Morgie, conocido por la gente de la ciudad como el querido superhéroe Viper Jester, caminaba por las bulliciosas calles, disfrutando de su día libre cómo civil. La ciudad lo adoraba, no solo por su habilidad para luchar contra el crimen con su energía luminosa, sino también por su carisma y encanto natural. Era el tipo de héroe que hacía sentir a la gente segura, siempre con una sonrisa cálida y palabras de aliento.

Por otro lado, James vivía una vida completamente distinta bajo su identidad civil. Nadie sospechaba que él era el infame "Captain Hook", el villano más temido de la ciudad, con una mente brillante y estrategias casi letales.

Su obsesión con destruir a Viper Light era conocida por los habitantes de la ciudad así como por otros héroes y villanos, pero lo que nadie sabía era que, cuando no llevaba su traje de villano, James era el novio de Morgie.

Y ninguno de los dos tenía idea de que en sus alter egos eran enemigos mortales.

Una tarde, Morgie y James se encontraron en su café favorito, como lo hacían regularmente. James llegó primero, con una sonrisa suave en los labios al ver a Morgie acercarse.

—¡James! —Exclamó Morgie, dándole un beso rápido en los labios antes de sentarse frente a él—. Te ves increíble hoy.

James sonrió, disimulando el cansancio de la noche anterior, donde había tenido una intensa batalla contra Viper Light, especialmente aun sentía dolor de espalda por haber sido lanzado contra una pared de concreto. Claro que no podía ni quería mencionarlo. 

—Gracias —Respondió James, ocultando su verdadero pensamiento—. ¿Cómo ha sido tu día?

—Oh, ya sabes, lo de siempre. Trabajando, tratando de mantener el equilibrio. Nada fuera de lo común —Dijo Morgie, encogiéndose de hombros mientras tomaba un sorbo de su café. No podía contarle a James que había pasado la mañana desmantelando una bomba que Captain Hook había instalado en el puente principal de la ciudad.

Ambos disfrutaron de su tiempo juntos, completamente ajenos a  sus respectivos trabajos, tanto civiles como de supers. La ironía de la situación no dejaba de ser cruel. Cada uno pensaba que, fuera del campo de batalla, al menos tenían un refugio seguro en su relación. Pero en el fondo, la tensión siempre estaba presente.

Había veces en que Morgie sentía que estaba traicionando a alguien, pero no podía explicar por qué. Y James... James no podía evitar notar lo parecido que era el brillo en los ojos de Morgie al de su mayor enemigo.

Días después, durante una confrontación bastante dura entre héroes y villanos por toda la ciudad, fue que Viper Jester y Captain Hook habían trasladaron su batalla de la superficie al subterráneo y eso llegó a un punto crítico.

Ambos estaban peleando en la zona de la alcantarilla, lanzándose contra las paredes del túnel y golpeándose tanto como podían.

—Nunca dejarás de ser un fastidio, Hook —Gruñó Viper Jester, esquivando un disparo de una de las armas de Hook.

—Y tú, con tu maldita estupidez, siempre interfiriendo —Replicó Hook, su rostro y voz ocultos tras una máscara de alta tecnología que hacía brillar sus ojos en rojo.

Claro que Viper también usaba máscara, en específico una blanca con dorado al igual que su traje que cubrían casi toda su cara excepto por su boca.

—¡Dispara si tienes las bolas! —Gritó el villano.

Viper Jester frunció el ceño y lanzó un golpe particularmente fuerte, mientras una carga de luz blanca se formaba en su puño y dio de lleno en la cara del villano, sin embargo algo cambió. La máscara de Captain Hook se rompió por el golpe y un pedazo se soltó, revelando casi la mitad del rostro de James.

Morgie se congeló.

—¿James? —Susurró con un tono de voz casi inaudible.

—¿Qué has dicho? —Preguntó James.

Viper Jester no respondió, llevó sus manos a su máscara y la retiró de su rostro.

James sintió que el pánico lo invadía al ver la cara de su novio usando el traje del hombre a quien juró destruir.

Bajó la mirada, incapaz de mantener el contacto visual. El silencio que siguió fue devastador. Ambos, aún con sus trajes, quedaron paralizados ante el frío del subterráneo.

—Tú... tú eres... —Empezó Morgie, incapaz de procesarlo.

James solo pudo asentir, sintiendo que el peso de la verdad caía sobre ellos.