Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

TUR

Había perdido contra él y jamás creyó que se sentiría tan bien con una derrota.

—Y... como toda esta semana fue un desastre —Le sonrió un poco cohibido por sentirse tan observado—, ¿Qué te parece si te lo compenso? Después de todo ganaste el reto.

Girándose, Taehyung apoyó su cuerpo en el mesón del lavabo.

—Yo toda esta semana he ganado, pero no me molesta más compensaciones —Lo escaneo de arriba a abajo, alzándole una ceja de manera sugerente.

Su cuerpo reaccionó retrocediendo torpe, tan solo un paso, chocando con el muro del baño. Bufó por tal tontería.

—¿Tú solo piensas en sexo? —se cruzó de brazos, fingiendo enojo para que no fuera notorio lo agitado que se movía su pecho ante la propuesta.

—Es que eres muy tentador —relamiendo sus labios, avanzó, acortando la distancia que intentó de crear.

Respiró con pesadez. Tuvo un nuevo impulso por alejarse, pero esta vez, Taehyung se lo impidió al atraparlo entre sus brazos. Chilló bajo al momento en que la lengua de este se pasó por su mejilla.

Él... él acababa de lamerlo.

Y no lo hizo una vez, ni dos, ni tres, de hecho, ya había perdido la cuenta de cuántas veces recorrió su rostro con ese escurridizo músculo. Su cuerpo empezó a arder en consecuencia, estremeciéndose ante una acción tan sencilla como esa.

—¡Ay!, ¡Oye! ¡Me llenas de babas, tonto! —Quiso alejarlo, pero solo atinó a dejar sus puños en su pecho desnudo—. Me estaba refiriendo a invitarte a salir, no sé, pasar todo el día juntos.

Puchereó, tratando de controlar el deseo de tirarse, a devolverle las caricias que le había regalado con su propia lengua. ¡Por todo lo puro y casto del mundo!, seguía exhausto por la noche anterior.

—¿Hablas en serio? —Taehyung dejó de sonreír y fijó sus ojos felinos en los suyos.

La reacción atontada le despertó las alarmas.

¿Acaso había exagerado?, quizás ya tenía planes y ni siquiera le había preguntado.

—¿Algún problema con eso? —dijo con curiosidad, rogando porque su rostro no expresara el miedo a ser rechazado que tenía en ese momento.

Para su tranquilidad, recibió una baja carcajada y un apretón en su cuerpo, no quedando mucho del mayor que no sintiera.

—Mi único problema será que luego no querré dejarte ir.

¡¿Por qué siempre tenía que decir ese tipo de cosas?! Cada que creía que iba a poder sobrellevar como un adulto la situación, Taehyung le demostraba lo contrario.

Logró empujarlo y liberarse, antes de caer desmayado de vergüenza.

¿Taehyung siempre había sido así de coqueto con él? Seguro solo era su sensibilidad de ayer, sí, ese descarado no podía ponerlo así después de todos estos meses.

Eso era imposible, ¿verdad?

—Bien, entonces desayunamos y nos vamos, ¿Sí? —Se encaminó a la salida, parando en seco al esta verse obstruida por el moreno.

—Tenemos que bañarnos primero.

Jadeó retrocediendo nuevamente. Oh, por supuesto, sabía que trataba de decir con esa afirmación y tal vez, solo tal vez, debería tener consideración por su cuerpo y molestarle la propuesta. Debería.

—Taehyung —advirtió cuando este siguió sus pasos que retrocedían.

—Jungkook —Le correspondió, llevando su atención a su ropa interior que empezaba a alzarse gracias al pequeño juego que empezaba a formarse.

No tenía salida, estaba perdido, su única opción era ingresar a la ducha, donde sin duda sería alcanzado. Sin embargo, aun así, trato de correr y encerrarse ahí. Solo alcanzando a darse la vuelta y entrar antes de ser tomado por la espalda y pegado al pecho de este.

—¡Tae! —lloriqueó cuando sintió al descarado restregarse con una carcajada ronca acariciando su oído.

—No podemos salir sucios, Jungkookie —la sonrisa de Taehyung se amplió, chocando con la cien del menor. El chico jadeó, pero no opuso resistencia.

Le encantaba la forma en que Jungkook parecía tan receptivo y frágil, sonrojándose ante cada provocación o queriendo fingir desinterés. Si bien siempre había sido alguien un poco cohibido, ese día lo era más y eso lo estaba volviendo loco.

Sin previo aviso, jaló de su ropa interior; esa fastidiosa prenda que Jungkook se apresuró a ponerse cuando se levantó de la cama, tapando la hermosa vista de su cuerpo. Deslizándose por sus anchas piernas, cayó al suelo,  dándole acceso a la blanquecina piel.

Por más que lo intentara, no podía sentirse saciado, siempre tenía el deseo latente. Jungkook lo volvía tan necesitado.

Obligándolo a caminar a empujones, estrello sus cuerpos en la pared fría, sacándole una pequeña queja que degustó encantado. Antes de que se atreviera a decir algo al respecto, abrió la llave del agua, mojando sus anatomías calientes con una fría llovizna que pronto se acopló a su calor y los abrigo.

No tuvieron necesidad de medir palabra, sus acciones hablan por sí solas. Jungkook suplico con tenues movimientos y los dedos de Taehyung atendieron a la orden. Le encantaba poder presumir que la mayor parte del cuerpo contrario llevaba marcas, cada una gritando su nombre.

Deliraba con saber que se amoldaba a él, que ya conocía que hacer y cómo para seducirlo de manera carnal y, claro, amaba su forma de recibirlo.

—Tae para, no —la voz de Jungkook era un hilo, y desde el punto de vista ajeno, notaba el incendio en sus mejillas e inicio de su espalda.

Se detuvo de golpe, tal cual le había dicho, obligándose a reprimir una carcajada cuando fueron las caderas de Jungkook quienes buscaron seguir.

—¿Quieres bañarte solo?, ¿No quieres que le dé un poco de cariño a tu cuerpo? —Acarició su hombro, apenas tocándolo, solo lo suficiente para causarle un escalofrío.

—¡Calla! —se sacudió con fuerza para detener el toque.

El agua seguía corriendo, por lo que el rubio trató de detenerla cerrando la llave. Sin embargo, Jungkook fue más rápido y lo detuvo tomando su mano entre sus dedos. Sonrió ante la acción.

 Entrelazando sus dedos, llevó ambas hasta su pecho. 

—¿Por qué?, ¿Te pone nervioso escucharme decir lo mucho que me gustaría amar tu cuerpo? —Su mano libre no se quedó atrás y, sacándola de su cintura, volvió a la intimidad que parecía ansiosa por tomar el protagonismo.

Por supuesto le daría lo que quería. 

—¡Taehyung!

Seguía percibiéndose los estragos nocturnos, que fueron muy dulces para la naturaleza de ambos. Tenía que compensarlo en este momento. Con la picardía brotando en su interior, decidió volver a la brusquedad habitual, atrapando al contrario en un abrazo al sentirlo debilitarse.

—¡N-no!, ¡Taehyung! —forcejeó por soltarse del agarre y poderse ayudar a sostenerse, pero Taehyung se estaba divirtiendo mucho como para permitirlo. Juntando su cuerpo más a la pared, lo acorraló por completo.

—¿Qué pasa bonito? —La burla socarrona que le dedicó saco balbuceos en el menor. Melódicos y gratos balbuceos—. ¿Ya necesitas más?, vaya, qué rápido.

Jungkook sacudió su cabeza negando ese hecho.

—Ayer no estabas siendo tan pesado...—dos nuevos dígitos callaron sus palabras—. ¡Carajo!

Se encontraba completamente limitado y abrumando.

—¿Te recuerdo quién era el ansioso ayer? —Le susurró rozando los dientes en el cartílago de su oído, atrapándolo con delicadeza por unos segundos. La única respuesta que consiguió fue un chillido y unas mejillas rojas—. Eso pensé.

Cansado de jugar con la paciencia de ambos, deshizo su acción para arrancarse la ropa interior. Necesitaba avanzar con esto o terminaría antes de empezar. 

Entró, sin lentitud, sin molestarse por ser suave.

Ambos le regalaron al contrario lloriqueos y gruñidos de tonos altos. Taehyung inició sin previo aviso, con el único objetivo de seguir arrebatando exclamaciones y sollozos.

Jungkook parecía hacerse trapo en cada golpeteo rápido que daba, se sacudía con intensidad impropia de su descaro, pero le encantaba, esa nueva faceta que empezaba a experimentar su azabache, lo tenía tan ansioso que ni cuenta se daba de la brusquedad que estaba adaptando.

—Tae, más suave~, está siendo demasiado —hipó el pálido, esforzándose por arañar la pared que aún lo tenía estable.

—Oh, ¿sigues sensible? —y aunque al principio la idea de ir con más calma se le cruzó por la cabeza, pronto seguir molestándolo se convirtió en un deseo—, ¿Quieres que vaya así de lento?

Como lo pidió, lo hizo, solo que cambiando la velocidad por profundidad.

—¡Taehyung, maldita sea! —levantándose, Jungkook termino por apoyar la cabeza en su hombro, ahogándose en los ruidos de su garganta.

La imagen de su perfil era irreal. Solo él podía verse tan increíble con todo su cuerpo mojado, mechones desordenados tapando su rostro y la boca semiabierta. Su piel envuelta en grandes gotas, resbalándose al tiempo que era abrazado por nuevas más, lo tenía hipnotizado. Si se veía tan fantástico solo con agua, ¿Cómo se vería bañado de jabón?

—¿Sabes?, nos estamos bañando —cerrando la corriente de agua, tomó el producto corporal líquido del mini estante—. Tenemos que usar jabón.

Sus caderas dejaron de moverse. Observaba atento cada cambio de expresión; como su entrecejo se arrugaba y luego se relajaba al esparcirle la espesa mezcla. Primero en su pecho, ese musculoso pecho. Después bajo a su vientre, muy tierno y bien formado. Terminó por utilizarlo para facilitar la atención a la intimidad a su amado chico.

Los espasmos que eso le ocasiono, lo obligaron a abrazarlo con más recelo y continuar con sus meneos.

—Suave, por favor~ —pidió el menor. La mano que antes tenía en la pared, ahora acariciaba el rostro del moreno en pequeños toquecitos, sacándole una sonrisa descarada.

—Manipulador —jadeó, sintiendo el escozor que las acciones de Jungkook le habían causado a su vientre. Tembló volviéndose torpe en sus acciones.

La risita embriagada que el contrario le dio término por llevarlo al máximo.

—Hyungie, por favor~

Su barbilla se descolgó en el hombro ajeno, y en cuestión de segundos su placer se liberó. El del ajeno lo secuenció casi al instante. 

—¡Mierda! —Taehyung los pego de nuevo a la pared, sintiéndose demasiado débil como para soportar ambos cuerpos—. Estar contigo es increíble.

Jungkook volvió a reír atontado, mudo y agitado. Tan bonito. Sin resistirse, dejo que este enredara sus dedos a su mentón y lo atrajera a sus labios. El beso que compartieron era cansado y poco intenso, de hecho, podía catalogarlo como uno torpe e incluso tierno. Y, sin duda alguna, de los mejores que podía experimentar el mayor. 

Con ese pequeño gesto ya no lograba identificar si su corazón latía tan rápido por su reciente clímax o por la razón de tener a Jungkook como suyo. Estaba tan jodidamente perdido por ese modelito.

—¿Qué pasa si...? —bajó sus manos a la cintura, masajeándola—. ¿Si quiero quedarme así, contigo?

—Te diría que me encantaría de no ser porque se nos congelaría el trasero y se nos haría pasa.

Sonrió al oírlo con más libertad. ¡Por Afrodita y toda la belleza celestial!, estaba siendo bendecido con la imagen de la espalda ancha de Jungkook en primer plano, agitada y curva, junto a los mechones húmedos y sus suaves jadeos. Todo en ese momento lo traía loco. Podría estar así el maldito día completo, tocándolo, acariciándolo, con una cercanía insana que en ese momento anhelaba.

—Tienes un buen punto —sin poder salir de su interior, se carcajeó bajo, abrazándolo a su pecho—. Quedémonos.

Fue Jungkook quien por su propia cuenta se separó y giró a verlo. Quiso lloriquear por el repentino vacío que lo abrumó, y lo habría hecho si el menor no se hubiera apresurado a enredarse en su cuello.

—¿Qué? —La confusión le causó ternura, por lo que, tomándolo de la cintura, lo atrajo más a sí, chocando ambos cuerpos completamente húmedos y desnudos.

¿Era posible creerse tan adicto a ese pálido de carita dulce?

—No tenemos que salir, podemos pasar todo el día aquí, siendo solo tú y yo —dejó un casto beso en su labio inferior, atrapándolo con sus dientes por solo un par de segundos, antes de sonreírle a la queja que se le escapó.

—Bien.

Y esta demás mencionar que fue en vano intentar bañarse de nuevo, que el agua solo les estorbó al punto de tener que salir de ahí con el azabache atado en sus caderas, y que les valió una absoluta mierda el mojar la cama con tal de tener más del otro.

El resto de la mañana tuvieron que reponer los daños, como secar todo el estrago del agua y... derivados, de todas partes. Entreteniéndose jugando un par de partidas en la Play del mayor, igual que a los inicios de su amistad. Ahora que Taehyung lo recordaba, llevaban bastante meses dejando en el olvido esa actividad, por lo que retomarla ahora, con el menor entre sus brazos, acurrucado y con solo un pantalón de pijama cubriendo parte de su cuerpo, le traía una familiaridad aumentada.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro