega al pecho del profesor Snape, él mismo se vería confuso por su reacción.

Severus Snape - Es por eso que me has visto actuar de manera sospechosa, es por eso que te alejé de mi.

No debías saber... pero la realidad T/N, es que también estoy solo.

T/N - Severus...

Severus Snape - Mis sospechas, mis dudas sobre ti... fueron producto de eso.

Los labios de T/N se abren con dificultad.

T/N - Entonces...

Traga amargamente su propia saliva, justo antes de hacerle una pregunta importante.

T/N - ¿De qué lado estás realmente?

Él suspira.

Severus Snape - El señor tenebroso... no hay que dejar que él gane.

El mundo que conocemos se convertirá en un caos si eso llegase a suceder.

Él cierra los ojos, colocando ambas manos sobre su propio cabello y rostro.

Severus Snape - Estoy tan... cansado de todo esto.

Y ella en un impulso se arrima sobre él, apartando sus manos para verle directamente.

T/N - Huyamos Severus, a donde nadie nos encuentre.

Dejemos todo atrás.

Seamos solo tú y yo...

Desde que T/N comenzó a hablar él tenía sus cejas alzadas con asombro. No entiende de dónde viene tal idea sin fundamento.

Severus Snape - Es... imposible, T/N.

T/N - ¡No lo es!

Sabes que no.

Él respira hondo.

Aunque desaparecer de su realidad resulta una idea tentadora, en el fondo sabe lo que debe hacer.

Severus Snape - No puedo...

T/N - ¿No puedes?

Severus Snape - No quiero hacerlo.

Ella se retrae y enmudece durante varios segundos.

Por un momento vio un perfecto escape, una salida, un final feliz. ¿Pero cómo explicar? Fuese cual fuese su respuesta, se quedaría de su lado, lo había decidido desde hace mucho tiempo.

T/N - ¿De verdad es tan importante para ti acabar con... Voldemort?

Severus Snape - Si, de verdad.

T/N - En ese caso... me quedaré contigo, Severus.

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