17 Nathan
Si te sale solo este cápitulo regresa que hay dos más antes de este, para que no te pierdas ninguno.
La cópula entre Alexandra y yo siempre es explosiva y hoy no ha sido diferente. Una sorpresa excepcional la que me he llevado al encontrar la escena en el cuarto de archivo, no me la habÃa esperado y conste que Alex me informó de que serÃa capaz de darme sorpresas en cualquier rincon de la empresa. Y el juego que empezó ella hace que casi me vacÃe en mis pantalones y por ello tuve que estimularla muy bien porque apenas entre en sus prietas carnes tuve que luchar contra el orgasmo ya que Alexandra me enciende como ninguna otra lo ha hecho en mi vida.
Me hizo falta mi mujer y por ello regresé antes de el viaje. La verdad es que no sé que hacer si se me presenta otra salida, será llevarmela siempre. Es al separarse cuando se siente y se comprende la fuerza con que se ama. Más bien es esto que siento es el temor de que se desvanezca y quiero respirarla todo el tiempo, no perderla de vista.
Posesivo...Puede ser. Â
 Miedo... si.
Me sacudo de las sensaciones que se me han apoderado de el cuerpo al verla salir de el baño de mi oficina, al usarlo para asearse.
â¿Lista? â Alex me observa y asiente âHoy te voy a llevar a mi lugar y vas a conocer al general.
Estoy más que listo para presentarle a Ray y darle entrada a mi sagrado lugar, mi penthouse.Â
â¿General? âLa perplejidad se refleja en su cara y no es para menos.
âRay, mi ayudante, pero no le digas que le nombro el general, por favor â se dibuja su hermosa sonrisa en el rostro.
âNo te preocupes, no lo haré â. Camina hacia mi y le tomo de la mano, nos dirigimos hasta el ascensor y ya dentro de él introduzco la clave que me permite que el ascensor ascienda hasta la última planta. Entramos y ella queda deslumbrada al ver mi espacio personal en tonos claros e impoluto, claro está por obra de mi amigo Ray, quien al sentir el sonido en la entrada se asoma .
âSeñor, que bien que ha llegado â se interrumpe al ver que no me encuentro solo â. Buenas noches a los señores.
âRay, buenas noches. Te presento a Alexandra â la miro antes de continuar con su presentación â, mi mujer. De ahora en adelante está autorizada para entrar aquà y deseo que la atiendas como se merece.
âSi señor â toco con los dedos la barbilla de Alexandra para cerrar la boca de ella.
âEs un placer, Ray âse gira hacÃa mi â. Esto es increÃble Nate, es hermoso tu lugar âse dirige a las ventanas que enmarca todo el recinto â¡Guao!
Entiendo su expresión asombrada, cuando me entregaron el penthouse terminado con todas mis especificaciones, quedé pasmado al igual que LucÃa, de lo que se encuentra al otro lado de la estancia.
El jacuzzi, para mis atribuladas noches.
âNathan, ¿Desea que les preparé algo de comer? âdejo de observarla para atender a Ray, el muy ladino sonrÃe al observarme despistado.
âNo, ya cené. Es más, quiero que salgas a disfrutar de la noche y del fin de semana. Te haré saber cuando te necesite.
âComo desees, disfruta de lo que le he dejado preparado y de lo demás también.
Lo dicho... Chico sagaz.
Le he dado un recorrido por el penthouse, despues de que quedamos solos porque tengo en mi mente tener a Alex a mi total disposición, es decir desnuda.Â
Qué mejor atavÃo que el de su cuerpo desnudo.
Un par de copas, el agua a su punto y las burbujas en nuestros cuerpos. Besos apasionados y el corazón a mil, mi pecho hinchado de tanto amor.
â¿Alguna vez has amado a una persona hasta el punto de dudar de tu propia existencia? ¿Hasta el punto de que el tiempo y tú corazón se detenga? âHago una pausa para que analice mis preguntas, no espero respuesta realmente, solo quiero constatar lo que siento por ella, mientras la acerco más a mi cuerpo y la rodeo con mis brazos. Me aseguro de que me vea realmente antes de soltarle â Yo si.
Ella me besa en respuesta, un beso tan sensual como ella misma quitándome el aliento.
Suelta mis labios después de morder el inferior y chuparlo ávidamente, toca mis mejillas con afecto y me suelta las frases más importante que he escuchado de sus labios.
âSolo dime que me amarás, y me entregaré a tus brazos toda la eternidad y más alla.
â¡Dios si! Te amo ¿Sera suficiente para quedarme a tu lado para siempre con decirte que te amo como a nadie amé jamás?
âSi. Oh Nathan también te amo y por ello soy feliz de como me haces sentir âMe repetÃa los te amo con cada beso que me prodigabaâRózame con tus suaves dedos, que la ternura se apodere de este momento. Tócame para hacerme sentir ese placer que solamente tú puedes conseguir.
La saco de el jacuzzi e hice que rodeara mis caderas con sus piernas para llevarla hasta la habitación principal, donde froté nuestros cuerpo y quedar secos. La acuesto en la cama y procuro dar el placer que me pide, solo que no es ella la única en sentirlo. Estamos tan conectados sensorialmente y es por mi herencia familiar que todo se siente a la máxima potencia y ella aún no lo sabe.
âTienes razón, Alex. No es lo que quiero sentir, es lo que me haces sentir sin querer. Te amo. No puedo expresarlo con otras palabras...Asi es como me siento.
La volvà a hacer mÃa otra vez esa noche y las siguientes treinta y seis horas después, me olvidé de el mundo exterior a beneficio de nuestro mutuo placer.
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Nathan se encuentra dormido, después de tantas horas usando mi cuerpo a placer. Me hubiera gustado olvidarme de todo y seguir en nuestra burbuja de amor, pero debo seguir con mis planes y aprovechar para revisar en su despacho. Estoy con unas de sus camisas con bolsillos que me llegan por debajo de mis nalgas y aprovecho para guardar el dispositivo que me ayude a grabar o fotografiar cualquier documento. No tardo en encontrar algo que me inquieta y me molesta en demasÃa ¡No puedo creer lo que mis ojos ven! Ahà esta la prueba, una maldita prueba. Tomo con rapidez las fotos de el folio y su contenido, mientras unas traidoras lágrimas salen sin contención de mis ojos. Seco a las inoportunas al igual que dejo todo como lo he encontrado antes. Guardo el pequeño dispositivo y me siento a pensar lo que he visto en el sofá. Esto cambia las cosas.
De momento un ruido me saca de mis cavilaciones y levanto mi cabeza para advertir la presencia de Ray el asistente de Nathan.
â¿Desea algo, señora? Un jugo ¿Quizás?
âNo. No deseo molestarle. Le agradezco ahora que puedo verle, por todo los manjares deliciosos que has dejado a nuestra disposición.
âSiempre es un placer en atender al señor Jiménez, sino desea nada me retiro.
En lo poco que interactuamos me quedó una mala sensación, la intuición me estaba pateando con fuerza. Estoy segura de que escuche un deje de ironÃa en las palabras de Ray...
¿Qué creen que pueda ser?
1. ¿Está celoso?
2. ¿Es snob?
3. ¿Proteje a su amigo/jefe?
4. ¿Se dió cuenta de algo?
Hagan sus apuestas y ya saben dejen comentarios y la consabida estrellita.
Los quiero de gratis,
Karla
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