Barbara llega de mañana al aeropuerto y es recibida por Nathan, se abrazan y se profesan muestras de cariño y son vistos por Alexandra.
Ella toma sus maletas y salen abrazados para buscar el auto.
—Nathan, vamos directo a la construcción, quiero ver el sitio.
—Amiga pero descansa.
—Ya descanse por eso quiero empezar de una vez, no digas más ¡vamos!.
—Como digas jefa.
—Ay, no seas así Nate, estoy ansiosa con este proyecto colaborame por favor.
—Porque te conozco vamos.
—Gracias mi amigo, ahora cuentame ¿Quién es la mujer? y ¿Cuándo me la vas a presentar?.

En el hotel....
—Marina, me puedes ayudar por favor.
—Si Adam voy para allá—cierra el intercomunicador—que querrá está de mal humor.
—No lo sé, pero mejor ve y lo ayudas con lo que necesita.
—Cierto.
Marina entra a la oficina, últimamente Adam se molesta con todo y por todo.
—Ya estoy aquí, ¿Dime?.
—ufff lo siento, se que estoy imposible Mary pero no encuentro las últimas anotaciones del proyecto y además el ingeniero no aparece, siento que no se construirá el resort a tiempo.
—Adam, lo que te molesta es que Vane se ha ido de vacaciones con Chase y sientes que las decisiones correctas no las puede tomar Nathan, ¿no es así?.
suspira frustrado y empieza a negar .
—maldición, es que todo el mundo me analiza ahora.... y sobretodo es que tienes toda la razón, Nathan trabaja muy bien pero necesito al ingeniero para chequear todo y si se puede producir un cambio, no entiendo que problemas pueda tener para no estar en mi proyecto, y ahora necesito ver los planos ¿sabes donde estan?.
—Chase lo tiene en su computadora personal que está en su cabaña y en la construcción, si hay puedes encontrarlo.
—Gracias Mary—se levanta rodea el escritorio y le planta un beso en la mejilla—si no fuera por ti me estuviera arrancando el cuero cabelludo, no,.... creo que Noni me los arrancaria por ti si me porto mal contigo.
—Ay como crees.
—No lo creo estoy seguro.
salen de la oficina y Adam camina fuera del edificio para tomar su auto.
—Todo bien.
—Mira que acostumbrado está de Vanesa, se frustra y con razón del ingeniero que no aparece, si necesita tomar una decisión no cree que Nathan sea el indicado, puede ser tu primo pero ya me exaspera.
—Porque no confía en tu Nathan.
—El tiene razón en eso Bree, Nathan no es jefe es un ayudante y no puede tomar decisiones, es lo nervios que lo atacan y nos llevará de cabeza a todos, lo que necesita es una hembra.
—Yo por ahí no me metería.
—Lo sé, lo sé y eso me entristece, de veras.

...
—Este lugar es espectacular, hermoso, veo el potencial ya entiendo a mi hermano y a vane.
—y aún no has visto la ciudad, yo también estoy enamorado de este sitio.
—Lo dices por la mujer que te atrae.
—Amiga es todo el conjunto, o es ¿alguien en especial que te atrae de tu espectacular isla?
—Tienes razón es mi isla.
—Jajaja eres imposible pero te quiero, ven vamos a ver los planos.
—Si vamos a verlos, no se han hecho modificaciones a los planos —hablaban mientras caminaban hacia la oficina improvisada.
—No lo han hecho en realidad están esperando por ti, para tomar cualquier decisión,..... si no hay más Barbie voy a llevar tus maletas al hotel para registrarte, te conozco ya que estas aquí, no saldrás si no hasta tarde y mejor tienes tu cosas lista para que te refresques cuando llegues.
—Te lo agradezco, ¿me pasas a recoger?.
—Si, nos vemos.
Barbara estaba muy concentrada en los planos haciendo cálculos y anotaciones, había pasado algunas de esas horas recorriendo el lugar revisando que todo estuviera correcto tal como estaban las especificaciones, cuando es sorprendida por un hombre de mal talante.

—¿Quien es usted y que demonios hace aquí?, esto es propiedad privada.
—Estoy viendo los planos—Contesta sin voltearse—no es eso evidente.
—aún no ha contestado a mi pregunta.
—una ya le respondí y en cuanto a la otra soy Barbara Mae—se da la vuelta quitándose el casco protector y dejando salir su abundante cabellera roja—soy el ingeniero de esta obra—se interrumpe al notar el paso hacia atrás que da Adam, su boca abierta la cual cierra en una fina línea de desagrado, pero sobretodo sus ojos que la atravesaron y de ellos destilaba una furia quemante.
Adam se recompone de su asombro con un pequeño extremecimiento.
—¿el ingeniero?, al fin se presenta.
—Si lo siento, tenía que resolver varios asuntos que me retuvieron más tiempo del que se suponía.
—Si... ya me los imagino—comenta en tono irónico.
—¿Qué se tiene que imaginar, señor?.....
—Adam Quinn.
—Bien Adam Quinn, no hay nada que deba imaginarse, resolví mis asunto y ya estoy aquí.... fin de esa historia—concluye con un suspiro.
—Cierto y no es de mi incumbencia, ahora. ¿todo marcha según sus especificaciones?.
—Si, desde que llegué repase con los planos en manos toda la obra, sólo falta afinar algunos detalles y quedará perfecto.
—Yo venía por los planos, pero ya que usted está aquí no los necesito.
—Está seguro de eso.
—Bien quiero ver las últimas anotaciones.
—Aquí lo tiene, yo tengo mi propia copia.
Nathan llega en ese preciso momento.
—Veo Adam que ya conociste a mi jefa.
—un pequeño detalle Nathan, no se me dijo que era una mujer.
—Adam, no pensé que pudiera representar un problema, hubieras hablado con Chase y Vanesa.
—La verdad es que me sorprendió un poco Nathan.
—¿Hay algún problema con eso señor Quinn?, porque estoy calificada para realizar el proyecto.
—El proyecto está en marcha, no veo porque deba cambiar de ingeniero a estas alturas si deseo que todo acabe en las fechas estipuladas.
—Cierto.
—Bien ya acabe aquí, deseo que se reporte mañana para que conozca al personal que está trabajando desde el inicio de la obra.
—¡Adam!—exclamó Nathan.
—déjalo Nate, no estuve presente desde el inicio.
—pero es que no podías.
—Ya déjalo estar—dice mirando al hombre que sale de la construcción para tomar su carro—Vámonos al hotel estoy cansada y quiero anexar los últimos cálculos que le hice al plano que el señor Quinn se llevó.
—Como digas, pero primero debes comer.
—ya lo haré pediré servicio a la habitación, por cierto. ¿qué número es?.
—La 519 del quinto piso.
—No estás conmigo.
—No, quiero privacidad tu me entiendes.
—Mejor así, entonces podré pasearme desnuda por mi cuarto a cualquier hora.
—Ay maldita sea me has puesto esa imagen en mi cabeza,.... bien viviré con ello.
—Jajaja, por eso te quiero eres mi mejor amigo Nathan después de vane claro.
Se suben al auto y se ponen en marcha rumbo a la ciudad, al llegar al hotel Barbara se baja del carro, mientras Nathan se dispone a parquearlo.
En la recepción se encuentra Ana atendiendo los teléfonos y se sorprende al ver llegar a la mujer pelirroja.
—Joven me puede ayudar.
—Disculpeme, estoy con usted en un momento.
pasan varios minutos y llegan Nathan a recepción.
—Ana, ¿cómo has estado?.
—Nathan, bien gracias aquí tienes tu llave y ahora disculpame que estoy atendiendo está llamada—se dirige a los teléfonos ignorando completamente a Barbara.
Barbie molesta de esperar y de ser ignorada por la joven le llama la atención.
—Ana ¿verdad?.
—Disculpeme nuevamente, pero no ve que estoy ocupada aquí.
—Lo veo  como también vi que pudo atender al joven, lo que no entiendo es porque no me puede atender a mi, si llevo tiempo esperando por usted Ana.
Ana molesta cierra el teléfono con brusqueda y el sonido hace que Brenna salga de su oficina.
—¿Ana que pasa?.
—Está señora, no me deja cumplir con mis obligaciones.
—¿¡sus obligaciones!?.  Si claro, como por ejemplo atenderme desde que llegué.
Brenna se queda de momento transfigurada y sin habla, se recompone y contesta.
—En que le puedo ayudar, ¿señorita?.
—Barbara,.......necesito la llave de mi habitacion por favor.
—Claro, ¿ya se registró?.
—Yo la registre más temprano con Marina, Bree—contesta Nathan un poco incómodo con la situación que presenciaba.
—Perfecto, cual es el número de la habitación.
—Es la 519.
Brenna revisa la pantalla de la computadora donde están registrados los huéspedes y en la habitación mencionada aparece registrada Barbara Mae J.
—Listo aquí está su llave, cualquiera pregunta, duda o requiera algún servicio por favor se comunica con nosotros a recepción y estaremos encantados de atenderla.
—Gracias, Brenna ¿verdad?.
—Si, señorita Barbara.
—Me has sido de mucha ayuda y aprecio tu colaboración.
Ya al desaparecer dentro del ascensor, Brenna le llama fuertemente la atención a Ana, recordándole los deberes y normas que el propio Adam escribió los cuales deben seguir con todos los huéspedes y mantener en alto el nombre del hotel.
—No tienes justificación Ana.
—Pero Bree...
—ninguna, deja al lado cualquier prejuicio y haz tu trabajo, ¿entendiste?.
—Si, lo siento.

...

Ya en la suite...

Hermosa y encantadora así es que encuentra Barbara la suite en la que se instala y en el mueble hay una caja de chocolate y un vino cortesía de Nathan.
—Nate que amable.
—No es nada conozco tus gustos, ahora me puedes explicar que pasó en recepción.
—La verdad es que no lo sé, fue bastante extraño...pero no importa todo se resolvió.
—Es cierto, bueno te dejo recuerda anexa las anotaciones a los plano, come y descansa.
—Si papi, haré lo que dices.
Barbara anexa las anotaciones en los planos mientras Nate la deja instalada, revisa que todo ha quedado correcto, ya terminado se prepara la bañera colocando las sales aromáticas preferidas para su relajación, se sirve una copa de vino y pone a sonar su iPhone con sus canciones favoritas, coloca una toalla doblada para sostener su cabeza.
Se desnuda completamente, tantea la temperatura del agua la encuentra perfecta y entra en la bañera espaciosa, toma su vino mientras se enjabona sus piernas y el resto del cuerpo, al empezar a enfriar el agua sale de la bañera y toma un Albornoz
se aplica en su cuerpo la loción especial de aveeno para hidratar su piel agarra su celular, la Copa y la botella de vino y se sienta en una butaca en el balcón de su suite a ver el atardecer.

Noni y Marina en su cabaña celebran la llegada de la joven
—Ahora si, el cuadro está completo.
—Las piezas están en su lugar, pero el camino tiene obstáculos mi sobrina querida hay que estar atentas.
—Escuche a Brenna regañar a Ana por no atender a Bárbara.
—Mantela vigiladas.
—Es realmente hermosa tía, Adam caerá rendido.
—Eso espero así su corazón sanara pronto.

Adam se encontraba en su despacho tomándose un whisky puro, el corazón le palpitaba muy fuerte, solamente recordaba el rostro que había visto en la tarde.
De verdad que es muy hermosa, pensaba.
—¡Pero que demonios!— lanzó el vaso el cual se hizo añicos—Maldición, es que no acabo de entender que no hay ninguna mujer para mi, ni la habrá, no voy a volver a pasar por eso, maldita mujer tenías que venir aquí, maldita.