Pasaron los días que más tarde se convirtieron en semanas hasta llegar a meses, hasta que finalmente llegó el momento en el que Wade simplemente fue olvidándose de llamar a Hydra para saber si Peter había regresado, un día simplemente se despertó sin pensar mucho en aquel chico. Había llegado a saber la dirección de su casa gracias a que había fastidiado a la secretaria de aquella empresa que estaba relacionada con el castaño y ella se dio por vencida hasta que le dio algunos de los pocos datos que tenía registrados de Peter.

Pero él dejó de buscarlo en un momento de esos días.

[...]

Estaba regresando de trabajar, había conseguido empleo hace tres semanas ya que sus ahorros se habían acabado y debía pagar parte de su renta si es que no quería más reclamos de Al, era asistente del director de un supermercado, su horario era nocturno por lo que regresaba a su hogar a las 6am, cuando aún se podía sentir la brisa helada de la madrugada y cuando el cielo era de un azul pálido.

Caminaba por las calles, vio como un restaurante de comida mexicana que visitaba comúnmente apenas estaba poniendo unas cuantas mesas fuera del establecimiento, saludo de lejos al mesero y siguió caminando. Todo iba como normalmente pero cuando ya estaba más cerca de su hogar, divisó a la distancia a alguien sentado en su puerta, frunció las cejas con intriga.

«Pensé que iban a cobrar la renta en 5 días.»

No espero que al llegar a unos cuantos pasos de la banqueta, viera un abrigo extremadamente familiar, se quedó ahí parado igualmente, solo observando a quién quiera que estuviera ahí sentado.

—¿Peter? —Preguntó en un susurro, como si temiera que se hubiera equivocado, pero de pronto aquel chico subió la cabeza para mirar a Wade quien no pudo sorprenderse y no solo por ver al chico que había buscado tanto.

Peter tenía algunos golpes alrededor de su rostro, marcas rojizas en su cuello y su ojo izquierdo estaba de un color rojo. El castaño mostró una sonrisa que rápidamente se convirtió en una mueca mientras sus ojos derramaban lágrimas silenciosas.

—Vamos a dentro, Pet. —Dijo para poner su brazo alrededor de los hombros de él para poder ayudarlo a levantarse del suelo, abrió su puerta y ambos entraron, subieron las escaleras de forma lenta ya que Wade pudo ver cómo Peter se tambaleaba por cada paso que daba hasta que pudieron llegar a la habitación del Wilson. —Siéntate en la cama, iré por un botiquín ¿Esta bien? —El otro asintió mientras se depositaba en el colchón mientras soltaba un pequeño suspiro.

Fue casi corriendo al baño en donde había algunas vendas, pomadas y agua oxigenada, se llevó todo para regresar a la habitación de nueva cuenta y dejar todo al lado Peter quién permanecía en silencio derramando lágrimas aún, Wade no quería preguntar nada por ahora, no lo creía oportuno pero su curiosidad salió a relucir justo cuando estaba repartiendo el agua oxigenada con ayuda de un algodón en el rostro del menor.

—¿Qué fue lo que pasó para que terminaras así?

Peter siguió sin responder pero había dejado de llorar, pasaron algunos minutos en silencio hasta que Wade termino de tratar los golpes y se miraron fijamente.

—Solo me metí donde no debía. —Respondió con simpleza pero se notaba el peso en sus palabras, la tristeza. Volvió a sonreírle a Wade pero de nuevo se convirtió en una mueca y termino abalanzándose al pecho de Wade, esta vez llorando de forma que se podían escuchar sus quejidos mientras soltaba palabras entrecortadas. —Fui un estúpido, un idiota, todo fue mi culpa, todo...

Todo eso siguió hasta que Peter cayó dormido por el cansancio. Wilson lo recostó en la cama con cuidado y él hizo lo mismo a su lado, lo miro mientras dormía hasta que él imitó eso, no pudo evitar sonreír levemente por haber encontrado al chico después de tanto.

[...]

Comenzó a abrir los ojos lentamente para encontrarse con la cama vacía, se levantó casi de inmediato pero se relajó cuando vio como aquel castaño secaba su cabello con una toalla mientras estaba sentado en la silla de su escritorio; cuando terminó, giro para encontrarse con los ojos azules de Wade, sonrió como saludo.

—¿Cómo dormiste? —Preguntó para levantarse de la silla y caminar a la cama, llevaba una camisa de manga larga junto con unos pantalones deportivos que estaba seguro que eran de Al. —Oh, si, cuando desperté me topé con tu compañera, la ayude a hacer pan tostado y ella me prestó este pantalón, es muy amable. —Se acomodo al lado de Wade pero esta vez sentado para que el mayor le abrazara la cintura.

—Está bien, que bueno que te presto ropa más cómoda. —Cerró los ojos cuando sintió caricias en su cabeza calva por parte de Peter. Guardaron silencio por un pequeño tiempo.

—Asesinaron a mi tía. —Dijo de golpe, seguía acariciando suavemente la calvicie de Wade quien abrió los ojos y ante no saber que decir, apretó el agarre en la cintura del castaño. —Yo entre a Hydra por decisión propia cuando tenía 16 años, mi tía necesitaba el dinero, ella ni siquiera era mi madre pero tenía que cargar con el peso de un huérfano que le dejó el hermano de su esposo fallecido... Todo marchaba bien ¿Sabes? Había organizado todo mi tiempo para que mi tía no sospechara de que trabajaba allí pero terminó enterándose hace 5 meses, me dijo que dejara esto pero no podía salir, nunca podré salir de esto. —Tomó una bocada de aire. —Hizó lo más estúpido que pudo hacer: Denunciar a Hydra.

Wade comprendió todo, no necesito nada más, se sentó para poner sus manos en el rostro magullado del otro, junto sus frentes, ambos cerraron los ojos para sentir el calor del otro.

—Puedes quedarte aquí el tiempo que quieras, pero no desaparezcas de nuevo.

No respondió, solo se quedaron así un momento hasta que se separaron.

—No puedo quedarme mucho tiempo para no involucrarte en esto, pero puedo ¿Puedo quedarme dos días más?

Wade sonrió como si eso hubiera sido una broma. —Puedes quedarte para siempre si por mí fuera.