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DAY💞

—¿Ya acabaste? —Su repentina pregunta hizo que Taehyung se sobresaltara.

Jungkook quería irse pronto de ahí, se sentía ahogarse en el lugar, como si litros de molesta agua subieran y subieran hasta más arriba de su cuello, obligándolo a respirar con más fuerza.

Pero solo eran sus pensamientos lo que lo asfixiaba.

—Si, lo estoy haciendo —Contestó Taehyung, mintiendo, el ciclo de secado rápido duraba treinta minutos y apenas y pasaron diez; sin embargo, notó el malestar del ajeno—. ¿Cómo te fue? —Trató de encontrar en los botones alguna manera de acelerar el procedimiento, sin dar con nada.

—Volvió a negarse —Se limitó a contestar subiéndose en una de las lavadoras, sintiendo la burbujeante ansiedad adueñarse de su cuerpo.

Era tan patético; no debería afectarle tanto un rechazo, era algo tonto que se veía venir y que ya sabia con exactitud, le molestaba que le molestara. Algo no estaba bien, no se sentía correcto estar enojado por una negativa, además de que parecía excesivo estarlo.

Muchas cosas se sentían excesivas. Poco naturales.

—Chica dura —Se volteó a verlo tratando de que con el comentario el menor riera, pero en vez de eso lo encontró golpeando su lengua contra el metal de su piercing con tanta fuerza que creía desgarraría la zona.

Acercándose, procuró que la chica no los estuviera observando, y llevó su pulgar hasta su labio, jalandolo hacia abajo para alejarlo de su iracunda lengua.

—Te vas a lastimar —Reprendió acariciando el belfo y sonriéndole suave. El chico solo trago grueso y asintió.

Contento con que detuviera su autoagresión, corrió a desactivar el secado, sacando la ropa y dejándola en la canasta. No tenía idea de que había pasado, pero sin duda ocasionó que Jungkook se sintiera afectado, así que lo ideal era salir de ahí con apuro.

—Listo, termine. Ven, vamos —Retuvo su deseo de tomarlo de la mano y solo salió, sin importarle tampoco si la chica esperaba una despedida o algo. Jungkook lo siguió de igual manera, escuchándolo suspirar una vez encararon la calle.

—¿A dónde iremos? —Respirando con tranquilidad, siguió a Taehyung, que no detenía sus pasos, llevándolo cada vez más lejos de dicha lavandería, lo cual agradecia.

Aún tenía la misma sensación de incompetencia que antes, pero esta no lo estaba agobiando, por lo menos no al punto de aturdirlo.

—A mi casa —Se encogió de hombros el mayor, riendo entre dientes al ver la expresión de ceja alzada del azabache—. No pretenderás que vaya a un restaurante con esta canasta.

—Bien, bien —Le regalo una sonrisa apagada, arrebatándole dicho canasto y adelantando el paso en busca de algún taxi.

No pudo evitar permanecer callado todo el recorrido, pero es que su cabeza hacía tanto ruido que le costaba no prestarle atención. Se encontraba frustrado, algo posiblemente normal cuando las cosas no salen como quieres, sin embargo, no le gustaba sentirse así; insuficiente, inseguro y sobre todo, exagerado.

Algo en sus sentimientos no se sentían naturales, se veía como un adolescente que llamaba a su primera novia cómo el amor de su vida ¿De verdad valía la pena hacer todo eso por ella? No es como si la conociera como para decir que era un acto de amor puro. Estaba lejos de amarla. Pero incluso había arrastrado a su mejor amigo a esa travesía sin sentido, y es que ahora no le encontraba razón a toda esa locura.

Sí, quería una cita con la chica, pero ya llevaba sintiéndose humillado por tres días seguidos y no podía culpar a Taehyung por las últimas dos, él mismo le había pedido ayuda conociendo sus métodos y sin importarle su tipo de relación. Para hacerlo peor, el mayor había aceptado casi sin chistar, ahora le preocupaba estar hostigándolo y causándole malestar.

Empezaba a sentir fastidio.

Taehyung, a la par del chico, trataba de descifrar qué pasaba, veía a Jungkook gruñir y masajearse el entrecejo, cosa que le advertía que estaba molesto. Solo había hablado con la chica por un par de minutos, ¿Qué le dijo para que lo tuviera de malas? Ni siquiera hablaba, estaba metido en sus pensamientos y refunfuños.

Al llegar a su apartamento por poco y tiene que empujarlo para entrar. No reaccionaba de manera correcta.

—Oye, no te pongas así, todavía tenemos más días —Trató de animarlo a pesar de encontrarse en blanco por la situación.

El dubitativo suspiró cansino.

—Eso es lo que me preocupa —Taehyung lo miró confundido y se encontró un poco cansado como para explicar su lío, así que se limitó a negar y comentar la otra parte de su dilema—. Es un poco frustrante, ¿Qué hay de malo en salir conmigo?

Al escuchar la respuesta, Taehyung se apresuró a tomar la canasta con la ropa húmeda y dejarla en el piso para arrastrar a Jungkook hasta el sofá de dos piezas. No podía creer que alguien tan único como el menor, se estuviera haciendo ese tipo de preguntas.

Lo obligó a sentarse a su lado, apresando las mejillas pomposas entre sus palmas.

—Eres un chico increíble, ¿lo sabes? —imitó el puchero que creó en el contrario. No, sin duda era injusto que Jungkook pensara que el error estaba en él como persona—. Ella se lo pierde, está loca.

No podía culparla por no corresponderle, al contrario, le convenía que fuera así. Sin embargo, le molestaba la idea de que eso le estuviera causando inseguridades a su pequeño.

—Se pierde tu rostro hermoso —Besó su frente—. También tu linda mirada —Besó uno de los párpados.

—¡Taehyung! —Trató de recriminarle, pero este le robó las palabras en otro casto beso.

—También se pierde de tus ocurrencias —liberándole las mejillas, se apoderó de sus hombros al tiempo que regaba besos por su barbilla—. de tu atención y cuidados —Piqueteó, ahora, su cuello.

—¡Tae! —Se carcajeó bajo, perdiéndose en la sensación hormigueante que los labios de Taehyung le causaban en la piel.

—Tú estás bien, eres perfecto ante los ojos correctos —Dejó un leve mordisco al costado del cuello, haciéndolo estremecer con fuerza.

—¡Quieto!, ¡me haces cosquillas! —Las risas y empujones juguetones lo incitaron a seguir chocando sus dientes con diversos movimientos.

Jungkook se sacudía tratando de liberarse, mientras él agregaba a su ataqué la punta de su nariz, restregándose cada que sus dientes se detenían para así que las cosquillas no pararán ni un segundo. Pronto, la fuerza de los movimientos los terminó arrastrando al piso de manera abrupta, dejando a Jungkook aprisionado entre su cuerpo, respirando entre jadeos.

Aprovechando la posición, dejó de lado los juegos y se permitió degustar el sabor de la piel perla de Jungkook. No tenía idea si usaba cremas o tenía rutinas de cuidado de piel, pero su dermis era una caricia para sus labios y un deleite para su olfato que se asfixiaba en una fragancia natural mezclada con coco.

Jungkook lloriqueó alto luego de que se recompusiera del ataque de cosquillas.

—Hyung, quieto~ —Su leve empujón fue aún más inútil que los anteriores.

Contando que este era algo contradictorio al enterrar sus dígitos en sus brazos con la fuerza necesaria para evitar que se moviera.

—Olvídala —Demandó de repente, deteniendo sus caricias para observar al azabache confuso y estático ante lo oído.

Fue un desubicado con su petición, pero eso no quitaba que no se arrepentía y mucho menos se retractaría.

—En este momento deja de pensar en eso, en ella. Deja de pensar de lleno —Completó la oración, llevando sus yemas a recorrer el pecho ajeno, rozando el caucho del pantaloncillo que Jungkook portaba.

—Tae... Ahora no tengo ánimos —Se apresuró a negar al notar las intenciones del de labios juguetones, aún se sentía algo abrumado por lo acontecido esa mañana y por el peso de las horas no dormidas—. Sigo cansado-...

Sus quejas fueron calladas al tener sus labios a nada de rozarse. Taehyung lo miraba atento desde esa posición.

—Shh, no te estoy pidiendo que hagas algo —El toque era tan sutil que no se encontraba seguro de que hubiera sucedido y la sonrisa burlona que le dio no ayudó mucho a disipar su duda.

Taehyung se jactó de haber dejado al menor absorto en sus acciones, porque esto le dio pase para acomodarse mejor entre sus piernas y luego deslizar sus dedos en caricias que lo hacían temblar.

Sus dígitos subieron y bajaron por la desnudez de sus piernas, tomándose vía libre para escabullirlas cada vez más dentro del pantalón corto; bajaba hasta sus rodillas, subía y tocaba el borde de la tela. Volvió a bajar, esta vez por los gemelos, y al estar nuevamente arriba, recorrió el final de su ropa interior.

Y así repitió la acción hasta que sus manos alcanzaron la sensibilidad del menor.

—¡Tae!, carajo~ —La espalda se le curvó cuando el tacto se hizo más pronunciado.

—¿Te gusta? —Sus besos recorrieron el largor de la mandíbula hasta la punta de su oreja. Jungkook, entre balbuceos, tomó su muñeca en un trato vano de detener sus movimientos frenéticos—. Vamos, bonito, sé que no me quieres detener.

Inclinando su cabeza en dirección de la suya, Jungkook atrapó su belfo inferior, probándolo y mordiéndolo cuanto se le antojó, moviéndose al compás que Taehyung dictaminó con su muñeca.

—N-no, no quiero —Sollozó en medio de una mordida.

Taehyung, sin quedarse atrás, se acomodó de forma que sus cuerpos se conectaron aún con las telas en medio, creando fricción insana para su cordura.

Se sentía tan bien aun cuando eran acciones desordenadas, sin mucho sentido, solo con el deseo de perderse en el momento y no pensar más allá que en el presente.

—Eres tan sensible —Presumió Taehyung en su oído, acariciando su rostro con el propio, como si fueran un par de gatitos acicalándose mutuamente—. Estás hecho un desastre.

—¡Tae! —Gritó sintiéndose sobrellevado por el momento.

Pataleó entre chillidos, no creyéndose capaz de seguir soportando la sensación.

—Quiero saber —beso su mejilla—, qué estás pensando en este momento.

Su boca se abrió para contestar, quedando mudo al, los belfos del mayor, pasar nuevamente por su rostro, esta vez justo en sus labios semiabiertos.

Carajo, su vientre ardió al borde del colapso.

—E-en... en lo bien que se siente... y tu, y tu... —fue interrumpido por movimientos bruscos de parte de Taehyung—. ¡Oh, por favor!

—Dame el nombre de la persona que está en tu cabeza ahora —de repente todo paro, como si no se pudiera continuar hasta obtener una respuesta de su parte.

—Eres t-tú —Lloriqueó.

No podía aguantarlo. Necesitaba de más, necesitaba de Taehyung.

—Dije nombre, Jungkook —Le reprendió—. Di mi nombre, hazlo, amo escucharte decirlo.

Jungkook se vió desinhibido por completo.

—¡Taehyung!, ¡Taehyung!, ¡Taehyung! —Gritó una y otra vez, meneando su cuerpo en la baldosa del árido piso.

Su pantaloncillo quedó inutilizable al conseguir llegar al climax del momento.

—Carajo. Eres fantástico —Mencionó Taehyung sonriéndole.

—Tae... Necesito más —Pidió encantado por la etérea apariencia del contrario. No obstante, solo recibió una leve burla.

—No-oh~ estás cansado y yo ya reclamé mi recompensa —Besando su nariz, se levantó del lugar, dejándole ver qué sus pantalones se encontraban en igualdad de condiciones—. Prepararé el desayuno.

—Pero... —Trató de seguirlo, siendo impedido por sus aún flaqueantes piernas que se negaron a cooperar.

Frustrado, se dejó caer nuevamente y suspiró. Le tomaría un tiempo poder levantarse.

—Ve a bañarte, en el último cajón de la ropa tengo la que has dejado, está limpia, así que puedes usarla.

No pudo evitar sonreír, ¿en serio lo dejaría con las ganas de tenerlo para sí? Idiota. Lo aceptaría en esta ocasión porque se encontraba muy agotado para replicar.

¡Por los cielos!, si Taehyung lo trataría así de bien luego de un rechazo de SoHee, no le importaría seguir con ese show por unos días más.

Buueno... por ahorita, publico solo este par, mas tarde nos vemos con el resto 

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