First Kiss
Taehyung no reaccionó hasta que la puerta del closet se cerró y lo dejó en penumbras. Frente a él, un chico de cabellos rubios con el que debía pasar “siete minutos en el cielo″. Dios, ni siquiera sabía su nombre porque en realidad no le prestó atención a eso, solo se había quedado en shock al ver que la botella que giraba en medio del círculo de gente sentada le apuntaba a él.
—¿Cómo te llamas? —le preguntó el rubio.
—¿Eh? ¿Yo?
La sonrisa de medio lado que le lanzó el chico le resultó atractiva, debe admitir.
—¿Acaso ves a alguien más aquí, cariño?
«¿Cariño?». Taehyung se sonrojó efusivamente y desvió la mirada.
—M-Me llamo Taehyung.
—Dime, Tae —habló el otro con toda confianza—. ¿Eres de primer año?
—No, soy de tercer año, estudio So-Sociología —contestó con timidez, pues sentía la intensa mirada del contrario sobre él.
—¿Sociología? —Tono burlón—. No pareces muy sociable que digamos. Es más, estoy seguro de que viniste con un amigo que te convenció a duras penas y ahora estás obligado a jugar este juego.
«¿Y este estudia Adivinación o qué?». Taehyung frunció el ceño y se cruzó de brazos, obviamente a la defensiva.
»Y también estoy seguro de que nunca te han dado un beso —continuó el rubio todavía con aquella sonrisa burlona.
Joder, el reducido espacio de aquel closet con tan poca iluminación no ayudaba a que Taehyung pudiera pensar con claridad y lanzar un comentario ingenioso. ¿Por qué estaban hablando de besos?
—Eso n-no es asunto tuyo… —Pero al bajar el rostro, una mano en su mentón le hizo encarar al rubio, quien estaba más cerca que antes.
—Tal vez quiero que lo sea…
Y sin más, sus finos labios presionaron con suavidad sobre los de Tae.
Pudo haberse apartado, pudo haberlo empujado, incluso pudo haber intentado morderlo por el atrevimiento; pero esa cálida sensación que se extendió por todo su cuerpo le hizo ansiar más, solo un poco más.
Primero, su labio superior fue succionado levemente y luego el inferior recibió una mordida que le hizo jadear poquito, y esto solo dio paso a la lengua contraria que avanzó con intenciones de explorar su boca sin reparos.
El cuerpo del chico se movió para presionarse contra él, para aplastarlo un poco contra las divisiones de madera que tenía detrás. Taehyung, en verdad, no era consciente de más nada a su alrededor, solo de aquellos labios suaves que le devoraban y aquella caliente lengua que sabía un poco a alcohol, un poco a menta.
La deliberada lentitud con la que el rubio lo besaba lo transportó al mismísimo paraíso, después de todo serían siete minutos en el cielo, ¿no? Así que era mejor aprovechar el resto.
Cuando el rubio se separó de él, rozó su nariz con la suya y le acarició el colorado cachete.
»Respira, bonito… —Su aliento haciéndole cosquillas.
Sin embargo, la magia se esfumó cuando escucharon a los demás gritar que el tiempo había terminado.
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