Pov. Jungkook

Llevo al menos tres horas esperando poder pintar algo, pero estoy en blanco. No tengo deseos.

Anoche ni siquiera pude ver a Luna y me moría de ganas por estar con ella. El club fue cerrado temprano y nos echaron. No pude saber qué pasó pero hay algo que me preocupa, sin embargo no tengo cómo comunicarme con esa chica para preguntarle si todo está bien y no ocurrió nada malo.

Hastiado del asunto, volteo a mirar a mi mejor amigo. Taehyung se queda quieto dejando los pinceles en el lugar donde estaban antes de que comenzara a juguetear con ellos - ¿No tiene nada importante qué hacer? - y me observa analíticamente.

Me mira como un vendedor de droga obligándome a aceptar su mercancía. Aveces detesto esa mirada suya, es como su quisiera ver dentro de mi. No sé, desnudarme el alma.

- ¿Qué? - pregunto, vuelvo a mirar el lienzo en blanco como mismo está mi mente ahora mismo, frente a mí.

¿Por qué estoy así?

- ¿Qué te tiene así? - inquiere el castaño, colocándose detrás de mí pone una mano en mi hombro - Nunca te había visto tan fuera de ti mismo.

Suspiro con pesadez, yo tampoco me he sentido así antes.

- No lo sé Tae, es de todo un poco. Mi padre, Lisa, ese supuesto embarazo, Luna...

- Ah - alarga la vocal interrumpiéndome - Sabía que mencionarías a la bailarina - arrugo la frente, ni que fuera adivino ahora - No me mires así, esa chica te tiene cogido de los huevos.

- Eso no es verdad.

- ¡Oh, créeme que sí!

El chico comienza a rebuscar en mis cosas y saca un post it de algún gabinete y escribe algo sobre éste y me lo tiende.

- ¿Qué es ésto? - pregunto confundido, esa sonrisa endemoniada que tiene me pone los pelos de punta, esa cabeza suya siempre está tramando algo y casi nunca es bueno.

- Ven ésta noche y trae a tu chica - palmea mi espalda.

- Luna no es mi chica y ese ni siquiera es su nombre y no tengo su número de teléfono, ni cómo localizarla - bufo - además qué se supone que escribiste aquí, no entiendo éstos garabatos.

- ¡Oye! Mi letra no es fea, es arte abstracto vanguardista, como manifestación psicodeprimida de mi yo moderno.

Señoras y señores, déjenme comentarles que Kim Taehyung está chiflado.

Sonrío burlón, qué arte abstracto ni ocho cuartos.

- ¿Por qué no llevas a Yui?

Yui. Ella tiene algo especial, pero no es la chica que quiero.

- ¡Qué más remedio! - ruedo los ojos.

- ¿Ahora no te agrada? Muy bien que te la follas.

- No he dicho que no me agrade, pero Yui no...

- ¿No es Luna? - me interrumpe poniendo los ojos en blanco, juro que si vuelve a hacer eso le voy a tirar un montón de pintura fosforescente en su cara y me encargaré de que no se le caiga jamás - Déjame decirte que Taehyung sabe cosas y nunca se equivoca, ahora llama a Yui y deja de joder.

- No hables en tercera persona, pareces marica.

Observo el cuadro de arte abstracto - como la letra de mi mejor amigo - frente a mí. Al parecer Taehyung no tuvo una mala idea ésta vez. Nuestro punto de encuentro es una galería, quién sabe y tal vez me sirva para inspirarme un poco.

Mi mejor amigo habla animadamente con una chica que ha invitado, en ocasiones ella parece querer asesinarlo por algo. Pero él es el rey del ligue y se las arregla para que la bonita pelirroja no le arranque la cabeza de un cuajo.

El mensaje de Min Yoongi - mi chofer - me hace voltear hacia la puerta, ya ha llegado con Yui. Ella no tarda en entrar, parece tensa y su bonito rostro no está tan animado como en otras ocasiones. A su lado, el pelinegro, tampoco parece muy contento y cuando me ve alza una mano en mi dirección y asiento dándole las gracias por su trabajo. Le dice algo y ella me busca con la mirada, sonriendo por fin cuando me encuentra.

Lleva un vestido blanco de seda que le queda hermoso, se adhiere a su cuerpo como una segunda piel, sus curvas resaltan más y el corte de tela deja ver una de sus piernas mostrando su tersa y jugosa piel. Aunque de alguna manera se las arregla para tener un toque angelical.

- Hola - me saluda cuando llega hasta mí, no puedo concentrarme bien en su rostro si me enseña ese escote - Perdón el retraso, la casa de mi amiga es un poco lejos - sonríe forzado, hay algo que anda mal.

- Pensé que estarías en la casa de tu hermano, fui por ti pero no estabas.

- Ya no vivo allí - coloca un mechón de cabello detrás de su oreja - El no me quiere allí - dice finalmente.

- Pero es tu hermano.

Ella se ríe sin gracia, negando a la vez que se muerde el labio. No estoy muy seguro pero creo que sus ojos se han cristalizados.

- Es tan equivocado ese concepto de "si son familia deben relacionarse" - hace comillas con sus dedos, antes parecía deprimida, ahora sin dudas está cabreada - No, si son personas tóxicas, entrometidas y que sólo les gusta criticar y aventar veneno; no los quiero en mi vida, me vale un pimiento si somos familia. No mi amor, familia que habla mal de mí, no es familia mía.

No espero más y la atraigo a mí rodeándola con mis brazos. Ella lo necesita, sé lo que es sentirse abandonado por tu propia familia, lo he vivido en carne propia.

- Tenía la creencia de que si no te metías con nadie, nadie se metía contigo - le digo, oliendo su cabello, ella me abraza de la cintura aferrándose a mi cuerpo como si no quisiera dejarme ir jamás - Pero no es así, porque hay gente a la que le molesta tu felicidad, tu físico, tu esencia, tus gustos, qué haces y qué dejas de hacer - la chica se tensa por un momento pero luego vuelve a relajarse en mis brazos.

- Sí. ¿Qué tanto les pica? Para decirles cómo rascarse.

Sonrío por eso, ella me mira y comienza a reír de sus propias palabras. Esa es la Yui que conozco.

- Te ves preciosa.

- Tú sí que estás precioso, Jeon - me guiña.

Ella me agrada, ya lo dije, es especial.

- Buenas noches - una voz femenina nos saca de nuestra burbuja y ahora sí quiero matar a alguien o simplemente morirme yo.

De todos los lugares de Seúl, Lisa tenía que estar precisamente aquí, ésta noche.

¡Suerte de mierda!

¡Odio el puto karma!

Ninguno de los dos respondemos a su saludo. Yui frunce el ceño y observa atentamente la pintura que antes me encontraba viendo.

¡Solo quiero que mi ex se vaya y no joda más, Dios! ¿Es mucho pedir?

- ¡Jungkook, no me igonores!

Me muerdo el interior de la mejilla tratando de encontrar la calma que ahora mismo necesito. Ganas de gritarle no me faltan.

- ¿Quién es ella? - señala déspota hacia mí acompañante - Hola querida - la saluda llamando su atención, la japonesa se gira con gracia y sé que lo próximo que dirá no va a ser muy amable.

Tampoco es que Lisa se merezca que alguien sea amable con ella, por mi puede irse a la mierda.

- Oh, hola, no te había visto - responde Yui y ahora sí me han dado deseos de reírme.

- ¿Quién eres? - le pregunta, pero no la deja responder - ¿Por qué no me invitaste a mí? - me gruñe.

- Es que, sabes, no eres su tipo, querida - acentúa la palabra Yui - Quizás por eso soy su novia y tú eres un puto polvo de fin de semana olvidado, cuyo nombre es incapaz de recordar, querida.

¿Dijo que es mi novia?

Tensión. Creo que no puedo respirar. Pronto se armará una revolución en puro auge entre las dos rubias.

- ¿Novia? - Lisa ríe con ironía y se cruza de brazos - Sí, está bien, soy la madre de su bebé y su futura esposa.

¿Pero cómo se atreve?

Yui me mira dudosa y luego observa a Lisa, específicamente su abdomen, apenas se puede ver una protuberancia allí.

Ya puedo decir que mi noche se ha vuelto un caos.