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TRATEMOS

TRATEMOS

El escocés y Patrick al terminar su comida  decidieron ir a la oficina de Adam.

Marina le informa a su jefe de la visita por el intercomunicador.

—Chase, quiero que conozcas a un gran amigo mío, es el jefe de la policía.

—Muy bien.

Sloan y Patrick pasan a la oficina.

—Escocés, O'Neal que placer verlos, les presento a Chase Johnson.

—Mucho gusto— contesta Chase y les da la mano.

—Al fin le conozco, Brenna me ha hablado muy bien de ti.

—¿Brenna?—Pregunta confundido Chase.

—Si. Es mi esposa.

Chase sonríe. —Entonces es un verdadero placer conocerlo.

A Sloan le cayó muy bien el americano.

—¿Qué les trae por aquí, caballeros?.

—Adam, te hemos traído una nueva información pero...—Se interrumpe Patrick, ante la presencia de Chase.

—Tranquilo Patrick, estamos en confianza.

O'Neal mira a su jefe y este asiente.

—Bien. Se realizó una llamada a la oficina de la bolsa de valores para tratar de vender unos bonos.

—El personaje, es un ladrón de poca monta, que no tiene conocimiento sobre valores y títulos, menos de bonos —intervino Sloan.

—¿Han podido atraparlo?.

—No. El hombre modulo sus palabras sin acento, y no tenemos más pistas. Te lo juro, me tiene más que frustrado.

—¿Fuiste robado?

—Si Chase. Cuando estabas en el hospital.

—Y Vanesa, ¿no está enterada?

—Exacto.

—Ya veo, bien que me dice que la protejas.

—El caso acá, mi amigo, es que estoy atascado—prosigue Sloan.

—Lo que haremos a continuación es recopilar datos, jefe.

—Cierto O'Neal, ¿hiciste los arreglos Adam?

—Ya están listo.

—Perfecto. Cambiando de tema, este sábado bautizamos a Alaina.

—En esto me has ganado O'Neal, al ser el padrino.

—Y que contento estoy, Adam.

—Amigo, si eres mi padrino de boda, igual tienes responsabilidades conmigo, Brenna y los hijos nuestros.

—¡Ha! Ahí tienes O'Neal.

—Vanesa es la madrina.

—Y se lo merece, quiere a tu hija como si fuera propia, mira a ver qué haces al respecto Chase.

—Es lo que más deseo  —responde el aludido.

—No está por demás invitarte a la ceremonia, Johnson.

—Gracias jefe.

—Dime escocés, aquí el grandulón es el que me dice jefe.

—Y a partir del sábado compadre —O'Neal  suelta su risa complacido.

Más tarde... en la suite.

Chase se desilusiona al no encontrar a Vanesa, y decide tomar los planos que Adam le entregó y tomarle fotos para poderlo analizar en su computadora y realizar unas consulta con su equipo y Bárbara, ya tenía tiempo que no conversaban.

En su cuarto tenía su mesa de trabajo, lápices, reglas y más implementos.

Le envió un correo a su hermana, sólo faltaba su respuesta, le gustaba escuchar sus opiniones.

Había realizado una copia de los planos originales, haciéndole cambios que creía que eran más favorables.

Así lo encontró Vanesa, tan concentrado como de costumbre en lo que más le gustaba, el diseño, se acercó y se sorprendió al ver los planos que Chase tenía en sus manos.

—¿Cómo es que tienes los planos del resort?

Chase respinga al escuchar su voz y se le cayeron los lápices.

—Lo siento. No fue mi intención molestarte.

—No lo haces. Y para responderte, Adam me entregó los planos.

—¡Que dices!. ¿Por qué él haría eso?.

—Para revisarlo y tomar una decisión con respecto a la construcción del resort, estoy consultando con Barbie y el equipo, si es viable, realizar nosotros mismo la construcción de este proyecto.

—¿Qué ha pasado con la que contratamos?.

—La verdad, no lo sé cariño, pero me gusta la idea y quiero realizarla.

Al ver el silencio en la chica, Chase se concentra en ella y luego desvía la vista, no sin antes notar Vanesa el dolor en sus ojos.

—Siento si te incomoda Vanesa. Pero me gusta este proyecto y si hay vía libre, lo haré.

—No. No me incomoda Chase, es que me sorprendió nada más.

—Esta bien. ¿Te gustaría echarle un vistazo y darme tu opinión con respecto a los cambios que he hecho?.

—Si. Como en los viejos tiempos.

Vane se instaló en la mesa y estuvieron comentando y acomodando los planos por espacio de dos horas, era la primera vez después de un año que estaban juntos y en armonía trabajando y conversando.

Vanesa decidió darle la oportunidad y tratar de construir una relación junta.

—Vamos te invito a cenar, Vane.

—Vamos, tal vez de regreso tengas respuestas.

—Si, no tenemos el mismo horario.

Decidieron no entrar al restaurante del hotel, Vanesa quiso ir al pub de la madre de Ana, Chase quería complacerla por ello, aceptó.

Charlaron de todo un poco y la estancia en el lugar le pareció muy amena, la comida muy jugosa y sobretodo la compañía para los dos especial, donde se redescubrieron.

***
Una mujer  rubia entra por el área de servicios vestida con una gabardina negra y un sombrero de ala ancha, recorre el hotel confiada de no encontrar a ningún empleado y se dirige hasta el despacho de Vanesa.

Adentro revisa sus papeles pero no encuentra lo que busca, se dirige hasta el puesto de las empleadas, encuentra su escritorio cerrado con llave y lo fuerza, pan comido, vuelve a revisar y está vez encuentra lo que busca, les saca copia y los pone en su lugar, cierra nuevamente con llave el escritorio y se va por donde entró con la información que quería.

Ya en la suite Chase  sirve unas copas de vino, le entrega una Vanesa y se sienta a lado de ella en el sofá con la suya.

—No podía terminar la velada sin degustar este vino, en tan increíble compañía.

—Gracias Chase, por el cumplido.

—Es muy cierto.  La velada ha sido espectacular, porque la he pasado contigo mi amor.

—Chase...

—Vane contigo me siento diferente, completo.

—¿Completo?

—Si. Eres mi complemento cariño.

—Me siento extraña.

—No debes.

—Déjame terminar Chase. Me siento extraña, porque perdí las esperanzas de que tú me quisieras y siento que estoy en un sueño, que no es real.

—Pero es muy real mi amor, si me das la oportunidad, trataremos de construir nuestra relación. Vane quiero que sepas, que quiero todo contigo, el cuadro completo, la casa, los niños y hasta un perro, quien sabe un gato.  Quiero convertirte en mi esposa, mi mujer, mi amante y amiga, pero no me engaño, sé que tengo que convencerte.

—Tengo miedo.

—Lo sé dulzura, porque yo instalé ese miedo en ti y me arrepiento de todo lo que hice, si pudiera regresar el tiempo haría las cosas de otra manera, te hubiera hecho mía desde el principio.

—Entonces tratemos, vamos paso a paso. —se acercó y le dio un beso en la boca, Chase tomó su cara y la pegó más a él y la beso más fuerte, cambiando el ángulo, degustando, sacó su lengua  pasándola por las comisura de sus labios y Vanesa le dio paso, empezó un sensual asalto, chupo y le hizo el amor a su boca.

Vanesa estaba en el cielo, la realidad superaba por mucho a sus sueños, Chase la besaba deliciosamente, sentía cosquillas y mariposas en el estómago, había besado antes pero no se comparaban con este hombre.

Chase mordía y pasaba la lengua para refrescar un poco el ardor del pellizco, los labios de Vane eran jugoso, dulces, moriría en ellos, poco a poco la fue recostando, levantó sus labios de los suyos, para mirarla, que hermosa se veía toda sonrojada y pidió permiso.

Le empezó a desabotonar la blusa, la piel pálida y suave se veía en su escote, comenzó a dejarle un reguero de besos a cada paso, encontró su brassier,  hermosa pieza de ropa interior, un encaje de color piel, que no dejaba nada a la imaginación, puso sus labios en el pezón por encima de su sostén, en ese momento Vanesa lo empujó, cayendo Chase al suelo.

—¡NO!. ¿Es esto lo que quieres nada más?.

—No por Dios, no es eso. —Se dio una patada mental, maldita sea ahora se acordaba de las palabras de Noni.

—¿Nada más buscas sexo?

—No Vane, perdóname, te juro que no es así. —carraspeo  —Claro que quiero estar contigo, pero soy un estúpido, no debo forzar las cosas, te juro no pasará otra vez. —Y se levantó le dio la espalda para acomodarse su pene. — Lo siento de veras, fui demasiado rápido.

Cuando se disponía a salir de la sala, suena el teléfono y Vane contesta, al ponerse pálida Chase toma el auricular.

—Si diga.

—¿Chase?. Soy yo, Sloan. Le estaba preguntando a Vanesa, ¿si puede ir al hospital a ver a Alaina?. Ella está mal y yo no puedo acompañar a Brenna, ¡Dios! estoy en un operativo, cuando termine iré hasta allí, por favor, estoy muy preocupado.

—Tranquilo, yo llevo a Vane y si me dices como localizarte te estaré informando —anotó lo dictado—Ok listo, ahora vamos para allá—Y colgó.

—Mi amor.

—¡No!, ¿qué tendrá la nena?

—Vamos a averiguarlo, pero primero quiero que me mires.  —
Cuando Vane levantó su mirada — Escúchame vamos a ver a la bebé y acompañaremos a Brenna, la cual, también debe estar asustada y está sola. Estoy contigo, no lo olvides. —Y la abrazó.

Alaina había estado resfriada y se le presentó una infección de oído, por lo que tenía fiebre alta, estaba irritada y molesta.

La doctora Diana les informaba a Brenna y a Vanesa quienes demostraban su angustia.

—Brenna, tienes que darle el tratamiento tal cual como lo he escrito, verás cómo se mejora la nena.

—¿Así tan fácil?.

—Si. Si se hace correctamente, tranquila, nada más hay que darle atención y cariño.

—Lloraba y lloraba y no sabía que hacer hasta que la sentí tan caliente.

—Los bebés no tienen manera de comunicarse, sino llorando. Bien hiciste al traerla, ella ahora está más fresca y durmiendo plácidamente, la mantendré en observación unas horas y después la puedes llevar a casa.

—Gracias Diana.

—De nada. —observa a Chase y se dirige a él —Mi paciente americano, ¿cómo ha seguido?.

—Bien gracias.

—¿Qué lo trae por acá?

Mirando a Vane, no le gustaba la angustia que refleja su cara.

—Por la bebé.  Estamos acompañando a Brenna.

—¿Por mí? No tranquilos se pueden ir.

—No Bree, le prometí a tu esposo que estaría aquí hasta que él llegue.

—Muchas gracias, Chase.

Chase sentó a las dos mujeres y se fue a buscar TE para las dos. La doctora también las dejó, para seguir con su labor.

—Vanesa gracias por haber venido.

—Imposible que no hubiera estado aquí, acompañándote.

—También debo decirte que si no fuera por Chase, creo que me hubiera derrumbado de tanta angustia.

—Lo sé. Conmigo fue igual y después de lo que lo acusé.

—¿Lo acusasteis de qué? — Indagó Bree.

—De querer tener solamente sexo conmigo, cuando yo fui quien lo besó primero.

—Pero niña, ese hombre te ama. Si lo besas, su naturaleza sale a flote, es un hombre sano.

—Lo sé. Lo peor es, que arrepentido, me pidió perdón por haberme forzado, ¿forzando de qué?. Solamente me entró pánico Bree.

—Pánico, ¿Por qué?
—Porque a pesar de mi edad, nunca he estado con nadie, y me dio miedo de que me rechazara por mi inexperiencia.

—Ay mi niña, no creo que sea ese el caso, pero debes hablarlo con él, puedes que te lleves una buena sorpresa.

Se callaron al sentir que la puerta se abría dando paso a Chase y a un nervioso escocés, quien le hace una pregunta a su esposa

—¿Está todo bien mi amor?.
—Si. La tendrán en observación y después nos las podemos llevar a casa.

—Bien.

—Entonces, nosotros nos vamos — dijo Vanesa.

—Ya están juntos Sloan, llevaré a Vanesa a casa. Por favor nos mantienen informados.

—Chase, te doy las gracias en nombre de mi esposa y mío.

—No hay de que, Vanesa adora a tu hija y yo aprecio a Bree.

—Nos vemos Bree—se despidió vane.

—Gracias nuevamente a los dos —dijo el escocés.
***

Ya acostado Chase en su cama, sintió un leve toque en su puerta, se levantó y la abrió.

Vanesa se encontraba del otro lado de la puerta con sólo su pijama.

—¿Puedo pasar?.

—Si. Pasa, por favor.  —le dio espacio y la joven entró.

—¿Puedo quedarme aquí contigo?.

—¿Estas segura?

—Si. Pero si te incomoda, me voy y lo olvidamos.

—¡No! Ven entra.

Chase le abre las sábanas y la acomoda, a continuación se acuesta del otro lado.

—No puedo dormir, ¿me puedes abrazar, Chase?.

—Si mi amor. ¿Mejor?.

—Si.

Y así los encontró la mañana.

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