Pov. Yui

Un iceberg, eso es lo que parezco. Un puto iceberg en medio de ésta galería de arte y entre éstos dos.

¿¡Para qué me invitó!? Si me iba a avergonzar así, para qué lo hizo.

- ¿¡Qué!? - es lo único que puedo articular.

- Lisa deja de...

- ¿Estás embarazada? - interrumpo a Jungkook.

- Así es - la tal Lisa levanta las cejas mostrando una sonrisa de suficiencia.

Sabía que la había visto en algún sitio. Es la chica del cuadro. "El alguien especial" que mencionó Jeon aquella vez. Y aquí estoy yo haciendo el papel de estúpida, porque no sabía que sería padre ni que se casaría.

Ni siquiera sé por qué me enojo, sé supone que no somos nada. Pero lo que ha hecho Jeon ha sido jugar sucio.

¿Qué tal y si nos ve la prensa o qué se yo? De seguro saldrá Yui en primeros titulares siendo la puta del hijo del presidente. Genial, qué buena reputación. Ya estoy entendiendo un poco la forma de ver al mundo que tiene mi hermano.

- ¿Ya te vas, querida?

Juro que si la rubita vuelve a decirme querida, con ese tono despectivo, le iré arriba y me va a importar una mierda que esté embarazada, pero la haré trizas.

Me deberían dar un nobel por la paz, por contenerme ante ciertas personas que me dan ganas de pasarles un tractor por encima.

- Sí, disculpa, tengo mejores cosas en las que perder el tiempo - bufo una risita observando al par - Espero que el resto de la velada sea tan agradable como tú, querida.

De seguro ella tampoco se está aguantando mi tonito. Ups. Lástima, porque yo soy guapa por herencia pero cabrona por experiencia.

Camino lejos de la parejita, odio cuando me dejan en ridículo y hay algunas señoras que no me han quitado los ojos de encima desde que nos vieron a los tres "charlando" tan acaloradamente. Esas vieja no me interesan, la verdad, pero sabrá Dios los chismes que ya estarán inventándose.

Salgo del lugar, ahora me arrepiento de no haber traído un abrigo. Yo como toda la tonta ilusionada, me vestí para él, para que me viera hermosa, para que me llevara a su casa y me hiciera lo que le diese la gana. Sin embargo, mis planes me dieron una patada en el culo.

- ¡Yui!

Reconozco la voz de Jungkook a lo lejos, claro que lo sé si me encanta ese tono ronco con el que pronuncia mi nombre cada vez que estamos juntos. Pero él se va a enterar en verdad quién es Yui Nakamoto. Si quiere jugar, yo le enseñaré cuáles son las reglas del juego.

- ¡Yui, por favor espera! - corre detrás de mí, me abrazo a mí misma sintiendo frío. El aire gélido me hace erizar.

- Te voy a regalar un GPS, para que te vayas a la mierda y no te pierdas, Jungkook - me volteo a mirarle cuando me paro en una esquina, extiendo el brazo para parar algún taxi, estoy rezando internamente para tener un poco de suerte ésta noche e irme pronto.

- Lo siento.. - su balbuceo me hace poner los ojos en blanco.

Los príncipes azules de hoy en día deberían tener una etiqueta que diga, "destiñe en el primer lavado".

- No le puedes creer a Lisa, ella... ella no es nadie - ja, qué idiota al referirse así hacia la madre de su bebé - Tú eres especial para mí.

¡Bravo!

Usted no sabe la cantidad de palabras bonitas que puede decir un hombre cuando quiere sexo. Porque sé que eso es lo que quiere de mí, lo único que puedo darle al parecer.

Yo no soy como esa chica toda fina y bonita, no, yo soy la puta que se lleva a la cama, eso es todo. Al final nada sucede por casualidad, en el fondo las cosas tienen su plan secreto aunque nosotros no las entendamos y yo no voy a sufrir por él.

¿Sufrir por él?

Nah, sufrir es plancharse el cabello y que llueva.

Jungkook no se ha cansado de quemarme el teléfono con sus llamadas, estoy a nada de estrellar el aparato contra la pared del camerino del club. Si vuelve a llamar lo mandaré al carajo, a ver si sabe dónde queda porque al parecer el GPS que le regalé con destino a la mierda no le sirvió.

- El número que usted marcó está enojado y no quiere contestar. Por favor deje que se le baje el berrinche y vuelva a pedir perdón más tarde - canturrea Solar pasando por mi lado.

Lo menos que necesito ésta noche es lidiar con la sirenita Ariel, estoy a nada de convertirme en Úrsula.

- Hoy no, Solar - le dice con severidad Aylin a la pelirroja.

Mi mejor amiga llega a mi lado tomándome de los hombros para sacarme al pasillo, se acerca mi turno y créanme, es la primera vez que no tengo ánimos para bailar y es lo que más me gusta hacer.

- Yoongi me contó - me susurra al oído, casi había olvidado ese otro problema.

¿Qué me iba a imaginar yo que mi mejor amiga es novia del chófer de Jungkook? Ni en un millón de años me iba a dar cuenta. Por eso mi cara de disgusto cuando entré a la galería. Se sumó otra persona más al club de los que conocen el secreto de Yui. Genial, estoy festejando de pura felicidad.

Aunque me interesa poco si le va con el chisme a su jefe, no tengo nada que perder. Es mi jodida vida, es hora de que sepa vivirla a mi manera y dejar de darle explicaciones a personas que no se las merecen.

- ¿Cuándo ibas a contarme que tienes novio? - sonrío pícara, la castaña se muerde el labio jugando con su cabello largo.

- Apenas estamos comenzando.

- ¿Y qué? - alzo una ceja.

- ¡Yui, a la tarima! - grita Liah desde el principio del pasillo, esa señora sólo habla conmigo lo necesario sino me evita al máximo, no le conviene una pérdida para su negocio.

- Me debes una noche de cotilleo y mascarillas - la empujo con la cadera haciéndola reír.

- Hecho - me tira un beso, amo a ésta pendeja - Ah, lo olvidaba, él está aquí - me guiña.

¡Qué comience mi venganza!