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━━━05 -Cucharita-

—Jake, amor. No estés nervioso.

Baeyung le habló a su alfa con una sonrisa y le dio un apretón a su mano para darle apoyo.

Ese día, Jake tendría la charla con sus suegros. No sabía por qué justo era hoy, se suponía que los viernes eran para relajarse un poco, no para estar preocupado por él y su lobo ante la reacción de los padres de Baeyung cuando lo vean con un marca de unión en el cuello justo después de haber pasado su celo con él.

¿Por qué no fingió estar enfermo para no ir?

Rápidamente sacudió la cabeza ante ese pensamiento.

Si tuve las bolas puestas para quitarle la flor a Baeyung y marcarlo, también debo tenerlas para darle la cara a mis suegros.

El plan principal era ir y salir de aquella visita con ellas en su lugar, de ser posible.

El taxi paró frente a una bonita casa con un hermoso jardin. Jake tragó, haciéndole difícil esa acción debido a su garganta seca de los nervios mientras le pagaba la carrera al conductor.

Bajó del auto con la madre Luna en la boca.

¿Podría sobrevivir una noche en la casa donde creció el amor de su vida? Por supuesto que podría, no sería más difícil que cuando conoció al señor Kim.

—Solo sé tú mismo, ¿Sí? Ya los conociste antes, puede que esta vez sea un poco diferente, pero no demasiado—el beta rió por el gesto que hizo el menor—. Eres un alfa fuerte, puedes soportarlo.

La caricia que recibió en la mejilla y el beso que fue dejado en sus labios generó que su lobo moviera la cola encantado y sus ánimos subieran.

Jake asintió, ambos caminaron hacia la puerta y no tuvieron necesidad de tocarla cuando la madre de su novio ya estaba abriéndoles, con una sonrisa para darles la bienvenida hasta que vio el cuello de su hijo y quedó estática.

Ayúdame, madre Luna.

—Mamá—Baeyung la saludó, dándole un abrazo a la mujer que apenas le correspondió.

Y mientras su novio no lo miraba, el alfa pudo sentir que la beta casi le hace un agujero en la frente.

Cuando se separaron, la mujer se aclaró la garganta.

—Bae, m-me dijiste que pasaste el celo con tu novio, pero no me dijiste nada de eso—señaló su cuello.

—Nos invitaste para platicar, mamá, podemos hablar de esto adentro—habló su novio con calma.

Su suegra se hizo a un lado para dejarlos pasar, Jake paró frente a ella para reverenciar y saludarla con los nervios al tope.

—Es un gusto volver a verla, señora Kim.

—Espero tengas muy buenas excusas para dar, Jake—cruzó los brazos, enseriando su expresión.

Tragó saliva, preparándose para responder, pero fue salvado por su novio que lo llamó ya que esperaba por él al final del pasillo para que entraran juntos a la sala. El alfa reverenció de nuevo a su suegra antes de avanzar, sintiendo rígido su cuerpo con cada paso que daba.

Al llegar con su pareja, este lo tomó de la mano y se adentraron a la sala, donde tomaron asiento.

—¿Y papá?—preguntó Baeyung

—Está en su estudio, iré a llamarlo para decirle que ya están aquí.

Ambos asintieron mientras la mujer desaparecía por las escaleras hacia el segundo piso y el beta sintió un peso en su hombro junto con un largo suspiro.

—Tus padres me dan miedo.

El mayor rió.

—¿Por que lo dices?

—¿Cómo que por qué? Tu mamá estaba que me mataba con la mirada cuando te vio la marca—levantó la cabeza del hombro ajeno y lo miró—. Quizá sí debiste cubrirla.

—¿No eras tú el que quería que la mostrara a todo el mundo?

—¡Pero no frente a ellos! Tu padre me va a castrar.

—Eres un exagerado.

Baeyung meneó la cabeza con una sonrisa, besó el puchero que hizo su alfa y se levantó del sofa.

—Te traeré algo de agua.

—Gracias, pero por favor, no te demores.

El lobo dentro suyo chilló cuando vio a su novio alejarse hacia la cocina, aunque bueno, solo iría por agua, no debería-

—Shim Jake, veo que es tan puntual como la primera vez.

¡Carajo!

Ambos betas, padres de Baeyung, entraron en la sala, el hombre seguido por su esposa. Jake se levantó de su lugar para reverenciar con respeto a su suegro, tan pronto como se enderezó sus manos empezaron a sudar y tuvo que darse ánimos mentalmente.

—Buenas tardes, señor Kim.

El beta lo miró de arriba a abajo, frunciendo el ceño cuando vio los tatuajes en su brazo y Jake se quiso golpear contra la pared por no haber elegido una camisa manga larga como lo hizo el día que los conoció. Luego su vista paró en sus ojos, haciéndole contacto visual, que, si no fuera porque Baeyung entró con el vaso de agua que le prometió, lo habría roto a los segundos.

—¡Papá!

Su pareja le entregó el vaso para saludar a su padre, no dudó dos veces en beberlo de inmediato, fingiendo calma para no notarse nervioso y con su animal asustado.

Mientras tanto, el hombre mayor abrió los ojos a más no poder cuando vio la herida que tenía su hijo.

—Baeyung, ¿qué es eso?

El chico se acarició el cuello con delicadeza, rodeando la marca.

—B-Bueno, ayude a Jake con su celo.

—E-Eso, lo ayudé y en medio de todo... solo pasó—respondió, volviendo al lado de su novio.

—Solo pasó, dices.

El señor Kim cruzó los brazos suspirando y casi arrugando el ceño de vuelta, su esposa se dirigió a la cocina para terminar con el almuerzo.

—Hijo, ve a ayudarle a tu madre, danos un momento a solas—miró al alfa.

—Si vas a decir algo, podemos escucharlo los dos.

—No, esto será algo de suegro a yerno. Así que, por favor, hazme caso y ayuda a tu madre.

Baeyung miró a Jake, este le devolvió la mirada y asintió para no generar un pleito entre ellos.

—Estaré pendiente por si se pone feo, ¿sí?—le susurró.

—Se supone que soy el alfa de la relación, debería ser capaz de manejarlo.

Ayúdame, cielo.

—Está bien. Suerte.

El beta le dejó un pico en los labios antes de irse, pasando al lado de su padre, quien en ningún momento apartó la mirada del alfa.

—Entonces, "solo pasó", ¿no es así?—el hombre se acercó para sentarse en el sillón frente al sofá.

Y Jake repitió su acción.

—¿De casualidad lo hablaron antes?

—N-No, pero señor Kim, le aseguro que fue algo que ambos quisimos.

—¿Estando uno en estado de inconciencia mientras el otro se hacía cargo?

Su suegro lo miró tan duramente que el alfa casi no es capaz de sacar palabra alguna. El lobo de Jake vio aquello como una amenaza y por más que estuviera nervioso por la presencia del padre de su pareja, le hizo saber a su humano que estaba presente con él en forma de apoyo.

Tomó aire para hablar.

—Eso no es así, Baeyung y yo hemos hablado mucho antes sobre mi celo y él aceptó ayudarme—habló, esforzándose por sonar firme—. Lo de la marca pasó en el momento, sí, pero Baeyung fue quien me dio su consentimiento para ello, de no ser así ni siquiera tendría lo que tiene en el cuello.

—Aún así, una marca no es algo que se tome a la ligera, Shim—bufó—. Más cuando Baeyung no es un omega, su organismo no le permite adaptarse a ella para formar un vinculo. Y si hubiera sido omega, ¿acaso sabes lo que abarca esa marca de unión? ¡En qué pensabas!

Jake desvió su mirada unos segundos, quedándose callado un poco antes de continuar y que el hombre hablara de nuevo.

—Sé lo que significa esa marca, y aunque no logre unirnos en sí debido a su jerarquía, en verdad quiero estar con Baeyung hasta donde mi vida lo permita—miró a su suegro—. Señor Kim, puede que para usted y la señora Kim hayamos hecho mal por haber actuado bajo mi estado en celo, así como también puede que no les caiga muy bien, pero créame cuando le digo que yo amo a Baeyung con todo mi ser, mi lobo igual.

—¿Cómo puedo creerte?—cuestionó el mayor—. En algún punto dejarás de quererlo para buscar un omega y mi hijo quedará destrozado y con la cicatriz de una marca que le hiciste por no haber pensado bien las cosas.

El señor Kim mantuvo su ceño fruncido y la seriedad en su voz, alzándola un poco cuando terminó de hablar.

Los ojos de Jake tomaron un tono azulejo, haciéndole entender al otro que su lobo también estaba presente. Soltó un leve gruñido.

—Le juro por mi lobo que eso no pasará—los nervios que antes estaban con él habían desaparecido para defender el amor por su beta—. Ya soy lo suficientemente mayor como para saber qué es lo que quiero, y lo que quiero es pasar mi futuro con su hijo, señor Kim.

Al ver al animal en los ojos del alfa, su suegro mantuvo el contacto visual por unos segundos hasta que suspiró rendido y se puso de pie, dando un paso hacia él y este también se levantó de su lugar.

—No me caes bien, Jake—admitió, extendiéndole su mano—. Pero te confío lo más importante para mí, espero cuides bien de mi hijo.

El menor sacó el aire contenido en sus pulmones, volviendo sus ojos a su color natural y sonrió un poco.

—No dude de eso—estrechó la mano del mayor y este se le acercó poniendo la otra en su hombro para susurrarle.

—Si le haces algo que lo perjudique, ten por seguro que no vivirás para venir a pedirle disculpas.

Jake asintió con la cabeza a tiempo, pues su suegra los llamó a ambos para almorzar y solo por eso el señor Kim lo soltó, caminando hacia el comedor con sus ojos en él.

El alfa y su lobo sintieron que ganaron la guerra.

En la noche, luego de haber pasado tiempo con los padres su pareja una vez aclarada la situación y compartir una cena tranquila con ellos, se vio a sí mismo sentado en la orilla de la cama de la habitación del beta; la cual estaba ordenada puesto que Baeyung pasaba la mayor parte del tiempo en su departamento.

Mientras esperaba a su novio, veía videos en su celular y alzó la mirada del aparto cuando el chico entró al cuarto con su pijama y una sonrisa.

—Logré convencer a mis padres para que durmieras conmigo y no en el sofá—le dijo a la vez que se acercaba.

Jake dejó de lado su teléfono y abrazó la cintura del otro, restregando su cabeza en su panza para que su olor se mantuviera en él. El mayor sonrió aún más, peinando con sus manos las hebras negras de su alfa y creyó escuchar un pequeño ronroneo de su parte debido a lo encantado que estaba con su presencia.

—Saqué un cepillo de más para que te laves la boca. Te estaré esperando.

Obediente, el menor dejó libre a su beta para irse a cumplir lo que dijo y volver pronto con. él.

Y en lo que regresaba, Baeyung cerró las cortinas, quitó el tendido de la cama y se acostó en ella para cubrirse. Estaba contento de que la visita de Jake haya resultado bien.

Más de lo que esperaba, de hecho.

A los dos minutos, un alfa sonriente entró de nuevo a la habitación cerrando la puerta.

—Se podria decir que tus padres y yo estamos en paz, ¿No?

—Digamos que sí.

Jake se sacó la camisa que traía, quedando solo con la pantaloneta que le prestó su novio. Caminó unos pasos para apagar la luz y a Baeyung se le hizo imposible no remojar sus labios cuando le dio la espalda, viendo lo fornida que esta estaba.

Y no era como si fuera su primera vez viéndola, sino que nunca se dejaría de asombrar de lo bien ejercitado que estaba su alfa.

Una vez oscuro, Shim logró llegar a la cama sin tropezar, recostándose al lado del beta, este se giró al lado izquierdo, dándole la espalda. Los brazos del alfa lo abrazaron para acercarlo a su cuerpo, haciendo cucharita y teniéndolo lo suficientemente cerca como para dejarle varios besitos en la nuca.

Baeyung se estremeció.

—Descansa, cariño—habló su alfa.

—Igualmente, Jake.

Ambos cerraron los ojos para conciliar el sueño, sin embargo, eso fue lo que menos consiguió el mayor.

Tener a su pareja así de cerca le gustaba bastante, siempre lo hacía.

El problema radicaba en que sentía su respiración en su nuca, muy pero muy cerca de su marca sin sanar. Evitando mencionar que al no tener cubierta la parte superior de su cuerpo podía sentir el calor que este emanaba.

Quizá un poco más de lo que es normal debido a su reciente celo.

Los brazos que lo apresaban lo sujetaban como si no quisiera que escapara, manteniéndolo cerca de la anatomía trabajada de su novio.

Eso incluía que su entrepierna estuviera literalmente rozando su trasero.

Gracias a todo eso, Baeyung no logró pegar realmente los ojos para dormir de una vez por todas, removiéndose a ratos para tratar de hacerlo, pero lo único que conseguía era que el pene cubierto de su aifa le tocara cada vez más el trasero.

Cuando decidió rendirse, suspiro cansado y se sintió como un pervertido cuando notó que tenía una jodida erección causada por los roces del otro.

No puede ser.

¿Qué debería hacer? Talvez podría esperar a que bajara sola o pensar en algo más para acelerar ese proceso.

Sin embargo, no quería hacer eso.

Como pudo, teniendo aquellos brazos un poco más arriba de la cintura, bajó sus pantalones despacio para no despertar a su pareja, liberando su miembro.

¿Qué tan malo seria si tratase él mismo su erección?

Bueno, ahora que lo recordaba, Jake se masturbó en su nombre cuando tuvo que dejarlo por unas horas, pero la diferencia era que ahora estaban juntos, uno durmiendo y él sufriendo por su problema.

Suspiró, no queriendo pensar demasiado cuando lleno de saliva su mano para bajarla a su erección y tomaría.

Empezó bombeándola sin prisa para no hacer un movimiento que despertara al menor. La respiración se le hizo pesada, teniendo que respirar por la boca cuando el oxigeno que entraba por su nariz no era suficiente.

En un momento paró lo que hacía, viendo la mano del otro que lo abrazaba y se le ocurrió una idea para agilizar su labor, rogando porque Jake tuviera el sueño pesado. Tomó la mano de su alfa, la dirigió a su pene y la cerró con su mano encima de ella. Contuvo un gemido, sintiendo diferente el tacto debido al calor del alfa y su mano un poco más grande que la suya.

Respiró por la boca para poder seguir.

Con su mano encima de la de su alfa, comenzó de nuevo a masturbar su erección, sacando jadeos silenciosos que el movimiento le provocaba y mordió sus labios.

Sintió que le hacía falta más, por lo que se alzó la camisa para tocar su pecho.

Con la mano que tenía libre pellizcó uno de sus pezones, que ya estaba duro debido a la acción que estaba haciendo y un gemido se le escapó.

Oh-

Continuó con la vaiven de arriba a abajo, aumentando despacio la velocidad porque cada vez sentía su liberación más cerca, tan solo un poco más y podría conciliar el suelo.

Fue entonces, cuando estaba a punto de correrse, la mano de su alfa apresó su pene con algo más de fuerza y con el pulgar tapó la cabeza de su miembro, evitando su eyaculación y sintiendo inmediatamente la lengua de su pareja pasearse por su cuello.

—Veo que te estás divirtiendo mientras duermo, bonito—le habló en voz baja al oído, atrapando el lóbulo de su oreja con la boca.

Y Baeyung se desesperó por no haberse corrido en ese instante.

—A-Alfa, déjame, por favor—pidió, casi con ruego.

—Shh, estamos en casa tu padres, cielo. ¿Qué dirian si llegasen a escuchar a su hijo rogando por venirse? ¿Mmh?

Jake movió en círculos el pulgar en su miembro, no permitiendo lo que su novio pedía. Sonrió al sentir su cuerpo temblar.

—¿No crees que es mi turno de divertirme, mi Bae?

—Sí, p-pero deja que me corra primero, Jake.

Escuchar a Baeyung contenerse de alzar su voz se le hacía tan divertido, quizá debería continuar con eso.

—Oh, no puedo hacer eso, amor—soltó una pequeña risa—. No sería divertido si te dejará sin más, así que, juguemos un rato.

Jake cambió la mano que tenía apresado el miembro del chico, no dejándole ni un segundo para correrse cuando lo atrapó con el brazo que tenía bajo el cuerpo de su pareja. Ahora, con la mano que tenía libre tocó la piel expuesta de sus piernas.

Levantó tantito la cabeza para besarle la marca y sonrió.

Bajó la pantaloneta que tenía, dejando libre su dura erección y el beta se asustó al sentirla.

—Separa un poco las piernas, bebé.

Baeyung obedeció, a los segundos sintió algo entre ellas justo debajo de su pene, recibiendo luego la orden de que las cerrará y pudo sentirlo mejor.

Era el miembro de su alfa.

—Perfecto, debo prepararme al menos antes de entrar, ¿No crees?

Dicho eso, Shim empezó a moverse, simulando embestidas para masturbar su pene entre las piernas de su pareja. Baeyung se sentía bien, era algo nuevo para él, pero se sentía bien y eso crecia sus ganas por correrse de una vez.

Intentó forcejear para quitar la mano que lo apresaba, pero al hacerlo la otra mano de su alfa paró en su boca para meter sus dedos en ella.

—Vamos, amor, distraete con eso.

El beta jadeó gustoso por los invasores en su boca, aceptándolos con gusto para comenzar a lamer y chuparlos a su ritmo, dejando de lado el retraso de su corrida.

—Buen chico—felicitó el menor, manteniendo el tono bajo de su voz para no ser descubiertos.

No pasó mucho tiempo cuando los dedos de su boca lo dejaron haciendo un sonido tan obsceno que algo en el alfa palpitó y no fue el corazón. Fueron a su trasero, tanteando terreno antes de introducir de una vez tres de ellos.

—Al parecer no debo preparate, tan solo mira cómo te comes mis dedos ansiando que sea mi pene, cielo.

Baeyung tapó su boca para evitar gemir fuerte, amortiguando apenas su voz.

—¿Quieres que te haga el amor, cariño?

—P-Por favor, alfa-

Jake frotó su miembro erecto entre sus nalgas, desesperando aún más al beta, el cual giró su rostro para buscar una distracción y fue besado por su pareja.

En ese beso se dio una pelea por quién mandaba, ambos luchando con sus lenguas, usando sus dientes para morder sus labios y solo se cortó cuando el alfa entró en el chico, haciendo que ambos gimieran sin alzar mucho la voz.

—Jake, deja- deja que me corra, te lo pido—chillo el mayor.

—Paciencia, amor. Últimamente estás muy impaciente y debo corregir eso.

—Alfa...

—Espera un poco más, precioso.

Shim agarró su cintura con fuerza, tomando impulso hacia atrás para volver a entrar, embistiendo al beta sin hacer el sonido que hacían sus cuerpos al chocar. Baeyung se giro de vuelta, volviendo a como estaba, tapando su boca mientras su alfa empujaba contra él buscando el placer de ambos, pero no dejando que se corriera todavía.

Jake se aferró con más ganas al cuerpo tembloroso de beta, acercándolo aún más de ser posible para aumentar los golpes dentro de él, no aguantando sus ganas de lamer para probar la piel expuesta de su cuello, evitando morderlo fuerte para no tener inconvenientes al día siguiente.

Mgh.

—Te amo, Baeyung—soltó en medio del movimiento—. Eres tan perfecto... Ahg.

Para el beta, escuchar gemir a su novio era tan maravilloso, sus sentidos parecían agudizarse cada que lo hacía y su piel se erizaba.

Jake arremetía contra él sin dejar de lado el amor que se tenían, recordándole lo mucho que lo queria y eso era algo que tocaba el corazón sensible del mayor.

Pero justo ahora no podía ponerse sentimental, no cuando de repente el miembro del alfa aumentó su tamaño y logró tocar su próstata, sintiendo la mano que lo tenía de la cintura tapar su boca junto con sus propias manos para que los gemidos desde el fondo de su garganta no se le escaparan.

La mano que estaba en su pene también empezó a moverse sin dejar libre su glande.

Baeyung comenzó a llorar de placer debido a la sobre estimulación con la que estaba siendo tratado.

Su alfa lo penetraba tan deliciosamente que lo único que deseaba era gemir y pedir más de él como omega en celo. Su piel era besaba por él y su pene también estaba recibiendo una atención que sobraba, porque su corrida aún estaba ahí presente esperando por ser liberada.

—Y-Ya casi, Bae—los ojos del alfa se tornaron azules y el lobo de Jake apareció—. Te amo, mi beta. Μίο. Μίo.

El mayor escuchó al lobo, asintió con efusividad para darle la razón y este sonrió.

Eres tan mío, como yo soy tan tuyo, beta.

El lobo besó la marca que tenía su pareja antes de devolver a su humano, quien luego de unos embistes más derramó su esencia dentro de Baeyung, dándole paso libre al nudo y por fin movió la mano de su pene para el beta se corriera.

—¡Mmh! Ngh-

Recibir el nudo de su alfa y tener su liberación al mismo tiempo fue demasiado para el mayor que su cuerpo tembló con fuerza debido a todos los espasmo que estaba siendo causados en el momento.

Jake liberó la boca de su novio, inmediatamente respiró por ahí soltando uno que otro jadeo placentero.

Abrazó su cuerpo con fuerza, besando la piel sudorosa que su camisa no alcanzaba a cubrir.

—Lo hiciste bien, cielo.

Baeyung se sintió tan agotado que apenas pudo escucharlo antes de caer dormido.

Por su parte, el alfa le brindo mimos, acariciando sus piernas, besando su cabeza y abrazándolo cada rato hasta que el nudo bajó. Al salir de él, subió sus pantalones para buscar con qué limpiarse y una vez listo fue a limpiar a su pareja, pasando el paño delicadamente por su entrada y su pene para quitar cualquier rastro de semen.

Finalmente, lavó sus manos sin hacer ruido, abrió un poco la ventana para que la habitación se airara y volvió a la cama con el beta, abrazándolo por detrás con amor.

Actu al fin.

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