Pov. Yui

El astro mayor, ya está saliendo por el este, cuando Haruto me hace caminar mediante empujones por un muelle. Las tablas crujen un poco mientras me hace avanzar, apretando una mano en mi brazo con brusquedad. Al final del puerto hay un yate lujoso que me hace fruncir el ceño. Miro alrededor presa del pánico. ¿Por qué demonios no hay nadie más aquí? Con la intención de ponerme a gritar me detengo cuando un escalofrío me recorre la espina dorsal, alguien me mira fijamente, lo sé, conozco esa sensación. Sonrío para mis adentros, ésto va a terminar pronto.

— ¡Qué camines, carajo!

Espeta el enfermo de mi ex, tirando más fuerte de mi brazo haciéndome tropezar con mis propios pies.

En unos minutos, ya me encuentro sobre el yate. Haruto vuelve a atarme las manos, esta vez a una baranda, para que — como siempre — no pueda huir.

El muy maniático me sonríe socarrón y se pone en pie cuando me tiene bien asegurada, frente a mí.

Vuelvo a mirar alrededor, el día se ilumina cada vez más con los rayos del sol, pero aún tengo la impresión de que me observan desde algún lugar. Ni siquiera abro la boca para nada, ojeo toda la zona como me es posible buscando alguna señal de rescate. Hay un montón de botes pequeños y algunos más grandes y a lo lejos unos almacenes oxidados por culpa del salitre.

Pov. Jungkook

Hemos llegado hace poco al puerto de Busan. Siento los latidos de mi corazón, erráticos, en mis oídos, estoy demasiado nervioso. Nunca me habían sudado tanto las manos como hoy. Ni siquiera puedo concentrarme muy bien en las indicaciones que nos está dando Malia, escondidos detrás de una puerta de un viejo almacén, cerca del muelle.

Cierro los ojos un momento respirando profundamente por la nariz y expulsando todo el aire por la boca. Creo que vomitaré en cualquier momento.

Alzo los párpados cuando me ponen una mano en el hombro y veo que es Taehyung, quien me da una sonrisa forzada.

— ¿Esa es la tal Yui?

Todos miramos rápidamente a Mark, al escuchar su pregunta. El peliverde está mirando por un agujero que hay en el metal de la puerta.

— Rubia..

— A ver, quita — Yuta lo aparta de malas maneras para mirar él mismo y noto que sus hombros se tensan, eso no es buena señal — Están aquí — anuncia y Malia se acerca para mirar también.

— Bien, que no panda el cúnico.

Dice Mark disléxicamente, creo que está temblando. Y si no fuera porque la situación no lo amerita, ya me hubiera reído, pero mis náuseas aumentan, también siento que estoy temblando y no precisamente de frío.

— Escuchen, debemos ser rápidos, precavidos y sensatos. Están armados y tenemos algo en contra, solo hay uno con Yui. No sabemos cuántos de sus hombres estén escondidos por aquí — dice Malia.

Beomgyu y Kai cargan sus armas preparándose. Todos tenemos chalecos antibalas debajo de la ropa, pero eso no me deja tranquilo. Tengo un extraño presentimiento.

Presentimiento que se vuelve aún peor cuando abren la puerta del almacén y dos tipos nos apuntan con sus revólveres y unas sonrisas espeluznantes. Ahogo un jadeo tragando fuerte, esto parece una película de terror.

Mal, mal, mal. Todo está saliendo jodidamente mal.

— Yamashita.. — murmura mi mejor amigo y a mí se me seca la boca.

Menos mal que Aylin y Lizzy se quedaron en casa con Christopher y Yoongi porque ya estarían chillando espantadas. Comprensible, creo que hasta yo estoy a punto de hacerlo.

— ¡Sorpresa! — dice el japonés, mirándonos con expresión satisfactoria — Baja el arma, bonita — le dice a Malia y Tae gruñe.

Malia y los otros dos policías dejan las pistolas en el piso y alzan las manos, como todos los demás. ¿En qué momento lo hice que no me di cuenta?

Yamashita niega una y otra vez, riendo con burla y nos mira uno a uno.

— Tres policías incompetentes, un cantante, el señorito Gucci y el hijo del presidente.. — nos señala a cada uno sardónicamente.

Tres policías, un cantante, Tae, yo.. espera. ¿Dónde está Yuta?

Frunzo el ceño y miro de reojo al mayor de los Kim, que al parecer también se ha dado cuenta. ¿En qué momento se esfumó?

El tipo corpulento nos hace salir del almacén uno a uno — antes de que pueda ponerme a pensar más profundamente en la huida de Nakamoto — asechándonos con su mirada amenazante. Ugh, da miedo.

Pov. Yui

Tengo la mirada puesta en mis pies cuando escucho la risa del imbécil de Haruto y levanto la mirada. Un rayo de esperanza me inunda al ver quien salta al yate desde el muelle. Sonrío, sabía que alguien vendría a por mí.

— Anda, si es mi cuñado — la burla en la voz de mi ex no pasa desapercibida y veo a mi hermano tensar un músculo de su mandíbula.

— He cumplido mi parte, ahora cumple la tuya — espeta Yuta y se me hiela la sangre.

¿Qué? De repente, las palabras se me atoran. ¿Qué está pasando? ¿Por qué siento que no lo sé todo?

Haruto se ríe a carcajadas, otra vez burlándose.

— ¿En serio te creíste todo el rollito ese que intercambiaría a la psicópata de tu hermana por un estúpido cargamento de coca?

Trago grueso, entonces.. ¿sí está aquí para salvarme?

¿Por qué coño sigo muda?

— Ay por Dios — suspira dramáticamente — Menudo abogado estás hecho tú. Gracias por la información del plan, por cierto. Me gustaría ver la expresión de tu linda esposita cuando se entere que eres un traidor. ¿Qué pasaría con el mocoso? ¿Cómo es que se llama? — ladea una sonrisa arrogante y las manos de Yuta se cierran en puños al lado de su cuerpo — Ah, sí, cierto, Haru..

— ¡Saca a mi esposa y a mi hijo de tu asquerosa boca! — grazna.

— ¡Mira, estúpido imbécil, quien da las órdenes aquí soy yo!

Mi hermano está por responder, también encarándolo, cuando se escucha un disparo a lo lejos y levanto más la cabeza tratando de enterarme de algo. Haruto aprovecha el momento en que Yuta desvía la mirada buscando de dónde proviene el tiro y le da un golpe en la cabeza con la culata de su pistola tirándolo al suelo del yate y dejándolo inconsciente.

— ¡Hijo de puta! — le grito y me llevo un golpe en la mejilla que me la deja ardiendo — ¡Te odio!

— No más que yo, créeme.

Pov. Jungkook

Todos nos quedamos quietos después de que el yakuza loco disparara al aire.

— ¡Ese tiro podía haber sido para tu querida hermanita, así que no me toques los cojones! — le dice a Tae.

Malia tose y se arquea levemente hacia delante tocando su estómago. Y no sabría explicar bien, porque ha ocurrido demasiado rápido, pero la chica ha tirado dos dagas a la pierna de Yamashita que lo hacen aullar del dolor cuando estas perforan la piel de su muslo.

Todo ha sido tan veloz que Beomgyu ha recuperado su pistola y le ha disparado en la mano armada al tipo corpulento, quién cae de rodillas al suelo aguantándose la mano ensangrentada.

Sangre. Vomitaré.

Siento que me empujan al suelo cuando se arma un tiroteo entre los tres policías contra Yamashita, que no sé cómo se ha podido esconder detrás de otro almacén cercano para que no le disparen.

No escucho nada, estoy demasiado aturdido. Solo quiero que todo termine de una buena vez.

Pov. Yui

Los disparos se vuelven a escuchar y yo solo tengo ojos para mi hermano que continúa inconsciente en el piso.

Haruto al percatarse del tiroteo no muy lejos del yate, sale corriendo hacia el timón y arranca. Más tiros, y ésta vez es una chica que apunta directamente hacia nosotros parada en el muelle.

— ¡Al suelo! — me grita cuando ve que la miro y como puedo me agacho un poco, tratando de tirar de mis manos atadas en la baranda.

La castaña rompe el cristal que da hacia el timón de un disparo y oigo a Haruto soltar una palabrota, pero es tarde para que me rescate esa chica porque nos seguimos alejando cada vez más rápido mar adentro.

Casi grito cuando siento una mano en mi tobillo, pero es Yuta que me hace una señal de silencio y gatea sigiloso hacia donde está mi ex. La respiración se me corta cuando Haruto se da cuenta que mi hermano se acerca.

— ¡Yuta! — vocifero  al verlo sacar su arma otra vez.

Forcejean entre ellos, el corazón corre dentro de mi pecho por la adrenalina y tiro más fuerte de las ataduras en mis manos. Muerdo las cuerdas, ayudándome con mis dientes, me cuesta un poco, pero al cabo de un tiempo logro safarme, me duelen las muñecas y las tengo un poco ensangrentadas. Eso y contando todos los golpes que ya tenía en el cuerpo que me hacen ser más lenta de lo normal.

Corro a ellos, que se están moliendo a golpes el uno al otro y tomo la pistola desperdigada en el suelo por la pelea. Me paro detrás de Haruto pegando la punta de la pistola a su cabeza.

— ¡Suéltalo!

Las manos me tiemblan un poco cuando él se detiene en seco y después de unos segundos que parecen eternos comienza a reír. Frunciendo el ceño, enfurecida, cargo la pistola pegándola más a su cabeza, cortando su risotada.

Solo escucho los jadeos de Yuta que está debajo de él aún, hasta que Haruto vuelve a abrir la boca.

— Si yo muero, tú también Yui.

Pov. Jungkook

El tiroteo se calma un poco cuando Kai y Beomgyu tienen que cambiar de cartuchos al acabárseles las balas, pero después de un momento continúa. Malia se fue hace un rato y no ha regresado de donde sea que esté ahora mismo. La parte más positiva de mí piensa que ha ido por refuerzos, pero la parte negativa sabe que se dirigió hacia el yate donde tienen a Yui.

— ¡Alguien llame a la policía! — nos grita Beomgyu.

Saco mi teléfono precipitadamente, pero Mark se me adelanta llamando al 119 enseguida. Seguimos apiñados en un rincón, con el tipo corpulento a unos metros aguantando aún su mano llena de sangre.

Levanto la vista al ver a Malia regresar y le pone unas esposas al tipo lisiado.

— ¿Y Yui? — se me adelanta a Taehyung, ella lo mira seria, pero no responde.

— ¿Qué hay de Yuta? — pregunta esta vez, Mark — ¿Fue a rescatarla? ¿Por qué se fue sin que nos diéramos cuenta? Ay, si le pasa algo, Lizzy..

— ¡Joder, cállate, me estás mareando! — gruñe Malia al tiempo que se escuchan las sirenas de la policía acercándose al puerto.

Me permito suspirar aliviado hasta que vuelvo a tensarme como todo el mundo.

¿Eso ha sido una...

— ...explosión — escucho que dice Malia.