𝘾𝙖𝙥𝙞́𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙘𝙪𝙖𝙩𝙧𝙤: Recuerdos
¡CAPÍTULO ESPECIAL!
Con amor, para mis curiosas.
-en este capítulo saldrá a la luz la infancia de Sesshomaru y todo lo relacionado que tuvo que sufrir y pasar él hasta que llegara Kagome a su vida. Les iré señalando su edad y los lugares en los que se encontraba nuestro muchacho.
Sin más disfruten de su lectura♡
Sesshomaru
Edad: 6 años.
Casucha de mala muerte
El olor a sangre y muerte es detestable. Lo odio. El montón de fetos y bebés muertos por toda la sala es asqueroso. Lo odio. El ambiente me aterra. Lo odio. Sus gritos de placer me causan náuseas. Lo odio.
Lo odio todo. En especial a ella.
Sigo sin entender, ¿por qué no pude ser un bebé muerto más?. ¿Por qué me tuvo? ¿Por qué me mantuvo nueve meses en su vientre sin razón? ¿Fue por capricho? ¿Chantaje? ¿Diversión?.
No tengo idea.
Llevo sentado en el medio de esta sala hace más de una hora. Sin nada que hacer o algo para comer. Me apetece comer algo pero ella me amenazó seriamente si salía de la casa.
Veo al hombre que hace unas horas vino. Se arregla el pantalón y su camisa perfecta. Nos miramos sin disimulo alguno. La verdad no se qué le vio de lindo a la puta de mi madre. Debe ser porque es barata, o tal vez le satisfaga más que su propia mujer.
-Irasue, tu mocoso no para de verme. ¿Quiere que lo viole o qué?.
¿Violar? Oh, cielos. No.
Salgo corriendo de allí y me escondo bajo una mesa lejos de su alcance. Mamá sale a ver que pasa, ella suspira y se acomoda el traje de cuero que siempre usa con los hombres. Ambos se besan. Me causan demasiado asco.
El tipo por fin se va y yo salgo de mi escondite.
-Creí que todo este desastre estaría limpio cuando terminara. ¿Acaso no captas mis órdenes?.
-No soy tu criado. Soy tu hijo.
-Eso no me importa. Recoge todo esto y tíralo a la basura.
-Debería dejarlo aquí. Después de todo esto es un basurero y tú eres la reina de la basura. - se da la vuelva y me golpea la cara. Ya ni dolor siento de las tantas veces que suele golpearme.
-Cuidado con lo que dices, Sesshomaru. No querrás que te saque los dientes y te arruine la cara. Estúpido.
Y se va. Vuelvo a quedarme sólo aquí. La oscuridad y el mal hedor me envuelven por completo.
Es repugnante. Lo odio todo. Detesto lo que me toca vivir día a día.
¿Acaso hice algo mal para merecer esto?.
Dejo de molerme la cabeza y me pongo a recoger los tantos hermanos muertos desde hace días, incluso meses. Cada uno de ellos casi no están formados, son pocos los que tienen forma humana.
Sin aguantarme mucho comiendo a llorar. Después de todo eso es lo que soy: un niño pequeño que jamás ha sentido amor.
Sesshomaru
Edad: 9 años
Burdel
-¡Qué cosita más linda tienes, Irasue! Seguro será un muchacho muy grande y guapo.
-No creo que llegue a los 20. La verdad todavía espero el momento para que se quite la vida. - apoyo mis manos sobre la mesa e intento subir hacia arriba para verla. Me acabo de hacer el sordo, no pasa nada. -¿Qué quieres?.
-Te busca el mapache.
-Deja de decirle así a Hachi.
Con su mano me empuja hacia atrás y caigo de nalgas al suelo. Veo hacia arriba como la mano de Amanda se asoma para levantarme. Me pongo de pie con su ayuda y seguido de eso ella me entrega un pequeño dulce.
-Toma. Seguro tienes hambre.
-Gracias... ¿Qué es?. - le doy una mordida. Es delicioso. Sabe riquísimo. Nunca lo había probado.
-Se llama buñuelo. Es típico de mi país. ¿Te gusta?.
-Está muy rico... - le sonrío con la boca llena del dulce. Termino de comerlo y me limpio las manos en el mantel de la mesa. -Me voy.
-Cuídate y recuerda no prestarle servicios sexuales a nadie. Aún eres un niñito.
-¡No quiero prostituirme!. - le grito corriendo hacia el lado contrario de ella.
Me escabullo hacia el almacén en donde están las cientos de botellas de tragos para el bar y abro una puerta escondida detrás del pequeño almacén y entro a la oficina del jefe.
-.. ¿Cuándo piensas pagar tu deuda, Irasue? El plazo está por acabarse y tú aún no pones un centavo.
-Lo haré pronto. Sólo dame un poco de tiempo más... Sólo.... Sólo dos o tres años más.
-¡Suficiente!. - golpea la mesa y el estruendo me asusta. ¿Mamá debe dinero? Interesante. -Te daré unos años más. Si no cumples cobraré mi dinero con tu cuerpo en una sola noche. Y ya sabes a qué me refiero.
Veo como traga grueso mi madre. ¡Eso! Sufre, zorra, pienso muy feliz por su desgracia. Sigilosamente salgo de esa oficina de mala muerte y me quedo escondido detrás de los estantes de botellas del almacén. Río a carcajadas silenciosas, feliz por todo lo que está pasando. Estoy feliz. Demasiado feliz.
Sesshomaru
Edad: 13 años
Oficina del dueño del burdel: Hachi.
Irasue me ha traído hasta aquí sin explicación alguna. Es más, ni me trajo, me arrastró hasta acá. El panzón detrás del escritorio se queda serio con sus manos entrelazadas sobre su barriga. Está muy peludo. El cabello marrón le cubre todo el pecho, la barba y parte de su cabeza. Y también debo agregar sus ojeras negras. De ahí es el motivo por el cual siempre le digo mapache.
Ahora, volviendo al tema de por qué estoy aquí. Sigo sin saber. Nunca entré aquí sólo porque ella me lo pedía o me traía. Conozco este lugar sólo porque encontré esa puerta secreta hace unos años y he podido entrar a chismosear y hacerle jugarretas al mapache sin que se diera cuenta.
Mamá se sienta en la silla frente al tipo. Me quedo quieto de pie detrás de ella sin mencionar alguna palabra. Ellos se susurran algo que no logro escuchar bien, sólo veo al tipo sonreír mucho.
-Bien. Me pagarás hoy y sólo traes al mocoso. ¿No me digas que vas a traumarlo con la escena que te espera, puta Irasue?.
-No. De hecho con él te voy a pagar. Como ves ya está hecho un muchacho muy lindo. Con un poco de entrenamiento será muy bueno aquí.
¿Qué dijo? ¡¿Qué me va a vender a mí?! ¡No me jodas, hija de la gran puta!, me digo mentalmente.
Corro hacia la puerta detrás de mí e intento abrirla. Para mi mala suerte está cerrada con seguro y la llave no tengo idea de donde está. Corro hacia atrás, en donde está la puerta escondida e intento hacer lo mismo pero nada. Cerradas mis únicas fuentes de escape.
Estoy jodido.
-Suena bien. Y es muy guapo además. Sacó eso de ti. - Hachi extiende una hoja sobre el escritorio y comienza a escribir sobre ella algo, luego se la pasa a mi madre y ella hace algo. Ambos se toman las manos y sonríen. -Mañana comenzarán a entrenarte, Sesshomaru.
-¡No quiero! ¡No quiero prostituirme! No quiero seguir aquí.... - me agacho en cuclillas y comienzo a hiperventilar. El aire no llega casi a mis pulmones por el shock que estoy pasando. -Por favor no... - y de nuevo ya estoy llorando.
-Ya cállate. Me alteras.- escucho la voz de esa mujer regañarme. -Y también quiero pedir mi dimisión. Me iré a trabajar a un lugar mejor que este.
El viejo hace una mueca y asiente levemente con su cabeza. Saca otro trozo de papel y se lo pasa a Irasue. Ella vuelve a escribir algo y se lo entrega.
-Qué mala madre eres. Te vas y dejas a tu cachorro en este lugar... Definitivamente caerás es el infierno. - él comienza a reír.
-Tranquilo. Te guardaré un lugar allá bajo. Tampoco es que tú seas un santo... Mejor comienza a redimirte a Dios.
Pasa a un lado mío sin decirme nada, abre la puerta y vuelve a cerrarla estando ella fuera. Me quedo con este viejo sucio, mirándome de arriba abajo sin disimulo. Suelta un suspiro pesado. Mis lágrimas ya dejan de correr. Después de todo no tiene sentido alguno llorar, nada de lo que haga va a cambiar las cosas o mi futuro.
Tan sólo debo prepararme a lo que me toca.
-Te entregaré a Maten. Él te entrenará y con él podrás resolver tus dudas. - no digo nada. Sólo me levanto con la cabeza mirando al suelo y asiento levemente. -No te pongas así, chiquillo. Te acostumbrarás y tal vez te guste. Tu madre entró aquí a tu edad y fue una de las mejores niñas en esto. Aún recuerdo que..
-No me interesa su historia. Cállate. - le digo. Eso al parecer le hace enojar. Se levanta de su asiento y me agarra de la camisa.
-Ten respeto. Te recuerdo que ahora soy tu jefe.
-No eres nada. Eres basura igual que todos aquí.
-Al parecer tendré que cerrar esa boquita altanera.
Levanta un puño y me golpea la cara. Imaginé un golpe suave. La verdad no sé cómo pude imaginarme que me golpearía suavemente. En el piso intento arrastrarme para esconderme en algún lugar pero no, él patea mi estómago y continúa golpeándome y pateándome hasta que quedé inconsciente.
Al despertar estaba en un cuarto de color rojo, desnudo, amarrado de manos y pies y otro gordito viéndome con la lujuria reflejada en sus pequeños ojos.
Ya sé, este debe ser Hiten. El tipo del que tanto temía mi madre que la follara. ¿De veras perderé mi virginidad con este feo? Asqueroso.
Esa noche no sólo perdí mi virginidad en su culo, también la poca dignidad que me quedaba, el orgullo se escurrió como sudor por mi piel. Y poco a poco dejé de sentir dolor y el placer, cuando menos imaginaba que llegaría, apareció.
Así fue mi entrenamiento por cinco meses. Según el gordo: "No aprendía a penetrar bien". Y aparecí como un prostituto senior casi en octubre.
Sesshomaru
Edad: 20 años.
Burdel
¿Otra vez esta mujer? ¿Se lo hago bien o nunca había probado un pene grande? Hoy te la planeo cobrar cara, pecadora de mierda.
-Señorita, mis servicios han aumentado dado que ahora soy un prostituto de primera clase. Debería consultar cuánto cuesta una hora de placer conmigo antes de que sea demasiado tarde. - digo. Ella hace una cara extraña y sale de la habitación. Al rato vuelve algo asombrada.
-¡¿Es una broma?! ¡¿En serio ahora son 20000 dólares?!. - grita.
Ruedo mis ojos y suelto aire. Debería pegar los precios de mis servicios en la puerta. Así me ahorro un dolor de cabeza.
-Para presentar sus quejas valla a la oficina del dueño. Yo sólo soy un trabajador más. - salgo de allí con la mayor de las calmas. Agarro un abrigo largo y blanco con plumas raras en el cuello que encontré en el piso y me voy al bar.
Al llegar me recibe Hiten con su cara de pocos amigos. Suspiro mirando hacia las botellas. ¡Genial! No hay whisky.
-¿Qué pasó con el wishky?.
Ella me extiende un cigarro y un mechero. No hay alcohol y ahora tengo que fumar para calmar las constantes punzadas en mi cabeza. Le doy una gran calada al porro y expulso el aire por la nariz.
-Lo que queda será servido para los clientes. Tengo órdenes de no servirle al personal, mucho menos a tí.
-Genial... ¿Cómo diablos me subo a ese escenario si no es estando alcolizado?. - ella resta importancia con sus hombros.
-Bébete un vodka o algún ron.
-Sírveme un vodka con hielo y limón. Enseguida vengo.
Apago el cigarro sobre la barra y camino entre la cantidad de gente hasta llegar a la oficina del mapache. Suelto mis ganas de pasar y matarlo en un suspiro y toco la puerta. Al instante escucho mi permiso para pasar.
-Ya sé... Sobre el wishky. Te he apartado una botella. Está atrás. - me dice antes de siquiera abriera mi boca. Veo como señala detrás del sofá viejo que tiene y me dirijo ahí para buscar la botella. Afortunadamente la encuentro y rápidamente le doy un trago.
-Vino esa mujer, la que siempre pide mi servicio al privado. ¿Ya pasó por aquí?.
-No pero puedes darme un adelanto. - me extiende un cigarro que acaba de encender. Hoy todos quieren que fume. Agarro el pequeño palito y me lo llevo a los labios.
Suelto humo y tiro los residuos al suelo.
-Al parecer no vio el precio elevado y se quejó. Te dije que era mala idea subirme el precio así de la nada.
-Ya cálmate.
-Estoy calmado. En realidad no me importa lo que pase. Quién pierde la clienta eres tú, no yo.
-Sí, sí. Como sea. Empezarás a hacer sólo show a partir de esta noche, y también en subastas. Me tienes cansado ya y creo que venderte me generará más dinero de lo que sueles darme.
Inhalo el humo del cigarro y lo contengo por unos segundos. Genial. Ahora todo está cambiando en mi contra.
-La que quiera acostarse contigo tendrá que pagar mucho más. Mínimo 3 millones.
-Eso significa que estaré en la zona VIP por mucho tiempo... - tiro el cabo apagado a una esquina y lo miro. -Te gusta hacerme sufrir.
-Todavía te recuerdo en esos meses que estuviste con Maten. Pobre niño indefenso.
Me levanto con la botella en mano y voy amenazante hacia él. Apoyo una mano en su escritorio de mala muerte y le sonrío.
-Ayer pudo ser Maten pero si sigues expulsando mierda de tu boca puedo ser yo. No se si te lo ha dicho él pero... El alumno logró superar a su maestro. Y déjame decirte que no me importa metértela por el culo o por la boca. Cuándo quiera hacerte sufrir lo haré de la misma forma que me hiciste a mí.
-Jumm.. Es culpa de Irasue, no mía.
-¿Quién es ella? ¿Una clienta nueva?. - río abandonando esa oficina y me dirijo a la barra otra vez. Al sentarme Hiten pone mi vodka sobre la mesa.
-Tuve que agregarle tres veces hielo para que no se calentara ni se aguara demasiado.
-Ay, ya. No te quejes o te saldrán arrugas. Ten. - le doy mi botella de wishky. Ella me mira raro. -No la robé. Me la dio Hachi de regalo. Prepárame un trago y en cuanto suba ahí no dejes de prepararlos. Lo voy a necesitar. - de una me bebo todo el vodka.
-Escuché que ahora vas a bailar en la zona VIP.
-Que rápido vuelan los chismes aquí.
-Tranquilo. Seguro el barman de esa zona te prepara mejor el wishky. - me dice sonriente limpiando el vaso que usé hace un momento.
Me le acerco y la agarro de la barbilla hasta tenerla cerca de mi cara. Nos miramos un rato hasta que le beso los labios, metiéndole la lengua hasta donde llegue.
-Prueba tu misma el sabor de tus tragos. Estás en esta zona porque te apetece. Siendo tan buena deberías estar en un bar pero de un lujoso hotel. - le guiño un ojo y salgo caminando hacia la puerta que lleva a la zona VIP en donde debo prepararme para el show.
Horas más tarde
Bailar por media hora es agotador. En especial cuando ni siquiera estoy familiarizado con el escenario de esta zona. Hiten me ha avisado que sólo faltan dos tragos para que la botella se acabe. Aún me siento sobrio y para hacer locuras es mejor que esté borracho, o sino será peor para mí.
Dejo a mitad de beber el vaso de wishky sobre el tocador y agachl la cabeza. Me duele el cuerpo y cualquier músculo existente en mí; y aún falta lo peor. O lo mejor. A estas alturas de mí vida, lo bueno y lo malo, no lo sé diferenciar.
-Sesshomaru, tienes que salir. - oigo una voz tranquila detrás de mí.
Sí. Tal vez llegó mi momento de salir de este lugar. Tan sólo espero que me compre alguien que valga la pena complacer.
Agarro una cinta para el pelo y me hago una coleta alta. Me levanto y miro mi reflejo por última vez en el espejo. Tomo el vaso y me termino lo restos de mi wishky.
Y así salgo hacia otro camerino donde me cambian el traje y me ponen unas esposas sexuales en las muñecas y en el cuello.
Sesshomaru
Agosto, noche de subasta.
Cualquiera me preguntaría: "¿por qué no escapas de aquí?". No es sencillo, mucho menos algo que yo pueda hacer. Aquí todos me conocen, los guardias, las demás prostitutas, los camareros, todos me conocen. Y cualquiera es capaz de delatarme con tal de salvar su pellejo o ganarse un aumento.
El ser humano es así de cruel.
-¡¿Qué mierda haces que todas te devuelven?!.
-Si lo supiera dejaría de hacerlo... - me hago el tonto. Por supuesto que sé lo que hago y es porque quien me compró es mucho peor que este lugar.
-No me salgas con tus juegos de mocoso infeliz, Sesshomaru. - se aprieta el tabique y suspira. -Ruégale a todos los dioses que alguna de esas mujeres te compre hoy, y no trates de regresar, de lo contrario te dejaré en manos de Maten y Bosco.
Trago grueso. Estoy jodido. Triplemente jodido.
-Lo que digas, Hachi... - susurro volviendo a poner la cabeza baja.
-Que bueno que lo entiendes... Pero para que lo comprendas mejor ellos te darán un adelanto de lo que van a hacerte si no cooperas... - chasquea sus dedos y detrás de mi aparecen atravesando la puerta Maten y Bosco.
Retrocedo atemorizado porque sé que si Maten es un animal, Bosco es peor. Cuando el puto negro fetichista y sadomasoquista entró a este lugar ambos tuvieron ese "algo común" después de todo a los dos les encanta corromper y profanar menores de edad, y también violarme. Les gusta mi culo al parecer.
-Hachi, te juro que me iré esta vez, te lo prometo pero no... - Bosco me toma del pelo y me pega contra él. Lo miro con tremendo terror y siento su erección erguirse más. -Hachi...
-Llévenselo, muchachos.
¡Maldito hijo de puta!.
Dos horas más tarde.
Después de dos largas dos horas con esos animales salí, literalmente, arrastrado de esa habitación. Me encerré en mi camerino quejándome del maldito dolor de culo, de verga, de espalda y de todo en mi cuerpo. Me reviso de pies a cabeza: estoy lleno de arañazos y moretones.
Suelto un quejido al levantarme y me siento en mi cama, saco el botiquín y trato mis heridas. Si alguna de las viejas millonarias me ven dañado no querrán comprarme. Y yo la verdad no quiero volver a pasar lo que pasé hace dos horas.
-Que mierda... - susurro algo cansado.
Me canso de estar curando los restos del sexo salvaje y me acuesto en la cama. Veo el techo un rato, como si Dios fuera a resolver mis problemas.
Dicen que las cosas te pasan por algo. ¿Entonces todo esto me está pasando porque nací? ¿O acaso todo lo que hizo mi madre lo estoy pagando yo por ser su hijo?.
-¿Quién diablos habrá sido el mal nacido que me engendró?. - luego de eso me quedó dormido hasta que llegó la hora de la subasta.
Sesshomaru
Subasta.
Hachi sigue dando su discurso de agradecimiento. Ya cuatro de mis compañeras fueron compradas a precios demasiado altos y cada vez hay menos compradores. Suspiro cansado. Reposo mi cuerpo sobre una silla reclinable de cuero; aún las maquillistas intentan cubrir los moretones en mi cara. Veo a Hiten acercarse con una botella de wishky y dos vasos. Le sonrío.
-Esta vez te dejaron hecho mierda. - se burla sirviéndome el primer vaso. -Buena suerte en salir de aquí.
-¿Qué esperas tú para irte de este infierno? Seré lo que soy pero si tuve razón con lo que dije. Tienes el talento para estar en un lugar mejor. - ella agacha la cabeza y sonríe.
-Aún debo mucho y estaré por un tiempo aquí. Mientras me iré entrenando en este lugar. - brindamos.
-Sesshomaru, ya tienes que salir... ¡¿Qué coño haces tomando?! ¡Te dije que te quería sobrio!. - me regaña Hachi. Me termino el wishky de una y las chicas se apartan de mi alrededor para poder levantarme.
-Ya, ya. Sólo fue un vaso..
-¡¿Un vaso?! ¡Apestas a esa mierda ahora!. - ruedo mis ojos. Ni beber puedo aquí.
-Ajá... Ya salgo. Déjame "rogarle a todos los dioses" para que me compren. - hago una mueca de desagrado y dejo el vaso sobre una mesa. -Ay... Amén o como se diga.
-Así no vas a lograr nada.. - detrás de mí escucho las risas de Hiten y las otras chicas.
-No dije que sabía orar o rogar. Jamás fui a una iglesia y tampoco es que sea creyente... - Bosco me coloca las esposas y me mira mordiéndose su labio. -Maldito sea el día que llegaste aquí...
-Bendito sea el día en el que apareciste en mi camino... - me da un empujón y casi caigo de rodillas frente a la multitud.
Me siento en una silla junto a Hachi. Las luces me iluminan toda la cara y casi me dejan ciego. El mapache comienza a hablar, me presenta -no sé para qué si soy el que más ha pasado por este escenario- y comienza la subasta con 10000 dólares.
-Ofrezco 40000.
-¿Alguna cifra más alta que 40000?.
-85000.
-85000. ¿Alguien más?. Este bombón no vale tan poco.
-¡Un millón!.
-¡Perfecto! ¿Una más alta?.
Sólo se escuchan puras viejas...
Suspiro.
-600000.
-¿Un poco más?.
Todo se queda en silencio en un rato. ¿600000? Eso es ya me parece exagerado.
-Doy 900000
Una voz joven... Interesante.
-900000 en cinco, cuatro...
-¡9900000!.
-9900000 en tres, dos...
-10000000.
-¡Vendido a la señorita de los 10000000!.
Estoy salvado. Veo la sombra de alguien subir las escaleras con una maleta hacia Hachi. Al iluminarla las luces veo que es una chica joven, tal vez de mi edad o menor que yo, pelinegra y de ojos azules. Es linda pero he visto a la mujer más bella siendo el peor de los demonios -y no sólo hablo de mi propia madre-.
-Vámonos a casa, pequeñín.
Tengo la ligera impresión de que me va a tratar como perrito...
Le sigo el paso a un metro de distancia, sólo porque no le tengo tanta confianza como para ir a su lado. De lejos veo a Hiten despedirse de mi con la mano, le hago el mismo gesto un poco más disimulado, a un lado de ella están Bosco y Maten llorando.
Lloren ahora, hijos de la gran puta madre.
Sonrío y camino hasta la salida del burdel. En estos 7 años que he estado aquí nunca me permitieron salir a dar paseos, seguro pensaban que me escaparía. Ver la ciudad otra vez me causa mucha alegría. Se ve hermosa y genial así de iluminada en plena madrugada.
Un auto blanco se estaciona frente a la muchacha. Ella le agradece muy contenta al conductor por venir a recogernos. Abre la puerta de atrás y me invita a pasar primero. Después de estar dentro del auto ella se sube y se acerca al panel de mandos del carro, presiona un pequeño botón y sube una pequeña ventanilla de cristal que separa la parte trasera del auto con la del frente.
Posiblemente quiera establecer alguna especie de trato o acuerdo que la beneficie más a ella que a mí, y para mantenerse angelical y la conversión no sea escuchada, ha hecho lo de antes.
Toma mis manos y me saca las esposas. Luego pasa a quitarme la presión en mi cuello y suelta mi cabello; ni idea de por qué ha hecho eso último, pero al parecer le gusta. Se ha sentado junto a mi y se ha puesto a peinarme.
-Nunca había visto un cabello natural de tu color... ¿Es natural, verdad?.
-Sí...
-¡Ah!.. - exclama sorprendida. -Me gusta. Es muy lindo. Tú también lo eres.. Que mal que hallas tenido que vivir en ese horrible lugar...
-Señorita, ya estamos aquí. - informa el conductor por una bocina.
-Muy bien. Bajemos.
Abre la puerta y sale primero, seguido de ella salgo y observo la gran casa que hay frente a mí. Toda la mansión es de color blanco, con portones grandes y jardines enormes. Es linda, la verdad me ha encantado como está diseñada y decorada.
Cuándo entramos fue mucho mejor. Se notaban los buenos gustos que tiene esta niña. Desde sillones y cuadros modernos y caros hasta el mejor color para una pared y el diseño perfecto de cada esquina. Simplemente me he quedado impactado. Ni siquiera me di cuenta cuando llegamos a la sala.
-Siéntate. Te traeré algo para beber.
La obedecí sin decir nada. Mis ojos la siguieron hasta llegar a la cocina y sacar algo del refrigerador. Aparté mi mirada de ella y seguí inspeccionando todo.
-¿Te gusta mi casa? He notado que no paras de mirar por todos lados.
-Es...linda.. - murmuro.
-Toma. Te traje té negro. - me da una pequeña taza de color azul. Si tan sólo ella supiera que no me agrada ningún tipo de té. -¿Qué pasa?.
-No me gusta. Perdón.
-Oh, debí preguntar antes de servirte.. Que tonta soy.. - se ríe. -Okey... Pero no necesitamos té para hablar, ¿cierto?. - asiento con la cabeza. -¿Tienes hambre? Yo sí. Me apetece algo rico...
Oh, cielo. Aquí empezamos...
Ella busca algo en su bolso. Seguro un condón o algo. Me levanto, vuelvo a recogerme el pelo y me quito la camisa de cuero. Levanta su cabeza para verme y noto su sonrojo.
-Dime.. ¿Qué quiere que le haga, ama?. - llevo mis manos al zíper de mi pantalón.
-¡No, no, no! Espera. No quiero eso. - me pongo tieso. ¿Qué acaba de decir?.
-¿Qué?. - sin apartar su mirada azul de mis ojos saca un pequeño paquete rojo de su bolso y me lo muestra. -¿Qué es eso?.
-Chocolate. - comienza a abrir el sobre hasta liberar una barra marrón. -Ten. Prueba esto.
Sin pensarlo mucho le doy una pequeña mordidita al chocolate. Podría jurar que mis ojos acaban de iluminarse. El sabor es exquisito. Acabo de probar la mismísima gloria. Está riquísimo.
-¿Te gusta?.
-Mm.. Me encanta.. - me dejo caer sobre el sofá de antes y ella me entrega el chocolate. -Gracias. Pero si no quieres follar, ¿qué quieres? ¿Y por qué me compraste?.
Ella hace una especie de puchero, es que ni siquiera es un puchero, es una mueca rara que se le ve tierna y extraña a la vez. Se toma de la barbilla, al parecer anda pensando y justamente ahora cuando ya se gastó más de un millón de dólares en mí.
-Para hacerte feliz.
-No entiendo...
-Verás... Hoy no fue mi primera vez en esa subasta. Fui a ese lugar unos tres o cuatro meses antes y también fuiste subastado. Noté tu expresión cansada y triste, quería comprarte en ese momento, pero no poseía el suficiente dinero para hacerlo. Al final una señora te compró y te fuiste con ella.
-Entiendo... ¿Y cómo supiste que estaba de vuelta en el burdel?.
-No lo supe, lo investigué. De hecho quería negociar con esa señora para comprarte. Pero luego me enteré por mis Informantes que ella te había devuelto luego de un mes. Y también supe el día de la próxima subasta. Así que aproveché y lo demás ya lo sabes.
-Lo único que sé hacer bien en follar... No soy de mucha utilidad.
-Puedes aprender. Tienes cara de ser inteligente.
-Jm.. Apenas sé escribir o leer.
-Por Dios... ¿Qué demonios hiciste en tu infancia?.
-No querrás saberlo... - me termino el chocolate y dejo la envoltura en la mesa frente a mi. -Es traumante.
-Entonces habrá que empezar desde cero. ¿Tienes nombre? ¿Apellido? ¿Conoces tu edad o la fecha de tu nacimiento?.
-Me llamo Sesshomaru, tengo 20 años... Lo demás ni idea.
Ella vuelve a hacer la misma mueca rara de antes. Me muerdo la lengua para no reírme de ella o burlarme. Nuestro una pequeña sonrisa. Al parecer ella es una buena persona.
-¿Y tú?. - digo. Ella me mira curiosa, mirándome atentamente con sus lindos ojos azules. -No te has presentado.
-¿Qué? ¿No lo he hecho? Ay, perdón... - carraspea un poco y me mira con una linda sonrisa. -Soy Kagome Higurashi, tengo 22 años.
-No me has dicho tu fecha de nacimiento.
-Te la diré en otro momento. ¿Quieres tomar un baño y comer?. Tengo ropa de hombre y un cuarto para tí. Podemos cenar justos si quieres.
-No creo que sea buena idea...
-Shh, cállate y me haces caso. - me mantengo mudo. -Ven te voy a ayudar.
Toma mi mano y me lleva escaleras arriba hasta encerrarnos en una habitación. Me pide que me valla quitando la ropa y me cubra con una toalla. Se va al baño y al poco rato vuelve. Hay una bañera llena de agua con burbujas. Trato de negarme a entrar pero ella me empuja un poco y me meto en el agua.
-¿Usas algún shampoo en específico?.
-No...
-Bien. Te aplicaré el mío... Ese cabello necesita más vida.
No tengo ni idea de lo que dice. Sólo hecha el shampoo en mi cabeza y comienza a lavarme todo el pelo. Me entrega una esponja para baño y con eso lavo mi cuerpo.
Así pasaron unos minutos hasta terminar limpio y usando unos shorts y una camisa ancha. Bajamos otra vez hacia la cocina, ella en ningún momento soltó mi mano. Tal vez quería transmitirme confianza o alegría; y lo estaba logrando.
Sus sirvientes sirvieron la comida. Kagome comenzó a alimentarme sin pedírselo, seguramente creía que no sabía usar un estúpido tenedor lo cual es erróneo. Sí sé. Pero no me atrevo a decirle que no.
La cena duró unos minutos hasta que nos fuimos a dormir. Ambos en nuestras respectivas habitaciones. Estando solo al fin me acerqué al balcón de mi cuarto. La vista era hermosa. Seguía cautivado por la ciudad de New York iluminada con las luces.
Fue en ese momento, seguramente por primera vez en mi vida, que lloré de felicidad en silencio. Las gotas saladas salían sin pudor alguno de mis ojos mientras yo mantenía mi sonrisa.
Estaba feliz. Imaginaba que mi vida empezaría a cambiar estando junto a Kagome. Aún no tenía demasiado claro lo que ella quería para mí o conmigo; pero estaba seguro que no me iba a hacer daño. Y eso me calma.
-Siento que estoy a un paso de la felicidad... - susurro para mi mismo.
Cierro las ventanas del balcón y corro a lanzarme a la cama como si fuera un niño otra vez. Cubro mi cuerpo con las cobijas, sólo dejando mis ojos al descubierto. Seguramente si alguien me viera pensaría que estoy rememorando mis momentos de niñez. Yo sólo estoy desbordando mi alegría y no quiero que se escape jamás.
Pronto caigo en brazos del sueño. Siendo la mejor noche en calma y paz que he vivido.
Actualidad.
Sesshomaru
Me levanto sobresaltado de la cama. Miro a todos lados intentando verificar que todo eso que pasó es un sueño, y lo fue. Suspiro apretando con mis puños las sábanas. Ya sabía que esta noche las pesadillas volverían a aturdirme la cabeza y el alma.
-Cielos... Que malos recuerdos...
El celular comienza a sonar. Veo en la pantalla reflejado el número de Kagome. Agarro el aparato y contesto. Por un principio creí que era una especie de sapo gigante lo que estaba viendo, pero en realidad es Kagome con una mascarilla facial de color verde olivo y una toalla del mismo color envolviendo su cabello.
-Joder, Kagome... No vuelvas a asustarme así más nunca en tu vida.
-¿Lo hice? Es que esta cosa se me ha pegado, Sesshy... La chica del facial se ha ido y quiero quitarme esto ya...
-¿Ya probaste removerla con agua?.
-Que inteligente eres, Sesshy. No lo había pensado. - me golpeo la cara con una mano. Ella se va riéndose al grifo y vuelve con la cara impecable. -¡Tarán!.
-Hermosa y radiante.
-Gracias... Estás despeinado. ¡¿ACABAS DE FOLLAR?!.
-Kagome, no es necesario que todas las del spa se enteren de nuestro tema de conversación. - le hago una señal para que baje la voz. -Acabo de despertarme luego de soñar mi pasado.
-Oh, es muy triste, hasta la parte en la que te compro y comienzas a vivir como niño mimado. Insoportable que eras cuando agarraste confianza
-Aún así me querías. De hecho me sigues queriendo y yo estoy pagando por lo insoportable que fui en ese momento.
-Tienes razón. Por cierto, cariño, no estaré tanto tiempo aquí. Creo volver en esta semana o a principios de la siguiente. Así que espérame desnudo cuando vuelva.
-Para el próximo polvo puedes azotarme... ¿O prefieres un oral a mi estilo?. - enarco una ceja y le sonrío provocativo. Ella se sonroja y comienza a chillar.
-Todo. Quiero todo. Hace mucho que no te pones ese traje de cuero...
-Todo lo que quieras menos usar un traje de esos otra vez. Por Dios, da calor y aprieta hasta los huesos.
-A mi me gusta como de te ve el culo marcado con ese traje. Y no sólo el culo... También otras cositas... Mmm...
-Deja de hablar de eso en público.
-Como digas. Sólo llamé para saber cómo estabas. Al parecer bien luego de verme así que me voy. Cuídate, bebé. - me lanza un beso.
-Lo mismo, Kag. Vuelve pronto. Te extraño.
-Oh.. Nunca nadie me había extrañado de esa manera.
-Hablo de mi pene. Te lo quiero volver a meter en cuanto vuelvas.
Hace una mueca rara. La mueca que tanto me gusta que haga.
-Te odio, Sesshomaru Taisho. Acabas de herir mi corazoncito de pollito amarillito.
-No me digas... - me río. -Eso se soluciona con un par de esposas en mi cuello. ¿Te gusta?.
-Muero por hacerlo. Te veo pronto. Bye. - cuelga.
Suspiro dejando a un lado el celular y vuelvo a acostarme en la cama. Veo el reloj: es temprano aún. Faltan algunas horas para irme a trabajar. Vuelvo a conciliar el sueño luego de dar un par de vueltas en la cama.
Continuará...
|este capítulo lo quería dejar para mucho más adelante, pero de verdad no pude aguantar en publicarlo (y también me lo pidieron). La historia de Sesshomaru aquí es lo principal que deben saber para comprenderlo y también comprender la trama del fic e ir hallando lo que conecta el título con cada capítulo (no sé si me hago entender) también quise alargarlo un poco. De hecho, como lo tenía escrito no era tan extenso y quise escribir un poco más de detalles, agregar más ideas, describir un poco los escenarios en los que se encontraban los personajes (principalmente Sesshomaru) y también escribir un poco más trágica la historia. Aún así creo que no va a causar la suficiente impresión que deseo. Espero que en la segunda parte de su historia (en donde también voy a meter una pequeña parte de la de Kagome, o eso al menos estoy pensado ahora) quiero causar las emociones e impresiones que quiero con mayor intensidad. Trataré de hacerlo.
Espero que les halla gustado leerlo tanto como a mi escribirlo ♡
Me despido, bye!
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