CAPITULO 5

“Siempre me vas a querer.
Yo represento para ti todos los pecados
que nunca has tenido el coraje de cometer.”

-Oscar Wilde.

Jungkook no se arrepentía de haber cedido ante las palabras de Taehyung. Captó el pequeño detalle de que lo había llamado Kookie cómo él,en un principio, le pidió y ese simple apodo hizo que sus nervios se aflojaran un poco y sintiera,al menos,un poco de seguridad sobre la decisión que iba a tomar.

No es como si en dos semanas de avanzado el tratamiento hubiera muchos cambios en su pensa. Iba con poca recurrencia,pero iba, al consultorio del hospital donde Taehyung realizaba sus sesiones de terapia.

Y Jungkook no va a mentir al respecto de que el mayor tiene algo en sus palabras que siempre le hace dormirse tarde por estar pensando en ellas. Es decir,no sabe si es por su forma de hablar,del uso de la palabra o si,simplemente, él esta desarrollando algún tipo de codependencia a la jerga del castaño.

Ahora que lo tiene frente a él se siente raro. No por nada,sino raro en el sentido de pequeño. Siente que es una criatura de un milímetro a su lado,siente sus ojos fijos en su figura constancia, aunque es normal siendo que es su trabajo ver a sus pacientes.

Ya te estas volviendo Psíquico,Jungkook.

—¿Como haz avanzado,Kookie?.—Su voz llega a sus oidos como si fuera una cálida y lenta melodía.

—¿Ah?.

Taehyung eleva una ceja,sus piernas cruzadas dejando apoyar aquel cuaderno de color marrón y apenas recostado en su silla.

—Desde que entraste no dejas de mirar tus dedos,van diez minutos de sesión y nisiquiera haz bebido del vaso que te dí.

Los pequeños orbes del menor viajan,por una milésima de segundos, al vaso de agua reposado en el escritorio. Nunca fué tocado desde que fué depósitado allí.

Si... Jungkook ya cree  que algo va mal,pero tampoco sabe descifrar qué.

—Estoy...bien.—Una respuesta dudosa que Taehyung anota.—Los betabloqueadores ayudan un poco.

—Entonces,eso es bueno.—Taehyung comenta con una sonrisa.—¿No lo crees así?.

Lo que recibe es simplemente un asentimiento. El mayo lo vuelve a observar en detalle por otro momento. Labios agrietados,piel pálida,siente que si toca su piel estaría helada.

—Sucede algo,Kookie.

—No.

—No fué una pregunta.—Sus ojos se encuentran.—Algo pasa,puedes contarme,sabes que nada saldrá de esta habitación.

—Yo...—duda.—No lo se, simplemente es raro porque...lo siento pero no se que es.

Taehyung piensa,busca en sentido natural y psicológico alguna raíz para empezar a armar el árbol. Desde hace dos semanas que han empezado con las sesiones formales y Jungkook no se ha abierto mucho. Solo responde cuando Taehyung pregunta, entonces,siente que no puede avanzar.

Recuerda las preguntas que le hizo aquélla vez que tuvo el ataque de nervios. Recuerda cada segundo,como tomaba su pecho con manos pálidas y temblorosas. Aún vive la escena en donde Jungkook cae en la camilla y como Min Yoongi ordena que le traigan Diltiazem.

—¿Te haz sentido con algo de culpa últimamente,Kookie?.

—Me he sentido de esa forma desde que estoy respirando.

Vaya.

—¿Por qué lo dices?.—cuestiona con cuidado.—¿Que pensamientos te atormentan,mhm?.

Una vez más,los ojos del pelinegro se levantan. Esta vez, Taehyung puede distinguir la tristeza que cargan esos bellos ojos. Una tristeza que no es merecida,no para aquél pobre ángel de alas rotas.

—Quiero decir...—Se aclara la garganta y musita.—Como cualquier adolescente en etapa de transición, ¿Verdad?.

—No eres un adolescente.—Tae repara.—Tienes 21 años.

—Lo sé y siento que la mayoría de mi vida se ha basado en la culpa.

—¿Cuál es la causa?.

Vamos,Cariño sólo dilo...

—Yo...Uhm...

Y como si la boca se le hubiera secado como en un desierto,el vaso de agua reposado anteriormente se funde en sus labios quebrantados. De repente,Jungkook quiere ahogarse. Sintiéndose tan pequeño como ya se había dicho,quiere hundirse en ese vaso de agua hasta que sus pulmones luchen por una gota de aire.

Encuentra las palabras pero no la maldita manera de abrir la boca. Ve los orbes de Taehyung,esperando una respuesta que nisiquiera Jungkook sabe si llegara,pero está ahí.

Las palabras están ahi pero no salen.

—¿Quieres más agua?.

El pelinegro asiente.

Otro vaso se deja reposar.

—Kookie.—Sus ojos se elevan de nuevo,siente su garganta cerrarse. De pronto,ya no quiere ese vaso de agua.— ¿Que es lo que te duele tanto?.

Jungkook solo quiere paz.

—Yo creo que eres un grandísimo hijo de puta.—Jimin se mofa tirando las cartas sobre la mesa.

—Que tu no aceptes tus derrotas no es problema mio.—musita Jungkook en broma.—Deberias tratarlo en terapia.

El menor se estalla en carcajadas cuando el pequeño puño de su amigo choca contra su hombro con la intención de que sea un golpe.  Apenas le dolió.

—Trataré en terapia el tema de como tienes las bolas chicas.—bramó Jimin.—El tema de la semana. “¿Por qué Jeon Jungkook tiene las bolas pequeñas y tan mal puestas?”.

—Vete al carajo.—carcajeo repartiendo una nueva mano de cartas.

—Hablando de terapia.

No.

—¿Como te ha ido con Kim?.

—Es...

El menor no sabe como definir exactamente que como le ha ido,es decir, a veces iban bien y tenían una sesión fluida donde no tocaban temas profundos,pero si leves como para arrancar. Y,a la misma vez, había sesiones,como la última que tuvieron, en donde las palabras se quedaban atascadas en la garganta de Jungkook.

No es como si el chico tuviera el control sobre eso, nisiquiera con una fila de vasos de agua podía secar su garganta a la falta de oraciones.

—Definamoslo como Miti Miti.

—¿Que somos?¿Niños?.—Jimin dice con una sonrisa burlona y ante la mirada que le da el contrario se carcajea un segundo para volver en si.— Bien,lo siento. ¿Pero,que quieres decir con eso?.

—Cuando hay sesiones en las que puedo expresarme con mucha fluidez,pero en otras simplemente estoy sentado ahí como un idiota que nisiquiera sabe como mover la lengua para hablar.

El platinado tose un par de veces e inhala profundamente. Jungkook le ayuda con un par de palmaditas en la espalda, sintiendo su pequeño corazón saltar cuando lo ve así.

—Quiza-.—Jimin se aclara mejor la garganta.—Quiza, inconcientemente no te estas soltando del todo.

—Sigo pensando que todo esto es una estupidez.

—¿Lo ves?.

—Es que, piénsalo. ¿Cuántas malditas chances tengo de recibir ese transplante?.—inquiere sintiéndose molesto hasta la médula.—Rescatemos el hecho de que hay como diez o veinte personas delante de mi para recibir un transplante.

—¿Tu crees en Dios?.

—Si.

En realidad,no sabe ni en que creer ya.

—Bueno, empieza a rezarle.

—No estas ayudando mucho, ¿Sabes?.—bufa con el seño fruncido.

—Es qué.—El mayor suspira dejando las cartas sobre la mesa.—Tu eres el que tiene que empezar a confiar,al menos un poco. No te estoy diciendo que si o si en los tratamientos porque ya es un hecho que nadie puede hacerte confiar en ellos.

Bien. Le da la razón en algo. ¡Fiesta!.

—Pero si creo que tendrías que confiar en la ayuda que trata de brindarte la gente.

—¿Eh?.

—Hay gente que te esta ayudando,Jungkook.—Los ojos de Jimin se posan sobre su figura y ahora, estúpidamente, el pelinegro se siente pequeño.—El doctor Min, Kim Taehyung, incluso tu madre que te llevo a tantos hospitales.

De nuevo ese sentimiento de culpa le respira en la nuca,lo asecha como un lobo a su presa, queriendo destrozarlo internamente,desgarrarlo hasta su último suspiro.

—Cada uno de esos médicos.—sigue Jimin.—No estoy diciendo que te culpes, esta bien dudar pero no todo el tiempo. No te arrepientas nunca ni niegues la ayuda que te dan las personas que verdaderamente tienen buena intención.

Y Jungkook nota un sentimiento de tristeza por como Jimin pronuncia lo último. Quizá lo imagino o verdaderamente escuchó como su voz apenas de rompía al final de la oración.

Se siente un estúpido e inútil por causar ese sentimiento en su único amigo en aquel lugar.

No conoce la historia de Jimin,pero puede imaginar cuán triste es con solo presenciar aquellas palabras.

Su corazón se estruja al verle sentado contra la pared, aquella sonrisa que se posaba en sus labios cuándo llegó se esfumó como una corriente de viento. Sus fanales están posados en como juega con sus propias uñas.

En la habitación solo reina un silencio melancólico,donde la tristeza y melancolía de ambos los carcomen enmudecidos.

Una mirada arriba nuevamente y Jungkook aprecia como aquellos ojitos grises dejan caer unas pequeñas lagrimas silenciosas y cabizbajas. Ese fué el detonante para que sus brazos de enrollen en el cuello del platinado.

Escucha un sollozo ahogado que lo hace abrazarlo con más fuerza.

A los seres humanos nos hace falta una muestra de apoyo porque tenemos la tendencia de reservar todo lo que nos genera angustia,enojo y tristeza para nosotros mismos.

Psicológicamente,nos encerramos en una caja con todos esos sentimientos que no queremos mostrar a nuestro alrededor. Esa misma caja tiene un punto de quiebre. Las grietas crecen y crecen hasta que la caja se rompe y todo es liberado.

Por eso,no siempre, necesitamos un abrazo o palabras de confort. No importa que tan reservado sea alguien ante el contacto físico,todo tiene un punto de quiebre.

Y ese punto llega tarde o temprano.

Por eso, cuándo se alejan, Jungkook deposita un beso en la coronilla del platinado. Expresando,a escasez de palabras, cuánto siente toda esta mierda. Y Jimin se deja reconfortar.

Jungkook cree que Jimin es una de las amistades más bonitas y salvadoras que le tocó en ese hospital. Puede que solo lo conozca hace 3 semanas, pero cada momento con él es un escape a todo.

Gracias Jimin.

La puerta de la habitación es tocada por unos nudillo,unos segundos más tarde el doctor Min Yoongi ingresa para hacerle un chequeo nocturno a Jimin.

Con una pequeña sonrisa y limpiando una pequeña lágrima resbaladiza, Jungkook se despide de Jimin para volver a si habitación.

Bueno quizá no a su habitación todavía.

Son las diez de la noche,duda mucho que todavía esté en el hospital. Pero lo intenta mientras recuerda las palabras de su amigo.

Va hasta la mesa donde Hoseok suele estar siempre y para su sorpresa no esta,asi que hace todo lo más rápido que le permiten sus manos.

Ya está claro que Kookie pocas veces es bueno con las palabras,pero es bueno con el lapiz.
Asi que, toma una pequeña hoja del escritorio y una lapicera,piensa bien como redactarlo y una vez que tiene el boceto lo plasma en la hoja.

Lo lee unas tres veces para asegurarse de que es coherente. Camina hasta aquella puerta de madera, dobla el papel a la mitad y lo pasa por debajo de la puerta.

“Lamento ser un estúpido que no sabe valorar la ayuda que quieres brindarme. No soy bueno expresandome y pasarte esto por debajo de una puerta me parece ridículo.

Sin embargo,gracias por desperdiciar tu tiempo en ayudar a este enfermo de hipertrofia ventricular. Solo... gracias Tae.”

Leeria Taehyung,en la mañana cuándo entre q trabajar.

Como un niño pequeño,las mejillas de Jungkook se tornan de color carmesí y vuelve rápidamente a su habitación para envolverse en sus sabanas.

A la vuelta,Hoseok ya está en su escritorio lanzandole una mirada amenazadora cuándo lo ve. El menor le regala una sonrisa de conejito a lo cual el enfermero niega en un suspiro.

Una vez que se encuentra en la calidez de su habitación dejá escapar el aire retenido. Dejando que sus pulmones vivan con normalidad y se prepara para dormir.

Se moja un poco la cara y se mira un momento en el espejo del baño. Se ve del carajo,todo un enfermo de hospital. Increíble.

Vuelve a su cama,las luces estan apagadas y apenas las cortinas abiertas para dejar que la luz de la luna intente adueñarse de una parte de la habitación.

Su cabeza se gira un segundo y su corazón comienza a latir desenfrenado porque nota un papel doblado debajo de la puerta.

No sabe porque se siente asi. No sabe si quiere saberlo tampoco.

Sus pies tocan el frío suelo y lo llevan hasta la puerta,sus rodillas de flexionan y sus largos dedos toman el papel.

Al abrirlo,la hermosa caligrafía de Taehyung está jactada en esa hoja.

“Te veré en la azotea a las 5 a.m.
Solo ven.”

🏷️Tuve/ Tengo un bloqueo escritor hace 2 meses no estoy muerta ok jaksjak