Capítulo 2 Compañeros.
Después de dos días, el dolor es insoportable. La incredulidad me asfixia. Mi alma grita y grita.
Fragmento del diario de María E.
En la central de Dublín.
El lugar era inmenso nada que ver a la acogedora instancia de Galway.
Aquel edificio intimidaria a cualquier preso o persona de interés que llegara.
No se imagina que Lagartija pudiera haber trabajado aquí, pero que sabía él de su vida.
La mujer lo sorprendía con cada cosa nueva de la que se enteraba.
Que escondía detrás de esa cabecita. Que historia anidaban en su mente o en su corazón. Los cuadros lo intrigaban. Parecían contar una parte de su vida. Esperaba deshacer capa por capa y encontrar su esencia. Ya sabía que habían estado juntos esa noche. Pero sentía que había algo mas; ese algo que la hacía sentir incomoda y a la vez lo repelaba.
Ahora tenía que concentrarse por lo que habían llegado.
La instalación era espaciosa y a la vez funcional. Todo espacio era bien planeado, para su correcto uso. Los escritorios estaban de dos en dos y en cubículos. Cada uno tenía su privacidad.
El despacho del jefe estaba al final de la instancia donde el podía monitorear a sus ayudantes. En la esquina había un sector abierto donde habían cafeteras y artefactos para uso de cocina. En este lugar se encontraban varios de los detectives que charlaban con camaradería.
Pero María E me dirigió hasta el despacho principal.
En la puerta, el nombre se encontraba en letras cursivas y elegantes.
Kiev Trendland
Comandante.
La joven dió dos toques y el hombre sentado ahí, se le iluminó la cara y su sonrisa se amplió.
Con un cabeceo la instó a pasar dentro del despacho.
—Mira a quien tenemos aquí—se levantó y dio la vuelta a su escritorio. La abrazó y después posó su mirada negra en su cara. La evaluó y pareció quedar satisfecho con lo que encontró—.Me alegro que llegarás muy rápido.
—Sabes bien que no desperdiciaría mi tiempo. Apenas me instalé, vine aquí.
En ese momento el hombre de unos cuarenta y tantos, con su cabello salpicado de canas. De mirada inteligente, reparó en mi presencia y pareció evaluarme de pies a cabeza. Me sentí un tanto incomodo, su escrutinio era tan intenso que mi piel se erizo por la furia que experimenté. Mis puños se cerraron a mi costado y me esforcé por no demostrar mi sentimiento. Le aguanté la mirada. ¿Porqué demonio me sentía estudiado?. ¿Qué prueba debía pasar?.
María E intervino presentandome a su anterior jefe.
—Kiev. El es el detective Gael Mcallister.
Sólo así su mirada soltó la mia y desvío su atención a Lagartija.
El viejo zorro puso una máscara de cortesía mientras aceptaba mi mano y apretaba lo suficiente para demostrar su superioridad. Me tomó por sorpresa, pero reaccione enseguida dando justo la fuerza al apretón en mi mano. Lo apresé sin quitar mi mirada de la suya.
—Un placer detective que nos honre con su presencia.
Decidí soltar su mano, e inmediatamente la escondió detrás de su cuerpo.
—Comandante.
—Por favor sientense—nos señaló las butacas en frente de su escritorio y se acomodó en la esquina de la mesa mientras cruzaba sus piernas por encima de sus tobillos.
—Kiev.... no te hagas de rogar e informarme los nuevos datos que tengas.
—Paciencia señorita. Tengo mucho que informarte. Pero lo primero ¿Porqué has requerido su presencia?—señala con la cabeza mi ser.
—¿Porqué traje a Gael? Porque el es muy buen detective.
—Aquí tenemos a varios.
—Lo sé. Pero es que su subespecialidad es la que necesito para este caso.
Yo giro a verla, me extrañó sus palabras. No creía que pudiera saber en qué me habia especializado.
Continuó hablando ella.
—Es el mejor perfilador forense y analista Clínico policial de Galway. Sabes que lo necesito para esta clase de caso que tengo entre manos.
La mirada antes hostil del hombre, se convirtió en admiración y de respecto.
—Bien, en vista de sus credenciales. No tengo ninguna clase de objeción para que colabore con mi chica.
María E respiró aliviada. No había pasado por alto la opresión en el ambiente.
El comandante tomó la carpeta y se la paso para que vieran su contenido.
En ella se encontraban varias fotos de color y en blanco y negro.
Dos jóvenes que parecían familia y un hombre de unos treinta años de apariencia hozca.
En otra la más juvenil de las chicas presentaba golpes en su rostro y un labio partido.
En blanco y negro estaba la mayor de frente prácticamente viendo a la cámara pero si saberse observada. La joven a mi lado emitió un quejido angustioso. Me hizo poner más atención a la foto.
—Es ella, Kiev. Es ella ¿Dónde está la ubicación?.
—Ya está todo listo chiquilla. Sólo esperábamos por ti. Tengo apostado un vigilante y nos da información al instante. Hay cantidad de personas entrando y saliendo de esa bodega.
Gael interviene.
—¿Aquí realizan los negocios?
—Si detective.
—¿Cuáles?
—Tratas de Blanca, ventas de órganos y lo último de lo que nos hemos enterado es de adopciones ilegales. Niños de cualquier edad que tratan de colocar por mucho dineros a familias que estén incapacitadas. Los mayorcitos que no puedan colocar no importa el sexo, lo dan al mejor postor.
Gael no podía creer el alcance de estas personas y de lo que eran capaces de hacer.
—Las ventas de órganos son en sí un caso grave ¿Cuáles son sus pruebas, comandante?
—Si continuas viendo el folio, encontrarás lo que les digo.
Las pruebas eran horribles. Cuerpos mutilados en cualquier estado se encontraban esparcidos en la parte de atrás de la bodega y los hombres muy fuertemente armados los apilaban en una pira para prenderles fuego.
—Mal nacidos ¿Vamos por ellos?
—Lo haremos detective, lo haremos. Ahora mismo tienen una fiesta y estoy esperando el momento oportuno para atacar. Ahora deseo presentarle al resto de compañeros que trabajarán con ustedes.
Hay muchos secretos y personajes que desentrañar.
Sólo deseo que disfruten. Hagan comentarios y poner estrellitas.
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