Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

4. Memorias

Día 4: smoke. AU sin quirks
Inspirado en Votos de Amor

[...]

Sentado en una banca pública en las calles de Japón y un cigarro entre los labios, Sero se resignaba a observar desde el otro lado de la calle como cierto pelirrojo salía de aquella repostería, algo que hacía a diario siempre a la misma hora, como una rutina que es incapaz de abandonar.

Una sonrisa floja surca su rostro durante unos breves instantes, evitando ser muy obvio mientras ve al chico salir de la tienda con una hermosa sonrisa en su rostro y la bolsa de papel donde el azabache puede apostar que se encuentran sus postres favoritos de fresa mientras camina por la calle de vuelta a casa.

Da una última calada al cigarrillo antes de arrojarlo a algún punto sin importancia, parándose de la banca donde antes se encontraba reposando para comenzar a caminar de vuelta a su propio hogar.

—Han —llamó Kirishima mientras terminaba de preparar la comida —, la cena está lista —avisó.

—Voy —respondió Sero desde la habitación, terminado de secarse el cabello antes de abandonar la pieza y caminar hasta la cocina, dándole un rápido beso en la mejilla al pelirrojo.

Kirishima soltó una tierna risa antes de entregarle su plato ya servido para que lo vaya colocando en la mesa.

El azabache llegó a su apartamento y miró los alrededores con una incesante melancolía que poco a poco lo iba atrapando. Trató de alejar aquellos pensamientos con una sacudida de cabeza, tratando de restarle una importancia que sabe jamás se irá, cerrando la puerta tras de sí antes de adentrarse más en aquel vacío apartamento.

Sus pies se movieron solos a la habitación, donde su mente le jugó una mala pasada al revivir recuerdos de los cuales trata de suprimir.

Una lágrima baja de su ojo y vuelve a sentir esa ansiedad por querer fumar otro cigarro, así que se dirige a la terraza con rapidez y saca un encendedor de su bolsillo trasero, prendiendo otro cigarrillo mientras su vista vuelve a irse entre el humo y los recuerdos.

Un pelirrojo reía con diversión mientras corria por la arena descalso, salpicando el agua fría de la costa con los pies en ocasiones.

—¡Han, ven, vamos a nadar! —le llamó, extendiendo aun más la sonrisa entre sus labios, sosteniendo parte de su cabello para que no le moleste en la cara mientras el viento sopla.

Sero toma la cámara que ha llevado entre sus manos desde que salieron de la casa y la eleva para apuntar hacía Eijiro en el momento perfecto donde los colores cálidos del atardecer provocan un hermoso contraste con la sonrisa del pelirrojo, acariciando su piel y cabello en un mágico escenario de colores que cautivan al azabache durante unos instantes.

Entonces toma la foto, y el flash de la cámara provoca que Eijiro se dé la vuelta sonrojado.

El cigarro vuelve a acabarse rápidamente y el azabache decide que sería mejor volver adentro antes que termine por fumarse el octavo cigarrillo del día.

Camina casi sin fuerzas y sin ganas hasta la habitación y se tira en la cama, acomodándose boca arriba, mirando el fondo de pantalla de bloqueo de su celular donde cierto pelirrojo sonríe en su dirección teniendo como fondo el hermoso atardecer en una playa costera.

Sentado en la misma banca que el día anterior a este, Sero observa con un brillo melancólico como el pelirrojo sale de la repostería cargando una bolsa de papel con sus postres favoritos.

Da una última calada al cigarrillo y aguanta en sus pulmones todo lo que puede del humo antes de soltarlo como un leve soplido. Lo tira.

Sero pasó su brazo por arriba de los hombros del menor y lo atrajo en un abrazo mientras miraban una película en la televisión. Kirishima estaba bastante concentrado ya que esta era una película que siempre había querido ver, por lo cual Sero se había esforzado mucho en conseguirla con buena calidad y subtitulada.

Aunque el azabache había dejado de prestarle atención a la televisión desde hace rato, enfocando sus ojos en observar el perfil de su pareja mientras sus ojos rubíes destellan ese tan característico brillo suyo acompañado de la deslumbrante sonrisa que era dibujada en sus labios, dejando al descubierto la punta de sus dientes en zigzag.

Era tan hermoso. Tan único. Tan Eijiro.

—Hay que casarnos.

La frase se deslizó de los labios de Hanta con tanta naturalidad que Kirishima casi se atraganta con su propia saliva, girando su rostro en el momento exacto para ver los ojos oscuros y calmados del azabache.

Sero alzó su mano libre para acariciar la mejilla de Eijiro con cariño, dejando entrever su triangular sonrisa despreocupada.

—¿Qué...? —Eijiro parpadeó un par de veces, relevando un nuevo brillo lleno de ilusión en sus ojos.

Usando la mano que acariciaba su mejilla, lo sostuvo con amor, pero con firmeza, mientras inclinaba su cabeza para dejar un beso suave en sus labios entreabiertos por la sorpresa que su anterior confesión le había provocado.

Se separó pocos segundos después, mirándolo directamente a los ojos.

—Hay que casarnos —repitió, está vez con seguridad.

Kirishima exhaló una sonrisa incrédula, una de esas que haces cuando escuchas algo tonto, casi irreal, pero que en realidad no lo es.

—Cásate conmigo, Ei —volvió a murmurar cerca de sus labios, teniendo que morderse el interior de la mejilla ante las ansias que le carcomian la cabeza por la falta de respuesta.

Eijiro cubrió su boca con una mano mientras sus ojos se cristalizaban, asintiendo varias veces sin cesar.

—Si —jadeó, aguantando las lágrimas que amenazaban con caer de sus ojos —, por supuesto que si.

La sonrisa en el rostro de Sero se ensanchó mientras sentía a su alocado corazón golpear con fuerza contra su pecho, feliz, sintiendo aquella calidez invadir hasta el último recoveco de su ser.

Se acomodó mejor en el sillón para estar de frente a su ahora prometido, tomando las mejillas del pelirrojo con ambas manos antes de unir sus labios en un beso cargado con todo el amor y felicidad que Sero estaba experimentado en estos momentos.

Se separó un segundo y tomó aire, volviendo a unir sus labios en otro beso.

—Te amo —confesó contra sus labios, dejándose llevar por la felicidad y la calidez que Kirishima siempre había llevado a su vida —. Te amo —volvió a murmurar, besando otra vez sus labios en picos cortos y continuos.

—Lo sé —murmuró de vuelta Eijiro, riendo sutilmente ante sus besos —. Yo también te amo.

Kirishima sigue su camino sin notar la presencia del azabache en la plaza frente a la tienda, hablando animadamente por teléfono antes de cruzar la esquina en dirección suyo.

Sero retiene el aire en sus pulmones durante un segundo, sintiendo su corazón golpear con fuerza contra su pecho. Sus miradas se conectan durante un instante y ese es todo el tiempo que Sero necesita para sentirse nuevamente como la mismísima mierda y que una puntada vaya directo a su cabeza, obligándose a sí mismo a desviar la vista y seguir con lo suyo.

El pelirrojo tropieza el algún punto de la caminata, provocando que lo que traía en manos cayera sin remedio al suelo, dispersandose.

Sero trata, se obliga y regaña, pero 3 segundos después solo puede verse a sí mismo agachado frente al pelirrojo mientras le extiende lo que juntó.

Kirishima agradece la ayuda con una sonrisa y Hanta se palariza, sintiendo los recuerdos removerse en su cabeza y las mariposas golpear con fuerza las paredes de su estómago. Cuando sus ojos se cruzan, el azabache siente que tiempo se detiene; todo a su alrededor parece relentizarse cuando la fina línea que adornaba el rostro del pelirrojo pronto se ensancha en una sonrisa radiante en zigzag. Porque las sonrisas de Kirishima siempre habían sido como un sol, sea la hora que sea, aquellas bellas sonrisas eran capaces de alumbrar hasta el más profundo de sus recovecos.

Apenas puede contener las palabras que amenazan con salir de sus labios, teniendo que obligarse a apretar la boca y sonreír pequeño en respuesta.

El mundo entero vuelve a tomar su ritmo inicial cuando Kirishima estira sus propias manos para tomar lo que el azabache le tiende, rozando apenas sus dedos en el proceso, algo que provoca un detonante en el corazón del contrario, obligándose a pasar saliva para no ser tan obvio.

—Gracias y, oh —el pelirrojo parece notar un detalle, volviendo a sonreír nuevamente —. ¿Quién es la afortunada, o afortunado?

Sero baja la mirada hacia el lugar donde los ojos rubí de Kirishima le indican, observando con un brillo melancólico imperceptible para el contrario. Mueve su mano apenas unos centímetros, viendo de reojo el anillo dorado que decora su dedo.

Eres tú, casi dice, pero en su lugar Hanta opta por erguirse y desdibujar una sonrisa tranquila en sus labios —bastante forzada, porque él siente todo menos tranquilidad en estos momentos— y niega.

—Nadie, de hecho —suelta al final, usando un tono tan parsimonioso que le resulta irreal de expresar —. Sucedió algo al final y, bueno, no importa.

—Oh —Kirishima se remueve ligeramente incómodo —, lo siento.

—No te preocupes —le tranquiliza, dando un paso atrás para darle su espacio cuando el pelirrojo se levanta.

Sero traga saliva y empieza a abrir y cerrar su mano izquierda, ansioso. Saca rápido un cigarro de su bolsillo trasero y lo enciende.

Mierda, Ei. No puedo seguir viéndote a la cara y fingir.

Está a punto de irse cuando Kirishima abre la boca para hablar, provocando que Sero se detenga en seco y lo observe, esperando saber lo que le dirá.

—¿Fumas mucho? —pregunta Kirishima, ladeando ligeramente la cabeza —. Lo siento, yo siempre digo que es malo; acorta la vida.

Sero le regaló una diminuta sonrisa ladeada, casi irónica. Aunque sabe que Kirishima no le entiende.

Después de todo, eso fue lo que el pelirrojo le había dicho la vez que se conocieron.

—Antes fumaba seguido —empezó a contar, tragandose el nudo que poco a poco se iba formando en su garganta —, luego lo dejé durante varios años. Empezé a fumar de nuevo hace 11 meses exactos, lo hago cuando me siento ansioso o triste.

Kirishima le miró momentáneamente sorprendido.

—Uau, eso coincide con... —con la fecha en la que saliste del hospital, terminó la frase Sero en su mente. Kirishima negó con la cabeza —. Bueno, no importa.

Sero se despidió después de ello, comenzando a caminar en la dirección contraria que el pelirrojo. Miró el paquete de cigarrillos entre sus dedos y sintió unas horribles ganas de fumarse todo, pero se abstuvo de terminar el que tenía de una sola calada, reteniendo el humo en sus pulmones durante unos segundos antes de expulsarlo y tirarlo por ahí, sabiendo de sobre que lo único que hacía era ser un completo cobarde.

—Es permanente, lo lamento mucho señor Sero —el doctor presente le palmeó el hombro en forma de consuelo tras explicarle al azabache que Kirishima no volvería a recuperar su memoria tras el accidente.

Hanta miraba del otro lado de la vitrina como Eijiro estaba sentado en la cama de hospital hablando con su madre y tratando de tranquilizarla; diciéndole cosas como que todo estaba bien y que él estaba bien, sin ser consiente de que el otro lado de aquel vidrio se encontraba su prometido aguantando lágrimas de impotencia.

—No me recuerda... —murmuró Sero con la voz quebrada —. No me recuerda y es todo mi culpa —volvió a murmurar —. Yo iba al volante, yo tenía que estar prestando atención al camino, yo debería ser la persona en esa cama no él —siguió diciendo, autodestruyendose a sí mismo.

El doctor ya se había ido hace un rato y Sero había quedado solo en la infinidad melancólica de aquel blanco y pulcro pasillo, mirando los dos anillos que sostenía en su mano.

Por su culpa Eijiro habia dejado parte de su carrera para ayudarle con su problema pulmonar por fumar, por estar a su lado siempre, ayudándole a avanzar en su vida. Por su culpa Eijiro había perdido gran parte de sus recuerdos, todos aquellos momentos felices y tristes que habían tenido juntos y los que había tenido él con sus amigos, con su familia. 

Él sabía que por su culpa varias cosas habían cambiado en la vida de Eijiro, que si no fuera por él probablemente el pelirrojo haya tenido una mejor vida económica y no en la miseria de apartamento en la que vivían; por más que el pelirrojo diga que está bien, que no pasa nada, que aquel es su hogar y que Sero su mundo.

Por más que trate, sabe que es todo su culpa.

Y por esa misma razón fue que tomó esta decisión, con todo el dolor en su alma y las interminables lágrimas que sabe que caerán, Sero decidió que Kirishima iba a vivir mejor sin él. Que sin él la vida de Eijiro sería más fácil de reconstruir.

Su corazón siempre le pertenecerá a Eijiro, a su mundo, su luz. Pero que ya no podrá estar a su lado, porque sabe que de ser así solo conseguirá lastimarlo más y eso es lo que menos quiere hacer.

Así que, decidido a abandonar aquel hospital entre pasos temblorosos, sintiendo su mundo caer a pedazos por cada paso que daba, Sero se prometió salir completamente de la vida de Kirishima, tratando de convencerse una y otra vez que estaba bien, que lo que hacía estaba bien. Que, de este modo, ya no podría lastimar más a Eijiro.

Que, por más que doliera, Sero no volvería a mirar atrás.

................2266 palabras.

Traté de que me saliera lo más sad posible, pero creo que no salió tan bien, o porque soy una persona sumamente insensible de mierda A, pero ese es otro tema.

Comenten qué tal les pareció el día de hoy. Les gustó, si, no?? Salió triste??

Bueno, en otras noticias, al fin estoy de vuelta por aquí siiiii

Deje la week tirada al menos dos semanas, se suponía que debería de estar terminada el 1 de agosto we. Sin embargo, 15 de agosto y yo todavía debiendoles un día más a jaja...

Matenme...

Y bue.

Se supone que el día 4: humo, sería otro, que es donde Kirishima y Sero son pro hero, pero al final quedé re trancada con el día y no lo podía continuar, y como me estaba tardando demaciado lo mandé a la mierda e inicié uno nuevo.

Pero tranquilos a haha, el día 4 que antes estaba escribiendo iba 1700 palabras, y no lo iba a borrar ni en pedo, así que cuando saque crónicas de Stregheria y esté finalizado sacaré una nueva novela de conjunto de os dedicados a Sero Hanta con diferentes ships, y es muy probable que el día que antes escribía lo suba como un os para ello.

Pero fin en

Alguna falta ortográfica que veas estaré encantada si me lo hacen saber.

Alguna dudiña que te haya quedado y quieras saber puedes dejarla por aquí 👉

Mil gracias por leer!!!

Atte: Kirishi365

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro