💕THE
Bien. Otra vez se encontraba en esta situación, a la espera de que SoHee apareciera con su elegante porte y típica expresión neutral.
Era una especie de déjà vu, a esa hora, el domingo anterior andaba en la misma posición, igual de ansioso por su demora; con la diferencia de que había sido citado en un restaurante sofisticado y no en una cómoda cafetería de ambiente hogareño, además de que en esta ocasión, no se encontraba ahogado en la necesidad de verla y hablar con ella.
Su ansiedad por qué apareciera radicaba en que solo de esa manera podría librarse rápido de ella y dirigirse hacia un rubio que quedo de esperarlo hasta que solucionara todo el malentendido.
Quería volver con Taehyung cuanto antes.
—Kook —la voz suave de su cita lo sacó de sus pensamientos.
Forzando una cordial sonrisa, le señalo su puesto al frente. Aunque quiso devolver el saludo, su boca se selló y las palabras no salieron.
SoHee aceptó la acción con un suspiro, sentándose donde debía y alzando su mano para llamar la atención de algún mesero libre. Al llegar cada uno pidió lo que le apetecía; la chica, un desayuno. Él, un batido. Necesitaban hablar, no comer. Sin embargo, la conversación no dio inicio luego de que el hombre se retirara. La tensión era abrumadora, las luces naranjas no evitaban que Jungkook pudiera ver esa neblina de incomodidad que los absorbía y no pretendía irse por sí sola.
Después de un largo silencio donde nada más se escuchaban los sorbos que le deba a su bebida y el metal de la cuchara chocando con la cerámica del plato, fue SoHee quien habló.
—Realmente lo siento. No quise irme de esa manera —comenzó, miraba a sus manos, pero Jungkook podía notar que estaba alerta a sus acciones—. Para serte honesta, no dimensione la situación, sino hasta tiempo de pues. Estaba tan molesta con Taehyung que cuando lo vi cerca de ti supuse que solo lo necesitarías a él.
Al escucharla, Kook se tomó unos segundos en pensar su respuesta. Ella tenía razón, necesito de él y de nadie más. No obstante, eso no era lo que le inquietaba, más bien, se trataba de lo que había sucedido con Taehyung para que los dos reaccionaran de la forma en que lo hicieron.
Tenía la inmensa necesidad de entenderlo.
—¿Qué sucedió? —la vio alzar la vista y esquivarla cuando se cruzó con la propia—. Entre él y tú, ¿Qué paso? —insistió ante la falta de respuesta.
—¿Él, él, no te contó? —Jungkook ladeó el rostro. Era muy inusual ver a SoHee perturbada, su expresión siempre solía ser serena.
Al parecer, toda la situación la afectaba lo suficiente como para dar la impresión de que estaba lista para huir. Respirando profundo, se obligó a tomar una postura más relajada y evitar verse hostil. No serviría de nada ser rudo con la chica.
No quería repetir lo mismo del viernes.
—Lo hizo, sí. Me habló de la parte que entendió —Asintió con calma, sacándole un suspiro a la castaña.
—Fue... raro, pero mi intención jamás fue querer sobrepasarme con él.
—Me dijo que no estabas interesada de esa manera —Y aunque quiso, no pudo camuflar su escepticismo a dichas palabras.
—¡Por qué no lo estoy! —Se apresuró a decir la castaña en un susurro gritado, evidenciando su alteración.
Para su suerte, esa mini crisis duro poco al tener que verse serena para los comensales que se giraron a prestar atención a lo que acontecía. Ambos les dedicaron una sonrisa rígida y aguardaron silencio mientras volvían a sus cosas sin hacerles reclamos. Ninguno quería que los reprendieran por hacer algún tipo de escándalo.
—Sin embargo, si eres... ¿Su fan? —Retomó Jungkook, soltando lo que lo tenía extrañado desde el momento en que lo escucho.
Es que a sus ojos era tan inverosímil.
—Sé que no suena creíble —el contrario alzó una ceja, concordando con ella, lo cual le saco un quejido de frustración—. Jungkook, no estoy mintiendo, sé cómo se escucha eso y lo ridículo que parece, pero, créeme, es justo así.
—Te juro que estoy tratando —Le confirmó, tomando un poco de su malteada de chocolate, sin despegar la mirada de ella.
SoHee bufó, pasando sus dedos por los mechones de cabello que se desordenaron en su frente, en un intento de no jalarlos con desesperación. No tenía de otra más que demostrar que no mentía, así eso la hiciera sentirse humillada.
—Kim Taehyung, diez años de carrera, inició a sus dieciséis modelando para revistas baratas —Recitó la información que conocía de memoria, luchando por no morir de vergüenza—. El éxito en el modelaje lo adquirió poco después de sus veinte, cuando Cartier le propuso protagonizar una sesión fotográfica para su joyería, desde eso muchas marcar lo han cotizado y pretendido que sea la cara de sus productos.
Jungkook por poco escupe el líquido al ser consciente que acertaba en su narrativa, como si estuviera leyendo en Wikipedia o algo semejante. Él recordaba a la perfección esos datos, después de todo, conocía Taehyung hace bastante y los detalles de sus carreras fue lo primero que compartieron con él otro.
—Wow, yo... —trató de mencionar algo al respecto, pero no encontró palabras para hacerlo. Aunque tampoco las necesito al la chica lloriquear y tapar su rostro por unos segundos.
Las mejillas de esta se incendiaron en un llamativo rojo que lo dejo aún más mudo. Okay, no estaba preparado para que SoHee estuviera diciendo la verdad.
—Dios, esto es muy vergonzoso —se quejó antes de continuar con su patética muestra de comprobar su inocencia—. Jeon Jungkook, siete años de carrera, empezaste cuando solo tenías dieciocho, tu inicio fue un poco más sencillo que el de Taehyung, fuiste una sensación para las marcas desde siempre. Talento nato —Se encogió de hombros, tomando un tenedor y llevándolo a revolver los huevos... que ya estaban perfectamente batidos y a nada de acabar—, no te costó mucho conseguir contratos fijos como con Calvin Klein, la cual es quien mayor ingreso te genera.
—D-de verdad tú... No espere que fuera real —confesó todavía aturdido, recibiendo una pequeña sonrisa de la chica.
Sin mucho más que perder, la castaña siguió hablando. Después de todo, ya nada podía ser tan humillante como admitir que sabía más sobre esos chicos de lo que ellos pensaban.
—Han SoHee, tres años de carrera, sus trabajos solo han abarcado lencería de marcas nacionales, lo cual no es mucho a comparación de sus demás compañeros, siendo su mayor logro la colaboración para Versace junto a Kim Taehyung.
Cuando por fin proceso a que se refería, el corazón de Jungkook se estrujó.
—So... —intento tomar la palabra, pero nuevamente la chica siguió.
—He sido fan del mundo del modelaje desde que tengo memoria, pero entrar a él fue muy difícil, llevo mucho admirándolo y tratando de ser parte este. Hace apenas unos meses pude tener mi primer contrato con la agencia de ustedes —Siguió jugando con su plato, apenas sintiendo su incomodidad disminuir. No le gustaba confesar lo fracasada que se sentía en su carrera. Muchos a su edad ya tenían contratos consolidados y ella apenas seguía escalando. Sin embargo, era necesario para que Jungkook no la viera como una villana o mala persona—. Conozco a cada modelo que está ahí, sus mejores trabajos y como lograron llegar. Después de todo, con eso me guie para lograrlo; sin embargo, Taehyung ha sido mi mayor referente. Mi modelo a seguir.
—Comprendo —era raro, pero lo entendía.
Él tampoco estaría ahí si no hubiera tenido a alguien al cual querer seguirle los pasos. La diferencia era que sus referencias ya eran abuelitos tiernos o estaban muertos. SoHee por lo menos tenía la suerte de trabajar con ellos.
Aunque no tanto, sí recordaba que Taehyung no la quería volver a ver en su vida...
—Su presencia en las sesiones, su libertad al expresar incluso su sexualidad por medio de las fotografías es increíble.
Sonrió al recordar la primera sesión de esas del chico, con una bandera envuelta en su torso desnudo y su rostro maquillado en diversos tonos de la misma, posando con elegancia y descaro. Simplemente fascinante y escandaloso. Suspiró retomando la conversación.
—Pero jamás llegaría a verlo como algo diferente a alguien que admiro, en especial porque de lleno no me gustan los hombres y, por desgracia, él es uno.
—¿Qué? —La nueva información volvió a tomar al azabache por sorpresa.
—Soy lesbiana, Jungkook —se permitió reírse de la cara de este, no entendiendo que era lo que le asombraba tanto—. Solo que, a diferencia de Taehyung, no me veo capaz de expresarlo con tanta seguridad. Si no se hubiera enmarañado conmigo, le habría explicado.
Carraspeó, recordando que hablaban de la discusión con Taehyung y restándole importancia a la sexualidad de la chica. No era nada del otro mundo, solo fue inesperado, eso era todo.
—Taehyung solo entro en pánico, le tiene una especie de repelo a las mujeres —le aclaró para evitar empeorar el asunto.
Él tampoco entendía por qué, pero Taehyung no podía estar muy cerca de una chica sin querer huir lejos de su presencia; era dulce con ellas hasta que invadían su espacio personal. Apenas y comprendía cómo podía llevar a cabo las sesiones cuando le asignaban una compañera.
—Pero empeora conmigo —aseguró ella al recordar la discusión en el vestidor—. Es una pena que sea así, no era mi intención ser odiada por él.
—Él no te odia, SoHee —la contradijo no queriendo que se sintiera mal por eso.
Además, no veía a Taehyung capaz de odiar a alguien.
—Uso esas palabras.
O tal vez sí.
—Tae es un ángel, ni siquiera estaba seguro de que había pasado —conocía lo impulsivo del chico. Seguro su supuesto odio desaparecería luego de que hablara con ella.
—Déjalo, está bien, entiendo sus motivos. También odiaría a cualquiera que trate de alejarme de Yeji.
En ese justo momento agradeció haber dejado en el olvido su bebida, porque en efecto hubiera escupido todo.
—¡¿Yeji?!, ¿la heterosexual ortodoxa que vive discutiendo con Taehyung? —su cara era todo un poema. Esto sí era inverosímil.
Esa chica discutía con Taehyung todo el tiempo, porque para ella, Taehyung era "demasiado gay".
—Esa misma —afirmo llevando un poco de su desayuno a su boca. El giro de la conversación le devolvio el apetito antes perdido—. ¿Qué te puedo decir?, besa muy bien.
La mandíbula de Jungkook casi cae al suelo. De todo lo escuchado en la conversación, esa era la cereza del pastel.
Bueno, por lo menos podía evitarse la conversación incómoda respecto a aclarar sentimientos y evitar malos entendidos que pudieran molestar la relación con Taehyung. Era más que obvio que la chica no simbolizaba una amenaza de conflicto entre ellos. Ya no.
—Me estoy enterando de muchas cosas en una sola mañana —Bebió de la malteada sintiendo reseca su garganta de tanto tenerla abierta.
—Sí, todo este lío nos expuso por completo —siguió con su desayuno, ya calmada con el asunto y conforme de que, por lo menos, Jungkook no la detestara igual que su... ¿amigovio?, ¿amigos con derechos?, aun no lo tenia muy claro—. No creas que Taehyung no habló de ustedes.
—¿Qué hizo qué? —Fue el turno de Jungkook de incendiarse en rojo.
—Entre los gritos algunas cosas se le escaparon —se burló un poco, manoteando su mano para fingir desinterés.
—¿Qué cosas?
—Algo así como un juego para conquistarte por haberte rechazado —le fue imposible no reírse al ver palidecer al azabache, por lo menos no sería la única que sentiría un poco de pena por sus revelaciones.
Ya con el ambiente más tranquilo, se atrevió a curiosear más allá de lo permitido.
—Sé que no tengo derecho a preguntar, pero, ¿lo logró?
Jungkook no le contestó, sin embargo, su sonrisa amplia y nerviosa le dio la respuesta que quería.
—Me alegro por ustedes dos —y lo decía en serio, el par de amigos siempre desbordaron una química increíble, le parecía extraño que realmente no tuvieran nada.
El silencio se hizo presente una vez más, solo que sin el peso de la tensión. Era más sereno y por un segundo ambos chicos creyeron sentir que desayunaban con un amigo íntimo.
—Jungkook, lo lamento, por todo —siguió ella cuando lo sintió suficiente—. Tal vez debí ser más clara y explicar por qué jamás hubiera podido corresponderte —tomó la mano de Jungkook que descansaba en la mesa. Seguía sintiendo que le debía una disculpa más sincera.
—No estabas obligada a darme explicaciones —se encogió de hombros. Después de todo, a él debió bastarle el "no" que la chica le dio y no insistirle.
—También te admiro mucho, tú y Taehyung son modelos increíbles, mi intención jamás fue causarles problemas. De hecho, trate de actuar lo más profesional y amistosa posible, si me sentía sobrepasada de nervios prefería huir —aseguró con una dulce sonrisa—, no es como si hubiera querido que descubrieran que soy una especie de fan tonta.
—Si te hace sentir mejor, me honra que hayas dedicado tu tiempo en saber un poco de mí.
No mentía, le era fascinante saber que a alguien le había importado tanto su trabajo que termino buscando y leyendo acerca de él.
—Sí, lo hace —asintió otra vez, quitándose un peso de encima—. Y tú no sabes lo mucho que me emocionó saber que tú tenías interés en mí, pero debía mantenerme al margen o quedaría como una loca. Más aún si reaccionaba como una adolescente eufórica y luego te rechazaba.
Jungkook se rio bajito, ahora sintiendo estúpidos sus propios sentimientos que, a la larga, dudaba de si en algún momento fueron reales o solo producto de un capricho tonto.
Sus ojos conectaron entre sí, ambos sonriéndose con tranquilidad, olvidándose de rencores, malos entendidos o insistencias tontas. Ya por fin todo se encontraba zanjado.
—Creo que es hora de irme —retiró su mano con cuidado de no verse agresivo, reverenciándose una vez estuvo de pie y dejando un par de billetes para el pago de lo que pidió.
—¿Todo bien entre nosotros?, ¿cierto? —quiso asegurarse la castaña, ganándose un asentimiento por su parte, extendiéndole su mano para darle un apretón amistoso.
—Por supuesto, todo está perfecto —apretó la pequeña mano entre la suya, ahora más animado de saber lo que el fin de ese desayuno significaba—. Debo ir a buscar a Taehyung.
Sin más dio media vuela y se encaminó a la salida, deteniéndose un momento al recordar un pequeño detalle.
—Y no te preocupes, me encargaré de explicarle todo para que no te odie —habló un poco más fuerte, pero sin gritar, para que lo escuchara con claridad, ahora si saliendo del local en dirección al apartamento de cierto rubio que empezaba a traerlo loco.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro