Capitulo 20 El secuestro.
Kyra estaba realmente asustada, su amante estaba recibiendo muchos golpes estoicamente y mirándola fijamente diciéndole con la vista que no era su culpa.
Los dos iban a morir esa noche y el la seguía protegiendo y arropando con amorosa mirada. No le había dicho aún de que estaba embarazada, Dios ella preferiría que no se enterara.... él moriría antes.
Su padre hizo que la ataran en una piedra plana frente a Liam, el terror que reflejó los ojos de su amante la enfriaron en el acto, ningún golpe le había dolido, como el hecho de saber que su amor sería violado y repetidas veces frente a él y no poder hacer nada.
Ella le dijo te amo y cerró los ojos para esperar su castigo.
En el aire se escuchó un grito de guerra.
Los hombres del clan Lynch llegaron bajo la dirección de la madre de Kyra.
Hubo una pelea encarnizada, los hombres de clan O'Flaherty fueron diezmado y su jefe pudo deshacerse de sus custodios, quedando frente a su verdugo.
—Suelta la maldito.
—No. Esto no se ha acabado—levanta el puñal hacia su hija con trayectoria al corazón y es detenido por el grito de su esposa—.
—No lo hagas. Hay una vida más latiendo.
Liam se paralizó y sintió más miedo que nunca. Miro a la joven para confirmar las palabras de su madre. Y ella asintió miedosa de su reacción.
—Entonces mi justicia será hecha.
—¿Cuál justicia?. La injusticia de no permitir a tu propia hija escoger su felicidad. ¿O es que siempre la quisiste para ti?.
—Maldita bruja.
—Si, una bruja y te aseguro que si le tocas un solo pelo mi poder te caerá encima y se llevará tu aliento consigo hasta exprimirte completo. Te juro que será doloroso junto con tu estirpe, ningún hijo tuyo vivo sobrevivirá, caeras muerto tan seco como la más desnuda rama en el invierno—la maldición fue lanzada.
—No me asustas vieja, de aquí está puta no saldrá viva y tú maldito Lynch existiras con la culpa de su muerte y de tu hijo. Si no será mía no será de nadie—levantó el cuchillo y le razgo el vientre en dos llevándose dos vidas al mismo tiempo.
Liam grito su dolor junto con la madre de ella y sus hombres impotentes agacharon sus cabeza en signo de duelo.
Inmediatamente Laf O'Flaherty quedó rígido con las manos ensangrentadas, sus pómulos secándose y la piel marchitandose pedazo a pedazo, sus ojos sobresaliendose de sus órbitas miraban asustado a la mujer que era su esposa.
Cada uno de sus hijos fueron secándose en sus pieles de adentro hacia afuera en una muerte grotesca y dolorosa hasta convertirse en cenizas
—La perdí. ¿Cómo viviré ahora?.
La mujer sintió en su vientre una nueva vida y sonrió.
—Este no era su tiempo, aquí y ahora declaro que sus almas se reencontraran en su verdadera vida, tú serás su hombre y ella será tu mujer; envío mi protección infinita y fuerte como el más grande muro que nadie deberá interponerse, una guía estará a su lado y si de un sacrificio se trata con sangre se sellará el pacto. Su alma junto a la tuya se reconocerán mutuamente, no va a haber más obstáculos. Así sea.
Tomó la sangre de su hija y se mancho su vientre para procurar su regreso.
—Sé que es doloroso hijo, pero te pido que recojas los pedazos de tu alma y sigas tu vida. Ustedes están destinados a estar junto y para ello debes continuar tu legado Lynch.
Y así fue....
Noni sintió la opresión en su pecho después de la visión, ese sería el día lo sentía en lo más profundo de su alma, se vistió y dejó un mensaje a su sobrina. Luego se dirigió a donde sus palpitaciones le llevaban; debía salvar la vida....la carne de su carne.
***************
Barbara despertó encima de unas colchas dispuestas para su comodidad al lado de ella estaba Caro y la asusto su inmovilidad, respiraba muy lentamente, sus ojos la miraban con terror. Por lo menos estaba viva, recorrió la estancia desde su posición no quería alertar de que había despertado. Se escuchaba las voces de varios hombres y un grito de terror de una mujer, el sonido de la carne chocando contra otra. Otro grito de dolor y más sonidos de sexo. El olor metálico de la sangre entró con fuerza y volteó hacia los sonidos; lo que vió la dejó pasmada el grupo de más de cinco hombres golpeaban y violaban a una mujer atada en el centro de la mesa y se turnaban para producirle dolor a la mujer mientras penetraban con sus grotescas vergas llenas de sangre, la sangre de esa mujer. Evitó gemir de angustia ante tal espectáculo y quiso meterse a fuerza en su mente que eso no sería su destino.
—Sé que estas disfrutando de la obra que te estamos mostrando—Barbara cerró los ojos inmediatamente
al escuchar la voz de su Némesis... Gleen—, no intentes
fingir me di cuenta inmediatamente de tu despertar.
Otro hombre entró en la estancia y miro con desaprobación la escena.
—No me importa tus actividades extracurriculares, con tal de que hagas lo que te pido.
Gleen volteó sorprendido al escuchar al recién llegado.
—Tú desgraciado, con razón no te dejabas ver.
—Y así espero que siga.
—Ven para darte una prueba de mi lealtad, vamos a disfrutar de este estirado bocado juntos.
El recién llegado miró a la mujer, a Barbara y gruñó su respuesta con un acero implacable y gran autoridad.
—Bajo ninguna circunstancia tocarán a esa mujer, ¿me entendiste?; bajo ninguna circunstancia....Ella es mía y de nadie mas, un solo pelo y es hombre muerto.
Barbara pensó estar a salvo de momento, pero al ver la expresión del visitante y su mirada con un toque de locura se asustó más.
—No. Yo la traje para probar y así será, no porque tu lo digas.
Las palabras de Gleen hicieron moverse al hombre con tal sutileza que no vio en ningún momento el cañón de la pistola posicionarse en sus bolas de forma amenazante hasta sentir la presión.
—¿Me entendiste?, ó ¿todavía no es lo suficientemente claro?.
Gleen tragó saliva y se aclaró la garganta.
—Maldición Horacio, ya lo entendí y el resto de mis hombres.
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Adam busca desesperado a Nathan y al encontrarlo este le informa de la salida de Barbara con Caro.
La sensación de fatalidad que viene sintiendo desde la salida abrupta de Barbara se incrementa y más aún cuando Sloan le pide que se acerque a la central.
********En la central ***********
Patrick le había dado parte de la inquietante información que le suministró el jefe Mchoam y había llamado sin perder el tiempo a Adam. Quien acababa de entrar con Nathan al lugar.
Le extrañó verlo inquieto y fuera de si, necesitaba preguntarle por la mina, le molestaba que su esposa estuviera involucrada en esta investigación.
—Dime Escocés, ¿en qué puedo ayudarte?. Tengo un poco de afán.
—Lo siento amigo pero debo consultarte algo.
Le hace señas a su ayudante para que continúe.
—Me he enterado hoy que usted posee una mina de cobre.
—Si. Y le cedí el terreno a Brenna, para que lo explotará.
—¿Sigue abierta?.
—No.—contesta Sloan—. Ya no había más del producto o eso le informaron a mi esposa.
—Señor, ¿quién hizo las averiguaciones?.
—Una compañía en la que trabajaba Inok—respondió Adam primero—, esta se disolvió después y el empezó a trabajar para mi.
Alexandra alcanzó a escuchar las últimas palabras e interviene inmediatamente.
—Nuevos datos señor o mejor nuevas pruebas.
Le mostró todas las anotaciones de Inok, las pruebas que lo asociaban con la pandilla de Gleen, el capataz de Adam. Los crímenes que realizaron, los robos, las violaciones. Describió la naturaleza violenta y obsesiva del líder de la pandilla, lo anotaba todo para tener un seguro de vida.
Al final describía el nuevo negocio el trata de blancas, lo querían hacer partícipe de las violaciones hacia la mercancía y por ello decidió abandonar la pandilla y ahí fue amenazado. Como prueba de que si le pasaba algo, deberían interrogar a Gleen y su grupo. Dejó el listado de los obreros que trabajaban con el.
También dio a saber que Gleen se había asociado con un desconocido que no les daba la cara para hacer daño y destruir a Adam Quinn, pero que ni el mismo Gleen sabía quién era y el presentía que era un hombre muy peligroso.
—Malditos desgraciados.
Fue la sensación general.
—Tenemos pruebas de que la mina está siendo utilizada para estos fines—comenta Patrick.
— Es posible tiene una construcción adyacente.
Nathan recoge de su mente la información esquiva y así lo hizo saber.
—Sabe jefe, le dije que algo se me olvidaba—espero a que el escocés asintiera—, bien... en el momento del golpe un ruido me hizo voltear y también un olor a madera quemada penetró por mi nariz.
—Maldición es la fragancia que utiliza Gleen—exclama Adam.
—Amigo haz tenido al enemigo literalmente en tu casa. Patrick que se hagan las órdenes de registro y captura.
Entran Kieran y Lucas Tucker, el primero visiblemente ansioso y más cuando ve a Adam y Nathan presente.
—Señor por inmediaciones de la antigua mina hemos encontrado el carro de la señorita Mitchell abandonado y se ve huella de una lucha.
La impresión en la cara de Adam habló demasiado.
Suena el teléfono en la oficina.
El escocés aprieta la boca en un gesto de rabia y cuelga.
Mira impotente a su amigo y con mal semblante le informa.
—Horacio escapó de la cárcel.
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