━━━02 - Misionero-
Baeyung parecía que vivía un cuento de hadas al estar caminando hacia el altar el dia de su boda, en donde lo esperaba Jake con el cabello perfectamente peinado hacía atrás y ese traje que le marcaba su trabajado cuerpo: junto con un cura que era el encargado de casarlos.
Los invitados estaban atentos a su movimiento hasta que llegó al lado del alfa y este le sonrió bonito.
El cura comenzó a hablar, Baeyung apretaba con fuerza la mano de su futuro esposo, volteándose para encararlo cuando escuchó al hombre decir los votos.
—Jake, ¿prometes amar y respetar a Baeyung, estar con él en los tiempos malo y buenos, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte los separe?
—Acepto—los ojos del beta brillaron al escuchar a su novio, las ganas de llorarlo invadieron.
—Baeyung ¿Prometes amar y respetar a Jake, estar con él en los tiempos malo y buenos, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte los separe?
—¡Claro que acepto!—respondió con una hermosa sonrisa, haciendo el esfuerzo por no arruinar el maquillaje que su madre con tanto amor le puso.
—Siendo así, por el poder que se me concede, los declaro Alfa y Beta en unión con la bendición de la madre Luna.
Los invitados comenzaron a aplaudir, ambos chicos sonrieron con una pequeña timidez y se acercaron para oficializar su matrimonio con un beso.
Y justo cuando sus labios apenas rozaron, el alfa susurró.
—Baeyung, cariño.
De repente la boda se volvió un caos, en un parpadeo Jake ya no estaba, el traje blanco que traía parecía derretirse, su temperatura corporal aumentó y su respiración empezó a hacerse errática.
Un gemido salió de su boca.
No entendía nada hasta que poco a poco fue saliendo del mundo de los sueños, regresando a la realidad para abrir lentamente sus ojos, costándole enfocar su vista y cuando lo hizo lo primero que vio fue a su pareja acostada en el espacio de sus piernas, sujetando su miembro con una mano mientras pasaba su lengua por él.
—Por fin despiertas, bello durmiente—habló el alfa para luego meter el pene a su boca.
—Ouh~
Baeyung se tapó la suya para no hacer demasiado ruido, cerrando los ojos de nuevo y su otra mano la posó en la cabellera negra del alfa para empujarlo en un vago intento para que se alejara. Y lo hizo, ganándose su mirada, pero tan solo se detuvo para chupar sus propios dedos, asegurándose de que el beta no apartara los ojos de él y viera los movimientos que hacia con su lengua entre ellos.
La expresión que hizo fue todo un poema para él.
Al dejarlos complemente mojados, flexionó las piernas del chico y los acercó a su entrada, masajeando solo tres segundos antes de meter el primer dedo y volver a tomar el pene con su boca.
—A-Alfa, ¿No es muy muy temprano para esto?—preguntó como pudo, sintiendo un segundo dedo invadir su interior y al otro chupar su miembro.
Jake besó la cabeza rosada de su novio para responderle.
—Lo siento, no pude esperar más—confesó el lobo—. Me contuve todo el tiempo que dormiste porque no te quería molestar, pero necesitaba tocarte
Repartió besos en la longitud erecta del otro, haciéndole jadear mientras movía los dedos dentro de él.
—Necesitaba probarte, escucharte.
Jake ingresó otro dedo, haciendo a BaeYung gemir alto y soltó una risa.
—Eres tan hermoso, beta. Tan bello.
El alfa abandonó el miembro del chico para subir a su rostro sin dejar de mover la mano en su entrada. En el camino dejó uno que otro beso en su pecho, lamió cuanto quiso su cuello, succionando en un lugar para dejarle una pequeña marca de amor.
Delineó su mandibula hasta parar en su mejilla, donde pasó con suavidad su dedo en ella.
—Déjame hacerte mío, lindo beta. Por favor.
Baeyung se sonrojó por la petición.
—Se mío y yo también sere tuyo. Por favor, no creo soportar mi celo de esta manera. Déjame tomarte.
El beta miró los ojos azules del lobo, creyendo ver un brillo ellos; su rostro era de total malestar, su voz salía lastimera y casi creyó escuchar un chillido mientras pedía por él.
Baeyung notó que a pesar de su celo, el lobo de Jake se estaba conteniendo, demasiado, a decir verdad.
Quizá era porque sabía que iba a ser su primera relación íntima con alguien o porque en realidad lo amaba con todas sus fuerzas como para no hacerle daño; pero ahí estaba él, debajo de su alfa a punto de estallar, que guardaba los gruñidos en su garganta para no asustarlo ni obligarlo a nada que no quiera.
¿Estaría bien si se dejaba llevar un poco? Al parecer, estaba protegido con su pareja. El mayor tomó el rostro del otro, sonriéndole tan bonito que vio las mejillas del alfa teñirse de rojo. Acercó su rostro con el fin de besarlo, pero apenas hubo un leve toque de labios cuando susurro.
—Clámame, alfa.
La respiración de Jake se aceleró a la vez que abría sus ojos de par en par.
—Clámame—repitió—. Tómame, estoy a tu merced, alfa.
Este le gruñó, más grueso que otras veces.
—Una vez que empiece se me hará imposible parar, beta—advirtió el menor, separándose para olfatear su cuello—. M-Me estoy quemando por dentro y tú estás aquí diciendo eso, dudo mucho que pare si me lo pides.
—Haz lo que quieras, sé que no me lastimarás.
Otro gruñido se escucho y Baeyung jadeó en sorpresa cuando Jake se lanzó a atacar sus labios, logrando corresponderle torpemente. El alfa se sentía desesperado, el dolor del celo bajó un poco por el contacto de sus bocas, pero no era suficientemente para calmar su necesidad.
Sus lenguas se encontraron en una pelea con la otra, quitándole casi todo el aire a ambos, pero no les importó mucho. Jake movió los dedos dentro de Baeyung, dándole unos últimos embestidas antes de sacarlos y el beta gimió, rompiendo el beso.
Un hilo de saliva escurría por su mentón, el alfa se encargó de limpiarlo con su lengua.
—Tómame, alfa—le dijo, con la respiración agitada por el afán de que el oxígeno entrara en su sistema.
Y no se hizo de rogar, se levanto del chico para masturbar su húmedo miembro, acercándose para frotarlo en su entrada, jadeante por sentirlo.
Finalmente, comenzó a entrar, viendo con deseo cómo su ano se expandía para recibirlo y la preparación de antes habia facilitado las cosas, logrando deslizar su pene sin problema, sintiendo inmediatamente el calor de su pareja acogiendolo tan pero tan bien, que cuando este lo apretó gimió con ganas.
Terminó de meterlo por completo y el alfa miró a Baeyung como si fuera su presa, totalmente hambriento por él.
Sin embargo, al notar la manera en la que cerraba sus ojos con fuerza, mordía sus labios y sujetaba la sábana de la cama, se acercó para posicionar sus brazos a cada lado de él y apoyarse de sus antebrazos para quedar de nuevo sobre él sin aplastarlo y lamió sus mejillas
—No te lastimo, beta—susurró.
—L-Lo sé, es que no pensé que esto- doliera tanto—habló con la voz cortada.
—No te lastimo—repitió, comenzando a restregar las mejillas por su rostro para marcarlo con su aroma—. Me quedaré asi hasta que me digas que puedo moverme. Te gustará.
Baeyung asintió.
El lobo se encargó de darle mimos, repartiendo besos en toda su cara y parte de su cuello, lamiendo algunas veces y besando su boca, todo con el fin de relajar a su novio. Y es que en parte el lobo lo entendía, por más que estuviera en celo comprendía que era la primera vez de su pareja y que este no era un omega como para recibirlo tan fácilmente, en estos casos debía tener más cuidado.
Tampoco quería que lo fuera, tanto para Jake como para su lobo, Kim Baeyung estaba perfecto siendo lo que es, el beta que amaban con su vida.
Estuvo de cariñoso con su novio por un tiempo hasta que lo sintió mover las caderas y jadeó.
—Muévete, por favor,
—Puedo esperar por ti un poco más, lindo beta. No te lastimo—besó su frente.
—Muévete.
El alfa obedeció.
Tomó impulsó hacia atrás y empujó hacia delante sin mucha fuerza para que Baeyung se acostumbrara, controlarse le era difícil cuando tenía al chico debajo de él gimiendo por un poco placer. Debido a su temperatura y al pequeño esfuerzo que hacia, el sudor comenzó a hacer presencia por su cuerpo y el beta habló.
—C-Clámame, alfa—pidió un poco agitado—. Hazlo más rápido.
El lobo se sintió perder.
—Lo que diga mi bello beta.
Jake se levantó para apoyarse ahora con sus manos y empezó a embestirlo con más velocidad, agregándole algo de fuerza a los golpes. El lobo gruñió de placer por estar sintiendo y escuchando a su novio, que ahora disfrutaba como él y que con cada penetración su voz se alzaba, ocasionando que su virilidad palpitara dentro suyo.
Fue entonces que en medio de aquella sacudida, tocó ese punto.
—¡Ah! A-Alfa~
Shim sonrió complacido, volviendo a embestirlo con fuerza para tocar su punto dulce repetidas veces, a lo que Baeyung respondió con varios gemidos que llegaron a ser agudos mientras arqueaban la espalda y juraba ver estrellas.
Al alfa le pareció imposible no acercarse para atrapar con su boca uno los pezones del chico, succionándolo como si de ahí fuera a salir algo para luego mordisquearlo sin causarle dolor.
Se vio interrumpido por una mano que le alzó la cabeza y fue besado por su amante para callar su voz mientras el lobo se movía.
—Te amo, beta—le gruñó—. Te amo.
Baeyung apenas le respondió con balbuceos que no logró entender y lo abrazó escondiendo la cabeza en la curvatura del hombro y el cuello.
Segundos después, Jake aceleró su vaivén cuando sintió a su novio temblar y su voz entrecortada.
—Sigue asi, bonito. Quiero seguir escuchándote—dicho eso, tomó su pene para masturbarlo.
—¡Jake! Oh~
—Eso es.
El alfa sintió sus dientes picar y su nudo cerca, por lo que acercó su rostro al cuello del otro, lamiéndolo y besándolo para distraer la necesidad de morderlo. El mayor lo notó, acarició su cabello y alzó la cabeza para dejar más expuesto su cuello en señal de sumisión para su alfa.
—Mmh... Muérdeme, mi alfa.
Eso bastó para que Jake diera el último golpe y su esencia se derramara en el interior del beta, abriendo la boca para encajar sus colmillos en el cuello de su pareja.
Baeyung gimió de placer y al sentir los dientes del alfa terminó corríendose sobre el abdomen de ambos, soltando un pequeño quejido de dolor por ello.
Cuando pensó que podía relajarse, se llevó un leve susto.
—¿P-Por qué se hace más grande esa cosa tuya?
—Es mi nudo, en unos minutos bajará y podré salir. Por ahora estemos así para que no duela—le respondió el lobo con tranquilidad, lamiendo la herida que le generó a su pareja para compensar el dolor y limpiarla.
Ambos sabían que no pasaba nada si el alfa lo marcaba porque Baeyung no era omega, esa marca desafortunadamente no crearía un lazo que los uniría.
—Quisiera marcarte para seas mío, beta—dijo el menor al separase después de limpiar su cuello.
—Lo acabas de hacer.
—No, esto desaparecerá en unos días
Baeyung suspiró, llevó su mano a la mejilla de su alfa y la acarició, este cerró los ojos disfrutando su tacto.
—Puede que no sea un omega, pero esto que hiciste significa mucho para mí—el alfa lo miró—. Nunca podrá ser como la marca de un alfa a su omega, pero es nuestra marca, independientemente de que tengamos un lazo o no nosotros nos amamos y eso debería ser más que suficiente, por eso decidí pasar tu celo contigo, ¿no crees, alfa?
Asintió con la cabeza.
—Además, si desaparece puedes volver a hacerla para que la gente sepa que ya le pertenezco a alguien.
—Me parece perfecto.
El lobo sonrió, lamió las mejillas de su pareja y compartieron unos cuantos besos hasta que el nudo del alfa se fue y pudo salir del él.
Se acostó a su lado para abrazarlo y se frotó para marcarlo con su aroma de nuevo, Baeyung perdió la cuenta de cuántas veces los había hecho.
—¿Puedo ir a hacer el desayuno? Tengo hambre y no me diste ni tiempo de lavarme la boca al despertar.
—Espera un poco más.
—¡Alfa!
Y así fue como esa mañana del martes, Baeyung tuvo que preparar la comida para ambos, con su alfa en celo, que ahora estaba bastante cariñoso, pegado a él como si fuera una garrapata y un pequeño dolor en su parte baja.
¡Actu!
¿Qué les
pareció?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro