Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Nuestra Historia...

14 Años Atrás...

El pequeño de tan solo nueve años, miraba desde la ventana que daba hacia el jardín. Vio el auto de su padre detenerse, ladeó la cabeza al ver a una hermosa mujer de piel morena, bajar del auto tomando de la mano a una niña morena, de cabellera larga, castaña.

Jungkook bajó del sofá con rapidez para caminar hacia la puerta, al ver que su padre y esas dos niñas se dirigían a la puerta.

Esta se abrió, dejando ver a un hombre mayor muy apuesto. Tan pronto en niño lo vio, abrazó su cintura con mucha fuerza.

- Oh, Jungkook- espetó el hombre para llevar sus manos a la cabellera de su hijo y acariciarlo. - Hijo mío.

La niña que estaba junto a su madre, sonrió con emoción al ver un niño en la casa. Apretaba con fuerza su pequeño osito, con la mano libre.

Al menos su estadía en un nuevo hogar, no sería tan aburrido.

- Bienvenido. - dijo ese pequeño peli negro separándose de su padre, miró a la mujer mayor con curiosidad, mientras que le dio una rápida mirada a la niña, viendo su vestimenta.

Vestía con un hermoso pero sencillo vestido blanco, que resaltaba su hermoso color canela. Sus zapatos plateados, cabello rizado estaba trenzado, cayendo en su espalda.

Sí, era bonita.

- ¿Quiénes son?- preguntó algo curioso mirando a su padre.

- Es la bella mujer de la que te hablé, cariño- le contestó para ponerse de rodillas, a la altura de su hijo-

La mujer sonrió ante la mirada curiosa del niño.

- Hola corazón- saludó ella con una sonrisa.

La pequeña miró a Jungkook algo ansiosa y este lo notó.

- Y esa niña encantadora que viene con ella...- señaló a la pequeña quién no dejaba de mirar a Jungkook-... es tú otra nueva hermanita. - El niño la miró totalmente atento, mostrando su seriedad ante su nueva hermana- Saludala Jungkook.

Ambos se miraron, la niña sonreía de manera hermosa. Jungkook la miraba totalmente serio.

- Vamos Ana, acércate a Jungkook- su madre incitó a su pequeña niña, quién con una sonrisa suelta la mano de su progenitora para caminar hacia él niño.

Una vez cerca, extendió la mano en dirección al niño.

- Hola...- salió de sus labios, con un voz angelical-... Me llamo Ana Lorena...

El niño le dio un manotazo a la mano de la pequeña, dejando a los mayores impactados.

- Y a mí que me importa. - le contestó para mandarse a correr hacia su habitación.

La niña bajó la mirada ante esa reacción. Sus ojitos se cristalizaron.

- ¡JUNGKOOK!- le gritó su padre totalmente enojado con su hijo.

●●●

La morena miró la piscina frente a ella, se veía muy linda ante sus ojos. El sol se reflejaba a través del agua. El pequeño niño la miraba atentamente, a unos cuatro pasos de ella.

Veía a la niña en un lindo conjunto de baño, color rosado. Mientras el solo tenía un short de playa. No sabía cómo era posible, pero esa niña le hacía sentir cosas raras. Llevaban dos meses en su casa, pero ni siquiera podían hablar de manera civilizada. Aparentemente, los dos niños no se toleraban, ni aunque vivieran juntos o estudiaran en el mismo colegio.

- Ana, ten cuidado no te caigas.- le alertó su madre con un sombrero en manos- Iré por las bebidas.

Ella asintió.

- Si mami - le dijo la niña.

- Kook.- este miró a la mujer mayor con una sonrisa- Por favor, cuida de Ana. No sabe nadar. - este miró a la niña y después de varios segundos asintió.

La mujer dio la vuelta, la castaña volvió a concentrarse en la piscina admirandola con una sonrisa.

Jungkook la vio y no pudo evitar sonreír con maldad.

Tan solo era un niño, no pensaba en la gravedad de las cosas.

Así que con sigilo comenzó a acercarse a la morena de cabellera castaña. Podía verse la maldad en sus ojos, mientras una sonrisa malévola se dejaba ver.

Ana Lorena, sonrió para ir en busca de su salvavidas, por lo que se volteó pero justo en ese momento Jungkook tenía sus manos extendidos para empujarla. Cuándo sus ojos vieron las manos del peli negro acompañada de una sonrisa torcida, el miedo creció en sus ojos. La empujó con todas sus fuerzas, pero la morena extendió sus manos tomando la del pequeño niño.

- ¡AH!- gritaron los dos, hasta que el fuerte impacto se sintió, obligándolos a tomar agua de la piscina.

Sí, habían caído.

La morena patalea de manera continua, mientras el pequeño sube su cabeza a la superficie tosiendo con desespero.

Lleva sus manos a su cabello, para llevarlo hacia atrás.

Mira a su alrededor pero no ve a la morena, entonces se asusta. Mira hacia abajo y la ve luchar por salir a la superficie, se ríe con diversión para solo tomar las manos de la pequeña y ayudarla a subir a la superficie.

Esta sube tosiendo, totalmente desesperada. En un intento de querer salir lleva sus manos a los hombros del peli negro, ejerciendo mucha fuerza a tal punto de hundirlo en el agua, mientras ella pone sus pies en la cabeza de este, para de una vez llevar sus manos al borde de la piscina y salir de esta de una vez por todas.

Jungkook aguanta la respiración para subir con desespero, totalmente enfadado. Dispuesto a discutir pero cuando ve a la madre de la pequeña junto a su padre, siente su corazón latir.

- ¡Jungkook, Ana!- grita la mujer totalmente asustada al ver a su hija tratando de respirar bien - ¿Qué pasó?

Jungkook traga en seco y la niña lo mira en desaprobación.

- ¿Acaso...?- El mayor Mira a su hijo sin poder creer que el haya sido capaz de hacer algo así.

Jungkook baja la mirada sabiendo que lo castigaran.

- No papá... El me quería enseñar a nadar...- respondió con una sonrisa, Jungkook alza la mirada para verla, está confundido pero aliviado.

Ella desvía la mirada para verlo.

Le sonríe de manera hermosa para de repente sacarle la lengua.

Jungkook no pudo evitar reír.

●●●

El pequeño bajaba las escaleras, para ir a la cocina a tomar un vaso de agua. Estaba totalmente somnoliento.

La morena lo ve y no puede evitar sonreír de manera malévola, pensando en cómo hacerle una broma. Su madre toma la harina, para la tarta que hace. Ana sonríe en el momento que una idea cruza su cabeza.

Rápidamente toma un poco, llamando la atención de la mujer mayor.

Corre hacia el peli negro con su mano cerrada.

- ¡Jungkook!- Lo llama, a lo cuál este alza la mirada para verla. Oh, Oh. Lo peor que hizo.

La morena abrió su mano para soplar hacia la dirección del pequeño, provocando que la harina fiera directo a su rostro. Inmediatamente las risas se hicieron presente por las féminas, al ver la cara de Jungkook totalmente blanca.

Este estaba serio, obviamente no le había hecho gracia. Llevó sus manos a los ojos para quitar todo rastro de harina.

- Jungkook es una momia, Jungkook es una momia- se reía la morena.

Pero Jungkook no se quedaría así, por lo que se acercó a ella, mientras la fémina no podía dejar de reír.

- kuaaaak...-Jungkook eructo en su cara, callando su sonrisa.

La morena  hizo una mueca de desagrado cerrando sus ojos.

- ¿Huele bien mi olor mañanero?- le preguntó con burla el pequeño.

La niña lo mira enojada mientras el reía.

La mujer mayor no podía dejar de reír. Pero sabía que ambos niños no tenían una muy buena relación supuestamente, siempre estaban haciendo de las suyas. Por lo que tomó harina y se acercó a ellos.

- ¡GUERRA DE HARINA!- gritó ella con euforia llamando la atención de ambos niños y gracias a ello, les pudo lanzar la harina a la cara.

En menos de un segundo, la cocina se convirtió en un caos.

El hombre de la casa, bajaba las escaleras con su pequeña niña de cinco años en brazos. Al ver a su familia riendo entre ellos, pero la cocina hecha un caos, no pudo evitar sonreír para unirse a ellos. Finalmente, estaban siendo una familia.

- ¿Una guerra sin mí?- preguntó para unirse a ellos.

Pero ese pequeño momento, cambió la relación de esos dos niños. Aunque bueno, las bromas si continuaron, más su cariño finalmente salió a la luz.

- ¿Hermanos?- preguntó la pequeña niña con una hermosa sonrisa, teniendo todo su rostro blanco.

El niño dejó salir una sonrisa, teniendo su cara del mismo modo.

- ¡Hermanos!-

●●●

- ¡FELIZ CUMPLEAÑOS NOONA!- sus gritos se escucharon en toda la habitación mientras se tiraba a la cama. La morena sonrió algo somnolienta.

- Gracias - agradeció para alzar la cabeza con un ojo abierto y otra cerrado. Jungkook no pudo evitar dejar salir una risita de burla acompañada de ternura. - Feliz cumpleaños para tí también...

El frunció el ceño con disgusto

- ¿Tan a secas?- preguntó totalmente indignado.

- ¿Debo tirarte el cubo de agua para que lo sientas mojado?- le preguntó ella acercándose al peli negro, quién se metió bajo las sábanas. La morena puso una pierna encima de las de Jungkook, para seguido dejar descansar su cabeza en su pecho.

- Mejor déjame mojarte yo a tí- propuso él con una sonrisa coqueta pasando su mano a la cintura de la morena.

Esta dejó salir una risita.

- Cuándo seas actor porno. - fué su respuesta por lo que Jungkook dejó salir una risita.

●●●

-¡FELIZ CUMPLEAÑOS KOOKIE!- gritó la morena entrando a la habitación de manera escandalosa. Vio al peli negro taparse la cabeza con una almohada.

Ella negó en desaprobación para subirse a la cama, incluso se puso a horcajadas en la espalda de Jungkook.

Este dejó salir una risita bajo la almohada.

- Ya cumples dieciocho años, mi hijo ha crecido.- llora fingidamente.

Lleva sus manos a la espalda desnuda de Jungkook, la acaricia lentamente y de manera involuntaria, pasa sus uñas por ella cómo si lo arañara.

No lo podía evitar...

- ¿Te pongo?- preguntó Jungkook volteandose lentamente, ahora estaba mirándola. Ambas intimidades estaban juntas.

Ella mira el cabello desordenado del peli negro, baja lentamente la mirada encontrándose con su nariz, sus labios... sus labios...

- ¿Y si fuera así qué?- preguntó ella con picardía. Jungkook se le quedó mirando, cada facción de ella lo volvía loco. Su mirada, sus ojos color café, su nariz perfilada, la forma de sus labios que parecían un lindo corazón. Su voz, esa voz angelical que en cuestiones de segundos era malditamente seductora. -

Y para rematar, bajó la mirada a su cuello, era muy seductor. Sus pechos, no tenía sostén. Lo estaba matando. Jungkook volvió a mirarla a los ojos para sin previo aviso, voltearla quedando ella ahora abajo. Por instinto sus pies hicieron la forma de una llave, abrazaron la cintura del peli negro. Su cabellera castaña descansó en la almohada, dejando ver mejor su rostro algo asombrado y nervioso.

El cabello de Jungkook quedó en el aire, mientras miraba los ojos de la castaña de manera penetrante.

- Y si es así...- decidió hablar con la voz totalmente ronca. Las manos de la morena que habían quedado en el cuello de Jungkook, ante el cambio de posición, acariciaron el cabello del peli negro- ...Yo puedo ayudarte...

La morena tragó fuertemente.

- ¿A sí?- se atrevió a preguntar con nervios- ¿Cómo?-

Jungkook acercó más su rostro.

- Déjame ser el primero y lo sabrás...- susurró.

El corazón de la morena se le quiso salir, más no lo demostró. Las manos de Jungkook ejercían fuerza a los costados de Ana, para que su peso no cayera en ella.

- Jungkook...- salió de sus labios.

El peli negro sabía lo que le diría, lo sabía. Pero sin ni siquiera decirle nada, tomó su labio inferior entre sus labios, para succionarlo de manera atrevida.

La morena se quedó totalmente ida.

- Hermanastros, no Hermanos.- le rectificó apartándose lentamente de ella, sabiendo que le diría que no podían caer en esto, por ser "Hermanos"

- ¿Quieres cometer incesto?- preguntó ella con una sonrisa.

- si realmente fueras mi hermana, no me importaría. - ambos dejaron salir una risita. Ana llevó sus manos a la frente de Jungkook, para tomar en sus manos su cabello dando paso a que su frente se viera mejor. ¿Era posible que su frente tuviera poderes se seducción?- Feliz cumpleaños también para tí, mi morena...- susurró sin poder apartar la mirada de ella- Ya son diecinueve años.

Estaba mal.

Estaba mal posar sus ojos en su hermanastro. Sobre todo cuándo se criaron cómo hermanos ante los ojos de sus mayores.

Estaba mal sentir amor, deseo, ternura. Estaba mal sentir tantos sentimientos por su hermanastra, pero no podía evitarlo. Quería seguir.

Quería besarla, acariciarla, sentirla, amarla. No le importaba tener que enfrentarse a su padre.

- Ya cumples dieciocho años...- respondió ella- ¿Qué quieres de regalo?

El mordió su labio de manera inconsciente, pero no pasó desapercibido para Ana. Jungkook llevó su mano derecha a la mejilla de la morena para acariciarla con sutileza.

- A tí... te quiero a tí...

●●●

Disculpen los errores, después los arreglaré.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro