xvii; La Carta.
CAPITULO 17
"¿Por qué volvéis a la memoria mía,
tristes recuerdos del placer perdido...?"
-José de Espronceda
No pudo hacerlo. Se creyó valiente tanto tiempo, Taehyung le hizo crear una valentía falsa que,al final de cuentas,no existió para leer una simple carta. Una carta escrita por su padre.
Y su familia le había enseñado a ser comprensivo con los demás,tener empatía por alguien. Pero, ¿como podía tenerle empatía a su madre de haberle ocultado una carta tan importante por ocho años?
Jungkook lo intentaba,de verdad que trataba de comprender que su madre había pasado por el mismo duelo que él. Pero,a veces,hay que ser egoísta con nuestro dolor,con nuestras batallas.
Por eso,dejo aquél sobre con una caligrafía que distinguiría en cualquier lugar del mundo. Quizás,con el paso del tiempo, Jungkook iba borrando los pocos recuerdos que le quedaban de su padre. Su toque ya no lo recordaba,su olor era casi un recuerdo olvidado en el rincón más oscuro de su memoria.
Y es completamente normal ir perdiendo recuerdos sobre una persona,pero el ser humano es tan necio y tarado que desarrolla el terrible y agonico sentimiento de culpabilidad. Culpa por su cerebro empezar a evaporar como una nube de humor aquellos recuerdos que cree no son necesarios. Comenzamos a sentir culpa por olvidar.
Jungkook estaba sintiendo emociones que creyó haber superado,al menos un poco,y la cosa es así. Cuándo uno trata de mejorar o salir adelante siempre van a ocurrir recaídas, dudas y fallos. Eso nos tendría que ayudar a seguir,aunque mayoritariamente,ocurre todo lo contrario. Por eso, Jungkook no vé otra alternativa que buscar a su sentir.
Disparado,con el corazón doliendole contra el pecho por lo rápido que va,se detiene un momento a tomar aire y tocarse aquella zona para alivianar un poco el dolor físico. Posteriormente,levanta la coronilla buscando a Taehyung, llamándolo con la consciencia,gritando su nombre sin abrir la boca. Lo vé aparecer por la esquina del pasillo,trata de acudir con su voz pero el dolor en su caja torácica es tan agudo que todo muere en la punta de la lengua.
Y por primera vez tuvo miedo de su enfermedad. De morir en ese suelo blanquecino en el cuál podia ver su reflejo,sin haber tocado a Kim Taehyung antes. Porque no sabia que habia hecho el psicologo en él,pero se sentia tan bien,tan irreal que hubiera desea volver a aquella escena donde bailaron End Of The Day bajo los copos blancos que les regalaba el cielo.
Jungkook ya habia caido.
Y como si lo hubiese manifestado sin esfuerzo,Taehyung gira su cabeza sonriente al despedirse de un colega de trabajo,misma sonrisa que se devanece al visualizar a su paciente. Las piernas se mueven lo suficientemente rapido como para llegar al pelinegro en un pique. La calidez que sus manos le brindan,sorpresivamente,hace que la agudeza de su pecho se esfume como una estrella.
Pero esto no es una estrella. Ni siquiera un sinonimo de la palabra.
—¿Jungkook,estas bien?—En su voz habia más panico que la primera vez que presencio un brote nervioso del menor.—Kookie,hablame.
—T-Tae...—masculla haciendo un esfuerzo por pasar saliva.—Te e-extrañe tanto.
Con toda la poca fuerza que le quedaba,se reincorporo fingiendo que nada pasaba,que nada andaba mal en su corazón. Pero Jungkook tiene que aprender que no se puede fingir por mucho tiempo. Entreabrio los labios tomando aire y sintiendo una punzaba debajo de sus costillas,sonrio. Sus dientes se asomaron al mundo con toda la intensión de que Taehyung dejara el tema.
—Jung-...
—Tanto...—repitió,dando un paso tembloroso,se aferro a su cuello como si temiera caer.
Mordio la cara de su mejilla interna para contener las lagrimas de dolor,porque Jungkook se habia dado cuenta de que soportaria hasta el dolor mas dañino que existe por Kim Taehyung. El dolor propio.
—Por favor,quiero estar contigo.—suplico.—¿Puedes quedarte?
Sintió la gran mano de su contrario en su espalda baja,la diestra situada en las hebras de cabello castaño. Su cuerpo se inundo de melancolia porque,ahora tambien,el dolor de su corazón se mezclaba con el recuerdo casi invisible de su padre.
El suave tacto de Taehyung en la piel desnuda de su nuca hizo que Jungkook tuviera incontrolables ganas de llorar. Le había pedido que si por favor podían esconderse en su habitación para resguardar las emociones que se negaba a expresar fuera de esa habitación porque quería hacerse el valiente.
Y Jungkook no era valiente.
—Cariño,dime que pasa.—pidió Taehyung,con voz apagada y apasible.—Sabes que puedo ayudarte.
Pero Taehyung no podía ayudar a Jungkook.
—No pude leerla.
—¿Que cosa?
—No te hagas el idiota.—Los ojos de Taehyung se abrieron ante el repentino apartamiento de Jungkook y su dura contestación.—La carta.
El pelinegro se quedó de espaldas mirando la ventana de su habitación,se perdió un momento ante la vista. Las ganas de llorar le invadieron de nuevo,pero el enojo e indignación le ganaron.
—Tu sabías.
—Jungkook-
—¡Tú sabías y nunca me lo dijiste!—reclamó,ladeando la cabeza.
—No era mi deber hacerlo.
—Oh, claro que no.—dijo.—Claro que no lo era, ¡pero al menos hubieras tenido la puta descendencia de prepararme para esto! ¿no se supone que eres un maldito psicólogo?
—Jungkook, cálmate.
—¡No voy a calmarme!—afirmó con las manos traspirandole.—No era un tema cualquiera el que trataba ese papel. ¡Era mi padre! ¡¿Cuántas veces me diste un puto sermón sobre ser valiente, sobre que iba a poder con esto,es mi jodido trauma que todavía no superé y recibo una carta de la nada!
Pese al tono de voz que Jungkook estaba usando, Taehyung se mantenía apasiguado. El pelinegro no lo sabía,pero el mayor estaba siendo un especialista en su trabajo, estudiando su comportamiento, reacción y emociones frente a este dilema.
Jungkook estaba expresando todo aquello que se reprimió por tanto tiempo, quizás eso necesitaba,esa carta,esa gota que hizo derramar el vaso para que todo lo reprimido salga y se sienta un peso menos. Porque el ser humano, especialmente los más jovenes,tenemos la tendencia de guardar todo lo que sentimos. No somos culpables de eso,porque creemos que asi es más fácil afrontar la vida,hasta que se vuelve una costumbre y la bomba se va alimentando hasta llegar a su punto de quiebre.
—¿Y mi madre? ¡¿Como mierda tiene la decencia de aparecer de la nada,pasar tiempo de calidad conmigo,irse y dejarme una carta entre mis cosas?! ¡Porque nisiquiera fué capas de darmela de frente! ¡Con una mierda!
—Ya.—Taehyung se levanta,siguiendo el cuerpo tiritante de enojo del menor.—Jungkook,era necesario que pasara.
—¡No quiero escucharte!—Se alejó.—¡No quiero tus discursos de mierda! ¡Estoy harto! ¡Todos modifican mi cabeza como quieren y cuando quieren,ninguno piensa en como me afectarían las cosas y simplemente las hacen tanteando a la suerte mi reacción!
—Jungkook,respira.
—Estoy cansado.—sollozó,perdiendo la fuerza en la voz.—Solo quiero estar bien...
—Pronto lo estaras,cariño.
—¡Cállate! Eso no lo sabes.—discutió.—Quizas mañana puedo morir de un infarto. ¡No lo sabes, Taehyung! ¡Ni siquiera el Doctor Min lo sabe,no me mientan!
—Nadie te miente.
—¡Y una puta mierda! Es mi cuerpo el que vive todo,yo siento mi cuerpo.
Desde que Taehyung conoció a Jungkook existen veces en las que se olvida de ser psicólogo consigo mismo. Olvida leer y controlar sus propias emociones,le ha pasado de desbordarse pero controlar la recuperación al instante. Ahora,no se está dando cuenta de como va perdiendo el manejo de su sentir.
Está tan concentrado y atado que sus ojos y conocimientos no se despegan de Jungkook, tratando de acercarse de la manera más pacífica y correcta posible,pero no la encuentra. Su cuello se tensa,la mandíbula se afloja como si las palabras que esta por decir se vieran pendientes de una cuerda floja tirada de ambos lados.
Es la primera vez que Taehyung siente miedo por las palabras.
La voz de Jungkook deja de sonar en sus oídos, lo ve cabizbajo, relamiéndose los labios. Aquellos que ahora mismo desea besar con toda la fuerza que le permita su cuerpo. Porque Jungkook hace un tiempo cambió algo en Taehyung, algo que la psicología no sabría explicar a ciencia exacta.
Y lo que piensa Jungkook ahora,es en todo lo que cambio Taehyung en él. Algo que le da miedo pero,a su misma vez,una satisfacción increible que no quiere dejar de sentir nunca. Lo que sucede es que Jungkook no tiene miedo de morir,tiene miedo de la magnitud inmensa que es el sentimiento que tiene por Kim Taehyung.
Eso le asusta más que la misma muerte.
—Tengo miedo...—confiesa,negandose a mirarlo.
—Todos tenemos miedo de al-
—Tengo miedo porque estoy enamorado de ti, Taehyung.
La garganta se le cierra,la saliva no pasa y su boca se siente,de repente,tan seca. Taehyung pudo sentirlo pero nunca llego a imaginar que escucharía esas palabras salir de la boca de su paciente. Y le dolió en el alma porque él tenía el mismo miedo.
—Tengo miedo porque estoy enfermo y no quiero morir estando enamorado de ti,no quiero eso si no voy a estar vivo para sentirlo.
Los ojitos de Jungkook se ponen cristalinos por las lágrimas saladas que recorren sus mejillas. Se siente harto de ese limbo constante que no sabía describir,ahora que le puso nombre a eso no sabe con exactitud si sigue doliendo o si es un alivio.
De igual manera,nada puede cambiar porque está enamorado y se negaría a cualquier cosa si Taehyung se lo pidiese. Porque Taehyung le devolvió la motivación para creer que existe la posibilidad de vivir,de recibir el transplante y que su corazón responda.
Jungkook cree por Taehyung.
El repentino calor cerca de su cuerpo lo hace levantar la mirada,sus orbes brillan al verlo junto a él. Ahora se siente culpable por todo lo que dijo, está a punto de pedir perdón pero los dígitos de Taehyung acarician su mejilla con total suavidad,como si estuviera tocando porcelana.
El azabache lo admira con ojos oscuros,lo vislumbra como si fuera lo más maravilloso que existiera en la faz de la tierra. Y es que Taehyung se siente tan maravillado con él, inconscientemente quisiera protegerlo de cualquier mal existente,pero no puede.
Sus belfos se separan,la boca seca busca la suya para saciar su sed con un beso que no pueda borrar de su piel,que se tatué allí y lo sienta quemarlo hasta los huesos. Taehyung se compromete a aguantar cualquier dolor, volverse tan masoquista por su Kookie.
Al fin,sus bocas se encuentran en un contacto febril y furtivo,ambos deshaciéndose en él,como si fuera el último y primero. Las grandes manos del azabache aferran al menor contra si,queriendo olvidar todas esas palabras dolorosas en las que no quiere pensar. Quiere que Jungkook deje de sentir dolor de una vez,quiere ser él el que cure todas sus heridas.
Por ello al separarse, sus ojos se conectan y en ellos Taehyung jura con la mirada algo que le es necesario también sentarlo en palabras para que a Jungkook no le quede ninguna duda de que sus sentimientos son correspondidos con igual miedo,pero mayor pasión.
—Tu vas a seguir vivo.—afirma como si él tuviera el poder de esa decisión.—Porque tienes que estar conmigo toda la vida.
Esa fué la última promesa que Taehyung le hizo a Jungkook.
El viernes cumplí 17 cada vez un paso más cerca de
la vida adulta*panic.
asjskj espero les haya gustado porque Setback está
cada vez más cerca del final,solo 7 capitulos más y el epílogo <3
gracias por leer!!
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