ESTE CAPITULO VOY A MENCIONAR A @AnaBatista2 @Cathmreyes y @peligrosa1
Gracias chicas por sus comentarios y sus votos.

« Hay días llenos de viento, hay días llenos de furia, hay días llenos de lágrimas, pero también existen días llenos de amor, que nos dan el coraje para seguir adelante...»

Salimos de la estación rumbo a la localización del cuerpo que en la foto habían dejado.

Al llegar a las coordenadas, el sitio era un lote muy grande, devastador y solitario donde fuimos alertados por los buitres; aves carroñeras que se alimentan de carne putrefacta mostrándonos el lugar exacto donde encontrar los restos, porque eran dos.

Un adulto, el mismo hombre que había visto hablando con la superiora y que empezaba a ser devorado por las aves y el cadáver del niño se encontraba amortajado y con ello se evitó el ataque de los carroñeros.

Todo el grupo se encontraban ahí incluida Tessa, quien tenía abrazada a María E.

Ella se le veía aparentemente en calma mirado a los peritos y efectivos del grupo forense para los levantamientos de los dos cadáveres.

Gael le había pedido expresamente a Tessa que mantuviera a la joven lejos de la actividad, él no lograba imaginarse por el dolor que ella estaba pasando y mucho menos sabía realmente la angustia que carcome su alma.

El levantamiento se tomó un poco más de la hora, mientras el resto peinaba la zona buscando pista.

Kiev detuvo cualquier otro caso sólo para darle prioridad a este, el grupo era muy unido y a Gael se le estaba haciendo difícil comprender quien de ellos pudiera ser un posible fraude.

Alguien que estuviera bajo la necesidad de ocultar sus ilícitos negocios. Y más sus asesinatos.

Gael empezó a analizar la nota que llegó acompañada de la foto.

Lo primero, era una clara advertencia a la joven psicóloga, eso quería decir claramente que estábamos pisándole los pies al individuo.

Lo segundo, el orfanato era posiblemente el sitio principal de las adopciones ilegales.

Lo tercero, alguien nos había visto el día de ayer, pero; ¿Cómo?, si María E llevaba un pequeño cambio en su apariencia.

Y si las sospechas de Gael eran ciertas la llamada que esperaban como prueba principal no llegaría.

Maldición eso lo frustraba y mucho.

La posibilidad de estar dando un paso adelante y dos atrás.

No le importaba, igual iba a dar todo lo necesario para quitar esa tristeza del rostro de la mujer que tenía amarrado su corazón.

Las pesquisas llegaron a su final, el transporte forense llevaba su carga hasta su oficina central.

Los peritos se llevaron las pruebas que consideraron de interés y todo sería revisado para sacar las conclusiones.

Gael se acercó a Brendan que estaba agachado en un aparte.

—¿Algo de interés señor Byrne?

—Me ha llamado la atención estás marcas —dice señalando lo que parecía unas huellas que él no lograba catalogar.

Gael se agachó a la par de Brendan a analizar lo que el joven le estaba mostrando.

—¿Tienes implementos de molduras?

—Si. Casualmente se les a caído uno de las existencia a los forenses.

—Que casualidad —él joven sonríe ante la ironía de Gael—. No importa necesito un poco.

—Aquí tiene —Le entrega la sustancia, ¿Sabe que es?

—Sospecho. Parece el parcial de unas huellas.

Mezcló y echo el yeso cubriendo las marcas, al cabo de unos minutos en lo que se secaba; caminó hacia unos arboles hasta que se detuvo.

Llamó a Brendan y le pidió que tuviera cuidado en donde pisara, el joven tomó la advertencia con seriedad y llegó hasta él.

Entre las marchitas hierbas habían dos huellas completas y perfectas.

—¿A qué hora dijeron los forenses que fueron las muertes? —inquirió Gael a su acompañante.

—Calculaban la hora de su muerte para la tarde de ayer.

Sospesó la respuesta echando más mezcla, se levantó emitiendo sus conclusiones.

—Si es así, anoche trajo los cadáveres y por mucho que intento borrar sus huellas; al ser una noche nublada con niebla baja se le pasaron estas.

Gael giró en redondo orientándose en el norte. Extrañando a su acompañante por sus movimientos.

—¿Qué haces? - pregunto Brendan.

—La carretera es hacía el norte. ¿Cierto?

—Si.

—¿Quién nos dice que es el único camino? —él sabía que hacía el este estaba el orfanato de Santa Dipma —¿No hay algún recinto que quede cerca de aquí?

—En esta zona hay varios establecimientos, un hostal, un monasterio, los monumentos de las afuera del Castillo Monroe que son visitados mucho por los turistas y creo que un orfanato.

¡Bingo! Exclamó su mente.

Esa persona sabía que María E no estaría en condiciones de pensar coherentemente y no recordaría que el orfanato estaría cerca.

—Sigue me de cerca —pidió el detective.

Caminaron un buen tramo hasta que encontró lo que buscaba, las huellas de neumáticos.

—¿Tienes alguna cámara? De esas que se le han podido caer a los forenses.

—No se le va a olvidar. ¿Verdad?

—No.

Sonrió Gael a través de la vergüenza del muchacho.

—La verdad que no señor, no se les cayó ninguna.

—Lo lamento, tendré que usar mi celular. Aunque me hubiera gustado contar con una de cualquier manera.

—Anotado.

—Me gustas mucho muchacho, si no fuera por ti no tuviéramos estas nuevas pruebas.

—Gracias Gael.

—De nada. ¿Haz terminado el caso que llevabas?

—Si detective. Tengo tiempo disponible hasta que Kiev me asigne a otro.

—No quiero interferir con tus órdenes pero me gustaría que me colaboraras en algunos asuntos.

—No hay problema cuente conmigo.

—Bien regresemos.

En el camino de regreso Gael le explicó al joven lo que requiere de él y tomaba las muestras que con el yeso consiguió.

Había recibido una llamada de Tessa preguntando en donde se encontraban.

Él le contestó que se encontraba adquiriendo nuevas pruebas y si tenía necesidad de irse con María E, él las alcanzaba después.

—Tess... necesito resolver esto por ella, por favor llevate la al apartamento, dale un calmante si lo ves necesario. Cuida la por mi, ¿vale? Yo la necesito entera y para eso voy a mover cielo y tierra para conseguir al resto de los bebes.

Con esas palabras Tessa quedó satisfecha y se llevó a la mujer no sin un poco de resistencia de su parte.

—Amiga yo sé lo que sientes, lo he vivido contigo desde el principio. Sabes que te quiero y si pudiera ayudarte de otra manera, lo haría. Tu hombre —con esas palabras Lagartija miró a la amiga —. si, él me pidió que te cuidara hasta que él llegue a ti y eso es lo que voy a hacer.

—No quiero irme Tessa, no se que hacer. Tengo tanto miedo —soltó lo que le ahogaba.

—Lo sé cariño y por eso Gael Mcallister juró que movería cielo y tierra para conseguirte a esos bebés. Ese hombre te ama y sufre por ti.

—No lo hará más cuando se entere —soltó mordiendo su labio inferior—. Cuando se entere que tuvimos un hijo y que puede ser el nuestro, ese pequeño cuerpo que se llevaron los forenses.

—¡Santa madre de Dios!

AQUI LES DEJO EL NUEVO CAPÍTULO ESPERO QUE LO DISFRUTEN Y DEJEN DE RECOMPENSA UNA ESTRELLITA.

HASTA PRONTO.