7
Pov. Yui
El telón cae poniendo fin al número especial de la noche. Los vítores y aplausos resuenan por todo el lugar. Me hace ilusión que les guste cómo bailamos.
Una vez tuve un sueño en el que bailaba en Broadway, pero ésta es la realidad y Calypso es a lo más lejos que podría llegar, lamentablemente.
Mis dos compañeras de escena me siguen hasta el camerino que tenemos en común. Selene y Solar no son chicas que llamaría amigas, ellas son falsas y simplemente no me agradan. La pelirroja se me acerca chocando su hombro con el mío "sin querer".
- Ups, perdón - sonríe ella de manera desagradable - Lunita.
Su amiguita le sigue, riéndose de su mal chiste.
- ¡Ay, disculpen chicas pero voy a desconectar los tímpanos un momentito! - les devuelvo la sonrisa, ésta vez sarcástica.
¡Estúpidas compañeras de trabajo!
- Mira tú...
Tocan la puerta y Liah entra por ella paseando la vista entre las tres frunciendo el ceño.
- ¿Estaban por pelearse? - inquiere colocando las manos en su grandes caderas. Esa mujer es sexy. Ya sé el por qué es dueña de éste local, ella es la diosa de todas las diosas.
- No, estábamos por hacernos super amiguis - ironizo con un tono de falsedad que cualquier persona se puede dar cuenta que no es cierto en lo absoluto - ¿Cierto chicas?
La pelirroja bufa una risa sarcástica chasqueando los dedos para guiñarle a nuestra jefa.
- ¡Exacto!
- No quiero problemas aquí - espeta la mayor haciendo una mueca - Luna, castigada.
- ¿Qué? ¿Por qué? - me quejo.
- Por llegar tarde - ésta vez es ella la que me guiña con uno de sus ojos con delineando gatuno - Ven conmigo, servirás mesas ésta noche.
- Esto no es justo, Liah.
- Lo que no es justo es que llegues tarde.
Qué exagerada, solo fue una vez y fue por temas... Temas delicados con un chico pelinegro caliente como el demonio, ah, que por cierto se encuentra aquí otra vez.
Pensándolo bien, quizás la suerte está de mi parte y me toca servirle a él.
Sigo a la mayor diligentemente, ella me lleva de la manita como si fuese mi madre y yo la niña pequeña que lo único que desea es escaparse para ir a jugar. Y me muero por jugar, literalmente.
La pelinegra me adentra a una habitación con luces rojas y blancas, hay una cama con sábanas color sangre. Sin dudas éste cuarto está diseñado para estar con los clientes. Me asusto dándome la vuelta, forcejeo la manija pero la muy maldita de mi superior la ha cerrado con llave desde fuera.
¿Pero qué demonios?
- ¡Liah! - chillo, el pánico inunda mi cuerpo como magma. Lo menos que quiero es que un viejo verde me toque.
- ¡Sé una niña buena y compórtate, Luna! - habla desde fuera.
- ¡Estás jodidamente loca, sabes que no hago éstos servicios!
Una risita es lo único que escucho de su parte. Dejo caer la frente contra la madera oscura de la puerta, golpeándome la cabeza una y otra vez. Tal vez si me golpeo más fuerte pueda perder el conocimiento y que el cliente se queje y me saquen de aquí de una vez y por todas.
- He estado soñando con ésto - ronronean en mi oído.
Envuelta en terror me doy la vuelta encarando al hombre.
Comienzo a sudar frío cuando reconozco a la persona tras esa voz profunda. Inmediatamente mis manos van a mí antifaz sersoriándome que está en su lugar y que no me reconocerá.
Frente a mí está nada más y nada menos que Jeon Jungkook mostrando una condenada sonrisita ladeada que te moja las bragas.
Suspiro entrando en mi personaje de "puta". Solo ruego al altísimo que no se de cuenta de quién soy, ni que mis ojos y voz le parezcan familiares. Pero en sus iris solo puedo observar lujuria, con la que se permite recorrer mi cuerpo.
- ¿Lo has hecho? - pregunto sonriéndole con inocencia.
- ¿No tienes idea de lo preciosa que eres, verdad?
La respiración se me entrecorta, los nervios me invaden y trato desesperadamente de hacerme cargo de la situación pero es inútil.
El chico estira el brazo bajando los tirantes de la minifalda, luego desabrocha mi sostén blanco de encaje sacándolo lentamente.
¡Mierda, mierda, mierda!
Por él me vuelvo prostituta, santo Dios.
Sus ojos brillan con excitación mientras me observa y su mano ahueca mi pecho masajeándolo. Se inclina y se lleva uno a la boca jugando con su lengua en mi pezón.
Mi cabeza viaja hacia atrás y mis ojos se cierran cuando muerdo mi labio callando un gemido.
Desliza las bragas por mis piernas dejándome la maldita y diminuta falda. Sus ojos parpadean y pierde el control cuando comienza a besarme agresivamente. Sus manos están en mi cabello y seno y su lengua invade mi boca más profundo.
La excitación y euforia baila por mí cuerpo, precisamente entre mis piernas cuando me conduce hasta la cama, girándome para estar de pie frente a él.
Se arrodilla frente a mí y coloca uno de mis pies sobre su hombro. Reparte besos por la cara interna de mi muslo poniéndome la piel de gallina y mi centro vibra por la anticipación de lo que hará. Se inclina y presiona su cara sobre mí sexo inhalando.
¡Santo infierno! ¡Estoy soñando!
Sus labios besan mi coño separando con su hábida lengua los labios vaginales, lamiendo todo a su paso. Me detengo a admirarlo, aún está vestido completamente y mantiene los ojos cerrados como si estuviese recibiendo tanto placer como yo.
¡El es un maldito Dios!
Por un momento parece perder el control y sube más mi pierna para tener un mejor acceso. Gimo como perra en celo sosteniendo su cabeza presionándola más contra mí. Sonríe como el mismísimo diablo devorando mi sexo. Mi boca se abre desesperada cuando siento la presión en mi vientre bajo, chillo del placer mientras mi respiración se vuelve más pesada. El chico se pone de pie quitándose los zapatos y pateando su pantalón de pinza cuando lo desabrocha dejándolo caer a sus pies.
Le desabrocho lentamente la camisa de botones, su pecho es ancho y tiene un precioso eight pack en su abdomen. Mi cuerpo comienza a calentarse con anticipación. Le abro la camisa y se la quito. Mis ojos vagan por su cuerpo, él simplemente es perfecto. Su polla se libera de su boxer y él encuentra el camino entre mis piernas con sus dedos.
Me besa mientras me deposita con cuidado sobre la cama, abre mis piernas y coloca su cuerpo entre ellas, abriéndome más para su show privado. Besa y lame mi cuerpo haciéndome arquear la espalda.
- ¿Te gusta eso?
- ¡Joder.. sí! - respondo ida.
Presiona su cuerpo contra el mío atrapándome debajo de todos sus músculos justo antes de empujar una parte dentro de mí. Me siento llena, tan llena que creo que algún momento me romperá. Se mueve fuera de mí y luego regresa. Me besa mientras hace esos tortuosos y jodidamente deliciosos movimientos con su pelvis. Me penetra una y otra vez con fuerza.
Soy su maldita muñeca de trapo en éste momento. El sonido morboso de nuestra piel chocando resuena por toda la habitación, el sudor recorre su cuerpo y me afianzo a él perdiéndome en el deleite que me está ofreciendo.
- Mierda - gime - Esto es tan... - su voz es profunda y sexy - Sabía que te sentirías perfecta - me penetra fuerte - Sabía que me volverías completamente loco.
La parte buena de mí siente lástima por no poder decirle que ya hemos estado juntos antes. Pero la parte diabólica me insita a seguir y no parar.
Empieza a perder el control moviéndose con rapidez y fuertes penetraciones, sus jadeos, mis gemidos, todos mezclados. En otro respiro mi cuerpo convulsiona y él se corre en largos y calientes chorros que me llenan. Me abraza y me besa. Se me dificulta la respiración, se mueve lentamente dentro de mí y luego se retira.
¿Qué coño acaba de pasar?
¿Era él el que me tenía que dar placer o yo a él?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro