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DAY 💗

Pudo lograrlo, por suerte, evitando estar casi dos horas con un doloroso problema en la zona.

Había sido un tedio completo escuchar parloteo tras parloteo, de lo cual solo le quedó claro que: tenía que entregar algo nuevo y llamativo de su persona que potenciará la interacción en redes con su pequeñito séquito de fans y que SoHee odiaba hablar de su vida privada por lo que el secreto de Jungkook y él morirá en su boca.

Ninguna de las dos cosas le convencía, pero lo resolvería en la mañana, ahora solo importaba que por fin estaba compartiendo con su menor en la casa de este, viendo películas, en pijama y comiendo chatarra a gusto con el otro, sin compañeros chismosos o crushes insufribles y frívolas.

Solo los dos; Tae y Kook.

—¡No, pero ella no puede casarse con otro! —lloriqueó viendo a la pareja principal de la película distanciarse—. ¡Se amaban!

Jungkook lo miró confundido negando a sus reclamos.

—No se amaban Tae, él creía que lo hacían —Acomodándose mejor en la cama, miró burlón a Tae, siendo consciente de que se trataba de uno de sus dramas porque el filme no acaba como él creía—. Ella nunca estuvo segura.

—¡Pero él!, ¡Él le entregó todo! —Cuando eligió la película, creyó que sería cálida por su nombre relacionado con el verano, no espero que terminará golpeándolo con una reflexión que podía usarse en su caso actual.

¿Y si él trataba de entregarle todo a Jungkook y este jamás le correspondía?

—Si y eso no significa que ella por eso estuviera obligada a enamorarse —Le contestó, sin saber, ambas preguntas.

Lo que no sabía, es que Jungkook se sentía de igual manera, pero no por él, sino por SoHee. El protagonista se creyó enamorado e hizo hasta lo imposible por tenerla, sin embargo, no fue más que una idealización sin fundamentos, lo que lo llevó a no notar que su alrededor tenía a quienes lo amaban con genuinidad.

Solo hasta que la soltó se permitió vivir y descubrir a quién podría ser el amor de su vida, o tal vez no, pero con quien querría intentarlo de todas formas.

Su mirada cayó en Taehyung, que seguía lloriqueando, cruzado de brazos y negándose al nuevo comienzo del personaje.

—No me gustó, es muy realista —Lo sentía como un ataque personal.

¿Acaso era una señal del destino?

Y tal vez lo era, pero no precisamente para el de tez morena.

—Se supone que esa es la intención —Jungkook sonrió ancho, empezando a sentir un calor cómodo en su pecho. Cómodo, esa era la definición de estar con Taehyung—. ¡Dios!, ¡eres tan sentimental!

Pausando el final de la película, se le lanzó encima, aprisionando su cuerpo con sus brazos a cada costado.

—Cállate —lo empujó en un intento de quitarlo, aun con sus emociones a flor de piel, pero el contrario ni se inmutó.

—Lo eres —Chocando ambas frentes, juguetón, se rió poquito al ver que Taehyung no quería conectar sus miradas con él.

—No molestes, idiota —sus pupilas se quedaron fijos en la pared, molesto por las burlas del contrario, no obstante, el sentimiento se hizo trizas en el segundo que los labios de Jungkook se dejaron caer en la piel de su mejilla.

—Eres un llorón —Jungkook dejó otro besito en la zona, para después viajar a su pómulo, mandíbula, cuello, ese dulce y exquisito cuello.

Terminó enredando su lengua en la clavícula de este, cuando los pequeños besos dejaron de ser suficientes y empezó a necesitar succionar hasta el más pequeño tramo de piel. Molestándose cuando Taehyung lo empujó para alejarlo.

¡¿Qué le pasaba ese día para estar alejándose cada que podía?! Lo empezaba a poner ansioso.

Antes de poder reprocharle al respecto, el mayor ya le estaba respondiendo a su mirada acusadora.

—No hagas marcas, mañana tendré que posar sin camisa y será difícil de tapar—Por más de que amase que Kook reclamará su piel con besos y chupetones, Taehyung no podía permitírselo esa noche, aunque tampoco quería perder el ambiente que generó el menor, así que adentró sus manos por la camisa de pijama que usaba, recordando lo que había causado en su sistema verlo en top.

Aunque ya no lo traía puesto, la imagen seguía tatuada en su cabeza, al igual que todo lo que deseo hacer con él utilizándolo. Apretando suave las dos montañitas, le sacó al menor un jadeo fuerte.

—Hoy estás más ansioso que yo —Se levantó unos centímetros para alcanzar la boca de Jungkook, que no tardó en recibirlo con gusto, apretándole las caderas con sus fornidas piernas.

—Bueno, es que tú... —Jungkook intentó responderle, pero no encontró cómo conectar ideas gracias a como Taehyung se empeñaba en maltratar su piel y en amasar sus músculos.

¡Mierda!, ¿cómo es que sabía dónde tocar exactamente para derretirlo entre sus brazos?... o ¿sería acaso quien lo hacía y no cómo?

—¿Puedes dejar de hacer eso...? Estoy tratando de hablar —Se quejó, necesitaba poner sus palabras y pensamientos en orden, pero el castaño seguía pellizcándolo y ahora, luego de su queja, empezó a mover sus caderas contra su anatomía.

Fue incapaz de no llevar su cabeza hacia atrás, dejando que Taehyung se aprovechara para crear las marcas que le había prohibido. ¡Maldito descarado!, él sí podía, pero no se dejaba hacer lo mismo.

Gruñó, queriendo alejarse, pero su cuerpo lo traicionó al solo secuenciar los movimientos de cadera.

—Es que tienes pechos tan redondos y bien formados —Murmuró, apretándolos dentro de su ancha camisa, juntándolos y agitándolos, embelesado en cómo se remarcaban debajo de la prenda.

—¿Gracias? —Contestó burlón, notando lo tierno que se veía Taehyung perdido en el juego con su cuerpo.

Era una locura, nadie podía verse tan lindo jugando con sus pectorales, el contexto era completamente desencajante con la mirada de labios hechos rayita y ojitos curiosos que Taehyung le entregaba.

—Hablo en serio —Apretó con más determinación, empezando a desesperarse por quitarle la camisa y ver con nitidez lo que esta remarcaba—Necesito mi cara ahí. 

—¡Tae~! —Jungkook, trató de tomarlo de sus antebrazos, algo contrariado entre todo lo que pensaba y sentía—. Sabes que soy sensible en esa zona — rindiéndose cuando sufrió un fuerte apretón.

—¡Listo! Ya lo decidí —Taehyung chilló con entusiasmo, soltándolo solo para arrancarle la camisa del cuerpo—. Estaré en medio de ellos. 

Sin perder tiempo, su boca se concentró en degustar el exquisito sabor natural del menor, con su lengua recorriendo su etérea circunferencia que lucia en medio de su pecho, saciándose con los sonidos bajos y los movimientos lentos del contrario.

—Te estás tardando —Le recriminó, soltando un grito al sentir una mordida en su pectoral— ¡Mierda!

No había dolido, al contrario, fue tan gratificante que su cuerpo perdió firmeza, llevándolo a caer de vuelta al colchón, cambiando de posición. Taehyung se apresuró a arrancándole lo que quedaba de su pijama, haciendo lo mismo con la que él vestía.

Se deleitó con la imagen de sus cuerpos juntos una vez Taehyung se acomodó encima de su vientre. La imagen del contraste de sus tonos de piel, mezclados con la tenue luz, le ocasionó un pequeño escalofrío; dos colores diferentes qué unidos hacían una increíble gama.

—Lo pondré ahí, en medio, antes de que me desmaye con solo verte —Le advirtió, haciendo exactamente lo que dijo, moviéndose con lentitud tortuosa mientras ambos se acostumbraban a lo que veían.

Jungkook, acostado por completo en la cama, respiraba con pesadez, creyendo que podía perder la razón. No recordaba haber hecho algo similar con el mayor y eso lo ponía más ansioso, incluso juraba sentir su pecho picar por querer ser mantener a Taehyung ahí y solo ahí.

—Deja de jugar, antes de que me arrepienta —fingió no verse afectado o interesado, lo que le salió mal en el momento justo en que Taehyung tomo ambos pectorales e incremento la fricción.

La acción le robó escalofríos y curvó su espalda. No era nada gentil, Taehyung estaba adorando volverlo un desastre, su sonrisa al conectar miradas se lo demostraba.

—Te ves tan malditamente increíble, amo tu pechito.

Jungkook se vio obligado a cerrar sus ojos y morder sus labios, tratando de parar sus escandalosos quejidos. No lo estaba soportando, se sentía tan bien el arrastre de su intimidad y la humedad que creaba. Su diestra se ocupó en su sensibilidad, buscando desesperado su placer.

Su vientre vibraba, pero no llegaba al punto máximo. Tal vez se traba de los juegos de velocidad que Taehyung, socarrón, hacía, o era su descoordinación que lo llevaba al borde del desespero. No lo sabía, y sus pensamientos lo empeoraban al fantasear con tantas posibilidades y situaciones que la imagen de Taehyung encima suyo le daba. Era tan increíblemente desconcertante que sus pulmones y cuerdas vocales colapsaron juntos.

Toda la mezcla de sonidos y acciones, terminaron por conseguir que Taehyung llegara a su clímax, para, segundos después, Jungkook seguirle.

Ambos se observaron algo atontados, lanzándose a la boca contraria una vez se recompusieron. El beso fue desordenado, enredado entre lenguas y dientes, pero fascinante, Jungkook terminó perdido entre el sabor de los labios impropios; mientras Taehyung se llenó de euforia, causándole un repentino deseo de explicarle cuanto lo amaba, de pedirle que borrara de su cabeza a cualquier otra persona que no fuera él, que dejará todo lo que no tenía que ver con ellos

¿Qué acaso no notaba que sus cuerpos solo reconocían al contrario?, su conexión parecía ser de vidas pasadas, como si hubieran nacido para estar juntos.

Sin embargo, las palabras no salieron debido al miedo que surgió casi al tiempo que todos los pensamientos llegaron, aterrándole la idea de que todo fuera idea de su cabeza enamorada. Igual como el protagonista de la película que vieron minutos atrás.

—¿Puedo quedarme por hoy? —Preguntó, en cambio, recibiendo un asentimiento antes de que incluso se atreviera a sentirse ansioso por la respuesta.

Ya se habían quedado juntos, antes de acostarse y después de ello, era algo un poco normal en su extraña relación, solo que sus sentimientos hacían más difícil lo que en su momento fue normal o sin importancia.

—Iré a limpiarme. Estoy completamente sucio por tu culpa —Liberándose de su cuerpo, Jungkook salió a pasos rápidos del cuarto.

En el comienzo de su amistad, el moreno prefería dormir en el sofá al sentir la tensión sexual, pero no atreverse romper con ella; después de lograr pasar ese nivel, dormían en la misma cama, pero no sé abrazaban o compartían algo muy íntimo... los primeros encuentros, después se hizo normal. Sin darse cuenta se acostaban dándose la espalda y terminaban abrazados, o si no les daba sueño se vestían nuevamente y veían una película o salían a comer.

Ese día, quería ser consciente de acostarse, abrazándolo y despertar aún ahí, estando desnudos, sin ni una sola prenda de por medio, solo las sábanas cubriéndolos.

Por lo que con esa idea en mente, se metió dentro de las sábanas, esperando paciente al menor. Se bañaría en la mañana, si salía de esa cama, Jungkook llegaría, se pondría su ropa de nuevo y se acomodaría en la esquina más lejos a la suya y no, eso no sucedería esa noche.

Cuando Jungkook regresó, una toalla envolvía su cintura y se dirigía a donde la ropa se encontraba tirada, por lo que se obligó a ser más rápido; tomándolo del antebrazo, lo jaló hasta la cama, quitándole lo que lo cubría y trayéndolo hacia sí mismo.

—¡¿Qué haces?! —Chilló entre risas el pálido, acostándose tal cual Taehyung le exigía en silencio: recostando su cabeza en su pecho y abrazándole la cintura.

—Es tarde. Durmamos —Se acurrucó sin atreverse a revelar sus verdaderas razones y para su suerte el menor no insistió y tampoco curioseo.

Jungkook no hizo más que estirarse para tomar el control del televisor, de una de las mesitas a sus costados, y lo apagó. Taehyung tenía razón, ya era tarde y lo mejor era dejar todo como estaba y solo dormir.

Ninguno quería seguir sobre pensando, por lo menos por lo que quedaba del día. Tendrían más tiempo en la mañana de descubrir y entender cuál de todas las líneas, que tenían como un silencioso acuerdo para sus juegos, habían roto. Si es que solo habían roto una.

Sí, sin duda lo mejor era dormir.

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