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Capitulo 24. Capitulo final.

Barbara entra a la suite, revisa el desorden que hay en ella pero no ve a Adam por ningún lado. Decide acercarse a la habitación y lo encuentra sentado con una botella en el piso al lado de el y una copa en su mano.

Su ropa arrugada y el pelo despeinado, con una barba de varios días, pero lo que más la impresionó fue ver sus ojos rojos y sin brillo viendo a la nada, una tristeza envolvía su entorno.

Creía que Vanesa no le había explicado correctamente el verdadero estado del hombre.

De repente él la vio, su cuerpo se tensó e hizo una mueca desagradable. Lágrimas corrieron por sus ojos antes de cerrarlos.

—Ahora tu imagen viene a atormentarme de nuevo—su voz sonó áspera como si tuviera falta de uso—, para mostrarme que no te puedo tener. Ya ni siquiera puedo tener el consuelo de una borrachera para nublar mi mente, porque de igual forma te cuelas en mis vigilias y en mis sueños. Mo ghrá......is breá liom tú (mi amor....te amo), no tuve el tiempo para decírtelo.

La cadencia del rico acento irlandés inundó la estancia aunque la joven no entendiera su significado, sintió que era arropada con sus palabras.

Barbara se acercó a él para ver si lo podía acomodar en la cama y pudiera dormir ya que lo necesitaba mucho.

—Adam...abre los ojos.

—No. Déjame en paz no me atormentes más, quiero estar sólo.

—Te estás haciendo daño.

—Esto no es nada, es el pago de mis equivocaciones.

Le quitó el vaso de la mano y alejó la botella sin tocar colocándola en la mesa. En la esquina de esta para su sorpresa encontró varias fotos, en una estaba ella dormida con la expresión de una mujer bien amada y las otras dos...pensaba que él no tenía conocimiento de su localización y aquí tenía la prueba de lo equivocada que estaba. En una de la foto se encontraba afuera de su bungalow frente a la playa abrazandose a sí misma y con una expresión de felicidad y en la otra sentada en el sillón con su teléfono cerca al oído y soltando una carcajada, debía ser en el momento en que se había reconciliado con su padre.

Con el conocimiento de que había respetado su decisión de estar sola, se acercó para instarlo a estar cómodo.

El hombre que amaba realmente estaba sufriendo por su culpa.

Lo levantó con un poco de esfuerzo y una carpeta cayó al suelo.

Lo acostó por fin en la cama y lo puso cómodo. Se acostó a su lado y pronto a los dos los reclamó el sueño.

***********

Al día siguiente.

Adam en el sopor del agotamiento no recordaba haber llegado hasta la cama, pero se sentía que había descansado. Tenía que levantarse su necesidad de ir al baño lo urgia, al levantar la sabana se descubrió únicamente con su ropa interior. Caminando hasta el baño evaluó los daños que produjo con el arrebato e inmediatamente se instaló el pesar que lo conllevó a hacer aquel acto.

Una aroma inconfundible flotó hasta él y se paralizó no queriendo albergar esperanzas, pero su corazón era débil y espero ver salir a la dueña de su corazón.

—Al fin estas despierto—Adam no creía que está vez fuera una visión—, ven a comer lo necesitas.

—Voy, déjame primero ir al baño y ponerme algo de ropa.

—Bien, en el baño hay toallas y una muda de ropa no demores la comida te espera.

Así lo hizo más por ver a Barbara que la necesidad de comer.

En la mesa había variedad, estaba famelico y a pesar de ello obligaría a su cuerpo a comer.

Barbara estaba esperando en el otro asiento dispuesto para empezar su comida y lo hicieron en silencio. Quedó satisfecha verlo limpiar lo que se había servido.

—¿Qué haces aquí?.

—Vine a ver el trabajo, visitar a mi hermano y a mi cuñada.

—Bien—la decepción en sus ojos los oscureció un poco—, la plantilla que tu padre envío ha realizado un buen trabajo.

—¿Cómo lo sabes?—Le extrañó la pregunta a Adam—, lo digo porque has estado mucho tiempo distante de tu obra.

Sus palabras se oyeron a recriminación y no podía negarlo.

—Tienes razón, he estado muy distante—giró la mirada a otro lado de la salita—, trataré de apersonarme de todo.

—No me malinterpretes Adam, no estoy recriminado nada; sólo es que me sorprende que a pesar de todo este enterado de lo que sucede a tu alrededor.

—Lo siento, siento...

—Maldita sea, no quiero escuchar más el que pidas perdón.

Quiero ver al hombre seguro que conocí, al ogro—esto último lo dijo con una sonrisa—, sé que yo te he hecho más daño del que puedas haberme hecho tú.

—No era mi intención créeme, sólo buscaba...

—Protegerme— terminó la frase por él—. Lo sé, es parte de tu naturaleza.

—Así es y por ello es que cometí muchos errores, el primero fue no decirte el verdadero papel de William en mi vida.

—Aún te dolía que Salomé te hubiera dejado.

—No. Eso no es de todo verdad, lo que me dolía era el daño causado hacia ti y por ello quería evitarte más sufrimiento. Ahora sé que mis acciones eran equivocadas.

—¿En que momento te enteraste que Salomé y yo éramos hermanas?.

—Justo un día antes de regresar del viaje, claro está su parecido me intrigaba y por ello lo mande a investigar. Quería darte respuestas y confesarte todo. Tu padre me advirtió que debía contarte, pero mi afán de protegerte podía más o mi egoísmo para no perderte. Al final salió peor de lo que esperaba.

—¿Perderme?.

—Si. No quería perderte. Deseaba quedarme contigo.

—¿Porqué?.

—¿Porque?....primero que todo, jamás te compararía con Salomé. No como lo hizo William; no me acosté contigo para llenar un vacío lo hice porque quería estar contigo. Tú escuchame bien haces palidecer a cualquier mujer, tú nadie más. Al principio te rechazaba por su parecido, pero sus diferencias fue lo que me atrajo más de ti. Poco a poco te metiste en mi piel y te has quedado instalada ahí.

—Adam...

—No quería perderte Barbara porque contra todo pronóstico me enamoré irremediablemente de ti y quería protegerte de cualquier dolor sin pensar que yo podría causarte el más grande de todos.

Las lágrimas no habían parado de salir de sus ojos al escuchar su declaración.

—Is breá liom tú Barbara—las mismas palabras que había escuchado anoche.

—¿Que significa esas palabras?.

—Te amo Barbara.

Barbie se lanzó a su regazo para besarlo y el la recibió gustosamente.

—Mo ghrá, is breá liom tú.

—Yo también te amo Adam.

—Sé que debí contarte antes todo y me hubiera, nos hubiéramos ahorrado tanto sufrimiento. También decirte lo siento por Noni, no sabía que era tu abuela ni de Salomé.

—Ya está en el pasado mi amor.

—Quiero que sepas que contigo he conocido el verdadero significado de la palabra amor. Lo que hubiera sentido antes no se compara, en realidad palidece mo chroí.

—Estas palabras la escuché antes, ¿qué significa?.

—Mi corazón.

—Ohh mi amor.

—Deseo que formes parte de mi vida. No quiero volver a separarme de ti, no quiero perder a nadie más.

—¿Porqué lo dices?.

La levanta delicadamente de su regazo y va en busca del folder que había caído y se lo entrega a la joven.

Ella lo recibe con la pregunta en su mirada.

—Abre lo.

—Esto es mío.

—Lo sé y disculpa mi atrevimiento, pero todo lo relacionado a ti me mantenía cuerdo.

La joven abre la carpeta y era la de los resultados del laboratorio hecho a William y ella. A medida que lo iba leyendo sus ojos se abrían con sorpresa.

—Era mío Barbie. El bebé era mío—ella se sentó a su lado para abrazarlo.

—Oh mi Dios. Adam lo siento en verdad lo siento.

—Tu no quedabas embarazada porque el estéril era William mo ghrá. Tu estas perfectamente sana.

—Lo sé, ahora lo sé.

El la miro con los residuos de su dolor.

—No puedo evitarte el que te duela esta pérdida pero si compensarte de alguna manera.

—Tu presencia me da toda la fuerza que necesito— respondió Adam.

La joven tomó sus manos y se las colocó en su vientre.

—No vas a estar nuevamente sólo mi amor, te acompañaremos siempre.

Adam miró con sorpresa a Barbie para confirmar sus palabras, ella asintió y él con mucha alegría la levantó para abrazarla y besarla. Con cada beso le decía te amo y gracias.

Camino hasta el cuarto y la depositó en la cama, la fue desnudado y su vientre la lleno de besos. Se desnudó ,entró con ella debajo de las sábanas y le hizo el amor con delicadeza.

—¿Quieres casarte conmigo?.

—Si—le respondió mientras el clímax los azotaba a ambos.
GRACIAS POR HABER ESTADO CONMIGO EN EL CAMINO DE MI HISTORIA, AHORA LES DEJO EL EPÍLOGO.
BESOS. LA ESTRELLITA NO SE OLVIDEN.

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