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[SEVEN SINNERS ◇ CAP 1 ◇ 2 PART]
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"SOLO TENGO UNA FORMA DE ESCONDER MI SUFRIMIENTO POR TÍ. LA MÚSICA QUE ME HACE RECORDARTE, Y LA QUE ME HACE SENTIRTE...
LA QUE ME HACE SER QUIÉN SOY"
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01/02 ~ NANA TRISTE
E̷sta vez no ibamos a dejar que el intimidante juego que cernía sobre nosotros, nos quitase la energía.
Saka cerró los ojos apretando los párpados con fuerza, y al abrirlos, comprendió que de nuevo necesitaban lo que aún no tenían.
─Confianza. ─ un hilo de voz se alzó entre la multitud. La voz de Saka llamó la atención de todos y cada uno de sus compañeros, los cuales se encontraban anonadados por el discurso tan... grotesco, de aquel peluche que hablaba.
─ ¿C-cómo? ─ ni Thomas ni ninguno de los demás encontraba sentido a lo que Saka decía.
─ ¿Qué quieres decir? ─ bicheó Kaedy aún descompuesta.
Antes de que miss Saka contestase, Hikaru Yukimura se adelantó, y contestó aquella pregunta con un carismático discurso. -lo cual era distante a sus expresiones faciales y generales- ─ Quiere decir que nos hace falta confianza. Tanto en nosotros mismos como en los demás. Y que nos lleva haciendo falta desde que todo esto empezó. ¡Si cooperamos todos, no puede salir mal nada!
─ Pero hay gente que no cooperaría ni aunque lo pidiésemos. ─ una rencorosa Hana lanzó el veneno indirectamente, mirando a Seiya durante un microsegundo, el cual se dió por aludido, bajando la cabeza y sonriendo complaciente ante lo que había causado sobre esa idol malhumorada.
Kaedy renegó a Hana.─ De todos modos... Es cierto que carecemos de altruismo y confianza. Nos distanciamos la primera vez, y acabó en una bronca...
Mitsuki se estremeció. ─ No más peleas.
Saka sacó media sonrisa de la manga, viendo lo que una sola palabra había podido sacar en todas las mentes de aquellas personas.
─ ¿Y qué pretendéis? ¿Que hagamos una orgía todos para mostrarnos nuestro afecto y cariño? ─ bromeó algo cruelmente Seiya.
Dem Tagaki ahogó un escalofrío en su garganta.
─ De hecho... ─ siguió la broma Sasuke, sin caer en cuenta de que el pionero de aquel tema era el maléfico Seiya, el hombre sacado de sus propios libros terroríficos.
Thomas aguantó la risa, mientras que Hana hacía una mueca de asco e imitaba con la voz una arcada.
─ La comida lleva hecha un rato... Si quereis podemos compartir una buena velada todos juntos. ─ la sugerencia de Nozomi sacó alguna que otra sonrisa.
─ ¡Ow! ¡Preciosa paleta de tantos colores! ¡Qué idea tan... encantadora! ¡Ow! ─ suspiros de ensueño salían de parte de Yukina, que andaba alegremente hacia la puerta, evadiendo de su mente lo que el oso acababa de decir.
Y como si alguien le leyese la mente, el tema salió.
─... ¿Vais... a evitar para siempre el tema...? ¿Vamos a hacer como si... estuviésemos en un hotel...? ─ la voz grave de Hayato paró en seco al grupo. Saka tragó saliva.
─ Ya tendremos tiempo para hablar de ello. No podemos darle vueltas al coco en soledad y sin confianza. ─ Hikaru Arata, hablando fieramente. Le molestaba ese tema. Le molestaba recordar lo que hace escasos minutos había pasado.
─ Opino como el cosido de boca. Estamos en una situación única... Estáis locos si pretendéis evitar el tema. ¡Nos perseguirá siempre, que lo sepáis! Algo muy raro está pasando. ─ Seiya salió del gimnasio tras dejar sobre nosotros aquellas palabras negativas, como si nos cargase una mochila escolar de estudiante de último año en plenos exámenes.
─ Dejadle, está... loco. Comeremos todos nosotros. Él no nos hace falta para nada en absoluto. ─ sentenció Nakahara, con ojos perezosos.
Fue la primera en salir, arrastrando sus pies, del gimnasio.
Seguida de todos los demás.
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Ritsu comía como loca todo lo que Nozomi -con ayuda de Yukina y Hyun- había preparado.
Saka la miraba con adoración cuando Ritsu se dió cuenta de ello.
─ ¿Mmpfqué pasmffa? ─ dijo con la boca llena Ritsu. Saka se echó a reír, qué adorable.
─ Que comes como loca, ¿tenías hambre verdad?
Ritsu tragó. ─ Bueno, sí, nunca había comido tanto... Hay mucha comida en la mesa, cosa que yo nunca tuve, y bueno...
Saka se preocupó por eso que dijo. ¿Cómo sería su situación en casa? De hecho, ¿cómo sería la situación en la casa de cada uno de ellos? Al fin y al cabo, no los conocía...
Ritsu se percató de lo que había dicho, y cambió de tema rápidamente.
─ ¿Tú no comes nada?
─ Bueno, las 17:30 no es la mejor hora del mundo para comer salado... A esta hora yo suelo, ya sabes, merendar algo dulce.
Ritsu asintió, y siguió comiendo a lo suyo.
Saka sin embargo no consiguió apartar de su cabeza el hecho de que cada una de estas personas tiene su propia situación personal...
Saka nunca fue cotilla, sin embargo, es una persona que se preocupa mucho por los demás.
En una de las pasadas que hizo Saka con los ojos alrededor de la mesa, contempló cómo Mitsuki hablaba con disimulo con Hayato y le entregaba el localizador que Satou le dió esta mañana.
Parecía que le explicaba todo lo que la piscóloga le dijo, pero Hayato seguía con un rostro inexpresivo.
*ding ding ding*
El choque reiterado de un cubierto contra una copa hizo callar las voces de los estudiantes.
Kaedy se encontraba de pie, en un extremo de la alargada mesa de cristal, situada justo en el centro de la cocina. Una cocina/restaurante de paredes blancas, varias puertas con almacenes, algunas mesas repartidas por el ancho espacio de mármol y con decoraciones de cuadros antiguos en sus paredes. Justo encima de la mesa, una lámpara enorme y vintage de oro macizo.
La cirujana tosió antes de proseguir.
─ Como ya sabéis, todo esto es muy confuso. Seguramente tanto yo como vosotros estaremos muy confusos... yo lo estoy.
─ Hemos quedado en no sacar el tema. Es grotesco. ─ Natsuki interrumpió, visiblemente incómoda.
─ No. Evitar el tema es lo peor que podemos hacer. El chico que no está presente, el escritor, tiene razón. Evadir todo esto es absurdo si pretendemos salir de aquí. Os propongo algo...
Todos se incorporaron en sus sitios, señal de que la escuchaban en su propuesta.
─ ¿Una manifestación? ─ preguntó Nozomi, con sus brillantes ojos.
─ Ni que fuesemos gays cabreados y rabiosos en un país homófobo.
─ respondió arrogante Hayato, que por fin hablaba en público.
─ ¿Y qué pasa si lo somos? ─ contestó molesto Sasuke.
Thomas lo miraba, como si de su héroe se tratase.
─ ¡¡YAOI!! ─ fangirleó Hana, dejando atónita a Tagaki -que estaba a su lado-
Se miraron y ambos enrojecieron.
─ No, nada de eso. Propongo una investigación a fondo. Hablar con ese oso de peluche, sacarle información, buscar salidas, ¡hacer algo!
─ ¡NO SOY UN PELUCHE!
SOY, M O N O K U M A. ─ justo al extremo izquierdo de la mesa, apareció aquel bicho.
─ AAAHHHH QUE SUSTO HIJO PUTAAAAA.─ Satou pegó tal brinco, que cayó de su silla. Totalmente momificafa.
Kento se levantó, intimidante y agresivo. ─ Tú... ¿qué estás haciendo aquí? ¡Ya nos has dicho suficiente!
─ Upupu... No... Creo que no. Lo que dice la flacucha de vuestra amiga no tiene sentido.
Kaedy enmudeció. Sus ojos humedecían a la par que ella se sentaba y miraba hacia abajo.
─ ¡Sin insultar, que te reviento esa cabeza redonda que tienes! ─ espetó Saka, en defensa de la cirujana.
El oso se echó a reír.
─ Upupupupu... ¡Qué intimidantes! Pero... ¿habéis leído las reglas?
Cualquier persona que cometa un acto de violencia física contra el director, a.k.a YO, será castigado. Y con eso me refiero a EJECUTADO. Muerto.
Así que yo soy vosotros... y me lo pienso dos veces antes de hacer una tontería.
Saka cerró los puños.
─ ¿Qué quieres? ─ preguntó friamente Shinichi.
─ Solo os vengo a decir que hablando conmigo no conseguiréis sacar nada diferente a lo que os he dicho. ¡No hay otra salida que matar! Y respecto a lo de buscar salidas... No intentéis romper nada. ¡A la otra regla hago alusión! Si rompéis material escolar, ¡ejecución!
─ Y si empiezo a matar a todo el mundo ¿qué? ¿puedo salir? ─ la pregunta de Hyun alarmó a todos.
El oso dió una carcajada ante aquella cuestión.
─ Creo que es hora de que avancemos con todo, ¿no creéis? ¡Resolver dudas es mi placer! Aunque, bueno, no todas... Uff... Todas las dudas... de un adolescente... ¡hormonados!
Uff... Uff...
Los móviles de todos vibraron agitadamente en sus bolsillos. Al sacarlos, vieron que en la app Whatskuma había un nuevo mensaje. ¡Era una tabla de actualizaciones! Se metieron en ella, y pudieron ver cada una de las normas de aquellos mensajes de voz, pero con un pequeño cambio. Tras las normas de siempre escritas, había un total de 3 normas más.
NORMA 10: El límite de personas a las que se es posible asesinar para intentar salir es de ¡3!
NORMA 11: Si existe un cómplice y es descubierto en un Juicio Escolar, su vida dependerá del consenso de todos los estudiantes inocentes. Es decir, se realizará una votación en la cual se elegirá si ese cómplice debe ser ejecutado "como el malhechor" o si debe seguir en el juego de matanza con todos los demás.
NORMA 12: Cualquier accidente mortal será considerado asesinato, ya que la raíz del accidente tuvo que ser provocada conscientemente/inconscientemente por alguna otra persona.
NORMA 13: Se irán añadiendo normas según las complacencias del director.
─ Interesante... ─ Leena quedó asombrada.
Hana estalló en rabia. ─ NO PIENSO SEGUIR LAS NORMAS QUE IMPONES.
El oso la miró de reojo, y giró la cabeza con confusión. La idol hiperventilaba, y su mano se encontraba firme sobre la mesa... Hasta que el oso se subió a ella, y comenzó a caminar amenazante contra ella. Ahí empezó a temblarle hasta lo que no sabía que le podía temblar.
─ Si no cumples las normas. Te ejecuto.
Su mirada robótica era tan creepy como su amenazante postura.
Saka defendió a Hana. ─ ¿Eres capaz? No lo creo.
El oso, enfurecido, iluminó su ojo rojo. Se giró hacia Saka, y en un abrir y cerrar de ojos, la chica exitosa tenía una pata de oso en el cuello. De la punta de ésta, salió una afilada navaja, que acariciaba rajantemente la garganta de piel de la chica, como arena y aire calando en la piel de un bañista.
─ No sólo soy capaz de matarte ahora mismo. Soy capaz de torturarte de la peor forma posible delante de las miradas de toda ésta gentuza. Te conozco como si te hubiese parido, Saka Homare. No juegues conmigo. Ni tú ni nadie. El único juego al que debéis jugar, es al de matanza.
El oso retiró con fuerza su afilada patita de la chica, que sudaba a mares. Y se esfumó cual espuma de mar en aquella habitación.
─ Se veía algo enfadado... si es que la monocromía no siempre es buena. ¡Ya lo decía mi yaya! ─ Yukina estaba tan inexpresiva como siempre, pero igualmente se veía que su aspiración en la vida no era ser ejecutada por un peluche.
Saka tragó como pudo el nudo que residía en su garganta. Su corazón, acelerado, quería pulsar el botón de "Stop", porque sentía que en cualquier momento iba a vomitar.
Arata se acercó a ella, muy pero que muy preocupado.─ ...¿Estás bien?
Saka asintió con una sonrisa muy falsa, y se marchó de allí pidiendo que nadie la siga.
─ Tampoco era algo que fuese a hacer, ¿sabéis? ─ dijo Sasuke intentando sonar gracioso, quien recibió un codazo por parte de Thomas.
Ichigo se marchó de allí muy educadamente a la vez que silencioso. Dejó su plato tal y como lo vió por primera vez.
─ ¿Qué haces? ─ preguntó Kento.
─ Me marcho conmigo mismo. ¿Acaso no lo ves?
Hayato se levantó. ─ Haré lo mismo.
─ ¡No! ─ Mitsuki le agarró del brazo.
Él se desprendió de ella como si de un perro se tratase, y se marchó.
Satou se acercó a ella. ─ Tranquila, no te martirices, lo tenemos localizado. Si tiene un problema, nos llamará. ─ Sacó de su bolsillo el localizador número 2, y sonrió.
─ ¿Qué es ese chisme? ─ Hana lo miró con cara de póker.
Satou explicó a todos para qué servía y cómo se usaba, y tras eso lo guardó.
Mitsuki estaba dubitativa, pero tras unos segundos, abrazó a Satou de nuevo, quien la correspondió con amor y compansión.
La comida se terminó tras unos minutos de silencio, un sonido característico. El nada.
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Saka se encontraba a solas, en el salón de estudio más grande del edificio al que se dirigió, e intentó buscar algún libro de Agatha Christie que le pudiese interesar, ya que a ella siempre le gustaron las novelas de crímenes y misterio.
No había ni una mota de polvo en las estanterías, cosa que le daba a entender que este sitio estaba bien cuidado... muy bien cuidado.
Contó de uno en uno los libros de izquierda a derecha, hasta acabar en su número preferido. 1...2...3...4...5...6...7...8...¡9!
¿"Teorías de la verdad"?
─ Bah. Basura. ─ con mueca de disgusto, volvió a poner el libro en su sitio.
─ ¿Basura? Creo que la incultura tiene cura, Saka Homare. ¿No te apetece quitarte esa enfermedad?
Ichigo se encontraba medio asomado desde uno de los extremos de la estantería en la que buscaba Saka.
Saka estaba sorprendida. ─ Vaya, no te esperaba aquí. ¿Me has seguido?
─ Si te digo que no te he seguido, ¿me creerías?
Saka se quedó callada, sin ninguna idea de porqué le pregunta eso.
─ Bueno... No lo puedes demostrar.
─ Yo te digo que es verdad. Ha sido todo casualidad.
─ Puede que no sea verdad, y que sí que me hayas estado siguiendo.
─ Según Aristóteles, la verdad es la relación entre la realidad y el pensamiento. Si yo realmente no te he seguido, y no he pensado en seguirte, significa que la verdad es que no te he seguido. Sin embargo, si tú piensas que te he seguido, necesitas una prueba REAL que demuestre que te he seguido, sino, careces de verdad, sea cierto o no que te haya seguido. A esto se le llama verdad epistemológica.
─ Eh... Yo... ─ Saka no sabía que decir. Ichigo era más listo incluso de lo que ella pensaba.
─ Si hubieras decidido leer ese libro que has soltado, probablemente no tendría que explicarte ese tipo de cosas. Hazte un favor y lee un poco, que a día de hoy la gente es muy inculta.
Ichigo se dió media vuelta, dejando a Saka, de nuevo, sin poder soltar palabra.
─ Oye, Ichigo, espera. ─ el pelinaranja dió media vuelta. ─ Perdona que te pregunte pero... ¿cómo sabes tantas cosas... así, interesantes?
Al escuchar la palabra 'interesante' de la boca de Saka, a Ichigo le salió media sonrisa que le llevó a sentarse en una de las sillas, ofreciéndole a Saka el sentarse delante de él.
─ Verás, yo nunca he tenido ambiciones, las cosas en general me parecen... superfluas. No me gusta decirlo pero, solamente personas como yo saben ciertas cosas de la vida. Una de ellas fue mi tito. Él me sacó de ser alguien vacío, a ser alguien culto, con futuro, buen pensador y filósofo al fin y al cabo. Desde pequeño estuve interesado en esto, y nunca me arrepentiré de gastar la energía que mis 152 centímetros de altura poseen en algo que tanta gente subestima... pensar.
─ Suena interesante... Osea, nunca nadie me hizo ponerme a pensar sobre algo tan obviado como la verdad.
─ Bueno, pues nada más tienes que coger ese libro y leerlo. No saldrás decepcionada.
Saka se levantó a tomarlo, y lo acomodó en su brazo.
─ Muchas gracias Ichigo.
El chiquitín sonrió, y salió a su paso de aquel salón, dejando a Saka con una distracción digna de pasar noches en vela.
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Pasaron 4 días sin muchos cambios. Todos seguían intentando llevar todo a la normalidad, sin contar a dos o tres personas que trataban de averigüar cómo salir de ahí.
Nadie sabía en qué día estaban exactamente, pero ellos lo contaban como día 4/noche 4. Específicamente, noche 4.
Esa noche pasó para todos, con el mismo ritmo, lenta. Estar encerrados, sin saber de sus seres queridos, causaba que algunos de ellos no pegasen ojo. Sin embargo, el cansancio de todos les hizo caer rendidos nada más rozar sus suaves sábanas.
En cambio, Saka fue fiel a las recomendaciones de Ichigo, y ya llevaba leídas la mitad de las 672 páginas de aquel libro sobre las teorías de la verdad. Todo era muy interesante, la manera de ver lo que pensaba la gente sobre tener razón... los juicios y razonamientos previos... Hasta que cerró los ojos a las 4:00 a.m, tan cansada...
*Toc toc toc*
....
*Toc toc toc toc toc*
...
*TOC TOC* *PAM* *BUM*
Saka despertó acelerada al escuchar los golpes en su puerta. Eran... las 6:30 a.m. Estaba aún amaneciendo. ¿Quién sería, y por qué llama con tantas ganas?
Saka se puso un batín y unas pantuflas para ir a abrir a esa persona que seguía aporreando la puerta.
Al abrirla, se encontró nada menos que a Satou Amai.
─ NO LO ENCUENTRO.
Saka quedó confundida ante esas palabras. La cara de Satou era de agobio, agobio máximo.
─ A ver, tranquila. ¿Qué es lo que no logras encontrar?
─ ¡El localizador de Hayato! ¡Lo dejé en mi mesita de noche y no aparece! ¡Oh dios mío seré torpe!
─ Calma, Satou. Te acompaño a buscarlo a tu habitación. No debe estar muy lejos.
Tras unos minutos buscando y rebuscando, Satou se tiró a su cama, harta de no lograr encontrarlo.
─ ¡Vaya faena!
Saka seguía buscando con ímpetu. Miró en todos lados en donde Satou haya podido estar, menos...
─ ¿Qué haces, Saka? ¿A donde te crees que vas? ¡Aún no hemos encontrado nada!
Saka abrió la puerta, salió unos centímetros y miró al suelo. ─ Te equivocas, aquí está.
Satou abrió los ojos de par en par, y se levantó corriendo hacia allí. ─ ¿Cómo puede estar ahí en el suelo de mi puerta?
Saka se encogió de hombros, y entregó el localizador a Satou.
Ding dong dang ding!
─ ¡Buenos días! Ya son las 7:00 a.m. ¡Hora de levantarse, mis pequeños! ¿Qué nos traerá el día de hoy? Espero que disfrutéis... Hoy tiene pinta de ser un buen día... upupu
─ ¡Buenos días! ¡Vaya madrugón! ─ Hikaru Arata saludó a Saka desde la otra punta de aquel pasillo, acercándose hacia ella.
─ ¿Qué haces despierto? No es obligatorio salir de la habitación hasta las 8:00, osea que tenías 1 hora más para dormir. ─ le preguntó ella amablemente.
─ La verdad es que quería ver el amanecer, siempre lo hacía con una persona querida y... En fin. ¿Y tú? ¿Qué haces aquí en la puerta de Satou? Tu habitación está en la planta baja.
─ Bueno, estabamos Satou y yo buscando una cosa y- ─ Saka miró con una sonrisa a Satou, la cual no compartía esa cara.
Satou estaba callada, ya de hace un rato, con el localizador en su mano, y con un rostro de... espanto.
Saka se preocupó mucho. ─ ¿Satou? ¿Qué pasa?─ Arata entró tras Saka en la habitación de la psicóloga.
─ ¿No te has d-dado cuenta...? Aquí hay... En el localizador hay... s-s-... sangre.
El corazón de Saka empezó a latir poco a poco con más fuerza. Saka acercó su cabeza al localizador, comprobando que era cierto lo que Satou decía. Su corazón pesaba mucho, latía como martillazos.
Hikaru Arata intentaba darle explicación al suceso.─ No es posible... Será de algún corte que te hayas hecho, o... no se...
Saka se fijó en otra cosa. ─ Mirad, el muñeco que marca la localización del localizador que Mitsuki le dió a Hayato... No está en su cuarto.
─ Es imposible. En las normas pone que no es posible dormir fuera de las habitaciones de cada uno en período nocturno, y está parado... ─ Arata se dió cuenta de a dónde le llevaba esa premisa.
Oh, oh... pensó.
Saka agarró con fuerza el localizador de Satou y echó a correr escaleras abajo para salir del edificio de habitaciones, mientras que Satou y Arata le seguían detrás. Saka corría hacia donde el localizador marcaba a Hayato.
En unos segundos, se encontraban entrando en el edificio del comedor, gimnasio y las salas especializadas. Y entró de una patada en el gimnasio, dónde se supone que estaba Hayato.
Al entrar...
Rojo. Mucho rojo. Muchas manchas rojas en el suelo... Un caminito perfecto de color rojo desde la puerta, donde se encontraban Saka, Satou y Arata, hasta...
el cadáver de Hayato Tsukino.
21 de 22 estudiantes
1 cadáver
N/A=
Upupu... Poca información por ahora para teorías pero...
¿Qué creéis que ha pasado?
Otra cosa!!
HOLA!
sí estoy vivo 7n7
siento todo lo que ha tardado esto... (demasiado) os he dejado una "nota" en mi tablón de anuncios. ¡Allí podeis hablar conmigo!
Espero que apoyéis esto... Enserio. El apoyo me ayuda a no caer en la pereza xd.
☆ y amor. Os quiere
Ade💛
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