El asesino más poderoso llamado seven está perdidamente enamorado de su anda flor de ciruelo.

—¿Que tanto me está mirando?—Preguntó la Flor de ciruelo algo curiosa—No dejas de mirarme de hace un buen rato.

Seven se puso algo nervioso por lo que dijo su amada, aunque tenía que decirlo aún.

—Hay algo que siempre quise preguntarte—Habló seven mientras que le hacía sentar en una silla a Thirteen dejándola confundida—¿Te gustan los niños?

Thirteen se quedó sorprendida por la pregunta de Seven, ¿Lo niños?

No esperaba esa pregunta, ya que no sabe cómo es eso de amar a un niño o una niña, puede ser algo lindo Pero con mucha responsabilidad.

—Yo la verdad creo que si—Respondió su pregunta—Pero es mucha responsabilidad.

—Nosotros podemos ser responsables—Habló sonrojado

—Puede ser..—Thirteen se dió cuenta lo que dijo seven y se sonrojo demasiado—....¿Seven?...

Ambos se miraron muy sonrojados, no sabían que decir en absoluto.

Seven solamente abrazó a Thirteen, su amada estaba muy sonrojada y le dió un golpe en la cabeza de seven.