Era un día nuevo en la Organización de Seguridad Chaldea, pues hacía poco que se habían encargado de la última Singularidad, el Templo de Solomon, y Mash se había vuelto humana, por lo que no podía ir a otras Singularidades pequeñas al perder sus poderes.

Mientras que Ritsuka Fujimaru, Último Master de la Humanidad y aquel que, con la ayuda de los amigos Servants e invocaciones que hizo en el camino, logró derrotar a Goetia, se había terminado por recuperar de la cruenta batalla contra la Beast, y estaba con Mash, pues Da Vinci les había avisado sobre un prototipo de armadura para Mash, para que pudiera luchar de nuevo.

Pero, en ese momento, la alarma sonó, y Ritsuka fue a ver qué ocurría.

- ¿De qué se trata, es otra Pseudo-Singularidad? - preguntó preocupado.

- Eso parece: se la detecta como una aunque no hay registros de su época en nuestro mundo, tal vez sea un Reality Marble, algo parecido al Templo del Tiempo u otro mundo; lo que sí sé es que parece que se han unido en un vórtice sorprendentemente estable para un Rayshift, así que prepárate, Fujimaru - expresó "la" inventora.

Ritsuka eligió a varios Servants para aquella misión, pero Mash se quedaría de apoyo nuevamente hasta que su prototipo estuviera listo.

- Buena suerte, Senpai - deseó Mash mientras Ritsuka le sonreía.

- Iniciando Rayshift - dijo uno de los técnicos.

- Escaneando coordenadas - dijo otro.

- Estabilizando con la brecha - dijo una tercera.

- Entrando en la Pseudo-Singularidad en 3, 2, 1, ¡Ya! - tras un fogonazo de luz, Ritsuka y sus Servants ya no estaban.

A donde habían llegado era un bosque desconocido, donde no había nadie.

Pero, tras caminar un poco, tuvieron la suerte de encontrar una especie de bar con forma de sombrero, aunque un bar en mitad de la nada era bastante sospechoso.

Ritsuka abrió la puerta lentamente... Y solo fue protegido de un hachazo por su Servant Berserker, Kriemhild.

- *Oh* Me sorprende que alguien haya podido detener un golpe del gran Escanor - dijo un hombre alto y musculoso con pelo castaño y bigote de ese mismo color.

- Es fuerte, muy fuerte - dijo Kriemhild mientras se preparaba para defenderse de otro ataque cuando...

- ¡Espere, no somos enemigos, solo queremos saber qué ocurre! - se oyeron ruidos de alguien bajando las escaleras: eran un hombre de pelo azulado, acompañado de una "niña" rubia y una peliplata, los tres con ojeras terribles.

- ¿*Eh*? ¿Entonces... No saben qué ocurre? - preguntaría con evidente cansancio la peliplata.

- ¡Sí, lo somos! Vinimos aquí para saber qué ocurre, ya que venimos de muy lejos - explicó Ritsuka, evitando mencionar algunas cosas como de dónde venían.

- Ban, vi su corazón y no miente sobre esto, no sabe dónde está y quiere saber qué ocurre - dijo la pequeña rubia al hombre de cabello puntiagudo.

- Iré por un trago y os contaré qué ocurre - dijo el ahora conocido como Ban mientras iba a la barra.

- Deja de aprovecharte de tu puesto de cocinero para embriagarte, Ban - regañó un... ¿Cerdo parlante? Siendo sincero, no es la cosa más rara que haya visto.

Tras sentarse, la peliplata empezó a hablar: era la princesa del reino de Liones, había reunido a los 7 Pecados Capitales para evitar que un traidor continuase un golpe de estado preparado desde hace años. Lo había conseguido reuniendo a 6 de los 7 (la sexta llegando en la batalla en el reino), pero apareció una amenaza peor: el grupo de demonios conocido como los 10 Mandamientos habían roto el sello en el que estaban, y uno solo le dio una paliza a parte del grupo como si nada.

Con el fin de derrotarlos, el líder de los Pecados, Meliodas, decidió recuperar su poder perdido, pero cuando había pasado la prueba y recuperó su poder... Algo pasó: nadie sabe el qué, pero Meliodas empezó a vomitar sangre y quedó K.O., y los Mandamientos invadieron la sagrada tierra de los druidas, solo pudieron escapar un inconsciente Meliodas, Elizabeth y Hawk, el cerdito.

Los únicos que lograron volver fueron Ban, Elaine, una Caballero Sagrada llamada Jericho y Escanor, el 7º Pecado Capital...

- Del resto... No hay noticias más que los demonios habiendo dominado parte de Britania completa - terminó Elizabeth con un semblante triste.

Ritsuka y sus Servants los miraron: incluso Escanor estaba frustrado, pues habría podido derrotar a esos demonios con facilidad, pero había varios factores: solo era fuerte por el día, los buscaban de noche y, si se iba, delataría su posición y no había nadie con el poder suficiente para vencer a los demonios aparte de Escanor.

- ¡Por favor, les suplico ayuda! - pidió desesperada la princesa.

- Princesa Elizabeth, mis compañeros y yo nos comprometemos a prestarle su fuerza para ayudar al reino y a sus habitantes - prometió el Último Master de la Humanidad.

Una alianza creada en un momento de enorme adversidad fue creada, pero... ¿Será suficiente para enfrentar al mal?

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Fin de este primer capítulo.

Para evitar preguntas, este sería un evento crossover entre 7 Deadly Sins: Grand Cross y Fate: Grand Order.