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Capítulo 28 No es tu culpa.

Capítulo dedicado a @MariluCabrera3

"Cada mujer tiene su mejor amigo, su novio y su verdadero amor, pero eres realmente afortunada si ellos son la misma persona."

Maldito estúpido, busca dañar la operación; porque si es así, lo estás logrando.

No. Estoy atando cabos sueltos, además ese imbécil mató al niño, no podía dejar que siguiera con vida.

—¿Con eso justifica tus errores?. ¿Atar cabos?. Te equivocaste desde el primer momento, nunca debiste llevarte al hijo de la psicóloga.

Esa mequetrefe, ¡no es nadie!. No ha conseguido ni conseguirá nada.

No estés tan seguro. Ella tal vez no, pero no puedes decir nada sobre el detective que está con ella...Presiento que oculta algo y no será nada bueno para ti.

Ni para ti, no se te olvide.

Entonces no te la cagues más.

De respuesta recibió el sonido de marcar. Él maldito le había colgado el teléfono.

***** En el hospital *****

Conall cierra su celular después de terminar su conversación y se queda mirando a la nada, su semblante es oscuro y no da a interpretaciones de sus pensamientos.

Las noticias que recibió no son alentadoras.

Le molesta mucho no poder tener el control de todo, ni poder cambiar las circunstancias de las cosas.

Su hermano en coma, María E lo había sacado de su vida, aunque eso era un eufemismo, nunca sintió que estuviera en ella.

Se encontraba estancado en el caso del Pub donde su hermano estaba involucrado, aunque Gael Mcallister había sido muy generoso en compartir con él sus impresiones. No había podido sacar nada en claro.

La mente del detective es muy rápida y fluida por ello tomaba en cuenta sus deducciones y ni siquiera así podía resolver el caso.

Sentía que debía apagar la mente suya para olvidar por un momento y recargar pilas para tener mejor visión del caso.

En definitiva debía buscar la manera para conseguir su objetivo.

Fionna Mckullin entró a la cafetería, registró el lugar y encontró a la persona que requería; al final se acercó al hermano de su paciente.

—Buenas tenga señor Murphy.

—Doctora Mckullin, gracias por atenderme.

—Tengo un pequeño espacio para charlar con usted y después debo seguir con mis rondas. Así que dígame. ¿Qué necesita?

A pesar de su mal comienzo y de lo grosero que él ha sido con la doctora, no dejaba de reconocer que Fionna Mckullin sabía hacer su trabajo y que está dedicada a cuidar del bienestar de su hermano y eso la ponía en el listado de sus personas favoritas.

—Primero que todo debo disculparme con usted —suspendió su palabras al ver la sorpresa que atravesó el rostro de la joven—. No se sorprenda por favor, siempre admito mis errores.

—Bueno es que me cogió fuera de base, la verdad es que no esperaba esto.

Conall sonrió antes sus palabras y ella quedó gratamente sorprendida por el cambio operado en él.

Los hermanos Murphy realmente son muy apuestos. Pero que podía decir; no era imparcial después de todo. Estaba enamorada de uno de ellos. De su paciente y antiguo amante.

—Empecemos de nuevo —emitió Conall—. ¿Qué le parece?.

—Estoy de acuerdo. Soy Fionna Mckullin —la joven extendió su mano —, la doctora que está atendiendo a su hermano Connell.

—Un placer doctora —Conall aceptó la mano extendida —, Conall Murphy a sus servicios.

La conversación se derivó al estado general de su hermano, sus constantes vitales, lo que esperaba la doctora a corto y largo plazo.

Él preguntaba y ella respondía a todas las preguntas, dejando a Conall más tranquilo con respecto a la salud de su hermano.

Al final salió del hospital mucho más seguro de la pronta recuperación y con la promesa que se le avisaría con rapidez cualquier cambio que se presentara en su gemelo.

Tarde en la noche...

Gael llega al apartamento, después de terminar los retratos hablados.

El primero como había previsto pertenecía al cadáver en la morgue y después de correrlo en la base de datos, este arrojó el nombre del individuo como Dewit McBlane.

McBlane... me sonó el apellido y ate las coincidencias.

Yury y Floury McBlane

Oísim McBlane, el hermano mayor.

El sujeto del cual se les había perdido el rastro.

Pero yo tenía en mi poder las fotos de archivo de las entradas y salidas de las correcionales.

Así que corrí el programa de actualización facial que aprendí cuando curse las especializaciones en la fuerza. Un curso informático que ayuda en los casos de secuestros de niños pequeños.

Bien, aquí me ha funcionado de maravilla. Ya tengo la identificación del cadáver.

No es mucho, pero es un dato que debe interesarle a Lagartija.

Lagartija, la mujer que en gran parte de este día ha estado tan presente como en ningún otro día.

Tengo el sentido de protección arraigado con ella, de ese que te quema por dentro y no te deja respirar porque va de la mano con el amor y la ternura.

Y sientes que te falta el aire cuando la miras, como en este momento lo estoy haciendo.

Cuando su belleza te ilumina la vida, al igual su forma de entregarse incondicionalmente a pesar de que salga herida en el proceso.

De que a pesar de mis dudas, tiene a amigos que se dedican a ella y atrae pasiones como en el caso de Conall.

Eso se debe a su luz interior, la que me atrapó desde joven cuando la perseguía con la mirada, incluso al frente de su propio hermano.

Ya no sabe desde cuando la ama, sólo que ese sentimiento lleva acompañadolo desde hace mucho tiempo y daría la vida por ella, aún así si ella no le corresponde.

La primera en verlo es Tessa, ella se encuentra con lágrimas corriendo por su rostro ya que María E está plasmando en un lienzo una nueva pintura.

La imagen es desgarradora, un copia perfecta de la foto del niño muerto en la justa posición en que fué encontrado.

Los colores y las sombras que lo rodean dan esa sensación de soledad que rodea el cuerpecito y empiezo a entender las lágrimas de Tessa, es demasiado sobrecogedor la pintura.

Le hago señas a Tessa y ella capta, se acerca a Lagartija la abraza dándole un beso y se desliza fuera del recinto dejando la puerta corrediza abierta.

Al llegar a mi la abrazó y me dice en susurros —Amala, lo necesita.

Le doy un beso en la mejilla y le contestó —Lo hago.

Toma con cuidado su abrigo y sale despacio del apartamento, dejándonos solos con el gran dolor de mi amada.

Camino lentamente admirando la silueta de su perfil, y en su rostro encuentro las huellas de sus lágrimas.

La abrazo por la espalda y su fosas nasales aletean percibiendo mi aroma; se deja caer en mi, tirando la paleta y la brocha al suelo en el proceso.

Mo chroí. No quiero verte así, debes recomponerte —La abrazo muy fuerte, al sentir que desea soltarse de mi, porque no quiere escuchar mis palabras.

—No entiendes Gael.

—Si lo entiendo. Es la culpa —su rostro pierde el color y las lágrimas vuelven a fluir por sus mejillas—, la culpa te está matando. ¿Cuándo vas a entender que no podías prever el secuestro de esos bebés?

—Eran mi responsabilidad —se retuerce y logra zafarse de mi agarre, se sienta en el sofá con la mirada baja —Eran mi responsabilidad Gael, me las dejaron a cargo.

—Amor mío —le digo sentándome a su lado, pero ella me interrumpe.

—No era el protocolo, fue una excepción. Si estuvieramos ese día en el centro, las posibilidades de un secuestro fueran nulas y no fue el caso maldita sea. ¡Fue mi culpa!

Me parte el alma verla llorar con ese desgarrador sufrimiento, la abrazó nuevamente y ella me deja presa de fuerte sollozos.

—Ellos cedieron a mi petición —continuo María E, después de calmarse un poco—, porque estaba fuera de mis posibilidades tener una solución a mi dilema personal.

—Ahí tiene Maríe, ellos se aprovecharon de la situación por la que estuvieras pasando. No tenías control de los pensamientos de esas mujeres, ni de lo que pretendían hacer.

—Tenía que seguir las normas...

—¡Basta! —interrumpí su justificación para seguir sintiendo culpa —, no podías y la agencia aceptó tus razones para realizar tu sesión en tu despacho. Date cuenta por amor a Dios; que a pesar de ser una psicóloga forense, no estaba en tu competencia analizar la mente de esas mujeres sino de aconsejarlas por sus problemas personales. Los cuales tuvieron que ser revisados por la agencia antes de llegar a ti. Si alguien tuvo la culpa, fueron ellos por no revisar los antecedentes de las mujeres.

—Pero Gael...

—Es cierto Maríe. Ellos tuvieron la culpa, no tú. La agencia debió garantizar la inocencia de todas sus mujeres, investigar los antecedentes para responder en caso de algún problema. ¿Y sabes una cosa?. Lo hicieron después del incidente; pusieron el maldito candado después del robo.

—¿Es cierto lo que dices? ¿Ellos tuvieron la culpa? Dime y lo creeré.

—Es cierto mo chroí, tú eres tan víctima como las otras dos mujeres y estás sufriendo por la muerte de una inocente criatura, con la única convicción de que estamos cada día más cerca de encontrar a los demás. Ese hombre tiene miedo porque le estamos pisando los talones, así que te necesito entera para encontrarlos.

—Tienes razón- dijo limpiándose las lágrimas —, mañana continuamos con la búsqueda; hoy, hoy te necesito sólo a ti.

La levantó en brazos y la llevó a la habitación.

En ella la desnudó delicadamente mientras le daba besos, desnudandose al mismo tiempo, completada la acción se reunión con ella debajo de las sábanas.

—Hoy, hoy sólo voy a amarte María E.

Se introdujo lentamente en su cuerpo, trabando sus miradas y realizando una conexión profunda con sus almas; haciendo la posesión más dulce y concluyente.

Nunca dos almas pudieron estar más conectadas que aquellas forjadas en el dolor y en el amor.

—Te amo Lagartija, no tienes idea de lo que me haces sentir y de lo que soy capaz de hacer por ti. Eres mi todo.

ESPERO QUE LE GUSTE ESTA ENTREGA.
HAGAN SUS COMENTARIOS Y QUIERO VER LA ESTRELLITA.
AÚN QUE NO QUIERA LE FALTA POCO A LA HISTORIA.
LOS QUIERO MUCHO.

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