Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Attention (GRAYLU)

Gray POV

- ¡Ah...! ¡Gray...! ¡mmm...! ¡Sí...!

- Me encantan tus gemidos —susurré en su oído en un tono muy seductor antes de pasar mi lengua por su hombro— Sobre todo cuando gritas mi nombre de esa manera...

Me encontraba en el apartamento de Lucy, con ella desnuda debajo de mí, boca abajo con la cadera levantada, en su cama, donde la embestía con un poco de rudeza.

- Gray... —dijo con la respiración agitada— M-más rápido...

Cumplí su petición con gusto. Estaba muy excitado por lo que la embestía con rudeza aunque a ella parecía gustarle, se aferraba a las sábanas mientras no paraba de gritar.

- ¡Oh Gray...! ¡Así...! ¡No pares...! —gimió con intensidad. No tardé en sentir sus contracciones, estaba a punto de tener un orgasmo.

- Vamos, córrete para mí... —susurré en su oído antes de mordisquear su oreja— Yo estoy a punto de hacerlo dentro de ti...

Tras varias embestidas ambos alcanzamos el clímax a la vez. Me salí de ella, me quité el preservativo y me acomodé a su lado apoyando mi espalda en el cabecero de la cama, ella se había tumbado boca arriba.

- ¿Qué tal? —pregunté con picardía, ella sonrió.

- Muy bien.

- Me alegra que te haya gustado —dije levantándome de la cama— Es tarde y mañana parto temprano de misión —dije comenzando a vestirme— Así que me marcho ya.

- Como quieras —respondió dedicándome una sonrisa levantándose y acercándose a mí— ¿Estarás aquí para la fiesta del viernes?

- Sí, aún faltan tres días y no creo que me demore mucho.

- Perfecto —dijo en un tono muy sexy rodeando mi cuello con sus brazos antes de besarme, introdujo su lengua en mi boca de inmediato donde cazaba a la mía cual leona a su presa.

Tras eso me fui de su apartamento en dirección al mío. Al día siguiente, partí temprano a la misión aunque volví a tiempo para la fiesta del viernes. Dejé las cosas en mi apartamento, me duché, me arreglé y me dirigí al gremio donde la fiesta ya había comenzado, de hecho, algunos estaban ya bastante bebidos. Mis ojos buscaron rápidamente a Lucy, quien se veía impaciente mirando en diferentes direcciones. Probablemente me está esperando, como en todas las fiestas. Lo cierto es que no entiendo nuestra relación. Hace meses que empezamos a tener encuentros sexuales esporádicos que poco a poco han ido intensificándose, son más seguidos y más largos... Pasamos mucho tiempo juntos pero no parece que quiera algo más serio conmigo, creo que para ella soy solo un juego, un idiota que siempre va tras ella como un perro tras su dueña, creo que solo quiere algo de atención pues ha estado sintiéndose muy sola. Todo esto no sería un problema de no ser porque yo tengo sentimientos por ella desde hace mucho tiempo... Pero supongo que desde el principio sabía que esto solo era un juego al que decidir jugar aún sabiendo que probablemente saldría herido... Pero cada vez me resulta más y más difícil seguir así con ella, duele demasiado... Comienza a hacerme sentir estancado, como si no avanzara en mi vida... Además, yo quiero más de ella de lo que ella está dispuesta a darme, no puedo seguir así... Pero tampoco puedo alejarme de ella, además a veces parece que no le gusta la idea de que otra chica se me acerque y esos pequeños arranques de celos me enamoran... Aunque lo cierto es que Lucy se ha asegurado de que no pueda olvidarla nunca... Así que, ¿para qué alejarme de ella? No podría estar con otra chica...

Justo en ese momento, Lucy conectó su mirada con la mía, sonriéndome de inmediato. Yo le devolví la sonrisa y le guiñé un ojo. Ella se levantó y se dirigió hacia mí, llevaba un vestido espectacular que parecía estar hecho a medida para su espléndida figura. No pude evitar observar todo su cuerpo, me encantaba verla caminar... Tenía unas piernas tan perfectas... Y sus pechos se movían al compás de sus pies. Con su melena totalmente suelta y un poco despeinada, se veía realmente sexy.

- Llegas tarde —dijo con esa voz que tanto me gusta y con esa sonrisa que tanto me enamora.

- ¿Me echaste de menos? —pregunté travieso devolviéndole la sonrisa.

- Me aburro sin ti —respondió.

- Lo bueno siempre se hace esperar —volví a hablar en ese tono travieso.

- Vaya, qué arrogante —se pegó a mí— Pero... —su tono de voz comenzó a cambiar a uno muy seductor a medida que se acercaba a mi oído— No me importa esperarte siempre que seas mío el resto de la noche...

- Qué posesiva... —dije pasando mis brazos por su cintura, pegándola por completo a mí. En el gremio sabían que había algo entre Lucy y yo aunque no sabían exactamente qué tipo de relación teníamos, ni si quiera yo lo sabía— ¿Me quieres solo para ti?

- Por supuesto —dijo con una sonrisa— Así que, divirtámonos un poco.

- ¿Cómo? —sabía perfectamente a qué se refería. Siempre que decía eso, se refería a sexo, pero quería jugar un poco con ella.

- Lo sabes muy bien... —dijo tocando mi miembro por encima del pantalón antes de comenzar a tirar de mí, no podía hacer nada más que dejarme llevar.

Me llevó hasta el baño donde nada más cerrar la puerta, me acorraló entre ella y la pared y comenzó a desabrochar mi pantalón pero yo la agarré, la atraje hasta mí por completo y la besé. Introduje mi lengua en su boca donde enseguida se encontró con la suya, jugaban con intensidad hasta que Lucy decidió que ya era suficiente. Se dirigió a mi cuello de inmediato y comenzó a besarlo y mordisquearlo mientras colaba su mano en mi pantalón ya desabrochado para acariciar mi miembro, mientras que su otra mano recorría mi torso por debajo de mi camiseta. Estaba ansiosa y excitada, probablemente me pediría empezar ya, sin preliminares, sin juegos. La agarré por el trasero y la levanté, ella rodeó mi torso con sus piernas y mi cuello con sus brazos antes de besarme excitada. La senté sobre el lavabo y comencé a besar su cuello mientras colaba mi mano por debajo de su vestido, acariciando su muslo. Enseguida dirigí mi mano hacia su entrepierna, colé mi mano por debajo de su ropa interior y comencé a acariciar la zona.

- Estás muy mojada... ¿Me tienes ganas...?

- Muchas... Así que déjate de juegos y hazme tuya ya... —le dediqué una sonrisa pícara.

Me excitaba verla tan ansiosa por mí por lo que la bajé, la giré y la empujé con delicadeza para que apoyara sus brazos en el lavabo. Yo me coloqué a su espalda y enseguida, bajé un poco mis pantalones junto con mi bóxer. Subí su vestido, aparté su ropa interior hacia un lado y comencé a introducirme en ella, haciéndola gemir. Una vez completamente dentro de ella, comencé con el movimiento de vaivén. Empecé lento, saboreando cada estocada.

- Ah... mmm... —ella gemía intentando no alzar su voz.

Lo cierto es que yo soy más juguetón que Lucy, me gustaba disfrutar de todo su cuerpo por lo que manteniendo un ritmo lento, me dirigí hacia su cuello para mordisquearlo un poco a la vez que subía mi mano derecha hasta su pecho, la otra mano la mantuve en su cadera. Como era habitual en ella, sobre todo en este tipo de vestidos, no llevaba sostén, por lo que podía acariciarlo sin dificultad. Seguí jugando un poco aunque sabía que no tardaría en pedirme que aumentara el ritmo de la penetración, después de todo, la conozco demasiado bien.

- Gray... Más rápido... —pidió excitada, yo sonreí pues estaba esperando a que me lo pidiera.

Volví a colocar mis manos en su cadera para cumplir con su petición. Aumenté el ritmo de la penetración, me introducía en ella más rápido y con más fuerza, intensificando así el ritmo, consiguiendo que empezara a descontrolar sus gemidos.

- ¡Ah...! ¡Sí...! ¡Más...!

- Shh... No estamos en tu apartamento, aquí pueden oírte...

- Pero... ¡Ah...! —siguió gimiendo aunque volvía a controlar un poco más el volumen.

Aunque aumenté el ritmo, no estaba dispuesto a dejar de jugar con ella por lo que acariciando su piel, dirigí mi mano derecha hasta su clítoris el cual comencé a tocar. Ella gemía, a medida que intensificaba el ritmo, gemía más y más.

- ¡Más...! ¡Más...!

- ¿Más qué? —pregunté travieso.

- Más fuerte... —dijo jadeante, su respiración estaba muy agitada.

Obedecí, la penetraba con fuerza y rapidez, ella no paraba de gemir. No teníamos que mantener nada en secreto, la mayoría sabían que había algo entre nosotros, pero tampoco era plan de que todos nos escucharan haciéndolo en el baño del gremio. Me encantaban sus gemidos y ver su expresión en el espejo solo me excitaba más y más, pero no quería que los demás escucharan a Lucy por lo que sin disminuir la intensidad y sin dejar de estimular su clítoris, subí mi mano izquierda hasta su boca y la callé.

- Gimes demasiado fuerte... —susurré seductor en su oído antes de mordisquear su oreja— No quiero que nadie más te escuche así...

Poco después, sentí como sus músculos comenzaban a contraerse.

- ¿Vas a correrte...?

- ¡mmm...! —no podía decir nada más por lo que decidí apartar mi mano un momento— ¡Ah...! ¡Gray...! ¡Sí...!

- Si sigues gritando así de placer, vas a hacer que me corra...

- Córrete conmigo Gray...

- No me puse preservativo.

- No importa, córrete dentro de mí... —dijo con la respiración agitada.

- Pero...

- Hazlo... Lléname de ti... —me excitaban tanto sus palabras que comencé a sentir que iba a venirme. Aceleré un poco más el ritmo sin disminuir la fuerza, sus piernas comenzaron a temblar— ¡Oh Gray...! ¡Así...! ¡Sí...! ¡Más...! ¡Sigue...! ¡Sigue...! ¡No pares...! ¡Gray...!

- Joder Lucy... —dije excitado con la respiración agitada, me ponía demasiado escucharla gemir así, sobre todo mi nombre, por lo que no pude retenerlo más y me corrí dentro de ella mientras ella tenía un intenso orgasmo— Dime que tomas píldoras anticonceptivas...

- Sí... No te preocupes... —dijo aún muy agitada.

Me salí de ella, nos aseamos un poco, nos colocamos bien la ropa y volvimos a la fiesta. Parecía tener la intención de quedarse conmigo pero Levy la agarró del brazo y tiró de ella por lo que me dirigí hacia la barra para tomar una copa.

- Ara, ¿no estás con Lucy? —preguntó Mirajane sirviéndome una copa.

- Levy me la quitó —Mira sonrió divertida.

- Gray... —dijo seria tras un momento de silencio— ¿Cuándo vas a decirle lo que sientes por ella? —preguntó preocupada.

- Me gustaría decírselo pero me da miedo perderla si lo hago...

- ¿Sabes? Yo creo que en el fondo ella siente más por ti de lo que crees, solo que ni ella misma se ha dado cuenta todavía.

- No sé...

- En cualquier caso, no podéis seguir así, necesitáis aclarar vuestra relación, necesitas decirle lo que realmente sientes por ella y qué quieres de ella.

- Lo sé, pero no es tan fácil...

- Pero tienes que hacerlo —tras eso se fue a atender una mesa mientras que yo me quedé pensativo jugando con mi copa.

- Gray-sama —dijo alguien a mi espalda— Juvia no lo había visto hasta ahora.

- Llegué bastante tarde.

- ¿Qué tal todo? —preguntó.

Así, comenzamos a hablar un rato. Me gustaba pasar tiempo con Juvia, solía divertirme bastante con ella pero me daba miedo hacerle daño... Sabía perfectamente que ella estaba enamorada de mí y ella era de las pocas personas que sabía sobre mis sentimientos por Lucy. Una hora más tarde, acompañé a Juvia hasta su casa donde nos quedamos otra hora charlando. Después decidí volver al gremio donde ya quedaban pocos miembros pero nada más entrar por la puerta trasera, vi a Lucy salir por la puerta principal por lo que la seguí rápido para alcanzarla.

- Lucy —dije para pararla— ¿Ya te vas?

- Sí —dijo fría tras girarse para verme— ¿Dónde estabas?

- Acompañé a Juvia hasta su apartamento.

- Pues sí que tardaste para solo acompañarla...

- Nos quedamos charlando un poco.

- Ya... Claro... Charlando... —estaba molesta, con Juvia solía ponerse celosa aunque eso me encantaba.

- No hice nada con ella...

- Me da igual lo que hagas, no estamos saliendo —dijo incluso más enfadada que antes girándose para marcharse.

- Vamos... No te vayas enfadada... —me ignoró pero yo la seguí.

Ella seguía caminando frotándose una y otra vez los brazos con sus manos, debía tener frío por lo que me quité la chaqueta y se la coloqué por encima, consiguiendo que parara.

- ¿Qué tienes con Juvia? Quiero saberlo —dijo molesta. Yo me acerqué a ella y rodeé su cintura con mis brazos.

- Me encantas cuando te pones celosa —dije divertido pegándola a mí para abrazarla.

- No estoy celosa... —dijo menos enfadada, poco después correspondió mi abrazo— ¿Entonces?

- Ya te he dicho que no tengo nada con ella —aún permanecía entre mis brazos, no dijo nada más, solo la escuché dar un profundo suspiro— Vamos, te acompañaré a casa.

Así, nos dirigimos hacia su apartamento. Nada más llegar, yo me senté en el sofá mientras que Lucy se quitó los tacones y los dejó por ahí, igual que su bolso. Tras buscarme rápidamente con la vista, se acercó a mí y se sentó sobre mis piernas, de frente, colocando sus rodillas en el sofá. Me miraba fijamente en silencio, al principio seria pero después dejó salir una sutil sonrisa.

- ¿Qué? —dije rodeando su cintura con mis brazos, atrayéndola un poco a mí. Entonces ella se acercó a mi cuello y comenzó a depositar suaves y lentos besos.

- ¿Vas a quedarte conmigo el resto de la noche...? —susurró en mi oído antes de mordisquear mi oreja. Sabía perfectamente qué significaba eso.

- ¿No tuviste suficiente en el gremio? —dije travieso.

- De ti nunca tengo suficiente —eso me dejó muy impactado, no esperaba esa respuesta, rara vez me dice algo así.

La agarré por el trasero y me levanté con ella para llevarla hasta la cama donde la dejé caer con delicadeza, al instante me coloqué sobre ella y me acomodé entre sus piernas. Ella agarró mi rostro con sus manos y lo atrajo hacia el suyo para besarme. Me encantaba besarla, tocarla, tenerla... Pero esto no era suficiente para mí y el problema es que no me atrevo a decirle lo que realmente siento por ella por miedo a perderla, por lo que debía resignarme a pasar otra noche más de sexo con ella. A veces me siento como si fuera su juguete y eso me aterra, porque eso significa que en cualquier momento puede cansarse de mí y buscar un juguete nuevo...

Tras tener de nuevo sexo con ella, me quedé pensativo tumbado a su lado en la cama. Ella se encontraba desnuda tumbada boca abajo mientras que yo también desnudo me encontraba tumbado boca arriba.

- ¿Estás bien? —preguntó preocupada. La miré serio, preocupándola aún más.

- Lucy... —le desvié la mirada— Creo que... Necesitamos hablar...

- ¿Sobre qué?

- Sobre nuestra relación... La gente me pregunta qué somos y ni si quiera yo lo sé... —estaba nervioso, pero Mirajane tenía razón, no podíamos seguir así.

- Somos... Somos amigos... ¿No? Amigos que se divierten juntos... —parecía incómoda con el tema.

- ¿Amigos? No quiero que sigas viéndome así... —dije angustiado, quería ser más para ella y este era el momento de decirlo todo.

- ¿Qué quieres decir...? —preguntó impactada.

- Lucy yo... Estoy enamorado de ti desde hace mucho tiempo... Por eso ya no puedo seguir así contigo... Porque... Duele... Necesito mucho más de ti que esto...

- ... —estaba impactada— Gray yo... No sabía el daño que te estaba haciendo... Lo siento mucho... Me gustaría poder corresponder tus sentimientos pero ahora mismo me siento muy confusa con respecto a ti... No sé qué es lo que siento... Dame un poco de tiempo ¿vale? Necesito aclarar todo...

- Claro... —me levanté y comencé a vestirme— Supongo que necesitas un poco de espacio para poder pensar todo con detenimiento, así que ya nos veremos en el gremio.

- Sí... —estaba muy apagada, no me gustaba verla así.

- Lucy... —me senté a su lado— No te sientas culpable por nada, ¿vale? Sea cual sea tu respuesta, la aceptaré.

Inesperadamente y sin decir nada, me abrazó. Correspondí su abrazo y le di un beso en la cabeza. Nos quedamos así un momento hasta que ella se alejó. Poco después me fui a mi apartamento aunque no pude pegar ojo. Al día siguiente, ella no fue al gremio, preocupándome mucho pero no quería agobiarla, debía dejarle espacio a pesar de lo difícil que me resultaba hacer eso.

Tres días más tarde, seguía sin hablar con ella. Iba al gremio pero nunca se acercaba a mí aunque noté que me observaba continuamente. Siempre parecía pensativa, casi no hablaba con nadie y siempre muy apagada. Se encontraba sola sentada en una mesa tomando un café, obviamente yo también me pasaba gran parte del día contemplándola... En ese momento levantó su mirada y comenzó a echar un rápido vistazo por el gremio, cuando sus ojos me encontraron, se pararon, se posaron en mí. En un intento por aliviar la situación, decidí guiñarle un ojo tal y como solía hacer cuando nuestras miradas se conectaban. Ella respondió con una pequeña sonrisa, bajando su mirada hacia la mesa y dirigiendo un mechón de pelo hacia su oreja, prácticamente me hipnotizó. Estaba acostumbrado a un comportamiento más directo y lanzado, no a uno tan lindo e incluso un poco tímido. Quería acercarme a ella, la echaba de menos, necesitaba pasar tiempo con ella... Pero sabía que lo mejor era seguir dándole espacio.

Horas más tarde, ya era de noche por lo que tras cenar en el gremio, me fui a mi apartamento aunque por el camino, comenzó a llover. Nada más llegar, me quité la ropa mojada, me di una ducha caliente y me acosté. Las horas pasaban y solo daba vueltas y vueltas en mi cama, no conseguía dormir. Eran las 3 de la madrugada cuando me levanté para ir a la cocina en busca de un vaso de agua pero entonces, la puerta sonó, alertándome, ¿quién podría ser a esas horas? Abrí la puerta despacio y al hacerlo, visualicé a una hermosa rubia muy empapada por la lluvia que no había cesado todavía.

- ¿Qué haces aquí a estas horas? ¿Ocurrió algo? —pregunté preocupado pero ella se limitó a abrazarme. Yo correspondí su abrazo de inmediato.

- Te echo mucho de menos...

- Estás empapada... —dije alejándola un poco de mí— Voy a buscarte una toalla y ropa para cambiarte.

- Si... —dijo bajando su cabeza.

Volví enseguida con una toalla y ropa mía que pudiera ponerse, le quedaba enorme pero se veía muy graciosa con ella por lo que no podía evitar sonreír al verla. Se sentó en el sofá y yo me senté a su lado, esperando que me explicara el motivo por el cual había venido a mi apartamento a esas horas.

- Gray yo... Aún no sé qué es lo que siento por ti... Solo sé que no es amistad... Me duele mucho estar así contigo y te echo mucho de menos... No quiero seguir alejada de ti y solo quiero estar contigo... Así que... Quiero avanzar en nuestra relación... Si tú quieres... Podríamos comenzar a salir en serio...

No sé si tenía algo más qué decir pero agarré su rostro y no la dejé pronunciar ni una sola palabra más pues pegué sus labios a los míos para besarla apasionadamente. Ella correspondió mi beso sin dudarlo.

- ¿Eso es un sí...? —preguntó tras separarnos.

- Pues claro —le dediqué una sonrisa—¿Sabes cuánto tiempo llevo enamorado de ti? Soñaba con que algún día empezáramos a salir, ni te imaginas lo feliz que soy ahora mismo.

- Idiota... —dijo con una de sus bellas sonrisas rodeando mi cuello con sus brazos, yo rodeé su cintura con los míos— Te quiero mucho Gray... 

- Yo también te quiero mucho Lucy.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro