He recibido la invitación anual de mi familia y sé que me esperan con Sandra, pero yo les presentaré a mi mujer. Ya es hora de darle su lugar y que ella principalmente vea que no hay otro camino sino el estar conmigo.

La familia Jiménez es muy influyente y poderosa, mi tatarabuelo inició el negocio en su tierra natal. Una isla en el caribe conocida como Republica Dominicana. La mente prodigiosa de Rubén Jiménez era muy adelantada para ese tiempo y poco a poco fue formando un imperio económico y social con plantaciones, tierras e inovadores inventos. El uso de esclavos fué primordial para cualquier plantación en esa epoca y la hacienda Jiménez no era la excepción, pero lo que catapultó su fortuna fue la inventiva de su mente y las nuevas creacciones a nivel comercial e industrial de la epoca.

Sus plantaciones eran ejemplos de calidad y de progreso, más sus inventos le llevaron a salir de la isla a la gran manzana para comercializar sus productos con su esposa e hijos, dejando a su hermano a cargo de las numerosas plantaciones y tierras que constituía casi la mitad de Dominicana. 

En Nueva York se dió a conocer a nivel mundial. El idioma no fué un obstaculo para él, le conocían como el isleño caliente. Todo lo que creaba y producía se vendía como papa caliente.

Hasta el día de hoy el patrimonio de la familia Jiménez es cuantiosa y su gran poder económico y social los hace codearse con la realeza de varios paises y gente de la farándula.

Asimismo sus fundaciones son tambien muy reconocidas por la entrega y dedicación. Y esta en particular es manejada por mi madre, para los niños más necesitados. En esta hermosa labor es que mis progenitores se conocieron y mi padre Digno Jiménez se prendó de Aneska Bátori.  Mi primer amor.

Tengo una semana para preparar a Alexandra y convencerla de que me acompañe a la gala. Con la labor que hace en el orfanato, dudo mucho que se niegue.

Lo que me hace pensar más detenidamente es la extraña actitud que trae conmigo desde aquel fin de semana, es más bien una percepción que traígo como la sensación de un distaciamiento. Hemos estado juntos todos los días, su ropa está en el penthouse, hacemos el amor cada noche y en cualquier momento que le robamos al día, en mi oficina y hasta nos atrevimos en un salón cerrado en el mismo orfanato y con la excitación de ser descubiertos desnudos y en plena faena.

Guardo las sensaciones que me distraen de mi labor y me concentro en el nuevo proyecto que ha entrado a mi oficina para analizar lo viable que es y el presupuesto que exige esta clase de proyecto.

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Ray está emocionado, es su primera gala como chef principal y posiblemente el gran paso para el reconocimiento en la industria gastronómica. Por ello no ha estado en mi lugar desde hace unos tres días, quiere que sea sorpresa lo que voy a probar esta noche. Le doy toda mi confianza y sé que saldrá victorioso.

Ahora estoy en la espera de ver salir a mi mujer para irnos a la gala y esta valió la pena. Me empapo de su estampa ataviada de un vestido dorado que moldea su figura y al moverse aparece una de sus torneadas piernas por la abertura de la falda. 

Babeando, literalmente.

—¿Nos vamos? —Escucho que me pregunta. Me es complicado apartar mis ojos de su silueta, hasta que la escucho reir — Me vas a desgastar de tanta vista, amor.

—Espléndida — es lo que atino a decir antes de tomar su mano entre la mía. Toco su espalda y bajo la mano hasta sus nalgas percibiendo que debajo de ese vestido no trae ropa interior, gimo ante la tortura que representa aguantar no estar profundamente anidado en su cuerpo —. Me matas. Y ten por seguro que al regreso te voy a desgastar con ganas.

Llegamos a la recepción, las miradas de mi familia recayeron inmediatamente en mi y en mi pareja. Ceños fruncidos y gestos de extrañeza. Alcanzamos la mesa destinada a la familia y acomodé a mi princesa antes de sentarme y por la posición quedamos de frente a mis padres y rodeados de mis hermanos y cuñados.

—Buenas noches a todos —Saludo para llamarles la atención —. Le presento a mi acompañante: Alexandra Gallager, mi novia —. Siento la tensión de Alex a mi lado, aún no se acostumbra a que le diga que es mi novia como presentación.

Todos correspondieron al saludo por educación, no hubo preguntas ni reproches, bien que mi madre nos aleccionó en las buenas costumbres. La consabida charla se iba a dar al juzgar por la mirada que recibí de parte de mi padre.

La velada pasó armoniosa y la charla amena. Mi hermana Eidna hizo migas con Alex y la puso bajo su amparo, eso me da un gusto enorme porque de algo ha de empezar.

Al poco tiempo veo a mi madre salir de la estancia y mi padre me hace señas para que le siga a él.

La conversación transcurre ajena al resto de los presentes y muy lejos de las personas por la cual se inicio dicha charla.

—Gracias por atenderme señora Jiménez.

—No es ningún problema, Ray. ¿Qué sucede con mi hijo? No te guardes nada.

—Sabe de sobra que mi intención no es dañar a Nathan porque lo aprecio demasiado y por ello es que me atrevo a decir que esa mujer no le conviene.

—Alexandra ¿Por qué?

—Actúa extraña en el apartamento, es sigilosa como si buscara algo entre las cosas de Nate y en general me da muy mala espina. Siento que no es sincera con su hijo, algo le esconde.

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Voy detrás de mi padre preparándome para la confrontación que voy a tener con él, nos alejamos de el ruido y los invitados. Discreción ante todo.

—¿Quién es? — Suelta directo y al grano.

— Yo estoy muy bien y tú. Sabes que gané un premio este año y me hubiera gustado haberlo compartido con ustedes.

—Nathan — El tono molesto de mi padre al nombrarme me indicó el grado de su impaciencia estaba hasta el límite. Suspiré.

—Alexandra, ya te he dicho su nombre cuando te la presente en la mesa. Es mi novia.

—¿Y Sandra? — Con Digno Jiménez las palabras sobran, es conciso.

—Se acabó. No es la mujer que deseo para mi vida, papá.

—Y esta mujer, Alexandra ¿Lo es? — Mi madre tan silenciosa como siempre nos sorprendió a ambos con su intervención. Me acerqué a ella y le dí un beso en sus mejilla antes de contestarle.

—Si, ella lo es. Es mi mujer — recalco mi afirmación para que no les quede ninguna duda de la seriedad en mis palabras —. Es la que escojo para construir mi vida y pasar el resto de ella.

—No me gusta — Entre todos ellos la que menos esperé por que pusiera una traba hacía Alexandra, era a mi madre .

—Ni siquiera la han tratado para que emitan algún concepto —reclamé en tono ominoso.

—A mi me ha bastado con lo que he visto hasta el momento —Responde, como no, Digno Jiménez. A quien una persona no reconocida, no es merecedor de su confianza o vamos no es meritorio de su compañia ni entrar a su selecto concepto de familia.

—Ya, porque no es modelo, actriz o de la realeza. Sandra es todo cuanto usted desean para mi, más glamour para el linaje. Pues ese no es mi concepto de familia y Sandra cojea demasiado para mi gusto, la falsedad no va conmigo.

—Te repito, hijo. Alexandra no me gusta ¿De qué la conoces? También puede ser una farsante que se te metió por los ojos. No niego que es muy bonita, tiene buen cuerpo y tu cabeza está obnubilada de deseo.

—Para madre —Interrumpo lo que creo que se está convirtiendo en un insulto para Alexandra y mi juicio —. La conozco muy bien y no es algo nuevo, pueden darle una oportunidad de conocerla y emitir un juicio nuevo. Deben saber que ella es la mujer que me complementa, es dulce, amable y entregada. La vida la ha golpeado y aún así ha salido victoriosa. No es rica ni famosa, pero su riqueza viene de su generoso corazón. Es inteligente, fuerte y leal. Sé que puedo contar con ella de que es capáz de protegerme y sacarme de cualquier apuro. No se confundan, conozco a mi mujer.

—Bonito discurso, te aplaudo la presentación —la ironía era acompañada de aplausos por parte de mi padre —No necesito conocer más, mi decisión está tomada. No es la mujer que quiero en mi circulo familiar.

—¿Entiendes que no es una decisión que te competa?  Me atañe directamente a mi. Y eso quiere decir que para ti, aún no soy capaz de tomar mis propias decisiones. Que un error del que me acusaron y por el siempre le dije que no era mi culpa, aún pesa sobre mi cabeza porque ustedes fueron incapaces de creer en mi— Me detengo para tomar una profunda respiración y calmar mi enojo, siempre es lo mismo —. No voy a hablar más de este tema. Solo les pido que respecten mi decisión y la respecten a ella, a mi mujer.

Salgo de el lugar donde siento el aire viciado.

Vamos chicos y chicas, esto va a empezar a fluir más rápido. ♀

Se les quiere de gratis....

Ya saben espero sus comentarios y la estrella si les gusto

Karla