xxii; Vivir.
CAPITULO 22
"Lo único que me duele de morir, es que no sea de amor."
-Gabriel García Márquez
Es gracioso darnos cuenta que el ser humano es tan incrédulo de caer ante los engaños de la vida. Somos tan predecibles que,ni siquiera,nos paramos un minuto en nuestra carrera a pensar lo que estamos sintiendo.
Vamos corriendo con toda la fuerza de nuestras piernas y un dolor infernal en nuestros pulmones cuándo,en realidad, ni siquiera hemos aprendido a caminar.
Pero,al final,ya no importa porque nos dejamos envolver por el adictivo sentimiento de sentirnos amados.
—¿Sabes algo? los humanos nos deleitamos en sumergirnos en un oceano de adicciones como el sexo,las drogas,el alcohol—comenta con parsimonia—. Pero nos ahogamos ante la falta de amor.
Jungkook de ha hundido tanto en el sentimiento romántico que Taehyung ha desarrollado en él,que se olvidó de todo lo demás. En su cabeza,los recuerdo del castaño se pintan como un artista refleja su musa en un lienzo en blanco.
Se siente tan adicto a la sensación,tal embriagado por lo que es Taehyung que ya no espera otra cosa. A veces,se permite soñar con un futuro y antes de dormir puede imaginarse una imagen delicada de un “Tal vez” tan cercano como tan lejano de la yema de sus dedos.
Al mismo tiempo,el cuaderno alguna vez olvidado entre sus pertenencias en la habitación se encuentra de nuevo con sus finos y pálidos dedos. El lapiz de dibujo entrelazado entre ellos y haciendo giros,trazos,rellena y sombrea el dibujo que Jungkook está plasmando.
No ha dibujado en mucho tiempo,y ahora,posee una nueva musa que le llena los sentidos y lo estimula a crear nuevos bocetos. Uno tras otro. Llenando las hojas blancas que por tantos días han permanecido intactas.
Dibuja un paisaje,unos labios,un amanecer,una mariposa que detalla magníficamente las características de sus alas. Pero el que hace en este momento es especial, más genuino y mejorado de lo que fué antes.
La punta de su lengua se asoma en la comisura de sus labios demostrando la concentración,cada delineado y garabato realizado con la mayor delicadeza y dedicación que tiene sus manos. Jimin ha aparecido en su habitación por un momento, sacándole conversación con la excusa de que estaba aburrido de esperar al Doctor Min para su chequeo matutino.
—No soy un maniático que habla con las paredes.—Se había quejado al no recibir respuestas a sus palabras en ninguna ocasión—. Cuando se te pase la cursilería y el brote de Van Gogh volveré ¡y procura que se te pase rápido!
Afuera,hay un sol radiante que opaca un poco el clima fresco de Londres. Igualmente, Jungkook podría salir a dar un paseo por el patio del hospital,pero el entusiasmo de terminar su dibujo y entregarlo a su destinatario le gana.
La puerta suena con los toques de unos nudillos y pese a que Jungkook responde con un “Adelante" nadie entra. En cambio,un sobre marrón se desliza por debajo de la misma. Un gusto amargo se instala en su paladar.
Deja Vu.
¿Lo entienden?
Deja su boceto a un lado, descalzo se desliza de la cama y consigue el sobre entre sus dedos. No está escrito por ningún lado asi que lo abre y el papel blanco escrito con una cursiva delicada y elegante está ante sus ojos.
“ Me complace comunicarle al joven Jeon Jungkook
que está formalmente invitado,a través de esta incitación,a
compartir con mi presencia una encantadora cena
en la,espero amenea,compañia del remitente de esta invitación.
Por favor,le pido que sea puntual,asi como en nuestras sesiones,
no gozo de las llegadas tardes. Asi que, agradecería tal acto
de consideración de su parte.
Me despido para esperarlo ansioso a las diez de la noche
en nuestro punto de encuentro. La entrada principal.
-K.TH”
Reza la invitación y Jungkook solo se permite sentirse emocionado y cohibido por tal acto de parte de Taehyung. Un hombre romántico que siempre creyó pertenece a los años '70 ,o incluso,a los '50,en vez de la actualidad.
Con un sensible corazón en proceso de mejora y brincando de emoción se dispone a releer las palabras escritas por Kim Taehyung,abrazar ese simple sobre como el envidiable tesoro de un pirata y llamar a Jimin para tener una charla que el platinado llamaría;
—¡Chusmerio exclusivo! ¡Vamos,habla!
Eventualmente,esa noche siente su corazón cosquillear por los nervios. Afuera, sorprendentemente, la temperatura es un poco más calida que los días anteriores y puesto asi Jungkook se arregla más de lo que alguna vez ha hecho en su vida.
Todo para una cita.
Todo para una cita con Taehyung.
—¿Estoy bien?—Le interrogó a su platinado amigo, mirándose en el reflejo del espejo del baño.
—Me has preguntado lo mismo por diez minutos seguidos.—reprochó—. Si estás bien. Mi niño, estás creciendo.
Jungkook bufó,escondiendo una sonrisa al ver a Jimin imitar una mueca de madre dramática. ¿Qué diria su madre en esa situación? ¿sería como en las películas que vió alguna vez? ¿y su padre?
Menea la cabeza esfumando pensamientos que no quiere cerca,por lo menos hoy no. Alisa la simple camisa negra que encontró de milagro en su maleta cuándo ingresó al hospital, ni siquiera sabe porqué la empacó,pero agradece al Jungkook del pasado por hacerlo.
Un último vistazo a su atuendo, lo más simple y elegante que pudo porque absolutamente nadie va a un hospital a tener una cena. Eso supone,porque Taehyung no mencionó ir a algún lugar fuera del hospital y tampoco cree que sea fácil sacar a un paciente del recinto.
Llena sus pulmones de aire y sale del baño, encontrándose de frente con Jimin mirando sus uñas expectante y aburrido.
—Estoy listo.—anuncia—.Voy a tener una cita con Taehyung.
—Vas a tener una cita con Taehyung.—afirmó el platinado—Por Dios,nunca creí vivir este momento. Siempre pensé que ibas a morir virgen.
—Nunca dije que iba a pasar lo que tu piensas que va a pasar.—bramó,su seño fruncido en broma.
—No hace falta ser tan idiota para saberlo.
—Tienes razón,si lo de idiota a ti solo te falta el titulo.
—¡Mira quién habla!—escupió el platinado levantandose de su lugar y yendo a la puerta—¿Te dijo a donde iran?
—No.—dijo,sus labios frunciendose en un puchero—¿Debería tener miedo?
—¡Y yo que sé!—bramó el mayor—. Tu eres su novio,se supone que lo conoces.
—No es mi novio,imbecil.
—Claro,finjamos demencia nada más—Jimin rio levemente,admirando lo nervioso e indefenso que se veia Jungkook en esos momentos —. Vamos que te estan esperando.
Abriendo la puerta con una clara invitación a hacerlo salir,los dos cruzaron la puerta. Al reloj le faltaban dos minutos para las diez y Jungkook sentía su pulso golpetear contra sus venas. Le dió a su amigo una última mirada de panico y este,en cambio,le regaló una de refuerzo moral y ayuda emocional.
Llenó sus pulmones de aire y movió sus pies hasta unos pocos metros de la entrada del hospital. En la pared de aquella entrada reposaba un reloj de mediano tamaño que mostraba un minuto antes de las diez y contando. Los nervios de Jungkook aumentaban con cada movimiento de la fina aguja,sus poros irradiando aquella emoción y moviendo sus dedos a los costados de su cuerpo.
Y para cuándo el reloj marcaba claro y prolijo las diez de la noche en punto,el aire volvió a recorrer las vias respiratorias del pelinegro. No instante, cortándose repentinamente y sintiendo su alma abandonar su anatomía por una brevedad de segundos cuando detras suyo escucho y sintió el calido aliento susurrarle en la nuca;
—Debo admitir que me atrae la gente puntual.
Sus orbes se expandieron al notar la presencia del psicólogo detras suyo, dándose la vuelta y perdiendose en la oscuridad de sus ojos,mientras Taehyung se perdia en la galaxia de los suyos.
—Hola.—El pelinegro sonrió con timidez,su corazón viajando hasta su garganta.
Ahora que lo notaba, Taehyung podía seducir a cualquiera con primero; buen gusto y segundo ; con una postura tan segura e intimidante,acompañando con un atuendo tal casual pero vintage como esa camisa blanca lisa,pantalones marron claro y un saco de un tono más oscuro. Jungkook se quedo un momento viendolo de pies a cabeza,queriendo hacerle una captura en su mente pese a que estaría en su presencia toda la noche.
—Bonsoir, beau monsieur.—respondió con un acento francés que le voló la cabeza al menor.
—¿También hablas francés?
—Y el idioma que tu más quieras.
Regalandole una sonrisa coqueta de labios cerrados, extendió su mano como una invitación.
—¿Le molestaría acompañarme a mi hogar para tener la velada que le prometi?
—¿T-Tu casa?¿No necesitas miles de permisos y mucha suerte para dejar salir a un paciente del hospital?
—Bueno,tengo mis trucos para convencer a Yoongi.
Saliendo por aquella gran entrada,el aire de la ciudad de Londres lo golpea en todo el rostro. Le llena los pulmones de viento frío y refrescante en su cuerpo calido. El cielo es un campo de estrellas que acompañan a la oscuridad y a la luz de la Luna.
—Me disculpo por no tener un carruaje en esta epoca,pero puedo ofrecerte algo más rápido.—masculla el azabache,la puerta del auto abierta a la espera de que el menor se adentre en él.
Y así lo hace. Desde dentro,ve a Taehyung rodear el vehículo y subirse en el piloto. Dejando sus cosas en el asiento trasero,poniendo la llave y despertando el motor se van alejando del hospital,emprendiendo el viaje acompañados de una suave melodía proveniente del stereo. Jazz.
Es en todo el camino que el volante se gana toda la atención de Taehyung y es esa la oportunidad que tiene Jungkook de entretenerse viéndolo. Su perfil fijo al frente, delineando con sus ojos la forma de si nariz y el relieve de sus labios. Su cabello,con pequeños mechones desparramados fuera de lugar a los costados dándole un toque juvenil y atractivo.
Ante esa vista Jungkook no cree encontrar algo que ame admirar más que a Taehyung.
Cuándo el auto se detiene,sale de su ensoñación y su cabeza gira hacía la ventana. Viendo a través del polarizado la entrada de la casa,las luces ligeramente encendidas de afuera.
—Entremos,hace frio afuera.
Bajando del auto, Jungkook sigue al mayor y recién es consciente de que esta por pisar la vivienda de su psicólogo. Lo espera a que coloque la llave en la cerradura,la gire y abra la puerta. Un olor hogareño,a chocolate caliente y un calor abrazador lo invade en conjunto.
Se adentran antes de que el frio de fuera se cuele a la casa y un repentino ladrido hace eco junto al correr de unas pequeñas patitas peludas.
—Tannie.—Taehyung acaricia brevemente a su mascota, dejando sus cosas en el sillón del living y tratando de ordenar un poco el ambiente—. Se educado,hay gente.
El pequeño de raza Pomerania se acerca olfateando el calzado de Jungkook.
—Ey, ¿me extrañaste?—comentó, inclinándose y jugando con el pequeño.
El azabache se perdió por algún lugar de la casa y vuelve a aparecer ahora sin abrigo,la camisa blanca arremangada hasta los codos y sosteniendo dos copas vacías en una mano,una botella de buen vino en la otra.
—¿Por qué siento que estoy viviendo en una película?—bromea Jungkook,timido y levantándose.
—Hoy te enseñaré mis dotes culinarios y me dirás si estoy hecho para ir a MasterChef o se me da mejor la psicología.—comenta,tendiendole una copa y llenándola del tinto.
Moviéndose a la cocina, Jungkook menea un poco la copa de vino e inhala su fragancia embriagadora. En ese amplió,prolijo y ordenado lugar comienzan a aparecer sartenes,de la heladera ingredientes y de los estantes especias que se mezclaran en su paladar en unas pocas horas.
—¿Tu sueldo alcanza para pagar todo esto,los servicios y la comida?—interroga,mientras observa a Taehyung cortar cebolla y bebe un sorbo de su copa.
—Gano más de lo que crees.—rió—. Supongo que cuántos más años, más determinación, mejores resultados.
—¡Salud!—exclamo, inclinando la copa y dejando que el liquido juegue en su lengua,deslizandose por su garganta.
El reloj podría marcar que pasaron cuarenta minutos,pero Jungkook creeria que solo pasaron cuarenta segundos de ver a Taehyung cortar verduras,agregar salsa de tomate junto a especias en una sarten y hervir fideos en una olla conjunta. No volvió a tomar del tinto de su copa por concentrase tanto en aquella humana acción,como si fuera algo de otra galaxia completamente nuevo y cautivador.
Al mismo tiempo,el palpitar de su corazón se volvia desenfrenado y sus mejillas rojas por el calor ante las miradas y guiños juguetones que el azabache le regalaba de tanto en tanto.
Le gusta tanto esa sensación que olvidó todo,esa noche iba a olvidar todo por completo. El conseguí un transplante,su corazón,su enfermedad, sus dibujos...solo él y Taehyung abordarán su mente, creando recuerdos que dibujara en su libreta más tarde,ansioso de dejar plasmado en papel una memoria que anhelara toda la vida.
—Te había hecho un regalo hoy en la tarde,pero lo olvide.—dijo,un tono triste abarcando su voz—. Lo siento.
—Pides perdón por cosas que no son tu culpa.—regaño el mayor—. Kookie,no hay nada de malo en que lo hayas olvidado.
—Lo sé solo que...
—Shh,ya.—Lo silencio la figura de Taehyung frente a él,sus orbes mirando descaradamente sus labios.—. Los fideos tardaran un rato más,ven.
Tomando su mano con delicadeza lo guió por el living hasta el sillón,de frente el televisor en negro. Ambos sentándose en el sillón,las copas de vino siendo abandonadas en la mesa ratona y toda la atención puesta uno en el otro.
—He pensado en ti todo el día.—confiesa el mayor—. Admito que he estado un tanto inquieto con el hecho de que vengas esta noche.
—¿Por qué? ¿no me querías aquí?—bromeó.
—Tenia miedo que fuera muy apresurado, quizás no te gustaría o te parecería muy abrumador de repente.
—Me tomó por sorpresa.—El pelinegro bajo la cabeza,jugando con sus dedos en la rodilla de Taehyung—. Pero es realmente preciosa tu casa y que me hayas invitado me puso muy contento,Jimin puede confirmarlo. Estuvo conmigo como por una hora viendo que ponerme.
—Hizo buen trabajo porque estas precioso,Kookie.
Y con eso sus mejillas son iguales a un tomate,logrando que el pecho del azabache se oprima ante la tierna y adorable imagen del pelinegro ante él. Jungkook no nota siquiera cuando las manos de Taehyung suben por su muslo,queriendo colarse en cubierto por su pecho y llegando hasta su cuello.
—T-Tae...
El silencio aparece de nuevo por el contacto de sus labios encajando uno contra otro en un vals seductor y divino. Las lenguas se abren camino queriendo crear una guerra con un ganador indeterminado,las manos suben y bajan por los cuellos y los mechones de cabello. Los suspiros y jadeos se escapan en los pequeños espacios que aparecen para tomar aire.
—Tan lindo y precioso para mi.—jadea Taehyung.
—Me gustas.—afirma en voz alta el menor —. Me gustas mucho.
—Tú llevas robandome el corazón hace un buen tiempo.—La respiración entrecortada en la única barrera en ese momento,sus ojos conectados en una línea imaginaria que tocan sus almas y las llenan de calidez.
—Yo te entregué el mio en bandeja.
Antes de que haya una réplica a la confesión de Jungkook el celular suena,en el bolsillo del mayor. Un suspiro aborda sus labios y lo saca solo para ver el nombre que figura. Mordiendo su labio inferior con fuerza y anotando mentalmente que tendrá que pagarle uno quince cafés extra por esto,pero Yoongi puede esperar. Por lo menos esta noche.
Sus orbes vuelven a mirar al chico a su lado, quiere darle una respuesta,pero las palabras ya se enredan en su mente como oara recordar que sería algo inteligente y estratégico de responder. Esta perdido,embriagado y no sabe si por el vino o por los besos de Jungkook.
—I-Ire a ver los fideos.
Cuándo el menor se queda solo por un momento en el sillón,muerde sus uñas con una sonrisa que delata la emoción que siente en esos momentos. Misma emoción que se expande al ver como Yeontan se sube al sillón de un salto y se acurruca en su regazo,el chico comienza a mimarlo hasta que lo nota cerrando los ojos y por un momento,la nueva vibración del celular que Taehyung dejó en el sillón lo inquieta. Es Yoongi de nuevo,pero considera que si el mayor no respondió la llamada anterior,tampoco responderá esta. Asi que,no lo hace.
Posteriormente, Jungkook está casi jadeando ante el bocado que degusta en su boca. La expresión le da una respuesta clara a Taehyung, pero prefiere escuchar que tiene para decir su comensal.
—Es muy bueno.—dice,al fin—. Realmente es riquísimo que podría acostumbrarme a tu receta.
—Estaría feliz de complacer tus caprichos.—animó,una sonrisa genuina.
La charla siguiendo de manera fluida al correr de las agujas del reloj últimamente,Taehyung creía, avanzaban muy rápido y se llevaban los momentos como un az de luz. Por eso,en su memoria,hizo captura a cada momento en los que la sonrisa de dientes de conejo de Jungkook aparecía.
Queriendo enmarcarla en el museo de su memoria y hacerle una visita las veces que quiera en el día, incluso antes de dormir. Porque para Taehyung, Jeon Jungkook era una obra de arte creada por su artista favorito y por la cuál no tenía problema alguno de quedarse horas y horas viendo.
Horas y horas.
Que contradictorio es el tiempo, cuándo queremos que vaya más rapido avanza tortuosamente lento y cuando queremos que vaya más lento todo se pierde en un pestañeo. El tiempo resulta tan fugaz y tardio cuándo nos damos cuenta,el tiempo el algo tan valioso que nunca vamos a poder aprender a manejarlo a la perfección.
El tiempo se los escurre de las manos como cuando intentamos agarra agua,se filtra por cada hueco que vé. No importa cuánta maniobra se aplique, siempre se termina antes de darnos cuenta.
—¿Quieres probar otra botella?—ofrece el mayor, luego de un nimio silencio de admiración mutua.
—Por favor.—accedió el contrario dándole una sonrisa tímida de mejillas coloradas, Taehyung quiso fundirse en esos labios y ahuecar esos cachetes tan perfectos a sus ojos.
Se movió por el living de nuevo hasta la estantería que reposaba algunas botellas de buen tinto,hizo nota mental de comprar para reponer los lugares vacíos y se decantó por uno no tan viejo pero si rico y dulzón.
Sus pies se movieron de regreso pero el zumbido de su celular volvió a llamar la atención,quiso bloquearlo pero la llamada se cortó al instante del último tono y en la pantalla aparecía un torrente de llamadas perdidas.
Su ceño se frunció ante la confusión, había llamadas del número que reconocía del hospital,pero la gran mayoría correspondían a Min Yoongi. Los mensajes caían uno tras otro, Taehyung comenzó a pensar que nunca tuvo que haber rechazado la primer llamada de Yoongi en primer lugar.
Una nueva llamada entrante aparece en la pantalla,y esta vez,si contesta. La voz tranquila pero con tono de alteración y enojo de su compañero de trabajo y amigo lo recibe, sintiendo su corazón temblar en su pecho ante la preocupación.
—Maldito hijo de puta, ¡¿tanto trabajo te costaba contestar el teléfono antes?! —El grito se escucha a través del microfono que está seguro que hasta Jungkook escuchó.
—Ya, estábamos cenando y olvidé el teléfono en el living.—excusó—. ¿Qué sucedió?
—Ne....tran...kook...qui...hora.—El tono entrecortado impidió que el psicólogo conectara palabras y pudiera comprender la oración por su cuenta.
—¿Qué?—escuchó maldecir a Yoongi del otro lado—. Ve a una zona con más cobertura,no puedo escucharte.
De fondo,pudo percibir como el tono se aclaraba y los sonidos que reconoció de gente moviéndose de un lugar a otro. No estaban podiendo conectar los hilos de la historia y eso lo estaba frustrando. De repente, quiso cortar y volver con su chico y su vino al comedor.
—Taehyung.—La linea se recuperó y la voz del mayor lo capturó.
—¿Qué sucede?
—Necesito que traigas a Jungkook de vuelta al hospital,ahora.—ordenó con frialdad y su tono que siempre utilizaba con las demás personas. Su tono de médico profesional.
—¿Ahora? —Se quejó—. Pensé que podía llevarlo de nuevo mañana,que hoy podía pasar la noche fuera del hospital. ¿Yoongi qué...
—Taehyung.—volvió a interrumpir,un tono más duro que antes hizo a Taehyung pasar saliva con pesadez—. Acaba de llegar el transplante para Jungkook, necesito que lo traigas de nuevo ahora.
Gracias por leer!!
ig: _enketada
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