˖⸙̭❛╰► capítulo once
MARATÓN 2/2
15:49 p.m
El flujo de emociones dentro de él era abrumador. Se sentía molesto consigo mismo, sintiendo una mezcla de amor, añoranza y frustración que se agolpaban en su interior. Quería decirle que ella no era una carga para nadie, especialmente para él. Quería expresar cuánto la había extrañado en cada visita a su despacho, cuánto anhelaba compartir comidas mientras escuchaba sus problemas, y cuánto extrañaba cada momento que pasaban juntos. Sin embargo, sabía que no era el momento adecuado para hacerlo. Se daba cuenta de que estaba actuando de manera incorrecta.
Pero entonces, las últimas palabras pronunciadas por la mujer fueron como un desencadenante para su impulsividad. Sin poder contenerse, su mano se deslizó hacia la nuca de la joven, mientras la otra acariciaba su mejilla. La acercó a su cuerpo y, en un acto impulsivo, estampó sus labios contra los de ella en un beso brusco y apasionado.
Sentía que no lograba comprender del todo lo que acababa de suceder. Mis labios seguían ligeramente entreabiertos en forma de piquito, mientras observaba al hombre frente a mí con asombro. Parecía que él también se sorprendía por sus propias acciones y no podía creer lo que acababa de hacer. Lo miré con mis ojos bien abiertos, tratando de procesar lo ocurrido y buscando alguna señal de explicación en su expresión.
—¿Min Jun?
Rápidamente giré la cabeza a la derecha y me di cuenta de que hay un chico rubio guapo observándome con una expresión de confusión y sorpresa. No podía evitar notar que su mirada se dirigía principalmente hacia el terapeuta que aún se encontraba parado frente a mí.
—H-hyun Jin, ¿qué haces aquí?
—Tu mamá me pidió que pasara por ti, pero veo que llegué un poc...—lo calle de inmediato.
—¡Vámonos entonces! Adiós, señor Bang—me despedí de Chan, haciendo una reverencia, para después salir corriendo a Hyun Jin—. ¡Ven!
El chico rubio seguía mirando hacia atrás, con la mirada fija en el terapeuta. Esto me hacía sentir incómoda, ya que no quería que Chan tuviera problemas por alguien que nos viera besándonos o algo similar.
Hyun Jin aún parecía incrédulo por lo que había presenciado. Tuve que abrir la puerta del auto para que él entrara y luego rodeé el auto para hacer lo mismo. Después de unos breves segundos, Hyun Jin encendió el motor y comenzó a alejarse del consultorio. Empero, no pudo ocultar la sonrisa perversa que se dibujaba en sus labios rosados y llenos, tan tentadora...
—¡No puede ser!—echó una risotada.
—Cierra la boca, Hwang.
—Así que... ¿Te acuestas con tu terapeuta?
—No, porque ya no es más mi terapeuta.
—Oh, ¿decidió renunciar por su amor?—bromeó Hyun Jin con una sonrisa traviesa.
—¡Ya cállate, Hyun Jin!—chillé nerviosa, frustrada por sus bromas constantes. No podía creer que desde que terminamos la preparatoria y comenzamos la universidad juntos, no podíamos alejarnos ni un momento.—Eres molesto.
—Tú pareces molesta.—respondió con una sonrisa desafiante.
—Porque me estás molestando, además.
—¿Además de qué?
—¡Por qué estamos hablando de mí! ¿Hmm? Mejor hablemos de ti, de tus problemas románticos.
En ese momento, su sonrisa desapareció.
¡Ajá! Sabía que a Hyun Jin le encantaba molestar a los demás con ese tipo de cosas, pero cada vez que el tema de su novia surgía en la conversación, se ponía serio y la emoción desaparecía de su rostro. Aunque también tenía que admitir que no me gustaba verlo desanimado. Desde que nos enteramos de que íbamos a la misma universidad, poco a poco nos hicimos amigos y siempre trataba de sacarle esa expresión triste que llevaba consigo. No me gustaba verlo así.
—No tengo problemas con Yu Na.
—Uy sí, ¿y si mejor dejas de mentir? Es molesto que siempre digas que no tienes ningún problema con ella cuando claramente te sientes mal todo el tiempo. A veces ni siquiera sales con tus amigos porque Yu Na te lo prohíbe. ¡Ah! Pero ella sí puede salir y divertirse con mi hermana en todas las fiestas a las que las invitan—dije impulsivamente, sintiéndome molesta al verlo tan infeliz—. Te lo digo porque me agradas y no me gusta verte así, pero eres un idiota, Hwang Hyun Jin.
Él no dijo nada.
Durante la mayoría del viaje, ambos nos mantuvimos en silencio. Yo trataba de no sentirme mal por las palabras que le había dicho. Tal vez no tenía derecho a decirle esas cosas, quizás él ni siquiera me consideraba una amiga y por eso no le gustaban mis comentarios. Supongo que la terapeuta Bae Sook Ah tuvo un efecto positivo en mí, intentaba expresar mis inquietudes sin molestar a la otra persona. No obstante, en este instante me sentía terrible por Hyun Jin, parecía estar un poco decepcionado consigo mismo.
—Perdóname, no debí decirte eso.
—Tienes razón, no te disculpes.
—No, Jinnie. Perdona...—fui interrumpida.
—Quiero terminar con Yu Na, Choi Min Jun—confesó sinceramente, estacionando el auto—. Pero no sé cómo hacerlo. ¿Puedes ayudarme? Quiero dejar de sufrir por ella. Todos se están dando cuenta del dolor que atravieso día tras día, así que... ayúdame.
Sus palabras me hicieron suspirar.
—¿Cómo se supone que haga eso?
—Finge estar enamorada de mí.
¿Fingir? ¿Yo? Demonios. La idea de tener que fingir sentimientos hacia él me resultaba complicada y confusa.
09:20 a.m
—¿Qué?
Me miró con el ceño fruncido, tratando de comprender lo que le acababa de pedir. No parecía estar de buen humor, o tal vez simplemente no le gustaba en absoluto lo que le estaba solicitando.
Era consciente de que mi solicitud era extraña y me dejaba vulnerable. Sin embargo, parte de mí también deseaba hacerlo, ya que necesitaba explicarle por qué había actuado de la manera en que lo hice. Pero Sook Ah me dejó en claro que estaba dispuesta a devolverme a la paciente Choi Min Jun, aunque no estuviera de acuerdo con lo que yo estaba a punto de hacer, o al menos con lo que ella creía que estaba a punto de hacer en este momento.
—¿Si sabes que esto está mal, verdad?
—¿A qué te refieres?—la miré de reojo, ya que estaba a punto de irme a mi consultorio. En pocos minutos llegaría mi primer paciente del día.
—Lo he notado desde que me pediste que yo la atendiera, Bang Chan. Solo quiero saber si eres consciente de que lo que estás haciendo está mal.
—Dame el informe y ya está. Gracias, Bae.
Estaba extremadamente nervioso. No sabía cómo decirle a mi compañera que había sido un error pedirle que me devolviera a mi paciente. Sabía que usar eso como excusa no iba a solucionar nada, y además, pedirle que me devolviera a Choi Min Jun solo haría que la situación se volviera aún más incómoda.
Pero ya era demasiado tarde.
Choi Min Jun entró a mi despacho con una expresión incómoda o confundida. Sus ojos recorrieron cada rincón de la habitación, quizás notando los cambios que he hecho en la decoración, tratando de encontrar alguna explicación a lo que estaba sucediendo.
—Buenas tardes, Min Jun.
Ella apenas esbozó una sonrisa mientras caminaba lentamente hacia el sillón en el que se había sentado la primera vez que visitó mi consultorio. Lo peor de todo era que se veía igual de nerviosa que aquel primer día en que nos conocimos. Eso me hizo sentir como una persona horrible, porque yo fui la causa de su incomodidad, y no me gustaba verla en ese estado.
Habíamos construido un vínculo de confianza de alguna manera, y ahora lo había arruinado al besarla. Me sentía tremendamente arrepentido por mis acciones.
—Antes que nada, me gustaría pedirte disculpas por lo que sucedió el viernes.
—¿Lamenta besarme? Auch.
Cerré los ojos de frustración, pero no por el enojo hacia ella, sino por el enojo que sentía hacia mí mismo. No me arrepentía de haberla besado, lo que realmente lamentaba eran los sentimientos que estoy experimentando hacia ella. Sabía que era mal visto y temía que eso pudiera arruinar mi carrera.
Me encontraba en una encrucijada entre mis emociones y mi profesión, y me sentía atrapado en medio de ambos. No quería perder mi carrera por involucrarme sentimentalmente con una paciente, pero tampoco podía ignorar los sentimientos que tenía hacia Choi Min Jun. Estaba luchando internamente para encontrar una solución que no comprometiera mi ética profesional.
—No, no es eso...
—¿Entonces por qué se disculpa? No es como si no hubiéramos tenido intimidad antes de que se alejara de mí. ¿Sabe?—me miró con esos ojos brillantes, cautivándome.—Sería mejor que olvidemos eso. En este momento, me gustaría aprovechar cada minuto que estoy aquí con usted. Sería una mentira decir que no he extrañado estar en este lugar y hablar con usted. En los últimos dos meses, me he sentido muy sola... Y...
—Lo siento, Min Jun.
Decidí interrumpirla, no quería causarle más dolor. Sabía que al tomar esa decisión, estaba pensando más en mí que en ella. En este momento, me di cuenta de que había cometido un error al aconsejarla de esa manera. Nunca antes he tomado una decisión tan equivocada en mi trabajo. Me sentía realmente culpable por haberla dejado sola durante todos esos meses.
—Señor Bang...
—En verdad, me siento culpable por haberte dejado sola estos últimos meses. Pero también te estaría mintiendo si te dijera que no fue una buena idea, porque pude disfrutar un poco de estar con mis amigos y mi familia. Así que gracias por no haber hecho nada en ese momento y entenderlo. Incluso sabiendo dónde vivía.
Min Jun me sonrió.
15:39 p.m
Sentí una gran alegría al escuchar las palabras de mi terapeuta original. Era la primera vez que compartía cosas personales conmigo, y eso me hizo sentir especial. Sin embargo, a pesar de haber pasado más tiempo con Hyun Jin, mi amor platónico, mis sentimientos hacia mi terapeuta original no han cambiado en absoluto.
Mientras él continuaba hablando, mi atención se desviaba constantemente hacia sus labios, deseando poder saborearlos. Me mordí los labios ansiosa, sin querer admitir en voz alta que aún me afectaba de esa manera. Además, noté que algunos botones de su camisa estaban desabrochados, lo que permitía que mis ojos se deslizaran hacia su piel expuesta.
Recordé el momento que ocurrió hace dos meses, cuando él me llevó a su apartamento y disfruté cada instante con él. Me sentía como una adolescente al comienzo de una historia apasionada. Quería captar la atención de mi psicólogo y hacerlo sentir tímido cada vez que insinuaba algo sugerente. Y al final del día, deseaba que él me diera lo que tanto había estado buscando. Ni siquiera yo misma podía creer que le dije que era mejor dejar ese tema de lado. Esa afirmación era una completa mentira. En realidad, quería que el ambiente se volviera incómodo, para alimentar mi deseo oculto.
—Min Jun, ¿me estás escuchando?
—¿Umh?—me sacó de mis pensamientos al chasquear los dedos frente a mi cara. Me disculpé rápidamente.—Perdón, estaba... eh...
—Disociando.
—Sí, eso. ¿Qué decía?
—Estábamos hablando sobre cómo te está yendo en la universidad. ¿Qué carrera estás estudiando? Aún no te lo he preguntado.
—Estoy en la escuela de arte. Aún no tengo claro qué carrera específica seguiré. Estoy explorando diferentes áreas para descubrir en qué realmente soy buena.
—Eso está bien.
—Sí... B-bueno, tengo un amigo.
—¿Ah, sí?—sonrió ampliamente, parecía estar genuinamente feliz con esa noticia—¿Quién? ¿Cómo se conocieron? Me encantaría escuchar esa historia.
—Es Hyun Jin.
—¿Tu...?
—Exactamente. Es esa misma persona. Resulta que él quiere terminar con su novia y me pidió que finja estar con él para que las cosas sean más fáciles.
—Oh...—su expresión cambió y parecía no estar tan contento con esa revelación.—¿Cuál es el problema con eso? ¿No quieres hacerlo? Recuerda que no puedes hacer algo que no quieras, y él, como tu amigo, debería entenderlo.
—No es eso. Realmente quiero ayudarlo. El problema es que su novia no es precisamente una buena persona. Solamente tengo miedo de asumir esos roles y malinterpretar las situaciones.
—¿A qué te refieres con malinterpretar las situaciones?
Me quedé en silencio por un momento, tratando de recordar las palabras que mi nuevo amigo me había dicho. Hyun Jin se arrepintió al decirme eso, tanto que desde entonces no hemos vuelto a hablar.
—No quiero perder su amistad, pero tampoco quiero enamorarme de él si las cosas se malinterpretan.—confesé, sintiéndome un poco desconcertada.
—¿Y qué es lo que quieres hacer?—preguntó tranquilamente, su mirada calmada me sorprendió, ya que no entendía cómo lograba tranquilizarme con solo una mirada.—Sabes que te apoyaré.
—En verdad me gustaría conseguir un novio.
—Umh.
—Pero no sé si quiero meterme en problemas.
—¿Y si tienes citas?
—Es que... de manera extraña, el primer día de clases, uno de mis compañeros se me acercó para invitarme a salir, pero le dije que no. Aún no entiendo muy bien por qué me negué, considerando que el chico era bastante atractivo.
—¿Por qué hiciste eso?
—Porque no podía dejar de pensar en usted.—respondí sinceramente.
Mis ojos se abrieron de par en par al darme cuenta de lo que acababa de decir. No estaba hablando con la doctora Bae Sook Ah, sino con la persona responsable de mis pensamientos descontrolados. Cubrí mi boca, incrédula por lo que había confesado. Pero supongo que, de alguna manera, logré conseguir lo que quería desde que volví a verlo: ver a mi psicólogo, Bang Chan, tímido y con las mejillas sonrojadas.
—¡Perdón!
—Y-yo...—empezó a balbucear, con la mirada en el suelo.—No, está bien.
—¡No, no! ¡Juro que no fue a propósito! Es que normalmente con la doctora Bae hablábamos de estas cosas y...—fui interrumpida por su voz.
—Está bien, Min Jun.
—No, de verdad.
—En serio, no es importante. Solo es mejor que dejemos de hablar sobre eso y nos dediquemos a conversar sobre tus probl...
—¿Cree que realmente podremos fingir que no ha pasado nada entre nosotros y continuar las sesiones como si nada hubiera ocurrido?—cuestioné, sintiéndome aturdida por la forma en que él se comportó recientemente. Chan me miró con atención, parecía sorprendido por mi comentario.—No puedo mentirte, aún siento lo mismo por usted que antes, y mucho más después de que me besó el viernes.
—Esto está mal, Min Jun.—comentó nervioso.
Su comportamiento muscular me lo estaba confirmando, eso también se lo tengo que agradecer a la terapeuta Bae, me dio un gran consejo sobre el comportamiento de las personas. Sin embargo, tampoco me gustaba generarle algún problema al sujeto que se encontraba sentado al frente mío.
—Lo sé, pero no puedo negarlo, señor Bang.
—Choi Min Ju...
—Una última sesión de éxtasis y luego lo dejamos para siempre, señor Bang.—dije, mirándolo fijamente.
Bang Chan me observó con atención, probablemente reflexionando sobre mi capacidad de manipulación cuando realmente quiero algo con todas mis fuerzas.
espero que les haya
gustado el pequeño
maratón de 2 capí-
tulos ^^
perdón por tantas
actualizaciones, es
que no me gusta que
salga con "-" y no con
la raya larga de guión
('-﹏-';)
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