Pov. Jungkook

- ¿Qué mierda dijiste? - le grito a Lisa.

La rubia se encoge a mí lado y baja la cabeza.

- ¡Cuidado en cómo le habla a mí hija! - brama su padre mirándome severamente.

Se puede ir al infierno también junto a su hija, los dos pueden morirse.

- Que van a ser padres, eso dijo - habla calmadamente mi padre, es una falsa calma de esas de las que sabes que luego vendrá literalmente un tsunami sobre ti.

- ¡Sé lo que dijo! - gruño en su contra - Y yo no voy a ser padre.

Me niego a serlo, aún soy joven. Además sabrá Dios de quién es ese bebé, estoy seguro que mío no es, debe ser de su amante.

- Te vas a hacer cargo de ese bebé - mi padre se pone en pie y camina hacia una mesita donde se sirve un whiskey y luego de un trago vuelve a hablarme - Y te casarás con ella - oh, el tsunami llegó.

Ni que pudiera obligarme a hacerlo. ¿Piensa que le habla a un niño? Dejé de serlo hace mucho.

- ¿Por qué no cuentas en la zorra que te has convertiste? ¿Le tienes miedo a tu papito? - le inquiero con brusquedad a la chica a mí lado, puedo escuchar su llanto silencioso - Dile que me pusiste los cuernos, en mi propia cama. ¡Dícelo! - sarandeo su escuálido cuerpo, ella me mira horrorizada.

Nunca le pagaría a una mujer, pero ahora estoy ardiendo en la llama de la ira y debo congelarme pronto por el autocontrol.

- Mira, no sé si estás embarazada o es otra de tus mentiras, pero no me haré cargo de ese bebé, ni me casaré contigo - digo escuetamente.

- ¡Por Dios, eres un chiquillo egoísta! - salta el señor Manoban haciendo acto de presencia, sabe que las tiene de perder y aún así se involucra en todo el embrollo.

- Se equivoca - le miro desdeñosamente. No hay ni una sola persona en ésta habitación por la que sienta empatía ahora mismo - Pedí disculpas sin tener la culpa, bajé la cabeza teniendo la razón, hice por otros lo que nunca harían por mí; oculté que estaba mal para no preocupar a nadie. Entonces no me diga que soy egoísta, porque perdí la cuenta de las veces que coloqué la felicidad de los otros por encima de la mía - empezando por mí padre.

Se acabó. Basta de ese juego de manipular a Jeon Jungkook. Me cansé, todos pueden irse al demonio.

Camino hacia la puerta bajo la atenta mirada de esos tres buitres, pueden estar seguros que nunca más me verán.

- ¡Jungkook! - Lisa pronuncia mi nombre en un lamento, un sollozo que me sabe a mentira.

- Cuando nazca el bebé haremos una prueba de ADN.

Es lo último que digo antes de salir del lugar.

En mi apartamento no es muy distinto, el patoso de mi mejor amigo también ha venido a incordiar. Se ha reído de Lisa y hasta se atragantó cuando le conté lo del supuesto embarazo.

No sé en qué rayos está metido Taehyung, pero tiene bastantes contactos y buenas influencias en todas partes y cuando me dice que podemos hacer esa prueba de ADN ahora mismo, le creo, porque es una de las pocas personas en la que puedo confiar, para no decir que la única.

Necesitamos un permiso legal para poder hacer la prueba, por eso nos dirigimos en su auto a la casa de su abogado. Mi jurisconsulto no es que pueda hacer mucho, él solo se ocupa de mi asuntos legales en cuanto al arte, nada más. Nunca necesité pedirle ayuda a nadie más, pero si quiero separarme de una vez y por todas de mi padre, tendré que dejar de prescindir de sus atenciones.

Conozco éste vecindario, estuve hace poco aquí.

Saliendo del Mustang Shelby de Taehyung nos encaminamos por el camino de piedra hacia la propiedad. El mundo es un pañuelo, ésto no puede ser una casualidad.

Sonrío metiendo las manos en los bolsillos de mis jeans, con la esperanza de ver a alguien más una vez nos atiendan.

- ¿De qué tanto te ríes? - pregunta Tae, pero él también está sonriendo.

- ¿Aquí vive tú abogado?

- Sí y te comportas - dice luego de tocar el timbre.

- ¿Por qué no iría a comportarm...

- ¡Hola! - abren la puerta, bajo la mirada hacia la personita que nos mira con la cara pintada de verde.

¿Ésto es una confirmación divina de que seré padre? ¿Por qué tendría que atenderenos un niño? ¿Acaso Yui es su....

- ¡Haru! - chilla una voz femenina y luego de unos segundos la chica rubia que conozco se acuclilla a su lado - No debes abrirle la puerta a desconocidos - regaña.

Se ve muy graciosa, también tiene parte de la cara pintada de verde y el pelo enmarañado en un moño suelto. Su pijama deja poco a la imaginación y ya me encuentro babeando por esas piernas.

- Tía es que eres muy lenta - cruza sus bracitos haciendo un puchero.

Al menos ya sé que no es la madre del pequeño niño.

- Oh, bueno, tendremos que hacer una carrera, la de ahora no es válida porque estaba en el baño haciendo el dos.

- ¿¡Estabas haciendo caca!?

A Taehyung se le escapa una carcajada al escuchar la pregunta del niño y yo debo estar rojo por aguantar la risa.

Finalmente Yui se pone en pie y sus ojos parecen que se van a salir de sus cuencas al verme. Posa la mirada en mi mejor amigo que no ha dejado de reírse aún. Ella alza una ceja y coloca las manos en sus caderas en forma de jarra, como si le estuviese amenazando con tal pose.

- ¿Seguirás riéndote? - espeta.

- ¿Estabas haciendo caca? - le dice él.

Yui rueda los ojos bufando hasta que comienza a reír también.

- ¿Qué haces aquí Tae?

Es mi turno de descolocarme un poco. ¿Se conocen?

- He venido a ver a tu hermano - comunica finalmente limpiando las lágrimas en la orilla de sus ojos por tanto reír.

- ¿Por qué estarías buscando a Yuta?

- Porque es mi abogado y necesito verle.

- Mi papá no está - habla el menor.

- Cariño ve a jugar, voy enseguida - le dice a su sobrino de manera linda y él corre hacia adentro haciéndole caso - ¿Estás metido en algún problema? - alza una ceja.

- En realidad no soy yo el del problema - mi amigo me echa una mirada de soslayo.

¡Sí, ya sabemos que lo de Taehyung no es guardar los secretos!

- ¿Qué problema tiene Jungkook? - me escanea el cuerpo deteniéndose en mis ojos mordiéndose el labio - ¿Puedo ayudar?

¡Oh, claro que sí!