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xix; Pomerania

CAPITULO 19

"¡Oh amor poderoso! Que a veces hace de una bestia un hombre, y otras, de un hombre una bestia."

-William Shakespeare

Hay muchas veces en las que Taehyung se ha sentido estresado. Siempre se consideró a si mismo como alguien que puede sufrir de estres y mal humor,pero de alguna u otra forma,consigue morderse la lengua y encontrar una solución a la situación.

Hoy siente que eso no pasa consigo.

—¿Como que cucarachas?—El entrecejo fruncido hace notar su confusión,estaba a mitad de desayuno en su día de turno más tarde y,de pronto,su puerta suena a nudillos de un fumigador.

—Asi es,señor.—Le responde él hombre con la mayor amabilidad que tiene.—Hay unas pares de casas continuas que han llamado por una gran cantidad de cucarachas consumiendo sus pertenencias y creando nidos entre los muebles.

—Creo que si hubiera un nido de cucarachas creciendo en mi casa,lo hubiera notado.

Taehyung tampoco está de muy buen humor hoy.

El sonido de cosas moviéndose dentro de su casa,hace que ambos se volteen a ver el interior. Dentro,la pequeña bola de pelos que Taehyung cuida como padre soltero,se encuentra teniendo una guerra contra algo negro, pequeño y rápido que se mueve por la reducida sala. Efectivamente,es una cucaracha.

—Verá.—El fumigador vuelve a girarse a Taehyung.—Sería una fumigación rápida, tardará un día y el pago sería dividido entre las casas de la cuadra.

Taehyung lo observa hablar, explicándole cuándo lo único que quería era despertar después de acostarse con tremendo dolor de cabeza que aún no se le vá. Desayunar dándose pequeños gustos y luego ir al trabajo para desarrollar un peor dolor de cabeza. Ahora simplemente quiere acostarse en la cama,hacer un día de fiaca y levantarse cuándo considere necesario ir a trabajar,pero no puede darse ese lujo porque necesita su sueldo y su empleo. Quizás también su pequeña dosis de serotonina que está en ese hospital,en una habitación y que podría hacerle,con gusto,un lugar en su cama para calmar la migraña.

Taehyung lo meditó un segundo,en parte por la ensoñación que todavía tenia y,por otra,porque se tomó el tiempo de inhalar y exhalar cinco segundos. Su día no estaba siendo de lo mejor,lo más raro,era que hoy no estaba siendo capaz de soportar ni un cuarto del día.

—¿Cuándo comenzarían a fumigar?—cuestionó, apretando el puente de su nariz con los dedos.

—En lo posible,hoy.

El estres se apodera más de su cuerpo. ¿Dónde se supone que va a pasar la noche luego de su torno de trabajo? Más incluso si tiene una mascota. Está tratando de organizar sus ideas de manera aleatorio y resulta ser la primera vez que Taehyung decide algo sin tener en cuenta lo que pasará después. Asi sin más,sin un plan concreto.

—Bien,deme unos minutos para preparar unas cosas.—pidé, él hombre le regala un asentimiento y lo deja enlistarse tranquilamente.

Cierra la puerta de su hogar,se voltea y es como si todo fuera nuevo. Se queda parado analizando el entorno por unos breves minutos, decide prepararse otro pan con mermelada e ir a su habitación para preparar lo imprescindibles. Mete lo necesario,ropa interior,camisas,pantalones,cepillo de dientes y demás.

A Taehyung siempre le ha gustado su trabajo,no es infeliz en ese contexto,siempre ha encontrado pasión en comprender y estudiar la mente humana. Pero ahora,le resulta extraño sentirse fatigado,cansado como un estudiante de secundaria que no tiene ganas de levantarse a las seis de la mañana para ir a estudiar.

Con pereza y tratando de poner voluntad para mejorar su mal humor,mete las últimas cosas necesarias en el bolso y toma a su pequeño. Se cambia con un atuendo que aspira a psicólogo y ante un último vistazo del entorno entrega la llave al fumigador esperando volver pronto a su cama.

Cuando se sube al auto medita unos minutos donde puede dejar a su pequeño hijo. Clava la vista en él,se ve pacífico y sentado obedientemente como si esperara una orden del mayor.

—Van a despedirme por esto.—Taehyung se resigna,poniendo en marcha el motor.

Cuando llega al hospital,toma al pequeño en brazos,su bolso colgando en la otra mano. Al atravesar las puerta recibe saludos de cada miembro del establecimiento, responde de igual manera y cuándo,en el camino a su despacho,se encuentra a Min Yoongi su sonrisa se ensancha.

—¿Qué demonios crees que haces con un perro aquí?—Le cuestiona apenas deja de anotar en la ficha médica. Ficha que Taehyung nota,es de Jungkook.

—Buenos días para ti también,mi gran amigo y angel de la guarda.—El ceño de Yoongi denota confusion.

—¿Haz fumado hierba?—cuestiona su mayor sin inmutarse.—Se honesto.

—¡Oye,claro que no!

—¿Entonces por qué vienes tan contento?

—Que seas un viejo amargado no es mi culpa.—masculló.—No frunzas el seño,Yoon. Te arrugas.

—Callate.

—Viejo amargado...—susurra mirando a otro lado.—En fin, están fumigando mi casa asi que seré mochilero hasta volver a mi dulce hogar.

—¿Y dónde piensas que vas a dormir?

—En mi despacho,tendremos que hacer vida de indigentes.

—Vaya,vaya.—La animada voz de Jung Hoseok se asomó a la conversación.—Hola, pequeño. ¿Hace cuánto no te veo?

La sonrisa de Hoseok se iluminó unos tres niveles más al ver a la pequeña mascota de Taehyung. Alguna vez se han reunido en casa de alguno de los tres a descansar y beber algo después de una larga jornada laboral,en esos pocos encuentro el hijo de Taehyung ha estado siempre presente.

—El tio Hoseok te ha extrañado mucho.

—¿Tio Hoseok?—El doctor Min rie levemente.—¿Es enserio?

—¿Quieres dejar de ser un viejo amargado por un instante?

El entrecejo de Min Yoongi se frunció, Taehyung iba a abrir la boca dispuesto a seguir metiéndose en broma con el mayor,pero un suave y timida voz se colo por aus odios.

—¿Tae?

Volteó sobre sus pies encontrándose de frente con un Jungkook timido, encogido en su lugar y mirando con ojos brilloso y curiosos la bolita de pelos que descansaba juguetonamente en sus brazos.

—Hola,Kookie.

La mirada de los tres mayores se posó sobre el pelinegro, haciéndolo sentir diminuto,sus mejillas se tornaron coloradas. Tenía muchas ganas de aferrarse a la cintura de Kim,pero considerando que estaban en mitad de un pasillo hospitalario no cree que fuera buena idea.

—¿Es tuyo?

—Kookie,este es Yeontan.

Kim Yeontan,un Pomerania taza de té, caracterizado por ser más pequeño que el estandar. Su pelaje lo destaca por ser negro y fuego,una preciosura insignificante,tranquila y que solo vive jugando con su dueño. Yeontan fué quién salvó a Taehyung cuándo recibió la notícia del fallecimiento de su madre y de caer en varias crisis nerviosas en la epoca de la universidad.

Kim Yeontan se convirtió en el hijo de Kim Taehyung,siendo un lugar de refugió y un consuelo para encontrar paz,que algunas veces abandonaba el cuerpo de Taehyung.

Los dígitos de Jungkook se acercaron tímidos hasta la cabeza del perro,como pidiendo permiso para tocarlo. El azabache asintió levemente,disfrutando de la vista de Jungkook acariciando con tanta parsimonia a Yeontan.

—¿Quieres tenerlo?—Le pregunto para ver como la boca de Jungkook su movia hasta formar una 'U' y acceder.

Sus brazos cargaron al Pomerania con suavidad,este mismo atreviéndose a moverse entre ellos y acercar su hocico hasta el menor, sacando su lengua y lamiendo toda su cara sin descaro. Una sonrisa se formó en los belfos de Taehyung al escuchar los gruñidos de diversión del animal y la suave risilla de Jungkook.

Dos sonidos que jamas pensó que iban a ser sus favoritos.

Le hubiera gustado que todo fuera eterno,pero la tos de Yoongi detras suyo le devolvió la consciencia de que su turno había comenzado hace ya unos veinte minutos. Le dedicó una última mirada a Jungkook jugando tan animadamente con la pequeña nariz de Yeontan,que rogó porque ese día no pierda su trabajo.

—¿Te gustaría cuidar de él por hoy?


—Si sabes que este es un hospital y que si nos ven con un perro la patada más suave que nos daran en el culo nos hara dar la vuelta al mundo, ¿no?

Jimin no era una persona muy dedicada a dar ánimos ni a ser muy callado cuándo tenía confianza con alguien.

—Ya lo se,pero me lo pidió.—Se excusó Jungkook.—¿Qué querías que hiciera?

—Decir que no ¡porque no es obligación tuya cuidar un perro que no es tuyo en un hospital!

—Ya...¿Pero,no te parece muy tierna esta carita?—Jungkook alza al Pomerania hasta la altura de la cara del platinado.—¿No te derrites por ella? Por favor,Jimin.

Y Jimin también era un obsesionado con los perros,en otra vida y si pudiera también en esta, llevaría a casa cada perro que se encuentre en la calle. Pero la única casa que conoce Jimin es el hospital.

Una mueca triste se dibuja en su rostro,a su misma vez,la reemplaza por una negación con su cabeza.

—Te juro que si nos metemos en problemas te arrancaré el corazón con una sierra yo mismo.—amenazó sanguinariamente,pero Jungkook simplemente sonrió ampliamente como un infante.

A la media hora aproximadamente, Yeontan se estaba poniendo tan inquieto al punto se ponerse a ladrar a la puerta de la habitación de Jungkook. Según Jimin,era arriesgado sacarlo a andar por el hospital porque no estaban permitidos los perros en el establecimiento.

—Ya me estoy poniendo nervioso.—Jungkook miró a Jimin.—Quizas tiene hambre y si lo llevamos a la cafetería...

—¡No vamos a llevarlo a la cafetería,a esta hora debe  de haber gente allí,animal con plumas!

—Ya,ya solo estoy pensando.

—Pues vaya que eres licenciado en ideas estúpidas.

—¿Tu que has pensado hasta ahora,eh?—El pelinegro desafía,tratando a su vez de distraer al perro para que deje de ladrar.

—En cuánto aprecio mi vida.—alude mirando sus uñas.—Disculpame pero creo que prefiero morir de otra manera en vez de ser atrapado por cuidar a un perro en un lugar donde no está permitido.

—Que exagerado eres.—chilla el menor.—Anda,acompañame a buscarle algo de comer, quizás si lo llevo escondido entre mi sudadera nadie se dé cuenta.

Y Jungkook utiliza la tecnica que siempre utilizó con su madre cuando quería que le comprara algo,hacer ojitos de bambi. Sus grandes ojitos brillando dirigidos a Jimin, volviendo a ser un niño de 15 años o menos que alguna vez fué.

—¡No uses esos ojitos conmigo,tienes veintiun años, Jungkook! —Le recriminó el mayor,pese a eso los orbes de Jungkook siguieron dispuestos a ganar la disputa y asi fué.—Bien,pero vamos y volvemos rápido.

Sonrió mostrando sus dientes y se dispuso a resguardar a Yeontan en el interior de su sudadera. Jimin seguía sin tener fé en su plan.

—Va a ser muy obvio,te juro que si nos atrapan yo mismo me encargaré de hacerte sufrir.

—No va a pasar nada ¿tu confías en mi?

—No.

—Yo tampoco,vamos.

Se desplazan por los pasillos necesarios hasta llegar a la cafetería del hospital. Sorprendentemente y para el relajamiento de Jimin,no hay ni una mosca alli,lo cuál le resulta raro pero evita comentarlo.

Se mueven simulando normalidad,pese a que quién está atendiendo está más enfocado en su teléfono celular que en lo que ellos estén haciendo. La espalda de Jimin es tensa, Jungkook trata de simular que todo está bien.

Hay mesas vacías,asi como también hay algunas con algún pedazo de pan olvidado o incluso de algún budín.

—Podemos tomar algo de esas sobras,sino-

—No vas a darle sobras a un perro,mucho menos si no es tuyo.—El suspiro de Jimin llena el aire.—Espera sentado,ya vuelvo.

Dicho eso, Jungkook se encamina a una mesa cualquier,se quita la sudadera y deja que el pequeño animal se siente a su lado en una silla dejando que toda la sudadera cubra su cuerpo entero.

—Quedate quieto,ya nos vamos.

Jungkook puede visualizar como Jimin se cuestiona que comprar para el perro,desde lejos lo puede ver dudar y también como el trabajador se muestra indiferente ante la espera de su decisión. Repiqueteando su pie contra el suelo en busca de calmar su ansiedad, Jungkook observa como el pequeño Yeontan se encuentra durmiendo acurrucado en su abrigo.

Ante esa vista,no duda en levantarse y caminar rápidamente junto a su amigo. Se posa a su lado y lo ayuda a debatir rápido,terminando por pagar un trozo de budin de banana y unos bizcochos.

—¿Donde dejaste al perro?—El platinado interroga a la espera del vuelto.

—Tranquilo,esta durmiendo en la silla.—caturreó su contrario.—No hay de que preocuparse.

—No confío en ti que quieres que te diga.

Cuándo el vendedor le entrega el vuelto,ambos vuelven a la mesa elegida,sentandose y dejando escapar un suspiro agotado por la tensión innecesario que estuvieron soportando. En especial Jimin.

—¿Donde duerme la bestia?

—Aquí.—Jungkook palmea la silla a su lado con una sonrisa,misma sonrisa que se desvanece al sentir solo la superficie de plástico en vez de una maraña de pelos.—O bueno, estaba.

—Jungkook...¿dónde está el perro de Taehyung?

—Ehm...Yo...Ahm.

—Con un carajo.—vociferó con un susurro. Los nervios comenzando a brotarles por la piel.

—Debe estar por aquí.

—El hospital es muy grande.—pensó Jimin.—No,debe  de estar por este piso. ¡Por Dios,ponte a buscarlo pero a la de ya!

Y casi cayéndose de la silla, comienzan a moverse por los pasillos tratando de aparentar normalidad. Jungkook empieza a traspirar cuándo a cada milímetro no hay rastro del Pomerania. En su cabeza,se comienzan a crear diversos escenarios, absolutamente todos tragicos. Uno de ellos es Jimin cumpliendo sus amenazas de tortura.

La respiración se le comienza a acelerar,sus ojos se mueven por todos lados. Las manos traspirando y el corazón chocando contra su caja torácica. Revisa el baño,la recepción y hasta la pequeña habitación de limpieza situada en la esquina del pasillo.

Se detiene un momento,ordenando sus ideas y creando un discurso para pedir permiso en el cielo cuándo sea apuñalado por Jimin si no encuentra a Yeontan en los próximos cinco segundos.

—Por favor.—suplica al aire.—Por favor.

Dobla en la esquina,su corazón late desbocado y siente que podría caer de bruces al suelo. El pequeño perrito mueve su cola al der alimentado por una pequeña niña de trenzas arrodillada a su altura. Se acerca con sigilo y apreciando su vida más que nada en estos momentos,sonriendo ante la infante.

—Veo que has encontrado a mi pequeño.

La niña lo mira sorprendido,sus mejillas igual de rojas que Jungkook antes y sonrisa que no muestra los dientes.

—Estaba con un trozo de pan en la boca,no sabía de quien era y yo solo le parti el pan en trocitos.

El pelinegro notó como en la muñeca de la pequeña se encontraba un macrogotero, filtrándole a través del tubo el medicamento que ella este necesitando. Una sonrisa triste se dibujó en los labios de Jungkook. Estaba por darle las gracias,pero a mitad del pasillo pudo escuchar su nombre.

—¡Jeon Jungkook!—Un Jimin con las mejillas coloradas se acercaba a él amenazante.—¡Juro que voy a matarte!

—Jimin,hay niños aquí.

—Lo siento,cariño.—acotó suavemente sonriéndole a la infante.—Empieza a rezar para que cuándo estemos solo no te rebane en pedazos.—susurró.

—Mira el lado positivo,ya encontramos al firulais.—musitó tratando de sonreir mientras tomaba al canino en brazos.

Hubiera sonreido si tan solo no hubiera visto a unos metros a un hombre que no conocía,alto y pelinegro que abrazaba a Taehyung con una confianza tan grande. Incluso reían en conjunto,aparentando conocerse de toda la vida.

Y Jungkook no sabe si la puntada que le hizo agarrarse el pecho y boquear aire fué por toda la ansiedad que tuvo al buscar a Yeontan y agitarse tanto o por la escena que estaba contemplando.


creo que quedó muy aburrido,pero mañana juega Argentina vs Francia y quería darles un capítulo en honor a que Argentina paso a la final del mundial.

Setback en cualquier momento se acaba ¡Al fin!

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gracias por leer!!

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