CAPITULO 15

"No sería usted normal si no tuviera miedo. Incluso los más valientes lo experimentan."

-Joseph Heller

Le temblaron las piernas por un segundo,sus manos comenzaron a sudar frío. No podía. No lo había hecho. ¡Jodido Kim,no lo había hecho!.

—Tu...

—Te quiero.—repitió,como si leyera su mente y le afirmara que no era un sueño.

—Mentira.

—¿Disculpa?.

—No lo estás diciendo enserio.

¿Que acaso eres estúpido?.

—¿Qué razón y qué objetivo tendría yo para mentirte con algo así?.

Su silencio le dió la respuesta. Pero comprendanlo,es un enfermo que está comenzando a enamorarse después de tanto tiempo encerrado en los brazos de la culpa,al pensar que la muerte de su padre había sido obra de su declaración.

Se ahogó tanto tiempo en gemidos lastimeros que no hacían ni honor a las noches de desvelo,a los pensamientos que su mente masoquista le creaba, nisiquiera a la tortuosa pena que tuvo que afrontar en silencio.

Sin ninguna vergüenza el mayor de los dos se levanta quedando a su altura y la distancia es nimia para conectar sus labios en un beso lascivo. Las mejillas de Jungkook se calientan,su estómago da brincos de inexplicable felicidad. El sabor dulzón que le queda en los labios será añorado esa noche con todo el egoísmo posible.

Segundos después se percata que Taehyung lo besó en mitad del jardín,con la luz del sol aún viva,donde el personal y algunos pacientes todavía diambulan por allí. Y es allí donde comprende,con un gesto tan cliché,tan de novela qué Taehyung nunca le miente. Porque lo besa sin miedo,le acaricia los labios con los suyos sin importarle que están en mitad del verdoso jardín,sin tomarle importancia a que una de todas aquellas personas podría informar aquella acción a su superior y perder su prestigiado empleo.

A Taehyung le importa una mierda eso si es por Jungkook.

Por él.

¿Por mí?.

—¿Quieres que te baje la luna y las estrellas para hacértelo entender?.

Jungkook rió.

—No estaría mal.—comentó con las mejillas sonrojadas.

—¿Eso alimentaria un poco tu ego?.—El pelinegro asiente con vergüenza.

—Eres tan bonito cuando te sonrojas, nisiquiera pareciera que estas diagnosticado.—Pese a qué el comentario, generalmente podría tomarse de mala manera,Jungkook solo sonrie mostrando sus perlas blanquesinas a Taehyung,haciendo que su corazón se hinche de calidez.

—Me hacés sentir bien.—confesó.—¿Puedes hacerme sentir así siempre?.

—Estaría más que encantado de hacerlo.

Con pasos lentos y dejándose hacer, Jungkook vuelve a dejarse caer en el banco junto a Taehyung. De pronto,al mayor,se le cruza un pensamiento por la mente que le ha sido difícil de evadir desde que ha hablado con la madre de Jungkook.

—Perdoname si esto te causa alguna incomodidad,pero ¿Como es la relación con tu madre,Kookie?.

Extrañado, responde; —Mhm,buena. Ella se ha encargado de mi después de lo de mi padre,por ella he accedido a cada hospital y tratamiento.

—Ya veo.

—¿Por qué?.

—No me corresponde a mi decírtelo.—aclaró, acariciando con parsimonia el dorso de su mano.

—No entiendo.

—Hay algo que tu madre debe decirte,Jungkook..—dice,con un gusto amargo recorriendole la tráquea.—Desde hace mucho tiempo.

—¿Y si tú lo sabes,por qué no puedes decirmelo?.

—Porque mi trabajo es comprender e indagar sobre las raíces de tus traumas y consternaciones,no informarte algo que tiene que venir de la mano de tu propia madre.—Le regala una mirada melancolica,con labios apretados.—Por más qué me desgarre el corazón querer decírtelo.

Una opresión en el centro del tórax le invade de repente, sintiéndose temeroso de aquella incógnita que no se desvelará hasta qué vea a su madre. En un punto se relaja porque hace unas horas atrás habría hablado con ella y le comentó que pasaría a visitarlo en unos pocos días, quizás dentro de dos o mañana. Jungkook comprendía de sobremanera que Hyori se desviva en su ocupacion para pagar aquel hospital que ayudaba a su hijo contra la hipertrofia ventricular.

 Y,a veces, le gustaría ser un poco egoísta. Pensar egoístamente en querer a su madre,al menos un día,para él solo. Pero es algo que solo anhela entre las cuatro paredes blancas y vacías de su habitación de hospital. Siente qué ese en un pequeño vacío en su interior que esta constantemente presente en su día,pero que tambien es llenado cuando interactúa con Taehyung.

Así cómo ahora, qué lo observa con anhelo y su corazón da un vuelco despavorido como un adolescente de secundaria básica. 

—¿Puedes acostarte conmigo un rato?.

Y es que Jungkook se está acostumbrando tanto a la plácida y serena sensación de estar bien junto al castaño,que nisiquiera es capaz de pensar en lo que podría ocurrrir. En el dolor que está cada vez más cerca de tocar su puerta solamente para arrazar con todo lo que se interponga a su paso. Porque el dolor nunca fue ni sera generoso,ni siquiera con las personas de genuino corazón.

Esa noche,bajo el techo del St.Thomas Hospital,sueña con Taehyung. Sueña que no está enfermo, qué está bien y qué está con Tae. Los ve sentados bajo las verdes hojas de un árbol,admirando la ciudad como dos hombres libres al mundo sin ningún prejuicio sobre sus hombros. Los ve felices.

Y eso le llena de una apresurada y ardiente llama de sentimientos que no es posible describir con el habla,porque Taehyung se tomo la costumbre de irrumpir en sus sueño cuál ladrón. Sin avisar y sin importar el caos emocional que ocasionará a la hora de despertar. 

También,duele. Arde. Lastima. Sin embargó,es adictivo,un vicio que es imposible de controlar y por más que se necesite terminar no se puede. Como cuando Eva mordió la fruta prohibida y fue desterrada del paraíso. Asi se siente y Jungkook ya esta comenzando a rendirse. Le da miedo pero, ¿Quién no tuvo miedo de amar alguna vez?.

Eventualmente,sus latidos se apaciguan al verlo tan plácido durmiendo a su lado en la camilla. Sus brazos lo aferran por la cintura,queriendo no dejarlo escapar y es que Jungkook no escaparía tampoco. Ligeramente,se acomoda de lado para apreciarlo mejor,destaca su nariz  y el lunar que se esconde bajo ella. 

A Jungkook le gustaría besar cada lunar que se impregna en la piel de Taehyung.

Recorre la finura y genuidad de su rostro,acariciando sus pomulos y deleitandose con ello. Sus orbes se detienen en sus belfos,cerrados y finos. La respiración del mayor es ritmica y pausada,entonces el pelinegro se anima a acercarse más,delineando con la yema de sus dedos los labios de Kim.

Un cosquilleo recorriendole la boca del estómago,sonriendo ante el atrevimiento y sintiéndose tan tentado ante el acto. Se inclina un poco más y sus labios acarician vagamente los del mayor,sus respiraciones se igualan y el corazón bombea alterado ante ello. Los brazos alrededor de su cadera se enrroscan más y lo pegan al cuerpo,se siente desfallecer puesto que la respiración se atora en su garganta cuándo Taehyung le besa con hambre.

Jungkook se permite llevar los dedos a la cabellera castaña,enredarlos ahí y perderse en la mezcolanza de sensaciones placenteras que está sintiendo. La emoción le sube por el cuerpo,su lengua se abre paso en la boca de Taehyung, permitiéndose esa noche,proclamarla como suya. Convenciendose de que es él y nadie más quién puede besarlo, únicamente Jungkook el que tiene el permiso de adueñarse de sus labios y no compartirlos con ningún otro.

Los digitos que alguna vez se perdieron en las mechas de Taehyung,ahora, se deslizan por su torso vestido en busca del final de su camisa color café. En el momento que la siente,se anima a adentrar su palma bajo ella,sintiendo por el tacto el calor de su piel. Con los ojos cerrados,puede notar la sonrisa de satisfacción que se escapa de los labios de Taehyung ante la accion.

El menor se encuentra perdido ante tan emocionante situacion,la palma abierta se planta por su abdomen deslizándose de arriba hacía abajo, de izquierda a derecha y al centro. Buscando contacto mientras sus bocas pelean por ver quién domina el beso fogoso, cálido y sublime que están teniendo.

—Quiero tocarte.—Se anima a confesar.—Por favor...

—Hazlo,cariño.—Taehyung responde,recuperando el aire que sus pulmones le estaban exhigiendo.—No sientas miedo por saciar tu curiosidad.

Y aunque esto no iba más alla del tacto,era la primera vez que Jungkook tocaba tan íntimamente a otro hombre. Y se sintió felíz porque se sentía bien. 

Porque nadie no tiene miedo alguna vez. Hasta las personas más valientes experimentan el miedo y el terror alguna vez. Porque se catálogo por tanto tiempo qué sentir miedo es de cobardes,se prohibió psicologicamente a un montón de gente sentir miedo que hasta les genera pánico experimentarlo.

Es difícil de comprender,pero quién dice no sentir miedo nunca es mentira. El mayor miedo que debemos tener es a nosotros mismos porque somos nuestro peor enemigo.

Las lágrimas saladas caen por las mejillas de Jungkook,el sentimiento genuino inundando su corazón y alarmando a su contrario. Se acerca de nuevo para besarlo y explicarle,mediante ese acto, cuán agradecido esta con él por ayudarle a comprender poco a poco que amar esta bien. Y estar asustado tambien.

—No es culpa tuya.—susurra.—No está mal tener miedo.

—Tae...

—¿Que sucede,Kookie?.

—Me gustas.

Escondiéndose en el hueco de su cuello queriendo no escuchar la respuesta negativa que Taehyung va a darle,Kookie quiere volver a tocar su cuerpo. Sentirse ansioso ante el toque del mayor es por eso qué,para evitar las palabras dolorosas y queriendo hundirse en un sueño placentero por un instante más,toma las palmas del castaño para llevarlas a su  cintura.

Esas mismas que se mueven por voluntad propia,la respiración de los dos volviendo a acelerarse y el tirón en su parte baja siendo doloroso pero no atendido esta noche. El tacto sube y los jadeos roncos brotan de los labios de Jungkook casi sin vergüenza. Casi.

—Incluso gimes bonito,cariño.—canturreó,con voz pesada.—¿Cómo podrías pensar que no me gustas,Jungkook?.

El tirón en su tórax se sintió doloroso,quiso soltar un suspiro de alivio pero se vio ocupado besándolo de nuevo. Perdiéndose en esa boca seductora que comenzaba a volverlo loco,de dónde salian silabas de felicidad y parsimonia combinadas,recostado en sus brazos donde se sentía seguro.

Sin embargó,en su garganta todavía aguardaba algo que era casi imposible de soltar por voluntad propia. Taehyung lo posicionó sobre su regazo,delineando su cintura con sus largos dedos en la oscuridad de la madrugada y de la habilitación. De fondo escuchando pasos ir y venir de doctores y enfermeros que estaban ajenos a las confesiones guardadas en esa cuatro paredes.

Taehyung se sentía tan hipnotizado por aquel pelinegro qué,por primera vez no podia pensar en base a sus conocimientos profesionales. Dejándose llevar por la mera satisfacción de tener a Jungkook así con él,a causa de la confesión anterior que le infló el pecho en cantidad. La sensación de desesperación por tenerlo cerca constantemente y aceptando cuánta razón tenía Yoongi sobre sus sentimientos. Pero no se olvidaba del regimen del hospital.

Esos detalles estaban volviendo todo tan complicado que esto era simple y llanamente; amándose bien a escondidas. Por lo menos hasta que Jungkook salga del hospital,porque Jungkook iba a salir de ese jodido hospital.

Sus ojos se conectaron tan furtivamente, comunicándose en silencio y entendiendo todo,aunque había algo que Taehyung no entendía y era necesario escucharlo. 

—Eres tan precioso.—musitó,mientras Jungkook tocaba sus labios con el pulgar.—Eres mi musa,Kookie. Tan imperfecto y delicado para mi,atrevido y desvergonzado así, cómo un habito que no quiero romper y una droga que no quiero dejar nunca. Porque ninguna rehabilitación haría que vuelva a estar cuerdo después de ti,mi amor.

La mirada de su contrario se vió tan audaz y lujuriosa por sus palabras. Arrastró el pulgar para tirar levemente los labios de Taehyung hacia abajo, deleitándose con la imagen de tenerlo allí,debajo de él con los ojos brillantes a la espera y  la ropa arrugada con el cuerpo esperando su tacto de nuevo y de nuevo sin alto.

Con esos segundos bastó para que Taehyung lo leyera como a un libro.

—Pidelo.—jacto,sin miedo.—Que yo haré lo que tu quieras.

—Amame.

Agarrense porque mucho momento hot y
feliz pero viene el quilombo jaksjak.
gracias por leer ¡!