Esclava Y Amo Sexual...
Esclava y Amo Sexual...
_ Eso es... - murmura el fotógrafo viendo las fotos desde la pantalla de su cámara- Regalanos una pose sexy...
La morena de piel oscura lleva su mano derecha a sus labios, mientras la otra la desliza suavemente por su vientre hasta su zona íntima, regalando una mirada totalmente provocadora.
¿Un pequeño secreto?
El fotógrafo ama sus poses, según su mente es demasiado sexy.
_ Pongan los ventiladores cerca, quiero ver su pelo danzando. ¡Alguien que le de una pistola, de prisa! - todos están en constante movimiento debido a los pedidos del fotógrafo.
La morena toma el arma de un color negro intenso, que le ofrece uno de los ayudantes.
_ Ana... - llama el fotógrafo- Recuerda que el concepto de tú personaje es de una mujer ruda pero sexy y al mismo tiempo elegante. - ella asiente.
_ Una silla por favor. - pide la Morena, en tan solo segundos uno de los trabajadores dejaron una silla a su lado. Ella se sentó abriendo sus piernas de manera masculina, más sus botas negras altas muy femeninas pero bruscas acompañadas de un conjunto negro muy pegado al cuerpo, podría decirle un overol, pero es mucho más qué eso. Le da una vibra perfecta, la hace ver malditamente sexy y elegante. Lleva su mano izquierda a su muslo para apoyar el ante brazo, mientras con la que sostiene el arma de fuego, la lleva a sus labios alzando una ceja.
_ No sé como demonios lo haces, pero me encanta. - asegura el fotógrafo satisfecho de la posición que ha encontrado su modelo- Mira la cámara, por favor- pide para tomar fotos sin intención de detectar errores o querer detenerse.
La luz llega a sus ojos, más la chica ni siquiera le da relevancia.
(...)
¿Existe la posibilidad que dos mejores amigos estén siendo fotografiados al mismo tiempo?
Digámosle mundos paralelos, o una gran coincidencia. Ser famoso lleva su proceso, por lo que siempre están expuestos a las cámaras.
Jungkook sostiene su miembro totalmente en erección entre sus manos, mientras mira las cámaras con una mirada de orgasmo.
_ Eso es Jungkook, muerdete el labio... - el peli negro ataca la orden inmediatamente.
_ Nena, podrías abrir más las piernas... - pide de repente, a la rubia que se encuentra a tan solo diez pasos de él intentando estimularlo. - Necesito mantener esta erección por diez minutos más. - la fotógrafa rie bajito ante las palabras de Jungkook hacia la actriz.
La rubia niega divertida, sin dejar de mirar el miembro del peli negro. Un pene de unos diecinueve centímetros, grueso con venas a su alrededor. Con su glande rosadita, brillante y muy llamativa gracias a su pre-semen que lo envuelven completamente.
¿Que si le gusta? No que va, a ella le encanta y desea demasiado que las fotografías terminen para poder ir a la mejor parte... la acción.
_ A tus órdenes- comenta divertida abriendo sus piernas, dejando a la vista sus bragas negras. El peli negro sonríe satisfecho para morder sus labios.
_ ¿No te gustaría quitarte las bragas?- le pregunta sintiendo su pene palpitar del deseo.
La rubia niega con coquetería.
_ Prefiero que me las quites tú- contesta logrando que Jungkook se desespere.
El peli negro vuelve su mirada a la fotógrafa.
_ ¿Falta mucho? - le pregunta casi en llanto, logrando hacer reír a la fotógrafa
_ Pasen mejor a la acción, quiero tomar fotos en medio de la penetración. - sentencia.
Jungkook y la rubia se miran con deseo.
Tanta tortura atormenta y desespera, ¿verdad?
_ Terminemos rápido, aún me quedan cuatro videos más en el día... - contesta caminando hacia ella, para arrodillarse y colarse entre sus lindas pero sexys piernas-
La rubia sonríe al verlo entre sus piernas.
_ Actuemos de manera natural. - pide ella provocando la mirada intensa de Jungkook- Si hay que fingir llegar al orgasmo, hagámoslo. - la risa divertida de la fotógrafa se escucha en la pequeña habitación.
El peli negro ladea la cabeza.
_ En tú caso te aseguro que seras muy natural, no tendrás que fingir... - le asegura para llevar sus manos a la cadera de la chica, tomando sus bragas- En el mío, me temo que sí. - contesta con burla dejando a la rubia impactada.
Los fotógrafos se colocan en todos los ángulos posibles, mientras la rubia lo mira irónica.
_ ¡Acción!...
(...)
La morena camina tranquilamente por los pasillos de la empresa de su cónyuge, con tres empleados detrás de ella.
Los tacones resuenan por todo el lugar, llamando la atención de cada persona que se encuentra en esa empresa.
Su vestido color vino, sus tacones negros de ocho punto cinco centímetros, acompañado de un hermoso colgante en forma de serpiente que adorna su cuello, más esos pendientes de diamantes pequeños que lucen en sus orejas, completando con su cabellera castaña cayendo por su espalda y sus labios portando un bello color rojo. Sin obviar los lentes que cubren sus ojos.
¿Cómo le llamas a eso?
Elegante de pies a cabeza, ¿verdad?
__ Es Ana Lorena... - murmuran todos a su alrededor, mientras ella camina como si de una modelo se tratase, después de todo, lo es.
Sus piernas se cruzan de manera hermosa, sensual, pero sobre todo; elegante.
_ ¿Jimin está en su despacho? - pregunta tranquilamente
La secretaria de su esposo se apresura en responder.
_ Así es, Señora Park. - ella asiente para detenerse frente al elevador y pulsar el botón.
Espera casi un minuto pacientemente, hasta que este se abre.
Inmediatamente entra para pulsar el botón "quince" el último piso, dónde se encuentra la oficina de su esposo.
Una vez llega a su destino, el elevador abre sus puertas y ella prende camino a su destino.
Los pasillos están más despejados, pero las pocas personas que se encuentran no dejan de mirarla.
Ella sigue su camino, hasta llegar a la oficina de su esposo. Pone su mano en el pomo de la puerta, abriendo esta lentamente.
El peli rubio alza su mirada captando una pierna morena muy bien constribuida. Inmediatamente deja de lado sus papales para prestar toda su atención en quién sea que porte esas piernas tan malditamente sensuales, ante sus ojos.
La puerta se abre completamente, dejando ver a la morena.
El rubio sonríe para levantarse de su asiento, dejando de lado su escritorio para caminar hacia su esposa mientras arregla su camisa negra ajustada.
_ ¿Un ajuste de cuenta?... - pregunta sonriendo, viendo como la morena aparta sus lentes dejando ver sus ojos color café, con sus pestañas largas portando una mirada hermosa.
_ Tal vez. - responde para sonreír mostrando su dentadura- ¿Puedo robar a mi esposo y llevarlo a un hotel?- pregunta para acercarse a él, llevando sus manos al cuello de su hombre- Necesito ajustar cuenta por la discusión de ayer. - habla haciendo puchero
El rubio lleva sus manos a la cintura de la morena, para hablar.
_ ¿Y si... ajustamos cuenta aquí?... - le propone para llevar sus manos al trasero de su esposa.
Ella niega inmediatamente.
_ Aquí no, ¿que tal si nos ven? - habla ella con preocupación, el rubio rueda los ojos.
_ ¿No discutimos exactamente por eso, Ana Lorena Park? - le cuestiona con seriedad, ella desvía la mirada - Sabes que me gusta el riesgo.
La morena lo mira.
_ Pero a mí me da miedo. - contradice ella.
_ A todos, pero es realmente placentero. - le dice tratando se convencerla para llevar sus labios al cuello de su esposa, dejando besos húmedos, provocando que la morena cierre sus ojos.
_ Pero Jimin... - el se aleja un poco y la mira.
_ Nada de peros, déjame hacerte lo que quiero aquí. - le dice con seriedad-
_ Pero podemos ir a un hotel. - intenta ella rechazar su oferta.
_ Después me preguntas por qué razón sucedió lo de hace meses... - susurra para desviar la mirada.
La Morena se le queda mirando con la mirada fijamente, recordando lo sucedido seis meses atrás.
Un sentimiento de vacío y miedo se instala en su pecho. Olvidar le era imposible, a pesar de perdonar como si nada.
_ ¿Que insinúas?... - cuestiona- ¿Que por mi actitud buscas en la calle lo que no encuentras en casa?... - pregunta con temor a su respuesta.
El rubio suspira, volviendo a mirarla para besar sus labios.
Sus labios se mueven de manera furiosa, a la morena le cuesta seguir el ritmo de sus besos, pero intenta seguirlo a pesar de aún tener en su mente aquella pregunta.
El rubio se separa de ella, viendo sus labios hinchados.
_ No hablemos de eso, mejor hagamos otra cosa... me urge almorzar a mí esposa... - comenta para besarla nuevamente y voltearla, logrando llevarla hacia el escritorio.
Ella aún cohibida, lleva sus manos al cuello de su cónyuge para atraerlo por completo a su cuerpo.
_ Eso... déjate llevar cariño... - le susurra en el momento que el trasero de la morena, choca con el borde del escritorio. Lleva sus manos a sus muslos para tomar los costados de su vestido, alzandolo hasta la cadera de su chica.
Vuelve a bajar sus manos a los muslos de Ana, acariciando y apretando a su antojo, provocando sensaciones placenteras en la morena.
La alza por segundos para sentarla en la mesa, con rapidez hecha las bragas de la chica a un lado, exponiendo su feminidad.
_ ¿Estás preparada para mí? O ¿quieres que te estimule con mi lengua?... - le pregunta mientras se desabrocha el cinturón, sin dejar de mirarla con deseo.
La morena no sabe que decir. Sabe perfectamente que aún no está lubricando, aún no navega en la excitación pero una vez más decide callarse.
¿Ella permitir que le hagan un oral?
Jamás.
¿Razón?
Por una estúpida razón, la cuál se llama; vergüenza.
Estúpido, ¿verdad?
Cuatro años casada con su cónyuge, pero aún le apena abrir sus piernas y verlo pasar su lengua por su clitoris como si fuera un delicioso helado o caramelo.
Solo dos veces, solo dos veces su esposo ha podido saborear los fluidos vaginales de su esposa provocados por su propia lengua.
_ No, no hace falta... - murmura, el rubio ya adaptado a esa respuesta, baja un poco su pantalón junto al bóxer, dejando expuesto su miembro erecto enrojecido, por el deseo de atravesar esa vagina y acabar con su tortura.
_ Entonces... sé silenciosa... - ella asiente para mirar la puerta. Jimin lleva sus mano derecha a su boca, para dejar rastros de saliva y luego esparcirla en la vagina de su esposa.
Ella cierra sus ojos al sentir los dedos fríos, la saliva tibia en su clitoris.
Sin pensarlo más, Jimin comienza a penetrarla.
_ Agh... - es lo primero que sale de sus labios, pues no ha logrado entrar completamente, pero el dolor si ha llegado a su interior.
Jimin frunce su ceño agarrando su polla con su mano izquierda, lentamente la saca y vuelve a penetrarla. Esta vez, utiliza más fuerza logrando meterla entera de una sola estocada.
La castaña cierra sus ojos llevando su mano a sus labios, para no emitir sonido. Sencillamente, no solo logra sentir un pedazo de carne en su interior, sino que también dolor.
_ Joder... - gesticula el rubio cerrando sus ojos.
(...)
_ Ah... Ah... - gime sin intención de detenerse esa rubia, mientras el peli negro perfora su vagina con fuerza, provocando un inmenso placer en su compañera.
_ Gime para mí, perra. - pide Jungkook mientras agarraba el cabello rubio que tenía en frente. Perforando sin compasión el trasero delicioso que tenía en cuatro, como si de una perrita se tratase. -
La rubia no deja de gemir, arqueando su espalda debido a los tirones de cabello, que le proporciona el peli negro.
Jungkook cierra sus ojos, en el momento que la imagen de otra persona viene a su mente. A pesar de ser normal para él, sabe que si la dueña de ese pensamiento lo supiese, posiblemente puede dejar de hablarle.
Pero es la única persona que lo lleva al orgasmo estando con cualquier persona.
Imaginarla desnuda, es demasiado tentador. Pero verla en cuatro, se ha vuelto su mayor anhelo desde esa noche que la vio desnuda, en el baño de la universidad.
_ Mierda... - maldice en el momento que siente que va a explotar- Lore... - susurra de manera inaudible, solo para él.
¿Cómo es posible que dos mejores amigos, estén follando al mismo tiempo?
Demasiadas coincidencias. La diferencia es que uno de los dos disfruta, pero el otro, llora...
●●●
La morena cierra sus ojos con fuerza, llevando sus manos a los bordes de la mesa mientras su cuerpo descansa en ella.
_ Sí, Que rico... - jadea el rubio apretando las nalgas de la morena, dándole azotes que se llegan a escuchar de la puerta para afuera.
El entra y sale sin descanso. No le importa si le hace daño a su esposa, solamente se centra en su placer. Cierra sus ojos para sacar su pene y dar pequeños azotes en el culo de la morena. Entonces vuelve introducirlo, de manera brusca para embestirla con tosquedad.
La primera lágrima, cae de los ojos de la morena. Llora en silencio, sin emitir sonidos.
_ Gime cariño... - le pide el rubio sin ni siquiera mirarla debido a la posición en la que su cónyuge se encuentra. Está de espalda a él, con sus senos y vientre reposando en el escritorio. - Nadie escuchará...
Ella soportando el dolor que este le produce en su interior, más en el alrededor de la entrada de su vagina; procede a gemir.
Ojalá fueran gemidos de placer, pero en realidad son de dolor.
Gemidos sin son. Gemidos vacíos, totalmente fingidos.
¿Que siente? Dolor.
¿No siente placer?
Ella intenta convencerse que sí, pero no logra ni siquiera llegar al orgasmo.
_ Agh... Me corro... - gime el rubio para sostener con fuerza las caderas de su esposa, dejándole marcas. Sus embestidas aumentaron provocando más dolor en la morena.
¿A esto ella le llama ajuste de cuenta?
¿De verdad es ella la del problema o es su esposo?
Tal vez los dos.
_ Mmg... - se queja ella, cerrando sus ojos y apretando el borde de la mesa, sintiendo como las lágrimas acarician sus mejillas.
Entonces siente ese espeso líquido caliente, esparcirse en su interior.
_ Ah... - gime satisfecho, para salirse de ella después de varios segundos. Ella lleva sus manos disimuladamente a sus ojos, para limpiar cualquier rastro de lágrimas.
_ ¿Te gustó? - le pregunta el rubio de repente, ella deja salir el aire para voltear a verlo permitiéndose sonreír tan falsamente.
_ Me encantó... - le responde, engañandose incluso a ella misma.
El rubio sonríe, mientras ella se siente aliviada por haber terminado con esa tortura.
_ Ojalá un día te llenes de valor y me montes. - le habla el rubio mirándola a los ojos- Entonces yo también podré decir... me encantó. - ella se le queda mirando mientras el rubio va en busca de toallitas para limpiarse.
La morena se queda callada.
Después de todo tal vez el tenga razón. Ella es una mujer sin emoción, una mujer aburrida en el sexo, penosa. Y nunca ha logrado llegar al orgasmo. Sabe que solo Jimin puede aceptar el hecho de su problema en el sexo, por eso calla y deja que su primer hombre, también esposo; le haga y diga todo lo que desee...
Al menos así piensa ella.
_ ¿Vendrás temprano a casa? - decide dejar de lado la tensión, para tomar toallitas y limpiar los flujos que envuelven su vagina en ese momento.
El rubio subiendo la cremallera de su pantalón, la mira por cortos segundos.
_ No, no me esperes. - le dice- Pasaré este fin de semana con mis padres.
La morena sonríe.
_ ¿Vamos juntos? - propone, pero el rubio niega inmediato caminando hacia ella.
_ No cariño, este fin de semana es solo para padres e hijo. - murmura para pararse frente a ella y acariciar la cabellera de la chica.
Una vez más, su esposo desaparece un fin de semana.
_ Está bien... - susurra ella para estrujar la toallita- Cómo gustes... - intenta sonreír- Dale saludos a mis suegros.
El asiente con una sonrisa.
_ Claro, tesoro...
●●●
Primer capítulo!!!
Espero que les haya gustado. Esta historia será cortita, pero espero que entretenga.
Aquí vemos una protagonista que se esclaviza a ella misma en el ámbito sexual, pobre pequeña.
Mientras que Jungkook, es el amo en el ámbito sexual.
Todavía me pregunto, ¿cómo será que ambos se ayudarán?
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