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💖THURS

Estaba metido en un lío. Un muy sexy lío.

Por lógica común, debería encontrarse enojado, muy enojado, pues cierto castaño lo abandonó en la mañana sin siquiera despedirse y no le había dado señales de vida en todo el maldito día.

¡Y no lo estaba!

No podía, al contrario, se encontraba como tonto, observando a quien lo tuvo todo ese tiempo pensativo, notando que ya ni siquiera era castaño. 

¡Ya. No. Era. Castaño!, ¡no lo era!

Una melena rubia resplandecía remplazando la que, en la noche anterior, era oscura, casi carbón. Y por si fuera poco, no se encontraba solo, entre sus manos se enredaba el cuerpo de SoHee, rozándose y sonriendo a la cámara que los enfocaba.

¡¿Por qué?!, ¡No tenían que estar tan cerca!, ¿o sí? No, por supuesto que no. Era una sesión de fotos de perfumería, por lo que tenía entendido, ¿con qué objetivo debían estar tan cerca...?

¡A quién engañaba!, las empresas de perfumes eran los que más sexualizaban a sus modelos.

—Jungkook, necesito que me confirmes tu asistencia mañana —Yeji lo hizo despabilar.

Era cierto, la directora creativa lo había llamado hasta ahí para coordinar horarios, pagos y los derechos de autoría de la marca, que empezaba a pedirlo cada vez más. Su deber era estar pensando en Calvin Klein, no en cómo las manos de Taehyung exploraban el cuerpo de la chica.

—Sí señora, ahí estaré —La miró regalándole una tenue sonrisa, recibiendo la sorpresa de que ella se encontraba igual de absorta a la escena.

—¿Te gusta? Es una nueva fragancia que llama a la seducción —Le aclaró esta—. La marca especificó que deseaba que las fotos trasmitieran deseo, placer; que los modelos tuvieran tanta química que te generara sentimientos contradictorios.

—Y lo hace —asintió quedo, casi obligando a que su mirada dejara de seguir los movimientos de Taehyung y se enfocara en ambos cuerpos.

El, ahora rubio, se encontraba revestido en un traje rojo, con el saco abierto, exhibiendo su pecho completamente desnudo, pegándose a la espalda de SoHee, que por lo poco que veía, también estaba expuesta; su body parecía completamente escotado hasta el roce de sus caderas, esas que la diestra de Taehyung capturaban posesivamente.

Los recuerdos de cómo se sentía el tener ese tacto en su propia piel lo obligaron a romper la conexión y volver a Yeji.

Okay, estaba empezándole a preocupar el repentino deseo de alejar a Taehyung y a SoHee.

—Lo sé, Taehyung será un idiota, pero sabe hacer bien su trabajo —Al oírla, Jungkook se vio obligado a tragarse el reclamo ante el adjetivo negativo que soltó y se limitó a asentir. Para su desgracia lo estaba haciendo muy bien—, Su mirada y manipulación corporal crea ese deseo de atención y foco.

La chica y él abrieron grande sus ojos cuando, de repente, el rubio tomó el cuello de la chica, guiándola a que sus rostros estuvieran a nada de tocarse, mientras enfocaba su mirada en ellos. Fueron tan solo segundos en los que creyó que el chico lo había notado, pero eso bastó para que sus piernas amagaran debilitarse.

—En fin —Carraspeó Yeji, dándole la espalda a la escena—SoHee, no queda inadvertida, es hermosa y muy talentosa; a pesar de llevar poco en la industria, no tiene miedo a dejar ver sus atributos y eso hace que la sesión fluya bastante bien.

Jungkook, quiso hacer lo mismo que la contraria cuando presenció el roce de narices que hubo entre el par, con la fémina usando una de sus manos para acariciarle la melena dorada y la otra para enredarla con la de Taehyung y guiarla a uno de sus muslos desnudos. No obstante, se quedó rígido, sintiéndose de repente enfermo.

Quería. No. Necesitaba, que la sesión finalizara ya.

—Estoy totalmente de acuerdo... —Gruñó llevando su pulgar a la boca para mitigar la molestia masticando su uña.

—Sabía que no me equivocaba al escogerlos —La azabache ya no se encontraba atenta a la pareja al verse algo enredada con unos papeles entre sus manos.

Tratando de buscar alguna distracción, Jungkook quiso ofrecerle su ayuda y asegurarse de que todo estaba listo en su propio trabajo, pero el timbre del celular de esta fue más rápido, sacándola del sitio.

¡Mierda! Qué suerte la que lo abrazaba.

Sin más opción, volvió a Taehyung, bueno, a sus acciones, ¿Por qué le molestaba que tomara a SoHee con tanta confianza? 

Tal vez porque se trataba de ella...

No, por supuesto que no, en ese momento lo único que podía pensar de la castaña era en lo mucho que quería tomar su lugar, o que simplemente se alejara del moreno y ya, que dejara de tocarlo y se fuera del lugar... Sin duda eran sencillos celos.

Sí, lo sabía. En ese instante debió de sentirse impresionado de ver a SoHee con escasos metros de tela, estar perdido con su belleza y no dejar de alagarla en su mente. Debió y no lo hizo, obviamente, si no, no estaría centrado en todo lo que ver a Taehyung le hacía sentir.

Así lo negara, lo maquillara o fingiera que no pasaba, su pecho no dejaría de apretarse en celos y confusión. Se encontraba molesto de que su mejor amigo tocara a alguien que no fuera él, exponiendo su cuerpo y dejándose acariciar, como en ese momento justo donde la castaña se había dado la vuelta para tener más acceso a su pecho y cuello. Para su suerte, poco antes de que la chica se atreviera a rozar sus labios en la dermis de este, el camarógrafo gritó el fin de las fotografías.

El suspiro de alivio que soltó lo avergonzó. Solo era trabajo y Taehyung era gay, ¿Qué mierda era todo su drama?

No le costaba admitir que solía ser celoso con su amigo, pero como eso: amigos. Ahora, sin duda, el sentimiento no era ingenuo, no se trataba de creer que lo fuera a cambiar o que no le prestara atención, era una molestia que rasgaba su vientre y le susurraba a gritos que le exigiera explicaciones al chico.

—¡Kook!, hola —La voz de SoHee, al llegar hasta él, no le causó los usuales nervios. Solo fue eso, una voz.

Tragó grueso, sintiéndose ansioso por su nula emoción.

—Hola —Su intento de sonrisa resultó hecha mueca—. Qué increíble sesión.

El Jungkook que ahora saludaba a la chica, no estaba ni cerca de ser el que había sido el domingo, ni siquiera el martes. Pero incluso ayer reconocía sentirse atraído por la fémina, aun cuando estuviera cansado de insistirle, ¿Qué le pasaba exactamente ese día?

Ni siquiera reaccionaba a la amplia y genuina sonrisa que antes lo hubiera dejado en el piso.

—Gracias —Mordiendo su labio, SoHee, llevó la atención a jugar con el anillo de su pulgar—. ¿Qué haces aquí?

Ya ni él estaba seguro.

—Yo... —Su mente quedó en blanco, solo recordaba que debía estar con Yeji, pero hacía minutos que esta lo abandonó.

—¿Estás aquí por mí? —Días atrás, así hubiera sido, esta vez no. Su vista viajó directo al moreno que revisaba la cámara, junto al fotógrafo, con sus manos en la cintura completamente desnuda.

Nuevamente enmudeció.

—Qué tierno —La castaña rodó la joya en su falange, sin atreverse a mirarlo, curvando sus labios con suavidad—. Eres una persona muy dulce Kook, lamento no ser la chica que esperas, pero admiro tu gran corazón.

La frase le causó confusión, ¿Acaso era otra forma de rechazarlo aun cuando no le había dicho nada al respecto? ¡Perfecto!, había condicionado a la otra para que creyera que cada que se cruzaban era para declarársele. Qué ridículo.

Tal vez lo mejor era aclararle que se equivocaba y disculparse por la tontería infantil de esos días, pero no lo hizo. Su lengua se enredó cuando el rabillo de su ojo captó a Taehyung acercándose a ellos.

—N-no te preocupes —Retrocedió de ella, amagando con ir hacia el mayor, pero sintiéndose descortés al dejarla de repente—. Y gracias.

Igual no le quedó de otra al ver a Taehyung seguir de largo sin voltear a verlo. Cómo si ni siquiera se conocieran.  Cómo si no hubieran dormido toda la noche juntos al calor de su cuerpo.

Tuvo que trotar un poco para alcanzarlo; el moreno en ningún momento se detuvo o le bajó la velocidad a sus pasos.

—Tae...

Fue interrumpido antes de siquiera terminar de llamarlo.

—¿Disfrutaste la vista? —La pregunta le causó un rubor y le hizo frenar en seco.

Taehyung se giró, notando lo cohibido que se puso, malinterpretando sus reacciones y sacando suposiciones erróneas. Bastante erróneas.

—¿Cómo? —Estuvo a nada de responder de manera afirmativa, pero el ceño fruncido y brazos cruzados de este le advirtieron que no era una pregunta de cachondeo.

Se veía enojado.

—No le quitaste la mirada de encima a SoHee, casi se te cae la baba —Bueno, admitía haber estado pendiente de ella, pero solo porque traía de accesorio las grandes manos del moreno. No hubo manera en que él se viera interesado si esta no se veía envuelta en Tae.

Algo que al recordarlo no le gustaba, seguía sintiéndose incómodo. Su atención fue todo el tiempo para y por Taehyung.

—No, yo no...

Sus palabras volvieron a quedar a medias.

—Necesito ponerme algo, esto es muy incómodo —El rubio se giró dándole la espalda, retomando su camino. Jungkook, demasiado confundido por la actitud del mayor, decidió seguirlo hasta el interior del camerino. Esto era nuevo para él, bueno, no tan nuevo. Habían discutido varias veces antes, lo que cambiaba en esta era como se sentía, en cómo sus alarmas se prendieron buscando solucionar la situación a toda costa.

De repente, recordó el extraño momento con la chica y lo que su rechazo significaban para los retos impuestos por Taehyung.

—Me volvió a rechazar —Espero encontrar algún tramo de interés en su rostro, sin embargo, el moreno solo se deshizo de su saco.

—¿Qué te dijo? —Lo que el menor desconocía, era que Taehyung se encontraba fastidiado por creerse derrotado en su propio juego. No le importaba si había sido, o no, rechazado, pues eso no le cambiaba la idea de que seguramente Jungkook se siguiera viendo interesado únicamente en ella. Y es que vamos, ¿Cómo no pensarlo así si todo el tiempo estuvo viéndola? En ningún momento lo observó, no conectaron miradas a excepción de cuando ya se encontraba molesto, y tampoco le regaló una sonrisa de aliento.

Cuando Taehyung se quedaba en las sesiones del pálido, trataba de hacerle muecas, molestarlo juguetonamente o solo darle ánimo con algún gesto. Ese día, no recibió ni un poco de eso.

Tampoco tenía por qué, pero no dejaba de dolerle no sentirse correspondido incluso en algo tan insignificante.

—Que era alguien dulce y lamentaba no corresponderme —Le respondió bajo.

—Vaya, que empática —Rodó los ojos, deshaciéndose de su pantalón y cambiándolo por uno de chándal. Su malestar burbujeaba y quería estar lo más lejos que pudiera del menor.

Contrario a Jungkook que luchaba internamente por encontrar formas de sentirse cerca.

—¿Te encuentras bien? —Sus latidos se aceleraron al no dar con ninguna reacción del rubio ¡Carajo!, estaba odiando la sensación.

—¡Claro que no!, tuve que tocar a una chica por más de dos horas —Entendía que no podía enojarse con el contrario, era injusto, no tenía derecho a reclamarle nada, por ende seguía tratando de mantener la compostura y salir lo antes posible para evitar malos ratos—. Fue demasiado molesto.

Para su desgracia, Jungkook no leía mentes y, contrario a lo que quería, esté lo interceptó cuando iba en busca de su camisa, quedando frente a frente.

—No te veías nada incómodo haciéndolo —Contraatacó, siguiendo la mirada que Taehyung luchaba por quitar.

—No me jodas... —Bufó, pasando por su lado con un leve golpe entre sus hombros, estando cada vez más cerca del límite—. ¿No me digas que te pusiste celoso porque toque a tu chica?

—No es mi chica —Le aclaró, aturdido por los pensamientos contrarios.

—Como sea, ¿Te sentiste celoso, sí o no? —Volteo a verlo.

Y sí, Jungkook lo estaba, pero no se atrevería a decirle que lo estaba por él.

¿Con qué cara le diría que estaba celoso de su supuesta crush por estar tan cerca de él, su mejor amigo? No tenía sentido. Su cabeza era un lío, uno que solo lloriqueaba por el rubio.

Rubio. Oh, por dios, como quería meter sus dedos en esa melena dorada, acariciarla, sentirla como hacía una noche sintió la castaña. Y en efecto, eso hizo; harto de sentirse abrumado, se acercó al mayor y atacó sus labios, llevando sus dígitos a jugar con las hebras que estuvieron seduciéndolo desde que las vio.

En un comienzo, Taehyung le siguió el beso, tomando su cintura y haciéndolo derretirse entre sus brazos ¿Cómo era posible que solo hasta entonces fuera consciente de lo bien que se sentía ese agarre en él?

Sin embargo, antes de siquiera poder sentirse satisfecho con el beso del mayor, fue tomado de los hombros y alejado.

Se iba a volver loco. Completamente loco


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