💝SA
Pequeños ruiditos empezaron a escucharse, al inicio como si se encontraran a kilómetros de distancia, para pronto correr hasta posicionarse al frente suyo. En su cara. Siendo combinados por suaves toques intermitentes en esta misma.
Era incómodo y grato al mismo tiempo.
Quiso gruñir y retirar los golpeteos de su piel. Contrario a lo que hizo, al solo reír bajo y manotear sin fuerza ni sentido.
—Oye, bonito, despierta —la sensación se detuvo por los segundos que la frase se escuchó, continuando luego de ello.
Jungkook se removió nuevamente, reconociendo la voz y el tacto que recibía. Suave y delicado, terso y pomposo. Imposible no hacerlo cuando llevaba meses degustando la sensación.
Los labios de Taehyung piqueteaban su cara en un repetitivo ritmo.
Besos al despertar, dios, ¿Cómo reaccionaba a eso? Ni idea, pero agradecía que esta vez sí siguiera a su lado.
—Ya estoy despierto, deja —Lo tomó de los hombros, queriendo alejarse un poquito para observarlo, viéndose impedido cuando Taehyung se lanzó a sus labios.
Murmuró chillón ante el impacto sin aviso, recibiendo de respuesta una sonrisa en medio de los desincronizados movimientos. El sabor de Taehyung era dulce, pero no del dulce de la menta o del enjuague; se trataba de su sabor natural, sin nada más que su esencia pura que, por lógica común, debería no ser muy agradable.
Pero claro, era Kim Taehyung, ¿siquiera debía sorprenderse?
Sin embargo, él era nada más que un simple mortal, el cual no tenía esas cualidades mágicas y seguramente podría hacerlo sentir incómodo si llegaba a degustar algo no tan grato con su escurridiza lengua.
¡Dios, no! ¡Qué vergüenza!
Lo empujó como pudo tratando de pararse de su lado, siendo malinterpretado por este, quien al parecer creyó que quería cambiar de posición y lo giró hasta quedar encima suyo. Solo cuando sus pieles se rozaron de forma directa recordó que no traían absolutamente nada puesto.
Sus mejillas ardieron de repente y sus manos se sintieron cohibidas de tocar tanto como sus muslos y pecho ya lo hacían, prefiriéndolas acomodar al costado de sus costillas.
—¿Cómo sigues? —Taehyung llamó su atención tomándolo de la barbilla y acariciándola entre sus dedos.
Tragó grueso, con su corazón a mil golpes por minuto, bombeando más sangre de lo normal hacia su rostro y orejas que revelaron la crisis nerviosa que se le creo al recordar todo lo acontecido el día anterior y lo diferente que se sintió a partir de ahí.
—M-mejor, gracias —sus pupilas se desviaron a la pared del cuarto, tratando de evitar la sonrisa divertida y tonta del contrario. Acción que pareció gustarle demasiado a Taehyung porque volvió a apoderarse de sus labios, esta vez, con un poco más de suavidad y pudor.
Para suerte de su cordura, la lengua no exploró la bacteriana zona y eso le dejó disfrutar un poco más de los castos besos, solo un poquito, no podía estar a su cien por ciento cuando había olvidado la forma correcta de respirar y actuar.
—Detente, luego me acostumbraré a despertar de esta manera —se dejó caer a un costado del colchón, tratando de calmarse, lo cual no consiguió.
De repente, responder ante el que, se suponía, era su mejor amigo se volvió una incógnita completa, ¿debía empezar a ser dulce?, ¿quizás coqueto?, ¿un poco descarado? Podría simplemente actuar como siempre... el problema era que, ¡Ya no recordaba hacerlo!
—¿Qué pasa si es justo lo que quiero? —Taehyung lo enredó nuevamente entre sus brazos, acercándose tanto que sus narices se rozaron.
En ningún momento se sentó a plantearse cómo se manejaba con el chico, solo lo hacía y ya. Ahora se sentía diferente; más asustadizo, con presión de no hacer algo incómodo y sobre todo con la necesidad de que sus acciones gustaran al otro.
¿Cómo era él antes de gustar de Taehyung? ¿Y por qué en este momento quería huir tanto como comportarse igual que un niño pequeño reclamando atención?
—Luego no aceptaré quejas ni reclamos —puchereó, enfocando su vista en la sonrisa que le dio, pasmándose en ella.
¿Todo el tiempo fue así de hermosa?
—Aceptaré las consecuencias —esta misma, se rozó en sus labios, tentándolo a acercarse. Si aún no tuviera pánico por su aliento, no lo pensaría mucho y se lanzaría en vez de tensar su cuello por intentar permanecer estático.
Taehyung, encantado por lo torpe y cohibido que se encontraba, se vio obligado a volver con la lluvia de besos, no dispuesto a soltarlo pero negándose a hacerlo sentir incómodo. Sus dedos se enredaron en su cabello, regalándole suaves caricias que relajara a la estatua en la que se había transformado Jungkook.
Lo logró luego de bajar a su cuello. Diminutos jadeos deleitaron sus oídos. Eran sutiles, como si se esforzara por no soltarlos, cosa que los hacía más tentadores.
Quería obligarlo a hacer más ruido.
Sus dientes entraron en el juego. Primero en un lado de su clavícula, lo que ocasionó que el menor temblara y mordiera su belfo inferior. No satisfecho por la reacción, se encaminó a su hombro, donde dejó una rápida lamida antes de atrapar su piel de ahí.
—Tae~ —Murmuró entre estremecimientos, provocándole una baja risa.
Su siguiente objetivo fue su pecho. Bajó entre besos, encantado de que estuvieran desnudos y la piel se encontrara a su completa disposición para poder devorar a gusto la apetecible zona. No tardó en hacerlo. Disfrutando cada pequeño grito que su pálido liberó.
Sin embargo, su juego se vio interrumpido abruptamente por una estridente melodía que acabó con los chillidos del contrario y lo hizo saltar lejos de sus garras. Se quejó bajo, renegando por la interrupción.
—N-necesito contestar —dijo Jungkook, como si no fuera obvio, buscando su boxer al rededor de la cama. Necesitaba con urgencia un poco de ropa.
Logró cubrirse al dar con ella cerca de sus pantalones, mismos de donde provenía el sonido. La noche anterior no se acordó de siquiera sacarlo de ahí, así que seguía guardado en uno de sus bolsillos traseros. A tropezones escarbo en la prenda, cansado del mismo tono que debió haber parado hacía varios minutos y que solo alteraba sus nervios.
—Mierda —Se quejó al observarlo por completo, llamando la atención del moreno, que se levantó a su encuentro.
—¿Qué pasó? —Su expresión confundida lo hubiera hipnotizado si no tuviera como distractor otra zona de su cuerpo.
Le parecía estúpido sentirse tan torpe por el chico del cual conocía hasta el más mínimo detalle. Ni siquiera en su primera vez con él había sido tan tonto como esa mañana.
¡Solo es Taehyung!, ¡El mismo chico sexy de cuerpo perfecto!
Y el que también empezaba a mimarlo y a ocasionarle hormigueos en su estómago cada que sonreía...
Devolvió su atención a su celular al casi dejarlo caer, ¿era así de estúpido antes?, ¿iba a sentirse así a partir de ahora?
No lo soportaría.
—La pantalla se rompió —Murmuró bajó, decidido en saber quién seguía insistiendo en hablar con él y dejar de pensar en tanta trivialidad absurda.
Detrás de las grietas pudo notar el nombre de quién llamaba, paralizándose por unos segundos. Oh, no, no parecía buena idea contestar.
Su garganta tragó la escasa saliva acumulada cuando, a pesar de todo, decidió hacerlo; dirigiendo el aparato a su oído sin siquiera atreverse a mirar al mayor, a escasos centímetros suyos, sabiendo que en ese momento lo escrutaba arduamente a la espera de adivinar quién lo buscaba detrás de la línea.
—¿S-SoHee? —Su pregunta se escapó en deseo de darle respuesta a Taehyung y su penetrante atención.
La voz afirmando que se trataba de esta resonó en su cerebro.
¿Por qué ahora lo llamaba? No lo había hecho nunca en la semana y ayer sus acciones dejaron claro lo muy poco que le interesaba su vida. No tenía sentido.
Antes de poder contestar algo, se distrajo con la imagen de Taehyung, poniéndose su ropa interior y tomando el resto de sus prendas para caminar en dirección a la salida. Con su corazón a mil por ver la clara intención de Taehyung de dejarlo tirado en el cuarto, lo interceptó en el marco, preguntándole con su silencio la razón. Su celular seguía en su mano, pero si ella estaba hablando no la escuchaba. Él solo quería que Taehyung no se fuera de su lado y lo siguiera molestando; los estragos del día anterior aún lo tenían vulnerable.
—Voy a bañarme —le susurro pasando por su lado, acariciando sus cabellos por un segundo.
Trató de seguirlo, pero la niebla ensordecedora se disipó, trayendo de nuevo la ruidosa voz.
—¿Jungkook?, ¿Estás ahí?
—Eh... ¡Sí!, Sí —se esforzó por no gruñir y actuar como tonto. No era tan infantil y mientras menos discutiera más rápido colgaría—. Lo siento, no espere que me llamaras.
Se sentía incómodo, pero a su vez tenía curiosidad.
—Lo sé —la escucho suspirar, guardando un silencio que empezó a desesperarlo. Pero antes de recriminarle al respecto, habló—. ¿E-estás bien?, ayer vi lo que pasó, no supe cómo actuar y...
—No pasa nada, estoy bien —cortó. Si bien no quería sonar grosero, tampoco era como si pudiera pretender que no le había decepcionado la actitud contraria.
Otro suspiro llegó a sus oídos.
—De verdad lo siento...
Y un nuevo silencio también.
SoHee no podía esperar que le contestara como si nada, como los días antes de ayer o como lo hubiera hecho ese mismo viernes. Si bien no era su obligación corresponderle románticamente o similar, seguían siendo compañeros de trabajo y personas que tenían cierta cercanía. ¿Cómo puedes irte y dejar a un compañero en la mitad de una calle con un carro a punto de pisarle los pies?
Eso era rayar lo cruel y una llamada no lo remediaría.
—Quería —balbuceo de repente—, quería invitarte a desayunar mañana, en modo de disculpa por mi comportamiento. Debí acercarme a ti, era lo mínimo que...
¿Qué ella qué?
—SoHee —la interrumpió otra vez—. No creo que pueda, yo, estaré ocupado.
Días atrás hubiera sido la mejor noticia de todo el año, habría saltado y festejado. Hoy, hoy solo quería cortarle e ir en busca del bonito moreno que lo había cuidado toda la noche. Y la semana, en general.
—No estás obligado a ir, me comporté mal, lo sé. Solo piénsalo ¿Sí?, quisiera redimirme, eres un buen chico y mereces como mínimo una disculpa —la voz de esta perdió volumen al final, causándole un revoltijo molesto en el estómago—. Te enviaré la dirección del lugar por Kakao, te esperaré ahí por si deseas aceptar.
No quería ir. No merecía seguir torturándose con un tema sin fin.
Claro que, sería más fácil si su curiosidad no lo traicionara. SoHee era alguien atenta, dentro de lo poco que la conocía, e igual muy carismática, ¿por qué entonces se había comportado diferente el día anterior?
Sin embargo, el valor a pagar por su deseo de entender era demasiado. No importaba que tan sincera sonora, no quería más relación con la situación, quería decirle que no tenían más de que hablar y que esperaba no volver a saber de ella, pero no podía hacerlo, iniciando con que eso traería problemas en su trabajo. No sabía en qué momento terminarían en una sesión juntos o similar.
No sería sano para nadie seguir con las discordias.
Lo ideal sería actuar como adulto y cerrar el ciclo con diálogo, sin culparse, odiarse y dejándola hablar para que pudiera superar la situación sin cabos sueltos. Sí, eso era lo correcto...
Dios, no podía creer que estaba meditando la petición.
—Lo pensaré —mordió su labio, aun incómodo la situación.
—Adiós, Kook.
Sin darle respuesta, colgó.
Ir seguía sonando a mala idea. Por más coherente que fuera hablar para poder darle un debido fin, sin rayes, complicaciones o malos entendidos que puedan incluso afectar... lo que sea que tenga con Taehyung, seguía teniendo ese mal presentimiento al respecto.
¡Maldición!, ¡Qué complicado era todo!
Mejor dejaba de torturarse. La salida sería mañana, para entonces ya tendría una respuesta concreta.
Tiró la cáscara que fingía ser celular hacia la cama y, saliendo del lugar, se encaminó al baño, dando con la puerta abierta y el lindo rubio adentro de este cepillando sus dientes.
Entró sin siquiera pensarlo dos veces y, empujándolo un poco, abrió el cajón del espejo donde sabía que estaría el cepillo que solía guardar específicamente para él.
Con alivio inició su lavado. Si Taehyung se le volvía a acercar ya no correría el riesgo de apestar.
—¿Qué quería? —preguntó este luego de hacerlo a un lado para de nuevo tomar puesto en el lavabo.
Se esforzó por no escupir la crema. Estaba seguro de que decirle los motivos de la chica lo pondrían de mal humor. No quería alguna especie de discusión al respecto con el mayor por una propuesta que ni siquiera estaba seguro de querer aceptar.
—Disculparse por lo de ayer —Mentira no era, había llamado para eso.
Verlo rodar los ojos le confirmó que la otra parte de la conversación sería un tema complicado.
—¿Y ya?, ¿No te dijo más?
Aprovechando que su boca aún seguía llena de espuma, evitó su mirada y corrió a escupirla.
—No —Cepilló sus dientes y escupió casi al instante. Repitiendo esto un par de veces más al escuchar gruñir al contrario detrás suyo—. Pero eso no importa ahora, ignoremos el tema de SoHee ¿Sí?
Enjuagando por última vez su boca y guardando el objeto, se alejó y le dio acceso a Taehyung. Por suerte del destino, este no trató de escrutar la verdad y solo se limitó a repetir sus acciones.
—Te lo concedo —Le sonrió observándolo por el espejo.
¡Carajo!, Taehyung era sin duda encantador haciendo cualquier banalidad. Le agradecía tanto ese reto tonto que había propuesto. Cada día y cada noche que pasaron le regalaron una comodidad única, sensaciones nuevas y una íntima relación. Su corazón se derretía con cada segundo que pasaba junto al chico.
Biennn, nueva actu 👀 la verdad es que por fin escribi el final, así que seguramente hoy resuba todo el fic más el final 😳
Espero les guste, lamento los errores, prometo que cuando avance mis demás proyectos lo editare 🤧♥️
El cap va dedicado a mi bella Taura, que siempre me anda leyendo y soportando, gracias cielo, eres un amor🥺♥️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro